El Portero

(Homilía Primer Domingo de Adviento, Año B)

Encarga al portero que esté velando. (Mc 13:34)

En una hacienda grande, uno de los papeles más importante era el portero. Si él se durmió, puso en riesgo a las otras personas y su propiedad. Podemos ver su importancia con una comparación al centinela romano.

Si el centinela se durmió, recibió un castigo severo. Lo puso en medio de su batallón y los otros soldados lo golpearon con palos. Mereció su muerte porque había expuesto a sus compañeros a un peligro mortal.

En modo semejante Jesús nos dice “Velen y estén preparados.” No es solamente que la Segunda Venida puede suceder en cualquier momento – o aun que tu y yo podemos morir repentinamente. Es que, si no velamos, el ladrón puede robar todo. Incluso, lo puede hacer con violencia.

Esta semana leí el libro del padre Gabriele AmorthHabla Un Exorcista. A pesar de no tener yo la tendencia de ver el diablo bajo cada piedra, el libro me agarró. No era tan espantoso como la película, sino que hace reflexionar. El padre Amorth describe como estamos en una batalla espiritual contra un enemigo dispuesto a tomar ventaja de cualquier debilidad o falta de vigilancia.*

En esa lucha no podemos confiar en nuestras obras buenas para protegernos. Isaías nos dice que en realidad son “como trapo asqueroso.” (64:4) Al contrario, como dice el Salmo, tenemos que mirar a la fuente verdadera de poder: el Señor rodeado de sus ángeles fieles. Si los invocamos, no las fuerzas que gobiernan este mundo no nos dan miedo. El Señor los permite atacar a almas, por motivos que el Padre Amorth explica muy bien en su libro, pero no les permitirá la victoria final – si no les entregamos nuestras voluntades.

“Despiértense. Estén preparados.” El Señor nos da esas palabras al comenzar las cuatro semanas de preparación para su nacimiento.

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*Ver: Exorcismo: Enseñanza Católica

English Version

De los Archivos:

Primer Domingo de Adviento, Año B, 2008: La Diagnosis
2005: Prepárate
2002: El Portero

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