Sanación de Memorias

(19 de mayo 2002)

El padre Bob Spitzer (presidente de la Universidad Gonzaga) describe una bella oración al Espíritu Santo. Es para la sanación de memorias, especialmente para las personas que hemos dañado. Una vez él le dijo algo que causó tristeza a otra persona. Querría llamarle, pero no pudo. Entonces fue a la capilla y pidió al Espíritu Santo que sanara cualquier daño que había causado.

Después de unos días, el Padre encontró al hombre. "Sabe, padre," le dijo, "he estado pensando en lo que Ud. me dijo. Al principio estaba bien dolido, pero reflexioné y me di cuenta que Ud. tiene razón. Me ayudó mucho." Dijo el Padre Spitzer, "Fue el Espíritu Santo."

Todos hemos dicho y hecho cosas que dañaron a otros. Quizás fue un error, pero tal vez más intencional. Tenemos que rezar al Espíritu Santo para la sanación de memorias.

Esto aplica particularmente a sacerdotes. Los escándalos de los últimos seis meses indican que podemos dañar profundamente a otros seres humanos. El abuso sexual de un niño es el ejemplo más horroroso, pero no es el único. Somos culpables de traiciones de confianza en nuestro oficio de enseñar la fe y celebrar los sacramentos. Es verdad que estos abusos no van a resultar en casos criminales, pero el daño está hecho. Y todos hemos faltado en cuanto al cuidado pastoral básico.

No propongo una culpabilidad masiva. Tenemos cargos suficientes al momento. Pero podemos mirar a él que levanta cargos pesados. Desde escuchar al Padre Spitzer he rezado al Espíritu Santo por personas específicas que he dañado - y en una forma general por los que dañé sin darme cuenta. ¿Saben algo? ¡La oración da resultados! Hay personas que creía haber alejado permanentemente - pero ahora son mis aliados principales. Fue el Espíritu Santo.

San Pablo nos dice que no sabemos rezar, pero el Espíritu ora en nosotros con "gemidos que no pueden expresarse con palabras." (Rom 8:26) Una señora me dio un testimonio dramático a esa verdad. Cuando la visité en el hospital, sabía que iba a morir pronto. Le pregunté sobre su oración. Me dijo con sinceridad que estaba tan cansada y confundida que no podía rezar. El capellán le dijo, "No te preocupes. Yo oraré por ti."

Le dije que podía hacer lo mismo. Tomé su mano, recité un Padre Nuestro, Ave María y recé con mis propias palabras mientras ella cerraba los ojos. En un sentido todos dependemos de otros para rezar. Es lo que significa la Comunión de los Santos. Pero esa comunión funciona solamente por el Espíritu Santo.

"Ven, ¡oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor"

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Versión Inglés

De los Archivos:

Homilía 2008: Don Doble
2007: Siempre a Tu Lado
2006: Da Testimonio de la Verdad
2005: El Mayor Poder No Usado
2004: Un Hombre Abierto al Espíritu Santo
2003: Beber del Mismo Espíritu
2002: Sanación de Memorias
2001: Comparaciones Odiosas y Dones Preciosos

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