San Miguel de Lillo o Liño ( Oviedo)

Un poco más arriba de Santa María del Naranco, a unos escasos doscientos metros, hallamos esta bella iglesia erigida bajo la advocación del arcángel san Miguel. Lillo o Liño es de la época de Ramiro I ( 842-850) y cumplía funciones en la vecindad de su palacio.

Construida en la vecindad de un riachuelo,con suelo poco firme, en el siglo XIII, esta iglesia de Lillo fue afectada por un derrumbe, originado por el continuo arrastre de materiales por la corriente de agua. En nuestros días sólo se conserva la porción del edificio correspondiente a los pies de la misma, que viene a suponer una tercera parte de la edificación primitiva.

De planta basilical, hoy podemos ver la porción correspondiente al primer tramo y al pórtico de la iglesia. Es un edificio completamente abovedado en el que el arquitecto ha buscado compensar las cargas de la nave central, con las bóvedas de cañón de las naves laterales y el pórtico. Las naves se encuentran separadas mediante columnas ( hasta este momento en el arte prerrománico se empleaban pilares), cuyas bases contienen una curiosa decoración escultórica.

Esta decoración escultórica de Lillo, es de gran interés y refleja tanto el influjo bizantino como el oriental, a los cuales el arte prerrománico se vio sometido en esa época. En las jambas de la entrada, una escena circense( saltimbanquis y domadores) muestra un admirable estado de conservación. También guarda Lillo, restos de pintura mural, evocadora de la tradición mozárabe , como la figura que tañe un laúd, otra figura femenina entronizada y diversos motivos geométicos. La existencia de un tribuna en el interior, destinada a ceremonias a las que asistía el rey, denota la influencia carolingia en este edificio.

En el exterior de Lillo, los contrafuertes dan a la obra una imagen esbelta y agraciada .Asimismo, las ricas celosías que adornan sus ventanas, obligan a que la vista se pose en estos admirables objetos donde rosetones y círculos entrecruzados, dotan a la piedra de una singular belleza.

Esta construcción, de más de un milenio de vida, en un paraje tranquilo y reservado, induce al visitante a la contemplación reposada y a la admiración de sus bellas proporciones ( la altura mide tres veces el ancho de la nave central )

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