El papel de los sindicatos estatalistas en canarias.

La práctica sindical abierta o solapada de los sindicatos estatales en Canarias (UGT; CCOO; CSI-CSIF; ANPE en la enseñanza) está dirigida, al margen de diferencias ideológicas que puedan tener entre ellas a la negación de los derechos nacionales del pueblo canario mediante la consideración excluyente del Marco Estatal de Relaciones Laborales, y los intentos de negar formas de negociación que no pasen por la “armonización”. Esto es, el control por parte de las cúpulas sindicales y patronal y gobierno.

Unos defendiendo su estatalismo heredado de la época del sindicato vertical y de su formación como organizaciones “hermanas” de dos proyectos políticos estatalistas, todo ello perfumado con el internacionalismo proletario al que en la práctica han renunciado: el primer deber de un internacionalista es promover el cambio y la revolución , no posponerla o negarla.

Otros herederos del lenguaje y la práctica del franquismo: “cuerpos” de funcionarios, dóciles transmisores de consignas de la administración, negando su condición de trabajadores encuadrándose en una casta social por encima del resto de los mortales: el funcionariado. Y profundamente opuestos a la toma de conciencia de clase y pueblo, que niegan.

No es de extrañar entonces que organizaciones en un principio antagónicas, al menos en época de elecciones sindicales donde aparecen “diferencias” (de clase, se reclaman algunos llamando amarillistas, sindicatos de la patronal a otros, que si comunistas , que si del psoe; otros claman ser “independientes”) se alíen en la práctica en Canarias.

Porque preferimos pensar que en la unión de los puntos anteriores donde está la explicación plausible, y no en el hecho de que las direcciones de esas organizaciones esté ocupado mayoritariamente por funcionarios en excedencia.

O lo que sería más difícil de entender (o no, mire usted por dónde), es que es el origen geográfico que no social de dirigentes y liberados sindicales lo que explica esa afinidad contra lo que signifique autoorganización de los trabajadores canarios, Marco Canario de Relaciones Laborales y Ley de Residencia.

Así expuesta, la actual política real del sindicalismo estatal se explica por sí misma, no siendo de extrañar el silencio cómplice (¿tendrá algo que ver el dinero del ICFEM ?) ante el fracaso de la política de empleo del gobierno (ocupación foránea) y planes de formación laboral en los que han participado; en la sustitución de personal canario por trabajadores foráneos desarraigados y sin defensa en un intento de abaratar aún más el mercado laboral (cuando tenemos los salarios más bajos de estado)........

Si bien es cierto que la inmensa mayoría del personal foráneo se afilia a esos sindicatos, y a corto y medio plazo les beneficia, la vertiente puramente política puede volverse contra sus cúpulas directivas desertoras de sus respectivos ámbitos de trabajo en un tiempo no muy lejano, pues se puede engañar a parte del pueblo todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo.

Y esto dicho desde las profundas convicciones de un socialista canario, y sin acritud.