V.J.M.J.

 

 

 

                                 CARISMA

 

                                                              DEL

 

                                                       FUNDADOR

 

 

 

 

 

 

 

 

                                              ¿ Del hecho de que el  Bienaventurado

 

                          Champagnat estaba interesado en la integración de su Instituto

 

                                                         A la Sociedad de María

 

                                                             Se puede concluir

 

                                                                   Que quería

 

                                            La unión de los Padres y de los Hermanos

 

                                                        En una sola Congregación ?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     Hermano Lorenzo

 

                                                                                                              Roma, junio de 1967

 

 

 

 

(Folleto a mimeógrafo, traducido del francés, por el H. José Luis Casillas Velázquez)

 

 

 

 

 

 

                                                                 PLAN

 

                                                                     Y

 

                                                  TABLA DE MATERIAS

 

 

 

I-                  DESEO DE UNIÓN

 

II-               POR QUÉ EL PADRE CHAMPAGNAT PRETENDÍA LA INTEGRACIÓN EN LA SOCIEDAD DE MARÍA.

 

a)   Nota preliminar : Integración a la Sociedad, no a la rama de los Padres.

b)   Razón de esta integración:

     1º Por fidelidad a la idea original

     2º A causa de la unidad de espíritu y de ideal

     3º A causa de los servicios recíprocos que él esperaba de esta integración

     4º Por temor a caer bajo la jurisdicción diocesana

 

III-            ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD

 

Sociedad de cuatro ramas : Teniendo cada una su gobierno, sus reglas, sus casas aparte.

 

A-  Ramas distintas una de otra.

 

El P. Champagnat quería su Instituto como una rama distinta:

 

1º Él la organiza solo

2º Él trabaja en la organización de la rama de los Padres, pero               como una entidad distinta

3º Papel de los Padres en el Hermitage :

           Capellanes, ayudantes, pero no como compañeros de los   hermanos

4º Distinción entre Hermanos Maristas y Hermanos José

5º Ningún dato de paso de un hermano al estado eclesiástico, para convertirse en Padre Marista

6º Relaciones entre los Padres y los Hermanos

7º Testamento Espiritual del Fundador

 

B-  Congregaciones unidas para formar la Sociedad de María

 

1º Centros de unión :

 

a)   La Santísima Virgen

b)   El superior de los Padres, actuando como Superior General de las Sociedad

 

2º Lo que comprende la unión, según el Testamento Espiritual    del Bienaventurado Champagnat

 

a)   Un Superior único y general

b)   Mismo espíritu, mismo amor por María

c)   Servicios mutuos

 

IV-           INCLINACIÓN Y SENTIDO DE LA SÚPLICA DE 1842

 

Notas.

 

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 

O. M. = Coste y Lessard s.m. Orígenes Maristas, 3 volúmenes

 

VIDA= H. Juan Bautista- Vida del Ven. M:J:B: Champagnat

                  Las páginas indicadas son las de la edición de 1931

 

JEANTIN=  El M.R:P: Colin

                      Sin indicación de autor – 1895 – 6 volúmenes

 

COSTE= J. Coste s.m. : Curso de Historia de la Sociedad de María

 

CIRC.= Circulares de los Superiores Generales de los F:M:S:

 

H. SILVESTRE= Síntesis de la Vida del Padre Champagnat ( En los Archivos )

 

H. PAUL SESTER= Hermanos- Padres

                                   En” Vox 2” o fascículo especial

 

BOLETÍN DEL INSTITUTO: Vol. 18 y 27 ( julio de 1966 )

 

ANALES DE VAUBEN ( En los Archivos )

 

 

 

 

 

 

V.J.M.J.

 

 

I- DESEO DE UNIÓN

 

 

Es verdad que el P. Champagnat jamás consideró su Instituto como un grupo aislado .Hasta su muerte ( cf. Testamento Espiritual ), a pesar de una cierta oposición de sus cohermanos sacerdotes y una cierta divergencia de ideas con el P. Colin, el P. Champagnat, consideró siempre su congregación como debiendo formar parte de la Sociedad de María.

 

   No vamos a discutir este punto que parece aceptado por todos, pero queremos intentar encontrar el alcance, la forma y las consecuencias de la unión que él quería.

 

   ¿ Se puede determinar de una manera satisfactoria cuál era su pensamiento  acerca de este punto? Sin pretender llegar a una certeza absoluta –puesto que no es aclarado de una manera absoluta- se puede, basándose en sus palabras, sus escritos y su conducta, deducir de una manera bastante precisa, cómo  entendía el formar parte  y cuál es el valor del argumento que se pretende sacar de allí a favor de la introducción del sacerdocio en nuestro Instituto.

 

II- ¿ POR QUÉ EL P. CHAMPAGNAT SE INTERESABA EN LA INTEGRACIÓN del Instituto de los Hermanos enseñantes en la Sociedad de María? 

 

a)   Nota preliminar.

 

   Yo creo que se interpreta más o menos exactamente su pensamiento, cuando se dice que él quería la unión con los padres. Ciertamente que hay que hacer una distinción al emplear esta expresión. En realidad, lo que deseaba, lo que le interesaba, era la integración en la Sociedad de María y la Sociedad de María, en su pensamiento, y en el de los fundadores e iniciadores, era más que la Congregación de los Padres. Demostraremos después que la Sociedad debía comprender cuatro ramas muy distintas. ( cf. “Summarium” )

 

El P. Champagnat quiso toda su vida que sus hermanos, permanecieran unidos a la Sociedad de María. ¿ Se puede decir que quería la unión de los padres y de los hermanos? Sí, en el sentido que él consideraba la unión de los Padres, los Hermanos y de las Hermanas, así como la Tercera Orden, en una misma Sociedad, bajo un mismo superior general.

 

   Si, en su Testamento Espiritual insiste en la “unidad de voluntad, de corazón y de sentimientos” con los padres, es porque, para él, el superior de los padres constituye el “centro de la unidad” y que él ha considerado siempre la rama de los padres como la más importante y la que estuvo en el origen del proyecto:

 

La que estuvo en el origen del proyecto : “La Sociedad de los Hermanos no puede positivamente ser vista como la obra de María, sino solamente como una rama posterior dela misma Sociedad” ( Doc. 185 )

 

La más importante : “Sólo Dios sabe cuánto amo yo a los hermanos...no obstante, la obra de los padres me parece más importante” ( Vida p. 236 )

 

   “ La Congregación de los Hermanos no puede ser considerada realmente como la Sociedad de María, no es más que una rama de ésta. La parte principal es la de los padres; es al menos lo que siempre hemos creído.” ( Vida, p. 235 )

 

   Pero, posiblemente se objetará, ¿ cómo se entiende que no se ha ocupado de la rama de las hermanas?

 

   En efecto, el H. Juan Bautista no hace ninguna alusión a la participación del P. Champagnat en el establecimiento de las Hermanas Maristas.

 

   Se debe admitir que no tenía ninguna obligación de trabajar en ella; que además, se había encargado de esta obra cuando tenía la responsabilidad de los hermanos; que el aumento en número de los fundadores, no podía más que traer rivalidad y confusión : El P. Courveille en Rive-de-Gier, St. Clair, St-Antoine; el P. Colin y la Hna. San José en Cerdon: que la organización de los hermanos y sus esfuerzos por agrupar a los padres de la Diócesis de Lyon requerían toda su atención y constituyen una bella contribución al establecimiento de la sociedad.

 

   ¿ Pero es cierto que el P. Champagnat se ha desinteresado de la rama de las Hermanas?. Ciertamente, él dejó completa libertad de acción al P. Colin y a la Madre San José, pero se puede comprobar que ha prestado su ayuda de manera discreta, pero práctica y eficaz.

 

1º Sirvió de intermediario entre el grupo de hermanas del P. Colin.

 

   En 1835, las Hermanas de San Antonio se dirigen a él para intentar una fusión con las hermanas de Cerdon y el P. Colin le pide informarse :

 

   “Si tiene que realizar un viaje a la Diócesis de Grenoble, le agradecería que se informara sobre las Hermanas de Santa Clara. Podría verlas e informarse a qué grupo pertenecen, si siempre piensan en la Congregación de María” ( Doc. 242 # 4 )

 

   Tres años más tarde, se ve a esas mismas religiosas consultar de nuevo al superior de los hermanos, a propósito de una unión que ellas proyectan con las Hermanas de la Providencia de Grenoble...Ellas “parece que vinieron al Hermitage para consultar al P. Champagnat antes de unirse a las Hermanas de la Providencia de Grenoble y saber si esta fusión destruiría los lazos que las mantenían todavía unidas al proyecto marista primitivo, al que no habían renunciado completamente” ( O. M. p. 943 ). Estando ausente el P. Champagnat, el H. Francisco consulta al P. Colin quien le responde : “Usted les aconsejará antes de marcharse que esperen a que llegue” ( Doc. 772 )

 

   El 25 de abril, el P. Colin escribe al P. Champagnat :

 

   “En cuanto a las Hermanas de San Antonio, no puedo decirle mucho. Posiblemente haría bien en ir a verlas y avisar si es posible, de formar un establecimiento de hermanas en la Diócesis de Grenoble: no obstante, sería mejor que este establecimiento se hiciera en la Diócesis de Lyon. Pero que en todo, sea cumplida la voluntad de Dios”. ( Doc. 336 # 3 )

 

2º Se ocupa del reclutamiento de las hermanas.

 

   Una hermana provincial de las Hermanas Maristas decía que el P. Champagnat había enviado 18 postulantes a las Hermanas Maristas Sin lugar a dudas, una buena contribución! No he comprobado ese número, porque no es la finalidad de este trabajo.

 

   No obstante, leemos en la introducción al documento 249 : “Desde hacía cinco años, ya el P. Champagnat se había encargado de buscar entre las jóvenes de la región de Saint-Chamond, pretendientes para las Hermanas del Buen Reposo” ( O. M. Vol. I, p. 547 )

 

   De la misma manera se ve que en abril de 1828, el P. Colin dijo estar contento “por la hermana que ha enviado...pensamos que la que debía venir con ella, podrá venir probablemente hoy” ( Doc. 181 ). En nota : “Posiblemente Marie Audras de la Valla, quien entró el 16 de septiembre”.

 

   Igualmente en 1832, envió dos postulantes ( Doc. 246 # 4 ) y a fines de agosto, otras tres  (Doc. 249 )

 

b)   Razones de este deseo de unión.

 

         Por fidelidad a la idea original.

 

            Sin entrar en el terreno de la discusión para saber quién tuvo la primera idea de la Sociedad, se debe admitir como verdadero e históricamente probado que seminaristas de San Irineo hablaron acerca de la fundación de la Sociedad de  María. Parece que, en los inicios, la idea no era igual en todos : El P. Colin parece haber concentrado su idea sobre los padres; el P. Courveille había manifestado la posibilidad de una Sociedad con tres ramas; el P. Champagnat, adelantó la necesidad de tener hermanos enseñantes para las escuelas del campo.

 

   “Sobre la estructura de la Sociedad en la que soñaban nuestros aspirantes, no se poseen testimonios escritos. La insistencia sobre la imagen de las tres ramas sugiere, no obstante, que desde entonces, se consideraba una Orden formada sobre el modelo de las grandes Órdenes antiguas : Dominicos, franciscanos, el Carmelo, que comprenden a la vez padres, hermanas y una tercera orden” ( Coste, o. c. P. 27 )

 

   Poco a poco la idea de las tres ramas se fue imponiendo y fue aceptada por todos; el P. Champagnat sugirió añadir una cuarta.

 

   “A esas tres ramas, el Padre Champagnat, estimulado desde su infancia por el problema de la instrucción primaria en el campo, ( cf. Doc. 755 ) pidió que fuera añadida una rama de hermanos, lo que le fue concedido, a condición de que él se ocupara de ella ( cf. Doc. 757 # 2 ). Veintiún años más tarde, refiriéndose a esta misión recibida en el seminario, volverá a poner en las manos del P. Colin  “la rama de los Hermanos Maristas que me había sido confiada en mil ochocientos dieciséis” ( cf. Doc. 416 # 1 ) ( Coste, o. c. , p. 28 )

 

   Volveremos sobre esta estructura de la Sociedad tal como fue concebida en el seminario. El P. Champagnat se había impregnado de este ideal y tendía con todas sus fuerzas a realizarlo. Su obra de hermanos  pudo bastar por su celo; se entregó con un ardor semejante al que puso para  agrupar a los padres en la Diócesis de Lyon, no solamente para hacerse ayudar, sino sobre todo en vista de establecer la rama de los padres que consideraba como rama principal. Fue durante los inicios el centro de acción en la Diócesis de Lyon; es por lo que los primeros padres en esa diócesis, se encontraban en el Hermitage.

 

2º A causa de la unidad de espíritu y de ideal, en las funciones y en las situaciones un poco diferentes.

 

   La misión de los padres –como la de las hermanas y de la tercera orden, por otra parte- era diferente de la de los hermanos, pero el espíritu y el ideal debían ser los mismos : Es esta voluntad de amar particularmente a María y de hacerla amar, de imitar sus virtudes, pero especialmente su vida oculta, sencilla y humilde y su amor por Jesús. Veía en la unión bajo un mismo superior un poderosísimo medio de conservar esta unidad de espíritu y de ideal. Este espíritu, habiendo sido infundido por los fundadores, era naturalmente para la unión bajo un mismo jefe, a pesar de la distinción de ramas, que se podía extender y conservar en toda su pureza.

 

   ¿ No sería en este sentido que hay qué entender la decisión tomada por los Padres Maristas en su Capítulo de 1845 ? Ellos estuvieron de acuerdo en que el superior de los padres no debía ser el superior general de los hermanos. No obstante

 

   “Se decidió conservar a este último un derecho de alta vigilancia, al menos represivo, en virtud del cuál pudiera presidir sus reuniones y cuando fuera necesario, recordarles como autoridad ,el espíritu de la Sociedad bajo el doble aspecto temporal y espiritual” ( Coste, o. C. , p. 187 )

 

3º A causa de los servicios recíprocos que esperaba.

 

 

   Para explicar la decisión tomada por el Capítulo General de los Padres en 1842, el P. Jeantin escribe :

 

   “Para comprender bien esta deliberación capitular, es preciso situarse en la época en que  ella fue tomada...Las diversas ramas de esta joven familia ( la Sociedad de María ), todavía débil y sin experiencia, parecían reclamar esta unión, en el triple punto de vista de la unidad de espíritu, de la formación religiosa y de los servicios recíprocos” ( Jeantin, o. c , p. 418 )

 

   El P. Champagnat sentía particularmente la necesidad de tener ese auxilio en los inicios del Instituto : Sus hermanos debían estar formados en el espíritu fundamental de la Sociedad y no podían estarlo mejor que mediante miembros de la Sociedad. Contaba con ellos para la dirección espiritual : Los padres ejercían sobre todo el papel de capellanes, pero le ayudaban, sobre todo en los inicios, en la formación de los hermanos y en la administración.

 

   En una carta al P. Cattet ( 18 de diciembre de 1828 ) escribe :

 

   “Tendremos necesidad de un sujeto para la buena administración de la obra de los hermanos que comienza a marchar” ( Doc. 185 )

 

   Indica cómo se han repartido el trabajo y en seguida propone a alguno que “convendría para el economato de la casa” ( Doc. 185 )

 

   Adelanta y con razón la imposibilidad en que se encuentra de enfrentar solo  todo el trabajo, ( cf. Doc. 173, 185, 334 ) independientemente del empeño que pone por   asegurar el desarrollo de la rama de los padres y que inspira frecuentemente sus gestiones y condiciona ordinariamente su actividad, como lo señala en la misma carta al P. Cattet : 

 

   “ El interés que usted ha tenido hasta aquí  por la obra de María, nos entusiasma a emprender nuevas instancias para su acrecentamiento... Hágame, le ruego, conocer que esta obra no es de Dios, o favorezca cada vez más su éxito. La Sociedad de los hermanos no puede ser positivamente vista como la obra de María, sino solamente como una rama posterior de la misma Sociedad...Permítame que le recuerde aquí, entre paréntesis, la promesa que usted me hizo de darnos todos los sujetos que fueran necesarios a nuestra obra, quienes, en consecuencia, no pedirían más que vestido y alimento” ( Doc. 105 )

 

   En 1845 al momento mismo en el que él decidía la separación completa de las dos ramas de la Sociedad, el Capítulo de los padres reconoció la necesidad de esta colaboración, confirmando de esta forma los propósitos que había tenido el P. Champagnat. Después de los considerandos, motivando la decisión, el informante de la Comisión, añadía :

 

   “No obstante, como la rama de los hermanos es de gran importancia en los tiempos que vivimos, tiempos desdichados, en que los niños y los jóvenes están frecuentemente privados de socorros religiosos, debemos hacer los más generosos esfuerzos para favorecer su desarrollo y ayudarlos a progresar, sea en las virtudes religiosas, sea en los diversos conocimientos que requiere su ministerio. Nuestra vocación de católicos, de religiosos y sobre todo de religiosos maristas, es para nosotros una sagrada obligación” ( Jeantin, o. c. , p. 422 )

 

4º Por temor a caer bajo la jurisdicción diocesana.

 

 

   El P. Champagnat había soñado siempre con un Instituto de dimensiones universales.

 

   “ El Padre Champagnat, no había pretendido jamás establecer una obra simplemente diocesana; él en toda ocasión había dicho, al contrario, que quería que su congregación fuera para todas las diócesis.” ( Vida, p. 258 )

 

   “ Todas las diócesis del mundo entran en nuestras miras”, escribió al Obispo de Grenoble. ( Circ. I, p. 220 ) y al Obispo de Autun ( circ. I, p. 225 )

 

   Estando sometida al superior de una congregación clerical, la rama de los hermanos podía esperar escapar al peligro de permanecer como una congregación diocesana. Se sabe que desde 1822 había sido hecha una tentativa en Roma para el reconocimiento de la Sociedad,  tentativa renovada en 1833, 1834 y coronada con éxito en 1836...por la rama de los padres.

 

   El P. Champagnat fue siempre respetuoso de la autoridad eclesiástica pero presentía fuertemente que permaneciendo como “congregación diocesana”, su Instituto estaría limitado bajo muchos aspectos. Por otra parte, se sabe que tuvo que luchar fuertemente para salvaguardar la integridad de su congregación contra los ataques de absorción, de fusión, que ordinariamente venían de las autoridades eclesiásticas –sugeridas muchas veces por cohermanos- : Fusión con los Hermanos de la Cruz de Jesús ( P. Bochard ), con los Hermanos del Sagrado Corazón ( P. Cattet : Cf. Doc. 151 y 159, nota 1 ), con los Clérigos de St-Viateur (  Mons. De Pins, bajo la inspiración del P. Pompallier ) etc.

 

   En 1826, el Consejo de Mons. De Pins decide:

 

      “ 13º - La proposición de reunir a los Hermanos del Hermitage a los del Sagrado Corazón, no parece admisible; pero el Consejo decide encargar al P. Brut, director del Colegio de St-Chamond, brindar cuidados a los hermanos del Hermitage en sus intereses y en los del establecimiento” ( Doc. 159 )

 

   El P. Champagnat no podía dejar de ver los inconvenientes de depender de la autoridad diocesana; así como cuando el P. Colin le aconsejaba dejar su obra en las manos del obispo, él se opuso.

 

   ¡ Ay”!, temo mucho, particularmente el vacío que seguirá, si el Señor los llama a Él, hágase su voluntad. Pero este temor me sugiere la idea de poner la rama de los hermanos enseñantes entre las manos de Monseñor, el Arzobispo. Me parece que allí habrá más ventajas para ella” ( carta del 24 de abril de1840- Circ. I, p. 319; cf. Vida, p. 257 )

 

   Según asegura el H. Silvestre :

 

   “ El P. Colin...le declaró varias veces que no debía contar con los padres para continuar su obra. Es más, le aconsejará que la ponga en manos del obispo, antes de morir. Pero el P. Fundador no quiso jamás acceder a esta proposición...Si, por lo que concierne al mando, era imposible que un padre lo ejerciera, ya un hermano era superior, con preferencia a cualquiera que viniera de fuera.” ( H. Silvestre, o. c. P. 85,86)[1]

 

   ¿ No se podría interpretar en el mismo sentido –escapar del dominio de las autoridades diocesanas- el pasaje de la forma como se considera el modo de unión de los Hermanos de San Pablo con los Hermanos Maristas”?

 

   “ Los Hermanos de St-Paul-trois-Chateaux no aceptarían esta unión más que en el caso de que los hermanos que integran esta unión, quedaran bajo la autoridad y dependencia de los RR. PP. Maristas” ( Circ. I, p. 490 )

 

   Es tanto más plausible, ya que, en el caso presente, había cambio de diócesis y los Hermanos de Valence –al menos su superior, el P. Mazelier- no debían estar bajo la dependencia del Arzobispo de Lyon.

 

III- ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD

 

   Para comprender mejor este deseo de unión de la Sociedad, es bueno profundizar un poco la estructura de la Sociedad tal como fue concebida en este tiempo :

 

   Ya hemos visto, hablado de los orígenes, que desde el seminario, el plan comprendía cuatro ramas. La idea fue retomada y concretizada en el “Summarium regularum Societatis Mariae” ( 1833 ). En la introducción leemos :

 

   “Societas qualis ab initio concepta et jam executioni mandata fuit, ut supra dictum est, amplectitur plures religiosorum ordines, 1º ordinem sacerdotum, 2º ordinem fratrum laicorum, 3º ordinem sororum religiosarum, 4º et confraternitatem laicorum insaeculo viventium” ( Doc. 294 # 5 )

 

   Encontramos ese plan claramente expuesto y explicado en la “Memoria” de J. C. Colin sobre la Sociedad de María ( 1833, 1834 ) :

 

   “Esta Sociedad tal como ha sido concebida y que ya comienza a tener vida, comprende tres congregaciones diferentes de religiosos : La Congregación de los Padres que se dedican a las misiones interiores y extranjeras y a la educación de la juventud en los seminarios menores o colegios; La Congregación de los Hermanos llamados Maristas, destinados a educar cristianamente a los niños en los pueblos a la manera de los Hermanos de las Escuelas Cristianas; la Congregación de las Hermanas, quienes, en el claustro atienden la instrucción de pequeñas niñas y abren, en casas separadas un refugio a muchachas arrepentidas.

 

   “Cada congregación tiene su gobierno particular, sus reglas y sus casas aparte : La Congregación de los Hermanos es gobernada por un sacerdote de la Sociedad que tiene el puesto de Provincial General de los hermanos; la Congregación de las Hermanas tiene una superiora general que extiende su vigilancia sobre todas las casas de la Orden; pero el provincial de los hermanos y la superiora de las hermanas, permanecen bajo la dependencia del Superior General de los padres, a quien ellos consultan y al que informan acerca de las cosas importantes” ( Doc. 299; cf. También doc. 300 # 1 y 2 )

 

   Los PP. Coste y Lessard anotan : “ Los elementos de ese párrafo “1” están sacados del Summarium n. 97, 105, 114 ( O. M. , vol. 1, p. 662 )

 

   No se puede ser más preciso sobre la distinción entre las congregaciones : Cada una tiene “su gobierno particular, sus reglas, sus casas aparte”. La unión se hace a nivel del superior general de los padres, como lo veremos después.

 

   Puede preguntarse de dónde viene esta diferencia de términos : “ Provincial de los Hermanos” y “Superiora de las Hermanas”.Ésta se explica fácilmente si se piensa que el “provincial” de los Hermanos, es en ese momento un padre marista, el cual, por consecuencia, depende ya del superior general como religioso. Por otra parte, el 3 de diciembre de 1830, el P. Champagnat había sido elegido por sus cohermanos  sacerdotes  como “rector provincial” ( cf. Doc. 224 ) y el 18 de diciembre del mismo año, había sido nombrado por Mons. De Pins “Superior de la Sociedad de María” ( Doc. 226 ). “ Todos los sacerdotes y los Hermanos de María os obedecerán como a su padre” ( Doc. 225 ) Yo no creo que se pueda ver en esta expresión una intención de poner la rama de los Hermanos y su superior a un nivel inferior al de las hermanas,  tanto desde el punto de vista de dignidad, como de poderes. En la práctica, el P. Champagnat era mucho más independiente que la Madre San José.

 

   El informe del Cardenal Castracane sobre el proyecto de las Sociedad de María, toma más o menos textualmente los párrafos 1 y 2 de la Memoria del P. Colin ( cf. Doc. 304 )

 

   Es lo mismo respecto a la petición sobre la Sociedad de María presentada por el P. Trinchant a la S. C. De Obispos y Regulares ( Doc. 326 y 327 ), en el otoño de 1834. Está claro que esa Memoria no es otras cosa que un arreglo corregido de la que el P. Colin había redactado en Roma para el Cardenal Castracane ( Doc. 299, 300 ). Las diferencias relativas  a la cuestión que tratamos, se refieren sobre todo a la supresión de la mención de la cofradía de laicos y una respuesta a la objeción queriendo que los Hermanos Maristas hicieran la competencia a los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

 

   Una familia religiosa con tal estructura significaba algo muy positivo en la Iglesia. Se conocían Órdenes religiosas que tenían tres Órdenes : Padres, hermanas y tercera orden; pero los Maristas son la única congregación que posee una tercera orden. ¿ Y esta rama de hermanos enseñantes que acaba de añadirse a las otras tres? ¿ Hay su equivalente en la Iglesia?. Los hermanos enseñantes laicos existían  con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, pero éstos no tienen ninguna relación con una congregación clerical. Congregaciones que se podrían llamar “mixtas” comienzan a surgir, pero, en ellas, sacerdotes y hermanos enseñantes no forman más que una sola y misma congregación, bajo un mismo gobierno, la misma regla y las mismas casas.

 

   Los hermanos enseñantes unidos a la Sociedad de María, estarán más o menos en la misma situación que las hermanas y los miembros de la tercera orden, en las Órdenes antiguas : Las hermanas no forman parte de la Orden de los padres, pero éstos les conceden apoyo y ayuda espiritual y el superior de los padres es considerado como el superior de la Orden completa.

 

   Nada de sorprendente que la estructura pareciera extraña y que se rechazara en Roma el reconocimiento de los Hermanos, las Hermanas y la Tercera Orden, como si formaran parte de una sola Sociedad con los padres. Parece que el Cardenal Castracane respondió mediante una cita bíblica : “No mezclarán al buey con el asno”.

 

   Se puede pues concluir que, jamás, en el pensamiento del P. Champagnat, los padres y los hermanos fueran considerados como una sola congregación, agrupando padres y hermanos a la manera de los Clérigos de St-Viateur, de los Marianistas,etc., pero siendo ramas distintas, unidas no obstante para formar la Sociedad de María, como lo hemos dicho anteriormente. La distinción está muy clara en el pasaje siguiente de una carta del P. Colin :

 

   “ En razón de ese cambio de hábito y de hermanos, veo con gran disgusto una dificultad en los inicios, a que los hermanos enseñantes terminen en nuestras casas de padres” ( Carta del 29 de febrero de 1840- Circ. I, p. 318 )

 

A - RAMAS DISTINTAS UNA DE LA OTRA

 

El “Summarium” y los otros documentos citados anteriormente distinguen muy claramente ramas diferentes, más que eso, “congregaciones diferentes”, teniendo cada una “sus reglas particulares, sus casas y su gobierno aparte”.

 

   Intentaremos demostrar que ese era el pensamiento del P. Champagnat y que de hecho, él consideró siempre su Instituto como una rama distinta de las otras.

 

   1º Él solo la organiza.

 

   Es él quien ha tenido la idea de fundación; los otros se desinteresaron : “Encárguese usted, puesto que usted ha tenido la idea”. Aún si el P. Champagnat consideró esta frase como una delegación en forma debida,- como lo prueba la dimisión de 1837 –parece que fue sobre todo de parte de los otros, un medio de mostrar su desinterés.

 

   Ya para 1824 a la petición del Fundador estando la obra en marcha desde hacía algunos años, el P. Courveille  y el año siguiente el P. Terraillon, vinieron al Hermitage, sobre todo en vista de un inicio de agrupamiento de los padres, más que para unirse a los hermanos y trabajar en su establecimiento.

 

   El P. Champagnat organizó su Instituto como un cuerpo que tenía vida por sí mismo : Hace nombrar un director entre los hermanos, el H. Juan María, después el H. Luis...Con los hermanos discute y examina las reglas. “ Antes de aceptarlas, aunque él mismo las había meditado mucho tiempo, las sometía al examen y aprobación de los principales hermanos a los que reunía en consejo o consultaba en particular. Así, no es más que después de haber tomado la opinión de cada uno de ellos y pesado las observaciones de todos, que adoptaba los artículos en discusión.” ( Vida p. 227 )

 

   Cuando en 1837 pensó en hacer imprimir las primeras Reglas, es todavía con los hermanos que las estudia:

 

     “ Por eso él reunió un cierto número de hermanos de los más capaces y de los más antiguos y durante más de seis meses, consagró con ellos cada día varias horas a este trabajo” ( Vida. P. 228 )

 

   Bien nos dice el H. Juan Bautista : “ Unas vez que la Regla hubo sido discutida,  la remitió a hombres prudentes y sabios para examinarla, “pero en ninguna parte aparece que haya pedido la aprobación del Consejo de la Sociedad, ni aún del P. Colin. Si en su pensamiento, padres y hermanos hubiesen debido formar un solo grupo, bajo una misma regla, él no hubiera actuado así : Normalmente los padres hubiesen tenido derecho a opinar y una decisión a tomar; y no se encuentra en ninguna parte señal de esto.

 

   “Sobre su lecho de muerte, dice al Hermano Francisco, su sucesor, que le daba todos sus poderes para terminar y fijar irrevocablemente, con el Capítulo General, las Reglas Comunes, las Reglas de Gobierno, las relativas a la dirección de las escuelas y el Método de Enseñanza “ ( Vida p. 229 )

 

   Aquí todavía no se ve ninguna referencia a un determinado papel a jugar por parte de los padres, lo que parece inconveniente si padres y hermanos deben continuar en una sola congregación. Por otra parte, los términos son categóricos : “ Ellos ceden sus poderes”,  “para terminar con el Capítulo General “. Es pues un organismo independiente que se debe desarrollar según el carisma propio del fundador.

 

   2º Al mismo tiempo,  trabaja en la organización de la rama de los padres, pero como una entidad distinta.

 

   “ Dios sabe cuánto amo yo a los hermanos, por ellos estoy dispuesto a dar mi sangre y mi vida; no obstante la obra de los padres me parece más importante. También me he entregado a ella al punto que para asegurarla; daría, si fuera necesario, todo lo que tenemos, mis trabajos, mis fuerzas y mi misma viva”, decía a un hermano...” “ Dios quiere a los padres y a los hermanos...En cuanto a mí, yo soy tanto para los unos como para los otros. Desde que Dios me ha concedido la gracia de consagrarme a l a Sociedad de María, no he tenido más que un solo deseo, el de verla constituirse y desarrollarse en todas sus ramas. Todos mis trabajos pasados han tenido por finalidad el pleno éxito de esta obra y hasta mi muerte, si Dios quiere, yo perseguiré este fin.”

 

   Se ve pues que distingue claramente a los padres de los hermanos, que los considera como parte de una misma Sociedad,  pero que no los confunde.

 

   Él será como el centro de unión de los padres de la Diócesis de Lyon, al menos hasta 1832, de la misma forma que el P. Colin lo fue para los de la Diócesis de Belley. Sobre este punto, permaneció siempre en contacto íntimo con el P. Colin y trabajó en estrecha colaboración con él y bajo su dirección, se puede decir, a pesar de que sus ideas difieren en ciertos puntos.

 

   El 12 de enero de 1836, el P. Colin escribía al P. Champagnat. Después de haber hecho alusión a las dificultades existentes entre los dos grupos y lanzado un llamado a la unión, añadía :

 

   “ Me dirijo a usted, porque es en usted y en el Sr. Pompallier  en quienes tengo mayor confianza; es en ustedes dos que descubro más este espíritu religioso tan necesario para el éxito de semejante empresa. No estoy lejos de pensar que será por medio de ustedes que la Sociedad se consolidará en la Diócesis de Lyon. ( Doc. 358 # 4 )

 

   El P. Champagnat fundador y superior de los hermanos, poseía una organización y una misión; es pues en el Hermitage que los sacerdotes de la Sociedad se agruparon primero pero, ayudando al P. Champagnat en la dirección de los hermanos, se distinguieron siempre de estos.

 

   El mismo P. Champagnat cuando vino a establecerse con los hermanos en la Valla “tomaba sus recreos con los hermanos”,  “trabajaba con ellos”,  “pero comía solo” ( Vida p. 104 )

 

   “ No quiso encargarse de la dirección de la casa, comprendía que no era su tarea, sino la del hermano director. Se apoyó pues sobre este último en todos los detalles de los cargos externos, le dio toda libertad para actuar y lejos de molestarlo o disminuir su autoridad, la fortaleció y la aumentó “ ( Vida p. 105 )

 

   El P. Champagnat fue el único sacerdote hasta octubre de 1823. Entonces, uno de los aspirantes maristas, el Sr. Seyve, vino a vivir a la Valla. Sólo permaneció durante seis meses ( Doc. 99 ). El H. Juan Bautista no hace ninguna mención de él. El P. Courveille lo reemplazó el 12 de mayo de 1824 ( Doc. 101 ). El P Terraillon es nombrado el 25 de mayo de 1825 ( Doc. 141 ). Los dos, parece que fueron pedidos por el P. Champagnat.

 

   El P. Courveille valiéndose de su título de fundador de la Sociedad, se estableció como superior. El P. Champagnat

 

   “ Lo dejó sin la menor dificultad tomar el título de superior y lo hizo considerar como tal por los hermanos”...Éstos, “contaban con que el P. Champagnat estaría siempre al frente de ellos y que el P. Courveille no ejercería sobre ellos más que una dirección general y se reservaría especialmente para los padres. Con este pensamiento, ellos continuaron dirigiéndose para todas las cosas al P. Champagnat como lo habían hecho siempre ( Vida p. 166 )

 

   El doble voto favorable al P. Champagnat probó claramente cómo comprendían los hermanos  la situación.

 

   Los padres jamás fueron nombrados al Hermitsage. Vemos que después de la partida del P. Courveille, el P. Terraillon “ que no quería estar en el Hermitage y que dudaba aún del futuro de la obra de los hermanos, pidió retirarse y partió en efecto, hacia la fiesta de Todos los Santos de 1826, a pesar de todos los esfuerzos que hizo el P. Champagnat para retenerlo.” ( Vida p. 230 )

 

   El 30 de mayo de 1827, el P. Séon, a quien el P. Champagnat había pedido al Arzobispo, vino al Hermitage. En 1828 es encargado por el arzobispado de lo espiritual ( Doc. 185 ). El P. Bourdin, conseguido por el P. Séon, llegó en diciembre de 1828 ( Doc. 185 ). Después, el P. Pompallier en septiembre de 1829. El P. Séon partió a Charlieu el 10 de noviembre de 1829 y permaneció allí hasta el 21 de diciembre de 1830.

 

   El P. Séon cuenta :

 

   “ En el Hermitage, vivimos completamente mezclados con los hermanos,” pero en la continuación de la narración, resalta que no siguen la misma Regla :

 

   “ Nosotros seguimos un reglamento muy severo; nuestro capítulo de culpas se hacía exactamente...El P. Pompallier que había sido nombrado en el arzobispado como director espiritual, hacía cumplir las Reglas. Entonces pensamos que era necesario separar a los padres de los hermanos “ ( Doc. 625 # 23 )

 

   En nota, Los PP. Coste y Lessard señalan  :

 

   “ Evidentemente era la dirección espiritual de los hermanos de lo que el P. Pompallier estaba directamente encargado, pero desde el momento que él sentía la necesidad de reglamentar más la disciplina religiosa o los ejercicios de comunidad, era inevitable que sus cohermanos sufriesen el contragolpe de las medidas tomadas. A la luz de esta observación del P. Séon, se puede atribuir al P. Pompallier, sin gran riesgo de error, un papel determinante en la elaboración del conjunto de Reglas adoptadas por los padres de la Diócesis de Lyon en la reunión de diciembre de 1830, en el Hermitage “ ( O .M. vol. 2, p. 452- cf.  Doc. 224, 227 )

 

   Es pues cierto que  al menos a partir de diciembre de 1830,  a pesar de que sólo son cuatro padres, tienen su regla particular, debidamente codificada y distinta del reglamento de los hermanos. De la nota del P. Séon, se puede también concluir que esta Regla estaba ya puesta a experimento o en práctica, bajo el impulso del P. Pompallier. El P. Colin se extraña de tantas reglas ( Cf. Doc. 625 # 25 y doc. 227 ); él la autoriza a título provisional :

 

   “ Sigan aquélla en la que han sido formados, pero con disposición de tomar para el futuro la que reconozcan como  la más útil a la gloria de Dios y a la salvación de nuestras almas”  (Doc. 227 # 2 )

 

   Pero se piensa seriamente en separarse. He aquí cómo el H. Juan Bautista presenta la situación :

 

   “ No pudiendo convenir el género de vida de los hermanos y su Regla a los padres, que tenían un fin y un ministerio diferentes, comprendió el P. Champagnat que era necesario establecerlos en comunidades separadas. Para eso, ofreció la propiedad y la casa de Grange-Payre, cercana a Saint-Chamond[2]. El Arzobispo y el P. Colin aprobaron ese proyecto y se estaba en el momento de ejecutarse, cuando una proposición del P. Rouchon, cura de Valvenoîte, hizo que la abandonaran” ( Vida p. 238 )

 

   Después de la elección del P. Colín como superior de los dos grupos, Beley y Lyon, el P. Champagnat había sido elegido como superior de los padres del Hermitage; pero después de un año ( 31 de diciembre de 1831 ) el P. Colin insistió en la necesidad de establecer una autoridad distinta para los padres y para los hermanos :

 

   “ Pensamos que el grupo de los misioneros debe estar separado del grupo de los hermanos y que cada uno debe tener su superior aparte. De esto, resultará un bien notorio para uno y otro grupo “ ( Doc. 241 ).

 

   El 3 de febrero de 1832, en otra carta al P. Champagnat y a los otros cohermanos de Lyon:

 

   “ Nosotros, pensamos siempre que el grupo de los Padres Maristas tomará poca consistencia en tanto que permanezca en la casa de los hermanos; que el superior de los hermanos  no puede ser el superior de los padres y que la primera cosa que deberán hacer es ver hacia el futuro, a qué lugar podrían retirarse los padres misioneros y a quién convendría poner al frente de ellos “ ( Doc. 242 # 2 )

 

   Habla en la misma carta de la disposición de los Hermanos Maristas, de los Hermanos José; volveremos después sobre este tema.

 

   En enero de 1831 el P. Séon se presenta como vicario en Valvenoîte, en donde pronto será seguido por el P. Fontbonne. Hay que hacer notar que todas esas nominaciones son hechas por el arzobispado. No será sino hasta 1832 que el establecimiento de los padres en Valvenoîte será puesto en orden definitivamente. El P. Séon fue elegido superior  de Valvenoîte y “provincial de los padres”.

 

   El 13 de noviembre de 1832 el P. Colin escribe al P. Champagnat :

 

      “ Acabo de recibir una carta del P. Séon, superior de los padres de Valvenoîte en la que me anuncia que todo está terminado y que los superiores de Lyon han dado su aprobación. No sabe cuánto bendigo al Señor por esto”...Y añade : “ Esta separación de sus cohermanos, le será posiblemente dolorosa, pero está en los designios del Señor. Aunque separados de cuerpo, no lo estarán de ninguna manera de espíritu. Que la más grande unión exista entre todos nosotros, aunque pertenezcamos a cualquier rama de la Sociedad .”  (Doc. 225 # 1 )

 

   Este pasaje parece dar la razón al P. Séon, quien dice :

 

   “ Entonces pensamos que era necesario separar a los padres de los hermanos. El P. Champagnat se oponía mucho a ello, pero se tomó el parecer de todos y estuvieron en su contra.” ( Doc. 525 # 23 ). ¿ Habrá contradicción con el texto del H. Juan Bautista citado anteriormente? La oposición no es más que aparente. Es que “habiendo hecho discretamente  alusión  a las dificultades que presentaba la unión de los padres y de los hermanos en el Hermitage, el P. Séon menciona en seguida el tipo de solución que fue adoptado, a saber, la separación de las dos comunidades.” ( O. M. , vol. 2, p. 452, nota ) “Lo que temía este último era menos, sin duda, perder su título de superior de la Sociedad de María en la Diócesis de Lyon ( cf. Doc. 226 # 2 ) que ver la obra de los hermanos privada del socorro de los padres. El voto decisivo al que se hace alusión aquí, debió haber tenido lugar en otoño de 1832 en la reunión en la que fue elegido el nuevo superior de los padres, el P. Séon ( doc. 2235 # 1 ) o en otra anterior.”

 

   El temor de quedar sin la ayuda de los padres era muy legítima y quedaba como posibilidad. En efecto, aunque elegido por sus cohermanos, el P. Champagnat había sido nombrado por el arzobispado “Superior de los Padres y de los hermanos.” Los padres se consideraban como miembros de la Sociedad, pero en el arzobispado se les veía siempre y se les trataba como miembros del clero secular. Si los padres se sentían llamados a alejarse del Hermitage, atraídos por la nueva residencia o designados por el nuevo superior a otras obras, el P. Champagnat corría el riesgo de no recibir otras ayudas por parte del arzobispado. Ahora bien, él no podía soportar solo la tarea. Afortunadamente esos temores no se realizarían...No completamente, al menos.

 

   Había probablemente otra razón que se saca fácilmente de los tratos respecto a la Grange-Payre : era el ofrecimiento hecho a los padres, llamados a servir a la parroquia bajo la dirección del cura.

 

   En agosto de 1834 el P. Champagnat escribió al P. Cholleton para ofrecer la Grange-Payre, que acababa de heredar, a fin de que se pudiesen allí reunir los padres La razón que da, es la situación de los padres empleados en la parroquia como vicarios, que les impide cumplir con el fin de su vocación.

 

   “ La administración de la parroquia los ocupa todo el tiempo y los podría ocupar más. Los mejores sujetos allí pierden su vocación; los que sienten algún atractivo `por las vida religiosa, no osan presentarse por el temor de ser empleados como vicarios.. Los que ya están, decidieron retirarse diciendo que no podían formarse, ni preparar ningún sermón, en una palabra, nada que pudiese servir a un misionero .No hablo del recogimiento que se pierde casi siempre en los altercados  que están obligados a tener los unos con los otros frecuentemente con sus colaboradores.. en qué triste posición se ponen para ganarse el sueldo que les da el cura...” ( Doc. 321 )

 

   Y el 18 de septiembre, en una carta al mismo :

 

   “ Veo, sin lugar a dudas que la obra de los padres en Valvenoîte va a fracasar completamente puesto que se encuentra en una posición falsa”...Y dice claramente su punto de vista acerca de la vida marista para los padres :

 

   “ Reúnasenos a todos en una casa dependiente solamente de nuestro digno arzobispo y del superior particular. No nos impliquéis más en un ministerio secular...Que los padres Pompallier, Séon, Foret y Bourdin o uno de Belley ( en  la otra versión nombra al P. Colin mayor ) sean reunidos, sometidos a una regla, sin tener otro ministerio, esperando sólo los retiros o las pequeñas misiones en los pueblos, verá que las cosas tomarán otro rumbo...

 

   “ Le prometo de nuevo que no dejaré que falte nada a mis cohermanos, aunque fuera preciso vender mi última camisa; os lo digo con lágrimas en los ojos. ( Al inicio de la carta, había ofrecido ceder todo el provecho de la propiedad : 1500 francos, el uso del edificio y hacer las reparaciones necesarias )

 

  “ Nuestros hermanos están de acuerdo conmigo. Ellos estarían dispuestos a dejar el Hermitage a los padres de la Sociedad si fuera necesario. Todos firmarán la cesión de bienes que yo mismo ofrezco para poner a los padres de la Sociedad en una mejor posición.” ( Doc. 323 “m” y “B” )

 

   El P. Colin aprobaba el proyecto, como se ve en los documentos 323, 324, 331; si aconseja la prudencia para manejar la susceptibilidad de los cohermanos ( Doc. 324 ), está a favor de la ejecución del proyecto :

 

   “ Estoy persuadido de que el buen Dios lo destina a fundar la casa de noviciado de los padres en su Grange-Payre. No pierda de vista esta idea. Me parece que pronto  la podrá proponer de nuevo a sus cohermanos de Valbenoîte.” ( Doc. 331- 17 de enero de1835 )

 

   No es temerario pensar que el P. Champagnat quien tenía mucho del espíritu de la Sociedad, había considerado las complicaciones que traería esta sujeción a la vida parroquial, así como la sumisión a un sacerdote que no fuera de la sociedad. ¿ No sería este uno de los motivos de sus reticencias al establecimiento en Valbenoîte?

 

3º Papel de los padres en el Hermitage.

 

   Allí, ellos son como capellanes, ayudantes del P. Champagnat en la dirección y formación de los hermanos, no como cohermanos de ellos.

 

   Ya hemos visto que el P. Séon, después del P. Pompallier había sido encargado por el arzobispado de la dirección espiritual. En una carta del P. C hampagnat al P. Cattet, encontramos indicaciones particulares; constatamos que se han repartido la tarea :

 

   “ El P. Séon, como lo sabe, se ocupa de lo espiritual de la casa, de nuestra fábrica de listones y de prestar ayuda de tiempo en tiempo a las parroquias vecinas, que tenemos, como lo sabe, tanto interés en ayudar. El Padre Bourdin ( nota : él debía ser ordenado dos días más tarde ) a cargo de las clases de los novicios, de la escritura, del cálculo, del canto, del catecismo, de la librería de los establecimientos y de la pequeña capilla. En cuanto a mí, estoy encargado de las visitas a los establecimientos, de establecer tratos con los municipios, del cambio de hermanos, de la recepción de los novicios que se presentan, en una palabra, de la marcha general y particular de todos los establecimientos. No puedo dedicarle a lo temporal de la casa más que poco tiempo, sin poder hacer nada por los establecimientos cuyos gastos son apenas atendidos. ( 18 de dic. De 1828 – Doc. 185 # 4 y 5 )

 

   ¿ Se puede decir que el P. Champagnat fue siempre bien comprendido y secundado por sus cohermanos?. Sería difícil asegurarlo.

 

   Hay que recordar las dificultades suscitadas por el P. Courveille. Hemos visto que el P. Terraillon se retiró en 1826. Fue en seguida el P. Séon quien pensó en retirarse también, después de la duda que el P. Champagnat había emitido sobre el porvenir de la rama de los padres :

 

   “ Lo que usted hace aquí, está bien, pero yo quiero ser de una sociedad religiosa de sacerdotes que se dediquen a  evangelizar. De esta manera, yo parto mañana para Lyon

 y voy a pedir mi “traslado” para ir a unirme con los padres de Belley” ( Doc. 625 # 11 )

 

   La entrevista con el Vicario General se terminó felizmente con el permiso de que fuera el Sr. Bourdin, entonces diácono, al Hermitage.

 

   El caso del P. Pompallier fue más complicado y más peligroso para el Instituto.

 

 

   “ El P. Pompallier estaba en el Hermitage en calidad de capellán desde hacía varios años, pero casi no aprobaba la conducta del P. Champagnat. Criticaba su administración y sobre todo la forma como dirigía a sus hermanos.” ( Vida p. 224, 225 ).

 

   Propone entonces al arzobispo unir a los Hermanos Maristas a la congregación de Saint-Viateur.

 

   Frecuentemente los padres estaban ocupados en otras tareas. El P. Séon, estaba bien en el Hermitage, pero, por decisión del Consejo del Arzobispado –él y el P. Champagnat eran siempre considerados como sacerdotes seculares- debían ir a confesar a N. S. De St-Chamond “dos o tres días por semana.”

 

   “ Será respondido al P. Champagnat, director de los Pequeños Hermanos de María en el  Hermitage de la Valla, hacer él mismo al P. Poncet ese servicio, o  por medio del P. Séon. “ ( Doc. 179 )

 

   Después del establecimiento de los padres en Valbenoîte, se le dejó uno o dos auxiliares en el Hermitage, pero éstos parecen muchas veces más ocupados en otros apostolados, que en secundar al fundador. A tal punto que poco antes de la cuaresma de 1835, el P. Champagnat escribió a Monsr. De Pins para pedirle un auxiliar secular. Expone primero el estado de su Congregación :  200 sujetos, 29 establecimientos, 4000 niños, después :

 

 “ Estoy obligado a estar sin cesar viajando para visitarlos. Mi salud se debilita cada vez más; el P. Servant que está conmigo y que merece muchas alabanzas, se ocupa todo el día, retirado en su cuarto, de los sermones, la predicación, de las misiones; se prepara en este momento a predicar la cuaresma en Saint-Chamond; el Sr. Cura de San Pedro que lo ha pedido con insistencia, está contento de su manera de predicar.

 

   “ Es verdad que tengo hermanos que me secundan en los diversos empleos : un buen maestro de novicios, un hermano capaz para las clases de los hermanos, uno para las de los novicios, un ecónomo. Nos falta un hombre que vele, que anime y que dirija en mi ausencia, que dé cuentas de los que van y vienen, que ame, que sienta toda la importancia y todas las ventajas de tal puesto, un director piadoso, culto, experimentado, prudente, firme y constante, El P. Deculthieu, vicario de Pélussin, que reúne todas esas cualidades, me ha dicho varias veces cuánto estima nuestras obra por los sujetos que nos ha enviado, por el empeño que ha puesto para tener un establecimiento en Pélussin y porque él mismo ha dicho que se entregaría gustosamente a semejante obra si los superiores lo quieren. Me ha encargado escribirle “ ( Doc. 334 )

 

   ¿ Es seguro que encontraremos entre los nuestros un servicio mejor que aquél que nos viene del exterior? ¡ La historia se repite tan fácilmente! ¿ Tendremos todavía el recurso de recurrir a sacerdotes seculares o de otras congregaciones clericales?

 

4º Distinción entre Hermanos Maristas y Hermanos José. 

 

   Siendo el grupo de Belley más numeroso, sintieron los padres la necesidad de hermanos que se ocuparan de lo material. Aún si él reclutó varios sujetos ( cf. Dos. 246,322, 331, 336) , es sobre todo hacia el Hermitage que el P. Colin volvió su mirada en los inicios. En 1834 el H. Timoteo estaba ya en Belley cuando el P. Colin pidió un hermano para la cocina ( Doc. 322 y 325 ). El H. Andrés fue enviado.

 

   El P. Jeantin escribe :

 

 

   “ Para la formación religiosa de los hermanos, como para su reclutamiento, el fundador podía contar entonces con el Instituto del P. Champagnat. Es de allí principalmente que se sacaba a los que eran necesarios, sea para las nuevas residencias, sea para las misiones de Oceanía. También allí enviaba a aquellos que tenían necesidad de ser formados en la vida religiosa o fortalecerse. “ ( Jeantin o. c. , p. 262 )

 

   “ Todos los hermanos, hasta 1839, cualquiera que fuera su procedencia, hicieron profesión en el Hermitage, con los Pequeños Hermanos de María “ ( Coste, o. c. , p. 183 )

 

   El P. Champagnat colaboraba gustosamente enviando hermanos para ayudar a los padres y dando la formación a los hermanos enviados por el P. Colin; pero es en varios puntos en los que no puede aceptar las ideas del P. Colin. Como lo dicen los PP. Coste y Lessard :

 

   “ El P. Colin intentó integrar ( los hermanos sirvientes ) en el plan general de la Sociedad a riesgo de una modificación del Instituto del P. Champagnat “ ( O. M. Vol.  P. 539, nota 2)

 

   El P. Colin consideraba una sola congregación de hermanos, bajo dos categorías y teniendo funciones diferentes, hábitos distintos y recibiendo una formación diversificada.

 

   El P. Champagnat aceptaba una sola congregación, pero se inclinaba absolutamente a que todos los Hermanos Maristas formaran una sola categoría, recibieran la misma formación y llevaran el mismo hábito, estuvieran sometidos a una misma Regla y a un solo gobierno; en otros términos, él se inclinaba absolutamente por la integridad y por las características de su Instituto. Es un punto sobre el cuál estuvo en clara oposición con el P. Colin.

 

   Algunos han querido ver en la segunda rama indicada en el “Summarium” : “ Ordinem fratrum laicorum “, el grupo de hermanos coadjutores, pero yo no creo que se pueda sostener esta teoría. Las tres Órdenes previstas en el origen eran : La Orden de los Padres, la Orden de las Hermanas y la Tercera Orden, basadas en el modelo de las Órdenes más antiguas en las que no se hace mención de los hermanos coadjutores como orden distinta. La Orden de los hermanos laicos de la que se tratas en el “ Summarium “ es la de los hermanos enseñantes que el P. Champagnat impuso a la atención de sus cohermanos y que él se encargó de lanzar y realizar.

 

   Por otra parte, en el “ Summarium “ el P. Colin menciona a los hermanos coadjutores en el capítulo concerniente a los padres y no en el capítulo consagrado a los “ fratri laici “ ( cf. Coste, o. c. , p. 182 ) lo que indica bien el lugar que se les debía reservar, aunque la cuestión no fue reglada definitivamente sino hasta 1839.

 

   La “ Memoria “ del P. Colin ( Doc. 299, 300 ), el informe del Cardenal Castracane ( Doc. 304 ), la súplica del P. Trinchant ( Doc. 326, 327 ) indican categóricamente lo que son los hermanos :

 

   “ La congregación de los Hermanos llamados Maristas, destinados a educar cristianamente a los niños en los pueblos, a ejemplo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas “.

 

   Por otra parte, en 1833 el grupo de hermanos coadjutores propiamente hablando, no existía, puesto que de los tres que firmaron como Hermanos José, después de la bendición de la capilla de Belley, ninguno había hecho su noviciado; dos : Cartier ( H. Eugenio ) y Millot ( H. Antelmo ) irán al Hermitage en el otoño de 1834, para su noviciado; el tercero, Girod ( H. María ) tomará el hábito en julio de 1835. Ahora bien, en el “ Summarium “ se decía claramente que el proyecto de cuatro congregaciones religiosas estaba ya en ejecución[3].

 

   No obstante, en la  “súplica” de los aspirantes maristas al Papa Gregorio XVI ( 23 de agosto de 1833 ) destinada a acompañar las Reglas de la Sociedad, encontramos una explicación de los Hermanos José. Allí se distinguen dos categorías de hermanos :

 

   “ Duplicem enim alium religiosorum ordinem amplectitur eadem B. Mariae Societas :ordinem scilicent Fratum qui in regula alii nuncupantur fraters sancti Josephi, ad illius Patriarchae official implenda, nempe opera manualia; alii Fratres Maristae, qui bini vel tres autplures in parochiasmittuntur ad infants praesertium paupers prima sacrae doctrinae et scientiae elementa edocendos “ ( Doc. 282 )

 

   Como hemos visto, no se hace mención más que de los Hermanos José en los documentos subsiguientes, yendo al mismo problema. O sea, que la cuestión de los hermanos sirvientes fue abandonada; el P. Colin consideraba otras soluciones : O bien, los englobaba en la Congregación de los padres ( Summarium ), o bien : los “oculta” en la de los hermanos enseñantes.

 

   El P. Colin tenía las clara intención de fusionar los dos grupos de hermanos  ( cf. Summarium, citado anteriormente ). El 3 de febrero de 1832, en una carta a los cohermanos de Lyon, después de haber pedido la nominación de un superior distinto para los padres y para los hermanos, habla por primera vez de los Hermanos José; su concepción de la organización está claramente señalada :

 

   “ En cuanto a la disposición de los Hermanos Maristas y José de los que hemos hablado, pensamos en Belley, donde no habrá    más que un grupo de hermanos, que ese grupo estará compuesto de dos clases de hermanos, Hermanos Maristas y Hermanos José; los que hayan sido recibidos como Hermanos José, no podrán jamás convertirse en Hermanos Maristas, a menos de una razón muy grave; pero los Hermanos Maristas podrán convertirse en Hermanos José; el empleo al cual se les destinará hará entre ellos la distinción de Hermanos Maristas o Hermanos José. Veremos más adelante si éstos tendrán el mismo hábito. El resto lo examinaremos  cada vez más” ( Doc. 242 # 3 )

 

   El 9 de abril el P. Colin volvió sobre el tema en una carta al P. Champagnat :

 

   “ En cuanto a los hermanos llamados de San José, mi  intención  sería unir este grupo al suyo, de suerte que los dos grupos, sea que estuviesen juntos o separados, dependieran del mismo superior. Por ello, nosotros reduciríamos nuestro plan y posiblemente lo volveríamos más fácil. Pero si sus hermanos no quieren  aceptar este arreglo, o si se encuentran dificultades en él, nosotros formaremos el grupo de Hermanos José en Belley; ya dispongo de cinco o seis sujetos. Si usted me hubiera podido dar al menos un hermano antiguo lleno de virtud y de entrega, lo hubiéramos colocado provisionalmente al frente de la empresa.

 

   “ No convendría que los hermanos ocupados en empleos manuales en los colegios y las otras casas de la Sociedad, tuviesen el hábito que ha dado a los Hermanos Maristas. Su hábito será mucho más sencillo y más conforme a su empleo “ ( Doc. 246 # 2 y 3 )

 

   Los PP. Coste y Lessard colocan en nota :

 

   “ Una distinción de nombre y aún de hábito hubiera sido introducida en la Congregación ya existente  de M. Champagnat, donde, hasta allí, la diferencia de empleos no significaba ninguna discriminación. Era poner en duda la estructura misma del Instituto donde los hermanos habían hecho sus votos y se comprende que estos últimos se habían opuesto al proyecto. “ ( O. M. , vol. I, p. 543 )

 

   El P. Colin tiende siempre a sus ideas; el 4 de septiembre de 1834, escribe al P. Champagnat :

 

   “ Mi intención es siempre enviarle dos de nuestros hermanos para que hagan su noviciado con usted y que recibas en su casa el santo hábito.”

 

...” Es el tiempo en que los diversos hermanos se centralizan y se juntan en la casa madre de los hermanos; usted sabe que mis intenciones son que los Hermanos Maristas y José, formen un solo grupo “ ( Doc. 322 # 3 )

 

En una carta, el 7 de enero de 1835, el P. Colin da su opinión acerca de la formación que deberían recibir los dos novicios que ha enviado y sobre el hábito de los Hermanos José.

 

   “La carta del P. Colin al P. Champagnat del 7 de enero había debido provocar una respuesta bastante rápida de este último...Insistiendo sobre la nueva formación de los dos novicios que había enviado y proponiendo un hábito distinto para los Hermanos José, el P. Colin había tocado una vez más una cuerda delicada. El P. Champagnat, tendía, en efecto, a que ninguna distinción fuera introducida entre los hermanos Es a esas objeciones  fáciles de leer entre líneas que responde el P. Colin “ ( O. M. Vol. I, Introducción al doc. 331 ) : Carta del 17 de enero de 1835 :

 

   “ Las observaciones que le he hecho sobre el hábito de los hermanos, ( Doc. 330 # 4 ) no pueden ser puestas en práctica por el momento. Pero se deben examinar delante de Dios...(habla del hábito y en particular del rabat ); después continúa en lo que se refiere a la formación :

 

   “ Usted debe darse cuenta de que los hermanos destinados a los trabajos manuales no pueden ser formados como los otros; durante su noviciado, deberán ser empleados especialmente en los diversos trabajos manuales porque de otra manera, perderían el gusto por el trabajo y se acostumbrarían en seguida a una especie de entorpecimiento que los volvería inhábiles en sus funciones. Yo creo que los hermanos que hayan pasado varios años en la enseñanza serán, en efecto, poco aptos para convertirse en hermanos servidores. Es esta impresión la que me lleva a aconsejarle destinar desde el momento del noviciado a los trabajos manuales a aquellos de los novicios que le parezcan aptos para esa clase de empleos.” ( Doc .331 # 2 )

 

   “ Tenemos aquí en Belley dos hermanos conocidos desde hace mucho tiempo; si lo juzga a propósito, tomarán el hábito aquí y no obstante, pertenecerán siempre a su casa de hermanos. Usted les asignaría el nombre de religión y dependerían igualmente de usted. Ya me comunicará su parecer” ( Doc. 331 # 5 )[4]

 

   “ Los PP. Coste y Lessard señalan :

 

   “ A juzgar por el caso del Hno. Mariel ( H. X. Girod ), el P. Champagnat no debió aceptar esta solución. El del Hno. Luzy permanece oscuro “. El H. Marie se presentó, en efecto, en el Hermitage en la primavera de 1835; allí tomó el hábito el 26 de julio. Él había debido pedir al P. Colin ser recibido como hermano marista y no como hermano José; al menos es lo que se puede deducir de la respuesta del P. Colin; probablemente no se trata más que de la aplicación de un caso particular.

 

   “ Por lo que respecta a los hermanos maristas y a los hermanos José, basta con que sepa que el mismo hermano puede en el mismo día ser hermano marista y hermano José;          es hermano marista en el momento en el que se ocupa de la instrucción de los niños; y es hermano José en el momento en el que se ocupa de la forja , o de la cocina, y eso, aún en el Hermitage. Entonces, usted ve que es sólo el empleo que hace la distinción. Tenemos necesidad de usted aquí para ajustar cuentas y sacar provecho de los instrumentos que usted ha dejado. Pida al P. Champagnat que lo deje partir en seguida...Más tarde, si usted continúa deseando dar clases, yo favoreceré su deseo.” ( Doc. 345 )

 

   El H. Marie hará el 10 de octubre de 1835, votos por tres años y después de un año, el 10 de octubre de 1836, sus votos perpetuos. A partir de su profesión perpetua, permanecerá con los Hermanos Maristas, donde morirá el 6 de diciembre de 1876.

 

   Cómo se debe interpretar este pasaje de la carta del 20 de enero de 1836 :

 

   “ Piense también en poner en orden la rama de los hermanos. Cuando tenga tiempo buscaré cómo podremos unirlos al grupo de los padres.” ( Doc. 358 # 4)

 

   En una carta al P. Champagnat ( 29 de febrero de 1840 ) el P. Colin resume la idea que tenía e indica el ordenamiento de la cuestión :

 

   “ Yo había creído, para unir la rama de los padres y la de los hermanos , que debía establecer entre ellas una especie de dependencia mutua, poniendo las dos ramas en la necesidad de recurrir, en caso necesario, la una a la otra. No veía ninguna dificultad en que los hermanos cambiasen de hábito al pasar de una casa a la otra, tanto más que estaba en el interés de los padres que esta mutación no tuviera lugar sino  en caso de necesidad real,  encontraba también que,  puesto que aún en el Hermitage, los hermanos cambian de hábito para los trabajos, esto podría ocurrir en el tiempo que ellos pasaran a nuestras casas. Tampoco pensaba que hubiera dificultad en que los hermanos enseñantes recibieran algunos novicios para nuestras casas y era por lo que yo pensaba unir las dos ramas, la una a la otra, poniéndolas en el caso de prestarse mutua ayuda.

 

   Pero, puesto que esos artículos parecen presentar dificultades tanto a usted como a los hermanos, puesto que se siente rechazo hacia ellos,  renuncio gustosamente  a los mismos. De este modo, no será ya cuestión de cambio de hábito ni de recibir en sus casas postulantes para nosotros, la Providencia ya proveerá. Los hábitos de los Hermanos Luc y Aurélien están hechos, ellos esperan para tomarlos que yo les dé permiso. Yo no quería dárselo, sino hasta después de recibir su respuesta. Pero les diferiré este permiso y si le parece bien, buscaré reemplazarlos lo más pronto posible, porque veo un grave inconveniente en tener en nuestras casas dos clases de hermanos.” ( Circ. I, p. 317 )

 

   ¿ Las dos expresiones “unir al grupo de los padres “, “ unir la rama de los padres y de los hermanos “ y el medio propuesto :  Fusionar a los hermanos enseñantes y a los hermanos coadjutores, no indican una tendencia a la absorción de los hermanos enseñantes? Es difícil de pronunciarse; tampoco es posible saber si el P. Champagnat presentía allí algún peligro. En todo caso, apoyado por sus hermanos, él se mantuvo firme en la concepción de una rama distinta a la de los padres, pero unida a la Sociedad, bajo la dependencia del Superior General.

 

   La separación de los dos grupos fue decidida en el retiro de 1839, cuando el P. Colin pidió la opinión de los padres. Por unanimidad éstos se pronunciaron a favor de la clara separación. El P. Jeantin da las razones :

 

   “ Todos reconocieron los sentimientos de cordialidad y de entrega con los cuales el P. Champagnat y sus hermanos acudían en su ayuda; pero considerando que el fin propio de su Instituto es la educación de los niños del campo, no el servicio de lo temporal rendido a los Padres Maristas; considerando además, que una Sociedad de padres no está completa más que en la medida en que tenga sujetos directamente llamados y exclusivamente dedicados a esos empleos : Por esos motivos, los profesos consultados respondieron que la Sociedad de María debía tener hermanos dedicados a las cosas temporales y distintos de los Pequeños Hermanos de María.” ( Jenatin, o. c. p. 263 )

 

   En ese momento, “ cuatro hermanos maristas se convirtieron en hermanos coadjutores”  (Coste. o. c. P. 193 );  entre ellos se encontraba el H,. Timoteo. Los otros que estaban al servicio de los padres retornaron al Hermitage. Es en 1840 que los padres organizaron su noviciado para los hermanos coadjutores de Belley.

 

   Vemos pues, que el P. Champagnat tendía fuertemente a defender la integridad de su Instituto y su carácter particular : tanto para el hábito como para la formación, la unidad en el objetivo; prueba irrefutable de que lo consideraba como una rama distinta de la de los padres. En todas las Órdenes, los hermanos coadjutores son considerados como parte integrante de la Orden, formando una categoría particular y no una congregación distinta. Por otra parte, es lo que existe todavía entre los Padres Maristas, donde los hermanos coadjutores forman una categoría particular, pero son contados entre los miembros del Instituto; habitan las mismas casas que los padres, están sometidos al mismo gobierno y tienen las mismas Reglas.

 

5º Ninguna huella de paso de un hermano al estado eclesiástico, para convertirse en Padre Marista.

 

   El P. Coste señala la procedencia de los primeros Padres Maristas :  Hay un Vicario General, sacerdotes, seminaristas...laicos : Profesores, negociantes, militar, notario ( cf. Coste o. c. P. 195 ): no se encuentra ningún hermano.

 

   Se dirá posiblemente que los hermanos no estaban bastante instruidos, no tenían disposiciones, etc. Basándose en la apreciación del P. Maîtrepierre ( cf. Doc. 752, H. Sester p. 83 ) se podría pensar en esta idea, pero es generalizar demasiado rápidamente. Entre ellos, había sujetos que hubiesen podido convertirse en sacerdotes fácilmente; posiblemente algunos estaban retrasados en sus estudios; pero el P. Champagnat sabía por propia experiencia que con voluntad y trabajo, se podía lograr el objetivo, si se tiene un mínimo de disposición. No obstante, él que trabajó tan fuerte para el reclutamiento de los padres –sabemos que en 1831, envió dos jóvenes a Belley ( los SS. Solichon y Berne )  con el P. Bourdin  ( Doc. 239 ); que pagó 160 francos por la pensión de uno de ellos- no dirigió jamás uno de sus hermanos a estudiar para convertirse en sacerdote. Al contrario, se opuso fuertemente a aquellos que se inclinaban  hacia el sacerdocio.

 

   El H. Francisco era ciertamente bastante inteligente para convertirse en padre; al menos el cura de Tarentaise así lo juzgaba :

 

   “ Un día, el Sr. Cura de Tarentaise, después de haberlo invitado a abrazar el estado eclesiástico, viendo que sus consejos no hacían ningún efecto sobre él y que los escuchaba con notable indiferencia, le dijo :

 

 “ ¿ Por qué no quieres estudiar latín como tu hermano?”

-“ Porque yo no hago mi voluntad, respondió el Hermano Francisco, sino la de Dios que me es manifestada por mi superior “ ( Vida p. 9 4 )

 

   El caso del H. Luis es todavía más claro; encontramos en la respuesta del P. Champagnat una refutación de ciertos motivos que se han  presentado hoy a favor de la introducción del sacerdocio entre nosotros :

La posibilidad de hacer más bien. He aquí cómo el H. Juan Bautista narra el hecho :

 

   “ La facilidad que él sentía por el estudio y el amor que tenía por nuestro Señor, lo impulsaron a estudiar latín para abrazar el estado eclesiástico a fin de procurar una mayor gloria de Dios y unirse más frecuentemente a Jesucristo. El Padre Champagnat a quien él le contó esto, le dijo que era una trampa del demonio, que, celoso de su virtud, lo engañaba con el deseo de una vida más perfecta, para impedir el bien que él hacía. “ Mi querido amigo, añadió el Padre, no es necesario ser sacerdote para amar a Jesucristo y ganarle almas :  En su santa vocación, usted puede estudiar, amar e imitar al divino Salvador tan perfectamente y más fácilmente que en cualquier otro estado. En ninguna otra parte podrá hacer más bien, porque no hay obra más excelente que dar el catecismo a los pequeños niños, formarlos en la piedad, prepararlos a la primera comunión y conservarlos en la inocencia”...El Padre, que conocía su perfecta docilidad, viéndolo siempre preocupado por este pensamiento, lo llamó a su cuarto y le dijo : “ Hermano Luis, yo estoy convencido de que usted está en su vocación y que la voluntad de Dios es que permanezca en ella. En consecuencia, le prohibo pensar en estudiar latín”...Cosa admirable que se debió mirar como el fruto de su obediencia, después de ese día, no fue más atacado por semejante tentación.” ( Vida, p. 185, 186 )

 

   Tuvo la misma conducta hacia los otros que pedían retirarse para ingresar al sacerdocio o para colaborar en otras obras ( cf. H. Juan María : Vida del P. Champagnat, p. 181. y H. Juan Francisco : p. 183 )

 

   El P. Colin parece haber compartido la idea del P. Champagnat sobre este punto. Encontramos un ejemplo de esto en su conducta con respecto al H. Juan Francisco Régis que había consultado al superior de los padres para hacerse sacerdote :

 

   “ He dicho al hermano J. R. – Régis, escribe el P. Colin, que yo no decidía nada por la vocación al estado eclesiástico, que si él salía de la comunidad de los hermanos, se le liberaría de sus votos, pero que se dejaba sobre él solo toda la responsabilidad de su gestión.” ( Carta al P. Champagnat, 14 de julio de 1838 – Archivos )

 

   Se encontrará en el trabajo del H. P. Sester ( P. 81 abajo a 84 ) hechos y textos que prueban claramente que el P. Champagnat tendía a la integridad de su obra, que alejaba aún toda función eclesiástica y la enseñanza del latín y que sus sucesores continuaron en la misma línea de ideas.

 

 

 

 

     Relaciones de los Padres y de los hermanos.

 

   De 1832 a 1840, por consiguiente, en el tiempo del P. Champagnat, Padres y Hermanos Maristas casi no han convivido.

 

   Sabemos que un número muy restringido de hermanos fueron a ayudar a los padres, pero eran sobre todo considerados por los padres como hermanos coadjutores.

 

   Por otra parte, los padres no parecen haber cumplido otros papeles que el de capellanes del Hermitage. De todos los establecimientos señalados en la lista de 1839 ( Circ. I, p. 308)  ninguno podía reclamar los servicios de un capellán :  Eran sobre todo escuelas parroquiales integradas a  la parroquia. La más importante es St-Didier-sur-Chalaronne con 300 alumnos y 5 hermanos, escuela privada. Allí hubo por parte del obispo un proyecto de fundar un noviciado. El 3 de diciembre de 1839, el P. Champagnat escribía al obispo de Belley :

 

   “ He aumentado el personal de St- Didier con el fin de que el hermano director pueda dedicarse más especialmente al cuidado de los novicios. Me ha escrito diciendo que ha recibido algunos de ellos y me ha dado mucho gusto la noticia; pero temo mucho que el asunto del noviciado no pueda marchar sólidamente con el tren de clases y del internado...Después de haber reflexionado y analizado bien, no creemos que tenga éxito este establecimiento en las condiciones en que se encuentra .” ( Archivos )

 

   Aconsejaba sobre todo adoptar la fórmula de la Côte-St-André : Abandono del proyecto de noviciado y preparación de sujetos para la Sociedad. Por otra parte, se trataba originalmente “de un noviciado preparatorio “ ( Carta del 18 de octubre de 1837 )

 

   Entre los establecimientos citados, hubiera podido ser Belley el que debió poner a los hermanos en contacto directo con los padres : “ 1835 –Belley antigua casa de los capuchinos –escuela privada- 5 hermanos.” ( Circ. I. p. 308 ) Se sabe que la antigua casa de los capuchinos había sido cedida a los Padres Maristas que pusieron allí su primera casa en la Diócesis de Belley.

 

   La lista de los establecimientos en 1837, señala : “ Belley –al servicio del seminario menor.” ( Archivos ). Eso daría posiblemente la explicación; tanto más que, en la lista de destinos de 1839, el nombre de Belley ha desaparecido. La separación de  los hermanos coadjutores se efectúa en ese momento y los Hermanos Maristas regresan al Hermitage.

 

   ¿ Cómo explicar que la lista de 1839 menciona a Belley como una “escuela privada”?. La cuestión se puede explicar así, yo creo : Esta lista es añadida a los Estatutos de la Sociedad, en una “solicitud” para obtener una ordenanza real. El P. Champagnat tiene interés en hacer notar la importancia de su Instituto, señalando todas las casas. Por otro lado, si los hermanos están al servicio del seminario menor, se puede decir que están empleados en una “escuela privada”; nada obliga a decir que están allí en calidad de hermanos coadjutores. Esta interpretación es al menos probable.

 

   Se presentan tres cartas del P. Champagnat en las que se habla de la interacción de los padres.

 

a)   La dirigida al Obispo de Belley ( 18 de octubre de 1837 ) que se refiere a Nantua. Ese pasaje se explica fácilmente y no presenta problema puesto que se trata de la Diócesis de Belley y el establecimiento se encontrará cerca de los Padres Maristas. Por otra parte, la expresión es bastante vaga y parece preparar una conclusión de carta, más que indicar una determinación :

 

   “ Tendría siempre, en los establecimientos que fundaré en su diócesis, doble ventaja al poder ponerlos bajo el cuidado más inmediata de mis cohermanos y de probarle la sincera entrega y el profundo respeto con los cuáles tengo el honor de ser”

 

   Notemos que se trata de todos los establecimientos o no importa qué establecimiento de la Diócesis de Belley y no solamente de Nantua. ¿ No se podría comprender así? : “ Mis hermanos estarán cercanos y podrán ayudar si en necesario a los hermanos o ejercer una delicada vigilancia sobre su comportamiento.”?

 

b)   En los otros dos casos, parece tratarse del noviciado : cada diócesis quería tener su noviciado...para poder conservar los sujetos que allí serían formados; la congregación, todavía no era diocesana.

 

   La idea del noviciado está claramente expresada en la carta al Vicario General de Chalôns-sur-Marne. En la segunda ( al Obispo de Autun ) parece tratarse del establecimiento del noviciado de Vauban cuya fundación se proyecta. Las cartas siguientes lo prueban :

 

-13 de septiembre de 1839 : “ Me apresuro a informarle que el Superior General aprueba que aceptemos su ofrecimiento.” ( Circ. I, p. 287 )

 

-Y del 13 de octubre de 1839 :

 

   “ Encargándonos de la dirección del noviciado de Vauban y comprometiéndonos a establecer en su diócesis establecimientos particulares en proporción a los sujetos capaces que podamos formar allí, nos parece conveniente, según las ofertas que usted ha tenido la bondad de hacernos, establecer bajo primera condición, que el noviciado sea puesto simple y sencillamente a disposición de la Sociedad y se convierta  en propiedad inalienable de dicha Sociedad.” ( Cir. I, p. 288 )

 

   Puesto que se proyecta establecer un noviciado en buena y debida forma, es muy natural que el P. Fundador se preocupe “por tener un padre para la dirección espiritual”, en virtud de los servicios recíprocos que se prestan las dos ramas.

 

   También parece que se había tenido la intención de establecer allí una residencia para los padres. En una carta del Sr. Beurrier al P. Champagnat ( 5 de septiembre de 1839 ),leemos :

 

   “ Se me hace buena la idea de poner en el establecimiento algunos sacerdotes que darían retiros; ya se los pediría.” ( Anales de Vauban )

 

   Este sería posiblemente el sentido de la frase referente a la dirección espiritual.

 

   No obstante, la cuestión de Vauban parece más complicada. En los proyectos mencionados, es cuestión de un noviciado, de una escuela y de un internado. ¿ Cuál debía ser la naturaleza de ese internado? Se ve que es el Padre Bigotier quien toma la dirección del internado en octubre de 1840 y que daba allí clases de latín –al menos dos clases- puesto que, después de la partida del P. Bigotier ( 1846 ) para el noviciado de los Padres Maristas, el nuevo director ( un hermano )recibe la orden de suprimir las clases de latín.  (cf. Anales ). Si se trataba de un colegio, la dirección debía de recaer necesariamente en un padre. Posiblemente estas no son más que interpretaciones fuera de lugar, pero siguen siendo factibles. No obstante, es cierto que en el tiempo del P. Champagnat, no hubo Padres Maristas en Vauban.

 

   De hecho, el primer capellán fue el P. Beurrier quien ya era director de Bauvan. No es más que después de la apertura del internado en octubre de 1840, que el Padre Ducharne fue nombrado capellán; el Padre Bigotier era entonces director del internado. ( cf. Anales de Vauban )

 

   No obstante, en las misiones de Oceanía los hermanos colaboraron íntimamente y cohabitaron con los padres y eso, durante un tiempo considerable. Pero se trata de un caso completamente particular, que resulta del espíritu misionero del fundador y de los primeros superiores; de esto no se puede sacar la conclusión de que el P. Champagnat quería una interacción de las dos ramas : padres y hermanos.

 

   Tres grupos de hermanos fueron enviados en vida del P. Champagnat :

 

   1836 :  3 hermanos; 1838 : 3 hermanos; 1839 : El Hermano Átale. Esos hermanos, habiendo partido antes de la separación definitiva de las dos categorías de hermanos,  podían pertenecer a unas o a la otra. En todo caso, se encontraban en la misma situación que los hermanos que servían a los padres en Francia.

 

   Después de la separación, los envíos de hermanos se continuaron : 28 hermanos partieron para la Oceanía entre 1840 y 1860. Teóricamente, eran catequistas. Lo fueron, en efecto, al menos algunos : El H. Marie-Nizier en Futuna ( cf. Circ. I, p. 430 ),el H. Lucien “catequizaba, bautizaba, daba clase, enseñaba canto y reunía a los fieles para las oraciones y el rezo del rosario.” ( Circ. IV, p. 461 ); el H. Germanique era maestro en Port-de-France ( Nueva Caledonia ) ( cf. Circ. II, p. 538 )

 

   Pero en la práctica, eran considerados como hermanos coadjutores; hacían un poco de todos los oficios : “Mis ocupaciones varían todos los días”. ( cf. Circ. I, p. 463 ) – “ Herreros o carpinteros o sastres, o zapateros, pero en toda ocasión catequistas, ellos liberaban a los misioneros de las molestias que obstaculizan pesadamente el ministerio de las almas e intervenían también directamente en este ministerio cuando era preciso.” ( cf. Boletín del Instituto, vol. 18, p. 203 )

 

   Esto fue un duro sacrificio para algunos :

 

   “ Mi ocupación no es la que yo me proponía antes de mi partida, pero que la santa voluntad de Dios sea hecha. La cocina y el trabajo manual son mi tarea. Ha sido preciso, muy a mi pesar, dejar el pobre hábito de María para revestir el del mundo; cómo ha sido dura esta prueba para mí...Si no tengo el gran consuelo de catequizar a esos buenos salvajes y de enseñarles a amar a Jesús y su Santísima Madre, la buena María, tengo al menos, el de trabajar por aquellos que los instruyen.” ( H. Claudio María )

 

   Esta situación se mantuvo hasta la apertura de las primeras escuelas de Oceanía : 1871. No obstante, el 18 de diciembre de 1867, el R. H. Luis María agradece a Monsr. Bataillon

 

   “Por la feliz idea que ha tenido de constituir a nuestros hermanos enseñantes en comunidad. Serán mucho más útiles a la misión por ese medio, en vista de que se conservarán mejor en el espíritu de su estado viviendo juntos, según sus Reglas, que si estuvieran aislados y separados en los diferentes puestos...estaríamos felices con ver al querido Hermano Abraham y al querido Hermano Lucien reunirse con aquellos que enviaremos ( para las escuelas de Nueva Zelanda ). Además de que serán de una gran ayuda a los nuevos que lleguen, se apoyarán mutuamente y se fortificarán entre ellos en el espíritu religioso.” ( Circ. III, p. 566 )

 

7º Testamento Espiritual del P. Fundador.

 

   La última voluntad del Fundador fue a favor de la unión; para demostrarlo, se sirvió de su Testamento Espiritual, sobretodo en el párrafo 5 :

 

   “ Del mismo modo que vuestra voluntad debe coincidir con la de los Padres de la Sociedad de María en la obediencia a un Superior General único, es mi deseo que vuestros corazones y sentimientos se fusionen siempre en Jesús y María. Haced vuestros los intereses de los padres; constituya un placer para vosotros acudir en su ayuda siempre que se lo pidan. El mismo espíritu e idéntico amor os una a ellos, como ramas de un solo tronco, como hijos de una misma familia unidos a su bondadosa Madre, para nosotros la divina María. Puesto que el Superior General de los Padres lo es también de la rama de los Hermanos, ha de ser el centro de unión de unos y  otros. Como sólo he tenido motivos de felicitarme por la sumisión y obediencia que me han mostrado los Hermanos de María, deseo y espero que el Superior General encuentre siempre la misma obediencia y sumisión. Su espíritu es el mío; su voluntad, la mía. Considero que esta perfecta armonía y esta sumisión total constituyen la base y soporte de  la Sociedad de Hermanos de María.” ( Vida p. 278 )

 

   Se ha querido sacar de este Testamento Espiritual una prueba de que el P. Champagnat quería una unión que fuera hasta la identificación, la fusión. Yo creo que, al contrario, allí encontramos claramente manifestada su concepción de lo que debía ser esta unión entre las ramas de la Sociedad de María. Hay lugar, entonces, para estudiar más a fondo este párrafo con el fin de llegar a una noción exacta de la última voluntad del P. Fundador.

 

   Posiblemente sería conveniente recordar aquí un pasaje de una carta del P. Colin al P. Champagnat en 1832 :

 

   “ Aunque separados de cuerpos, no lo estarán jamás de espíritu. Que la más grande unión exista entre nosotros en cualquiera de las ramas de la Sociedad a la que pertenezcamos; y como los miembros de un mismo cuerpo estemos siempre dispuestos a prestarnos servicio los unos a los otros, a sostenernos ,  a animarnos, a ayudarnos mutuamente. Veámonos como los hijos de una misma Madre que es la gloriosa María y que el corazón de esta tierna Madre se convierta en el vínculo que nos una a todos.” ( Doc. 225 # 1 )

 

   La similitud entre los dos textos, escritos a ocho años de distancia, es bastante notable : Allí encontramos distinción entre las ramas; unión en cuanto a miembros de un mismo cuerpo en el que las ramas tienen un mismo tronco; brindarse mutuos servicios; María como centro de unión.

 

B-  CONGREGACIONES UNIDAS PARA FORMAR LA SOCIEDAD DE MARÍA.

 

   Estudiando el párrafo 5 del Testamento Espiritual, encontramos los elementos que nos permiten captar todo el pensamiento del P. Fundador en este punto.

 

   Allí encontramos claramente señalados los dos centros de unión –hijos de una misma Madre, la divina María; sumisión a un superior único y general- y lo que comprende la unión que él considera.

 

1º Centros de unión.

 

 

Ier centro : La Santísima Virgen.

 

   “ Como los hijos de una misma familia a una Buena Madre, la divina María”. Los sentimientos se deben confundir en “ Jesús y María” . En el texto citado anteriormente, el P. Colin emite la misma idea : “hijos de una misma Madre”, “ que el corazón de esta tierna Madre se convierta en el vínculo que nos una a todos.”

 

   Esta devoción filial hacia la Santísima Virgen, esta búsqueda de la vida oculta, de la humildad común a las dos ramas, esta imitación de María, forman el carácter distintivo de los dos Institutos. Es pues, a los pies de la Virgen y en su corazón, que todos los Maristas, independientemente de la rama a la que pertenezcan, se encontrarán como estuvieron agrupados, en la persona de sus fundadores, a los pies de la Virgen de Fourvière, el 23 julio de 1816.

 

 

centro : El Superior de la Sociedad.

 

   En él  se hace la unión :

 

   “ en la idea de un superior único y general;”

 

   “El superior de los padres siéndolo igualmente de la rama de los hermanos, debe ser el centro de unión de unos y de otros “.

 

   Cada palabra cuenta en esta última frase :  Se distinguen muy claramente las ramas : Los padres, la rama de los hermanos; el superior de los padres, lo es también de la rama de los hermanos; él no escribe : El superior de los hermanos. Hay un matiz que tiene su valor, indica que la acción no se hace más que para los de arriba. Es lo que proclamaba ya la  “Memoria “ presentada en Roma en 1834 :

 

   “ Pero el Provincial de los hermanos y la superiora de las hermanas permanecen bajo la dependencia del superior general de los padres, a quien consultan y al que informan de las cosas más importantes.” ( Doc. 300 )

 

   Vemos que aún después de su profesión en Belley, cuando recibe su obediencia del nuevo Superior General, el P. Champagnat dirigió a sus hermanos de una manera completamente independiente del Superior General. Sobre este punto da fe el trozo de una carta : ( 29 de febrero de 1840 ) :

 

   “ A pesar de todo, mi deseo es arreglar tan bien las cosas que más tarde todo marche en paz y según el espíritu de Dios. No puedo dispensarme de decirle que, mientras usted viva, yo no puedo intervenir con los hermanos enseñantes; en consecuencia, usted podrá continuar gobernándolos según el espíritu de Dios, como en el pasado y si en razón de sus votos considera tener necesidad de cualesquier permisos, yo se los concedo en la medida en que esté en mi poder.” ( Circ. I, p. 318 )

 

   Por su parte el P. Champagnat se esfuerza en colaborar con el P. Superior General. El 8 de junio de 1839, escribía al P. Piccolet :

 

   “ Dirigiéndose al Padre Superior General es igual como si se hubiera dirigido directamente a nosotros; porque actuamos perfectamente de acuerdo con él y nos agrada seguir sus intenciones.” ( Circ. I, p. 285 )

 

   Ellos difieren en ideas muchas veces sobre ciertos puntos : Por ejemplo, la fusión de los Hermanos José con los Hermanos Maristas. El P. Champagnat parece intransigente cuando se trata de la integridad y del porvenir de su Instituto, pero el P. Colin no se ofusca por esto:

 

   “ He recibido con gusto su respuesta y la de los hermanos a mi escrito sobre nuestros futuros arreglos. Como se lo he dicho frecuentemente, no tendremos jamás ninguna dificultad entre los dos, yo haré mis observaciones, yo expondré mis ideas, que estoy lejos de creer infalibles; si ellas no son aceptadas, yo seré el primero en renunciar a ellas.” ( Circ. I. p. 317 )

 

   El P. Colin no interviene más que en las circunstancias extraordinarias : Por ejemplo, la elección del director general la cual acaba de presidir. En lugar de nombrar directamente a un padre como provincial de los hermanos, ya que tenía el derecho y habérselo deseado el P. Champagnat, aconseja hacer elegir a un hermano por sus cohermanos.

 

   Ya hemos visto que el P. Colin no intervino en la elaboración de las Reglas de los hermanos y que el Hermano Francisco había recibido del fundador la misión de ponerlas al punto.

 

   En el caso del H. Marie, se refiere  al P. Colin puesto que este hermano estaba anotado como perteneciente al grupo de los Hermanos José : Es el P. Colin quien dijo cuáles votos hacer, pero  no se preocupa de los otros 17 que han tomado el hábito con sus dos aspirantes Hermanos José. El P. Colin pide el regreso del H. Eugenio –que es Hermano José- lo que le es concedido. Al mismo tiempo solicita el retiro del H. André –que es hermano marista- y no puede obtenerlo inmediatamente. ( 7 de enero de 1835, doc. 336 ). Aún si insiste sobre el reemplazo del H. André, el P. Colin respeta la autonomía del P. Champagnat quien es el único que tiene poder para colocar a los Hermanos Maristas : “ No obstante, yo someto todo eso a su prudencia,” escribe él ( Doc. 331 ). El 3 de octubre de 1835, aconseja al H. Marie hacer votos por tres años y le recuerda...temporalmente...en Belley : “ Al momento de su llegada, el H. André irá a reemplazarlo al Hermitage.” ( Doc. 345 )

 

   Si se estudia bien el “resumen” preparado después de la entrevista entre el P. Mazelier y el P. Colin,, para la unión de los Hermanos de San Pablo, se encuentran allí precisiones sobre la naturaleza de esta unión de padres y de hermanos de la Sociedad.

 

   Primero el papel del Superior General :

 

   “ El Superior General de la orden sólo se ocuparía de asegurarse que todo marcha bien; presidir o hacer presidir las elecciones y los capítulos generales; conferir la autoridad a aquellos que hubieran sido elegidos. El modo de elección lo liberaría de las preocupaciones e indagaciones que deberían preceder y dirigir su elección.” ( Cir. I, p. 491 )

 

   La estructura administrativa es dada en detalle; apunta hacia una grande autonomía de la rama de los hermanos, “ bajo la dependencia del superior de los padres .”

 

   No se puede encontrar nada que no haya sido conforme a la idea del Padre Champagnat y lo que se refiere a la relación de los hermanos con los padres. Nada tampoco que apunte a una fusión en un mismo cuerpo : se distinguen claramente ramas distintas unidas bajo “ un superior único y general.” Se señala el papel de este superior, papel que corresponde al que se señalaba en la “Memoria” de 1833, 1834 :

 

   “ El Superior General de los padres de esta Sociedad, sería el Superior General de los Hermanos : Bajo su dependencia, podrían ser gobernados por un hermano Director General. Parece ventajoso a las escuelas particulares y a los sujetos que las dirigen, ser conducidos por un superior que los conozca particular e íntimamente de cerca y no superficialmente de lejos, por medio de informes de cada lugar, que el Superior no puede verificar.” ( Circ. I, p. 490 )

 

   Es debido a esto que se considera un “ Director Provincial” elegido por los hermanos de la provincia, elección sometida a la aprobación del Superior General” o más aún, “presentada por el Hermano Director General.”

 

   Ciertamente que se deja ver la posibilidad de que el Director General pueda ser un padre :

  

   “Sin embargo, no sería imposible de prever en las Reglas, que la función del Hermano Provincial fuera cumplida por un padre de su elección, con la aprobación del Superior General, o nombrado por éste.”

 

   No obstante, no se da esta solución como probable, sino solamente como “ no siendo imposible”...Si se ha previsto esto en las Reglas...en cuál caso se prevé el  papel de los hermanos :

 

   “ Pero entonces, él tendría un asistente Hermano Provincial que debería acompañarlo en las visitas y un Consejo que debería siempre ser consultado en ciertos casos, como en los destinos y en los cambios de hermanos.”

 

   Allí se habla también de un Padre Guardián Provincial. Su papel es precisado :

 

   “ El Padre Guardián sería en cuanto a los hermanos de la Provincia, lo que son los superiores eclesiásticos con respecto a los religiosos de la Visitación.”

 

   En el párrafo anterior, se habían fijado los papeles respectivos del Hermano Provincial y del Padre Guardián :

 

   “ Los destinos de los hermanos, la visita de las escuelas de la provincia, serían hechos por el Director Provincial. Sería al jefe de la Provincia al que se le rendiría cuenta de conciencia, sería alrededor de él que se reunirían para los retiros anuales. Junto con él, vivirá un sacerdote marista capaz, elegido por el Superior General, el cuál formará parte del Consejo del Director Provincial y sería el alma de ese Consejo; vigilaría a la Provincia para que se cumpliera la Regla. Podría acompañar al Hermano Provincial en sus visitas, podría informarse de todas las cosas, pero el gobierno pertenecería al Hermano Director Provincial. La obligación del padre, no sería más que la de exhortar, aconsejar y, en caso de falta contra la Regla, llamar la atención del Hermano Director General o, si es necesario, del Superior General, sobre la conducta del Provincial.”

 

   Y se añadía : “ Es preciso acordarse de que no se pretende aquí formular una Constitución en términos precisos y que esto no es más que un resumen.”

 

   La compenetración de los miembros de las diversas ramas es tan poco vista, que se añade : “ Si el Hermano Provincial fuera un hermano, el Padre Guardián podría ser al mismo tiempo, superior de una casa provincial de los Padres Maristas.” ( Circ. I, p. 491 )

 

2o Lo que comprende la unión, según el Testamento Espiritual.

 

a)   Un superior único y general.

 

   Acabamos de ver cuál es su papel según la “ Memoria” presentada a la Santa Sede, según la concepción del P. Champagnat y según la síntesis para la unión con los Hermanos de San Pablo.”

 

   En su Testamento Espiritual, el P. Champagnat insiste en la sumisión y la obediencia al Superior, sin por eso invalidar la autoridad del Director General elegido por los hermanos y que juega prácticamente el papel de “Provincial de los Hermanos”, como se le llamaba en la “ Memoria “. Anteriormente en los párrafos 2, 3, 4, había insistido sobre la obediencia y sobre la caridad.

 

   “ Como yo no he tenido más que felicitarme por la sumisión y la obediencia que me han mostrado siempre los hermanos, deseo y espero que el Superior General encuentre siempre la misma obediencia y la misma sumisión. Su espíritu es el mío y su voluntad es la mía.

 

   Yo veo este acuerdo perfecto y esta completa sumisión como la base  y el sostén de la Sociedad de los Pequeños Hermanos de María.”

 

   Si la “ completa sumisión” se refiere al Superior General del que acabo de hablar, bien parece que el primer miembro “acuerdo perfecto”, se refiere sobre todo a lo que ha sido dicho anteriormente. Y esto nos lleva al segundo elemento.

 

b)   Mismo Espíritu, mismo Amor a María.

 

   “ Que un mismo espíritu , un mismo amor los una a ellos, como las ramas de un mismo tronco, y como los hijos de una misma familia a una buena Madre, la divina María.”

 

   El verbo está en singular : “ Que una”. ¿ Hay qué ver allí un error del copista o una licencia de ortografía, o bien, sobre todo, que este espíritu y este amor no forman más que uno? El amor es, parece ser, el amor filial a la Santísima Virgen :...los una a ellos...como los hijos de una misma familia a una buena Madre, la divina María.” El amor sincero por María nos debe conducir a tomar su espíritu: espíritu de humildad, de vida oculta, que es muy común a todas las ramas de la Sociedad de María.

 

c)   Servicios mutuos.

 

   “ Que sus intereses sean los vuestros, que su felicidad sea volver en su ayuda todas las veces que sean “requeridos”.

 

   Se trata de la colaboración que debe existir entre los miembros de una misma familia, entre las ramas de un mismo tronco. Dirigiéndose solamente a los hermanos, el fundador da  directrices que les conciernen, pero en su espíritu, los servicios deberían ser ciertamente recíprocos. Lo hemos visto, el P. Colin usaba el mismo lenguaje :

 

   “ Como los miembros de un mismo cuerpo, estemos siempre dispuestos a prestarnos servicios unos a otros, a sostenernos, a animarnos, a ayudarnos mutuamente.” ( Doc. 225 )

 

   La Memoria del P. Trinchant ( 1834 ) llevaba ya esta idea de ayuda mutua :

 

   “ Ella ofrece tres congregaciones diferentes que no pueden perjudicarse y deben prestarse mutuo apoyo.” ( Doc. 326 # 4 )

 

   No es lugar aquí  para estudiar  cómo fueron entendidas por nuestros fundadores respectivos esas exhortaciones , a través de la historia.

 

   Es muy difícil de ver en este párrafo como en toda la vida y todas las enseñanzas del P. Champagnat, un deseo de fusión de las ramas de los padres y de los hermanos y probar que el carisma del fundador implicaba, al menos en su pensamiento, la presencia de padres entre los hermanos, ni tomados de entre ellos, ni impuestos por el Superior General.

 

   Deseaba con todo el ardor de su alma que la Sociedad con sus ramas distintas y autónomas permaneciera “una” en su sumisión al mismo Superior General, animada de un mismo espíritu y persiguiendo un mismo ideal. Miembros de la familia de María, los religiosos, no importando a qué rama pertenecieran, se debían brindar servicio, ayudarse mutuamente, “ volver en socorro” los unos  de los otros. Aún siendo independientes, las ramas de la Familia Marista deben continuar viviendo del mismo espíritu, y colaborando en toda la medida de lo posible, permaneciendo fieles al carisma de su fundador.

 

   “ Haciendo nuestro el deseo del P. Colin y del P. Champagnat : “ Que la más grande unión exista entre nosotros, no importa a qué rama de la Sociedad pertenezcamos.” ( Doc. 225 )

 

 

 

IV- PROYECCIÓN Y SENTIDO DE LA SÚPLICA DE 1842.

 

   ¿ La gestión de los Hermanos Luis María y Juan Bautista ante el Capítulo de los Padres Maristas comprende la teoría que defendemos?

 

   Examinemos los textos y su significado. Lo haremos sirviéndonos de tres documentos : El requerimiento de los Hermanos Asistentes, su carta de agradecimiento tal como se le encuentra en Jeantin ( o. c. Vol. I, p. 414 y ss. ); La carta del R. H. Luis María al P. Mazelier ( 24 de abril de 1842 ), autorizada por el P. Colin ( Circ. I, p. 534 )

 

   Ciertas frases pueden dejar entender que se tendía a una unión integral : “ Siempre él ( el Padre Champagnat ) ha sostenido entre los hermanos el espíritu de unión y de dependencia con respecto a los padres”...El clero y los fieles han visto a los hermanos como formando un solo grupo con los padres”...” Ellos se sienten siempre mirados como íntimamente unidos a los padres y dependiendo de ellos esencialmente...” Su deseo más ardiente es que los lazos que les unen a los padres sean tan fuertes, tan estrechos, tan indisolubles, que nada pueda jamás romperlos o aún, relajarlos” ( Requerimiento- Jeantin, o. c. , vol. I, p. 417 )

 

   “ Aprobando y adoptando la unión de los hermanos al cuerpo venerable de los padres de la Sociedad de María”... “ Nos reciben hoy por primera vez y de una manera solemne a nombre de sus hermanos y de sus niños. Nosotros nos entregamos también a ustedes completamente y para siempre. Nuestros bienes, nuestros deseos y nuestra vida está entre sus manos, para la gloria de Dios, el honor de María y el servicio de la Sociedad; seremos dichosos de consagrarlos a este noble fin, todas las veces y de la manera como gusten disponer” ( Cartas de agradecimiento –Jeantin, O. C. Vol. I, p. 418 )

 

   “ Se establecerán reglas de manera que quede asegurada esta unión y esta dependencia para siempre” ( Carta del H. Luis María ) ( circ. I, p. 540 )

 

   Estos pasajes tomados aisladamente, posiblemente permitirían concluir en un deseo de completa unión en todos los niveles...en una fusión, por así decir. Considerémosles en su contexto para intentar encontrar su alcance y su sentido real.

 

   Primero se puede tener en cuenta la forma de hablar de la época y particularmente, la del H. Luis María que tenía pluma fácil y lenguaje pulido. Se trata de defender una causa –porque los padres no parecen haber sido jamás favorables completamente a la unión, ni siquiera a nivel del Superior General- se trata pues de establecerla.

 

   Pero lo que cuenta es la misma  actitud que es preciso tomar en su totalidad y no reteniendo sólo una parte de la frase. Ellos piden tres cosas :

 

1º Formar parte de la misma Sociedad;

2º Que el Instituto sea aprobado como formando parte de la Sociedad de María;

3º Poner Reglas y Constituciones de acuerdo con esta situación.

 

   Veamos el alcance de cada uno de esos puntos :

 

   1º “ Reconocer en el momento y aprobar de una manera solemne y definitiva, en su Congregación General, la unión con ustedes en una sola y misma Sociedad, y su dependencia absoluta de su Superior General, tal como lo suponen y ordenan los votos de religión que ustedes mismos emiten” ( Jeantin. O. c. Vol. I, p. 416 ) ( Ver también Circ. I, p. 540 )

 

   ¿ Qué piden? Ser reconocidos por el Capítulo General como unidos a los padres “ en una misma y única sociedad”, “ bajo la dependencia absoluta de su superior General”.

 

   Nada distinto a lo que pedía el P. Champagnat, nada diferente de la idea del P. Champagnat y de los otros fundadores de la Sociedad : Constitución de la Sociedad de María tal como había sido presentada en el “ Summarium “ con sus cuatro ramas distintas” teniendo cada una de ellas sus Reglas, su gobierno y sus casas aparte “, tal como se había pedido la aprobación a Roma en 1833-1834.

 

   ¿ No se trataría allí de una interpretación personal por la necesidad de la causa? Posiblemente; pero parece que fue la del H. Luis María y del P. Colin. El primero escribe al P. Mazelier :

   “ Del resto, no será nada cambiado de como están las cosas actualmente. Los hermanos continuarán teniendo un gobierno especial bajo la dependencia de los padres, solamente, vínculos más fuertes, más indisolubles, los unirán desde ahora en los santos Corazones de Jesús y de María.” ( Circ. I, p. 540 )

 

   El P. Colin añadía post-scriptum :

 

   “ Él ( P. Mazelier ) encontrará en esta carta del H. Luis María la expresión  de nuestros sentimientos y de nuestra atención por Roma, a donde pienso partir inmediatamente” ( Circ. I. P. 541 )

 

   Los dos puntos importantes que dan la verdadera idea de la cuestión son : “ Nada será cambiado en el estado actual”... “ Los hermanos continuarán teniendo un gobierno especial bajo la dependencia de los padres”. “ De los padres” debe entenderse evidentemente según los datos del primer punto, es decir, bajo la dependencia de su superior que es Superior General de toda la Sociedad . “ Nadie será encargado”, es decir, cada rama continuará teniendo “ sus Reglas, su gobierno y sus casas aparte”.

 

   Los considerandos presentados al Capítulo de los padres en 1845 por la comisión encargada de estudiar esta cuestión de la unión con los hermanos, dejan ver claramente que “ bajo la dependencia de los padres” debe ser interpretado como queriendo decir “ bajo la dependencia del Superior General”

 

   Única diferencia con el pasado : La cuestión será definitivamente resuelta : “ Reconocer de manera definitivas y solemne” en su Capítulo General; “ los vínculos serán más fuertes, más indisolubles”; porque serán reconocidos oficialmente por la Iglesia. En el fondo, se trata de hacer aceptar la situación por los padres que sobre todo estaban opuestos a ella, después de obtener la aprobación de Roma como parte de la Sociedad de María, así como lo indica el 2º.

 

   “ 2º Solicitar para los hermanos la aprobación de la Iglesia en el sentido al menos de esta unión y de estas dependencia, de manera que ellos no tengan una autorización particular, sino que sean reconocidos conjuntamente  con los padres, como miembros de la Sociedad de María y no formen más que un solo grupo con ellos, bajo un solo y mismo superior General”.

 

   Los hermanos piden entonces retomar los trámites que habían fracasado en 1834 y que condujeron a la aprobación sólo de la rama de los padres bajo el nombre de “ Sociedad de María”. El nombre pertenecía pues ahora a la rama de los padres. Se trata de hacerse reconocer como formando parte de la Sociedad de María, de hacer admitir que la familia comprende no solamente a los padres, sino también a las otras ramas especialmente –puesto que es la cuestión que les interesa- la rama de los hermanos enseñantes.

 

   La cuestión de las Hermanas no se presenta de la misma manera, puesto que “ hasta 1842, todos los actos de propiedad de las hermanas son pasados a nombre de los padres. Con los títulos sucesivos de superior de las Hermanas 1839 ), después de Provincial de las      Hermanas ( 1841 ) Pedro Colin ejerce, al menos al principio, la autoridad que le delega a su hermano, Superior General” ( Coste, o. c. P. 188 ).

 

   Los hermanos piden, pues, que los trámites sean de nuevo abiertos con Roma, con este fin. El P. Colin anuncia al P. Mazelier que él irá pronto a Roma con el fin de exponer de nuevo la situación :  “La expresión de nuestros sentimientos y de nuestros intereses en Roma, a donde pienso partir inmediatamente”.

 

   Se sabe que ante las reticencias del Cardenal Castracane, quien posiblemente acabó por ceder, el P. Colin “temiendo ir contra la voluntad de la Providencia”, no osó insistir. ( cf. Jeantin, o. c. , vol. I, p. 420 y ss. )

 

   “ 3o – Establecer con este fin, todas las Reglas y Constituciones que cree necesarias o útiles para que esta unión sirva a la gloria de Dios, al honor de María y al más grande bien de su querida Sociedad; prometiéndole de nuevo, en este momento, recibirlos con sumisión y observarlos constante e invariablemente.”

 

   Este párrafo es más difícil de interpretar. Es muy dudoso que los hermanos hayan estado dispuestos a abandonar las Reglas que les había dado el P. Champagnat El pasaje de la carta al P. Mazelier : “ No se cambiarán las cosas de como están actualmente. Los hermanos continuarán teniendo un gobierno especial bajo la dependencia de los padres :” Deja entender claramente que no quiere un desorden. Se trataría sobre todo de adaptar las Reglas de los padres para hacer mención de la existencia de las diversas ramas de la extensión de la autoridad del superior sobre la rama de los Hermanos enseñantes y de establecer claramente el modo y las ocasiones de sus intervenciones.

 

   Los hermanos Asistentes dan su confianza a los capitulares de los padres, para eso, pero no es necesario deducir de ello, que aceptarán todo sin hacer sus observaciones, si eso significa que se realicen cambios en el estado actual de las cosas : El ejemplo de su fundador y de su costumbre de tratar los asuntos desde hace tres años, son para nosotros una garantía. Si debe haber modificaciones fundamentales, serán estudiadas en conjunto; el post scriptum a la carta del H. Luis María confirma el contenido de ésta e indica que se trabaja  y trabajará de acuerdo : acepta que “ nada sea cambiado del estado actual de las cosas.”

 

   En resumen, los Hermanos Asistentes permanecen fieles a la política de su fundador y comprenden la unión en la Sociedad de María, tal como había sido concebida en los inicios, presentada a Roma en 1833 y siempre defendida por el P. Champagnat : Congregaciones distintas, con sus Reglas, su gobierno y sus casas aparte, pero unidas en un espíritu común, un amor común por María y bajo un mismo “ Superior único y general.”

 

CONCLUSIÓN

 

   Habiendo llegado al término de este estudio, debemos concluir en la imposibilidad de recurrir al Carisma del Fundador para motivar la introducción del sacerdocio en el Instituto. Todo lo contrario, por su conducta, por sus palabras y por sus escritos, el Fundador ha demostrado claramente que quería una congregación de hermanos enseñantes sin categorías particulares, formada de miembros laicos consagrados únicamente a la instrucción y a la educación de la juventud. Que en sus propósitos, esta congregación estuviera unida, en la cumbre ( Superior General ) a otras congregaciones : Padres, Hermanas, para formar la Sociedad de María, lo que no contradice en nada su voluntad claramente expresada de que la rama de los Hermanos enseñantes no se compone más que de miembros laicos.

 



[1] El H. Juan Bautista emplea la misma fórmula : “ Él desearía que los Hermanos tuviesen por superior al General de la Sociedad de María; pero si esto fuera imposible, aceptaba que fuera un hermano quien los gobernara ( Vida p. 258 )

[2] El ofrecimiento de la Grange-Payre no puede ocurrir antes de la de Valbenoîte puesto que no es sino hasta 1834 que el P. Champagnat entró en posesión de esta propiedad que le había sido legada el 15 de mayo de 1832. ( cf. Doc. 321- Introducción )    ¿ Hubo en 1830 un proyecto de compra? El texto del P. Jeantin permite suponerlo : “ El P. Champagnat se fijó entonces en una propiedad llamada la Grangr-Payre, cerca de Saint-Chamond. El Sr. Arzobispo y el P. Colin aprobaban esta adquisición y se estaba considerando si se instalaban allí, cuando una proposición del P. Rouchon hizo que se abandonara el proyecto.” ( Jeantin, o. c. , vol. I, p. 192 ) Hay pues  gran similitud entre este texto y el del H. Juan Bautista.

[3] El P. Jeantin hace remontar el establecimiento de los Hermanos Coadjutores a Cerdon : “ Dos jóvenes de los cuáles uno se llamaba Hermano Eugenio ( nacido como Cartier ) y el otro H. Anthelme ( nacido como Millot ), se habían unido al párroco de la misma manera y al vicario de Cerdon, para serviles y ayudarles en calidad de Hermanos Coadjutores.” ( Jeantin, o. c. , Vol. 2, p. 107 ). Pero el P. Coste escribe : “ Es en 1832 que por primera vez se hace alusión en la correspondencia a los hermanos destinados esencialmente a esas tareas auxiliares, bajo el nombre de Hermanos José.” ( coste, o. c. , p. 182 )

[4] Uno de esos hermanos es ciertamente Francisco Xavier Girod...Tomará el hábito en el Hermitage el 25 de julio de 1835. El otro debe ser José María Luzy que no figura en los registros de los Pequeños Hermanos de María y del que la lista de hermanos coadjutores indica : Postulante en Belley, toma de hábito el 26 de septiembre de 1836” ( Doc. 331 # 5, nota 3 )