"Hemos..."

Hemos perdido aún
este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde
con las manos unidas, mientras
la noche azul, caía sobre el mundo.
He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente
en los árboles lejanos.
A veces, como una moneda
se encendía un pedazo de sol
entre mis manos.
Yo te recordaba con el alma apretada,
de esa tristeza que tú me conoces.
Entonces,
¿dónde estabas?
¿entre qué gentes?
¿diciendo qué palabras?
¿Por qué se me vendrá
todo el amor de golpe,
cuando me siento triste?
Y te siento tan lejana.
Calló el libro
que siempre se tomó en el crepúsculo,
y como un perro herido
rodó a mis pies mi capa.
Siempre,
siempre te alejas en las tardes,
hacia donde crepúsculo corre
borrando estatuas.