Horno Encendido

(Homilía Domingo 16o Ordinario, Año A)

Los arrojen en el horno encendido.
Allí será el llanto y la desesperación. (Mt 13:42)

Estas palabras de Jesús son escalofriantes. Muchos preferimos no pensar en una posibilidad tan terrible. Programas de televisión aseguran a los videntes que el infierno es una invención de la Edad Media. Otros echan la culpa a San Pablo a pesar del hecho que dijo relativamente poco sobre el asunto. Al contrario, él que habló frecuente y vividamente sobre la damnación eterna es Nuestro Señor mismo.

Recién, hablé con un joven sobre esta doctrina. Dijo algo que me hizo pensar. Le expliqué que el sufrimiento principal del infierno es espiritual, es decir, la separación del alma de su Creador. Añadí que, después de la resurrección final, el alma perdida también experimentaría dolor físico. El joven sugirió que el sufrimiento físico pudiera ser, en realidad, parte de la misericordia divina.

¿Que quieres decir? Le pregunté.

Dijo que el sufrimiento de separación de Dios sería tan horrible que quizás Dios permitiera un cierto dolor físico como distracción.

Uno puede pensar que el hombre haría cualquier cosa para evitar dolor sin término. No obstante, hay algo que tememos aun más - rendir nuestras propias voluntades. La verdad es que huimos a Dios. Haríamos casi cualquier cosa para no estar solo con él. No estoy hablando de un Dios vago ("madre/padre") sino el Dios que se revela y requiere algo de nosotros. Muchos quieren una espiritualidad para sentirse bien, pero religión es diferente. Como notó Pascal, "Los hombres desprecian la religión; la odian y temen que es verdad." (Pensees, 187)

Por supuesto no estoy hablando de religión como observancia superficial. El escándalo de abuso sexual por sacerdotes y los eventos del 11 de septiembre muestran que una persona puede mantener formalidades religiosas y al mismo tiempo estar lejos de Dios. Usamos cualquier cosa para huir de Dios: la pornografía sirve bien, pero la devoción a la familia también puede ser un escudo para mantener lejos a Dios. Religión al otro lado, religión verdadera, es encontrar a Dios y rendirse la voluntad a él.

C.S. Lewis dijo, "Al final de las cuentas, hay solamente dos tipos de personas: Ellos que dicen a Dios, 'Hágase tu voluntad,' y ellos a quienes Dios les dice, 'Hágase tu voluntad.' Todos aquellos que están en el infierno, lo escogen. Sin su propia elección, no habría el infierno."

En forma semejante, el Catecismo dice: "Morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección." (#1033) El Catecismo define el infierno como un "estado de autoexclusión de la comunión con Dios y con los bienaventurados."

La palabra clave es "autoexclusión." A veces unas personas se preocupan que van a ir al infierno y que no pueden hacer nada para cambiarlo. Pero el infierno es autoexclusión. Depende de nuestra decisión. San Pablo menciona algunas personas que no pueden entrar en el cielo: Lo que cometen fornicación (sexo antes del matrimonio), adulterio, actos homosexuales, borrachos, chismosos y ladrones. (I Cor 6:10) Pero al mismo tiempo que da esta monición, San Pablo explica que siempre en esta vida es posible arrepentirse. "Y esto eran antes algunos de ustedes; pero ahora ya han sido limpiados, y consagrados a Dios, ya han sido librados de culpa en nombre del Señor Jesucristo." (I Cor 6:11)

Estamos hablando aquí de la misericordia, la gracia de Dios. El hecho que alguien se ha portado en una forma autodestructiva no significa que está perdido para siempre. Cuando nos volteamos a Dios él puede sacarnos del camino de la destrucción, ponernos en el sendero a la vida eterna.

La primera lectura expresa esta esperanza con una bella oración:

Siendo el dueño de la fuerza
juzgas con misericordia y nos gobiernas con delicadeza...
Has llenado a tus hijos de una dulce esperanza,
ya que al pecador le das tiempo para que se arrepienta. (Sabiduría 12:16,19)

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Versión Inglés

De los Archivos (Homilias Para Dieciseis Domingo, Año a):

2008: Dejen Que Crezcan Juntos
2005: Distinguiendo Entre Trigo y Cizaña
2002: Horno Encendido
1999:Enseñanza de Jesús sobre el Infierno

Otras Homilias

Homilia para Misa de Quinceañera (también Ritual)

Boletín

Padre Armando Pérez (Ordenado al sacerdocio, 8 de junio de 2002)

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