33 días de encierro

El grupo IU y el SOC compartieron la postura de los encerrados


Hace más de un año que lo veníamos avisando: El proceso de adjudicación de las viviendas del Pozuelo debió iniciarse a principios del año 1995. El decreto 413/90 de la Junta de Andalucía obligaba al Ayuntamiento a confeccionar la lista provisional de adjudicatarios en febrero de 1995, para poder iniciar con tiempo los trámites de adjudicación de las casas. Pero el Ayuntamiento de Montellano no hizo eso. En mayo del 95 venían las elecciones municipales y había casi doscientas familias con solicitud de vivienda. Lo más fácil era callar, ignorar la ley y, si era posible, consentir de una manera o de otra a todas las familias para arrancarles el voto, a las que tenían casa y a las que no tenían casa. Ese mismo año supieron los concejales del PSOE que se adelantarían las elecciones generales y autonómicas, y volvieron a hacer lo mismo: seguir ignorando el decreto y callar. Mientras tanto, familias que vivían en casas declaradas en ruina por el juez, soportaban un invierno terrible. Llegó el verano, pasaron las elecciones generales y autonómicas y entonces el Ayuntamiento inició los trámites de adjudicación, con más de un año de retraso. Avanzado el otoño, temiendo la llegada de otro invierno como el anterior, y después de muchas mentiras y falsos plazos dados por el Ayuntamiento, algunas familias deciden presionarlo con un encierro indefinido. Las casas llevaban más de una año terminadas, cerradas y estropeándose, pero la Junta de Andalucía no pudo adjudicarlas en su plazo porque no tenía los papeles.

Desde el grupo IU se entendió la postura. Si las casas eran de aquellas familias, según los informénes de los técnicos sociales, y además estaban concedidas por el pleno, que les dieran las llaves, ya, aunque fuera con un año de retraso, pero antes de la llegada del invierno, antes de que alguna vivienda ruinosa pudiera caerse encima de alguien; de hecho, durante los días del encierro, a una de las declaradas ruinosas por el juez, se le desprendió una pared, pero por suerte sus moradores estaban aquella noche durmiendo en el Ayuntamiento.

El encierro se convirtió, con las primeras aguas del invierno, en una ocupación pacífica. Familias viviendo en el Ayuntamiento porque estaban más seguras que en sus casas. Los medios de comunicación de todo el país también entendieron las postura de los afectados. Del encierro de Montellano se hicieron eco los periódicos ABC, El Mundo, Diario 16 y el Correo de Andalucía, casi todas las emisoras de radio de España y Andalucía y Canal Sur Televisión, Tele 5 y Televisión Española. Políticos de renombre hicieron lo posible por aliviar el problema de Montellano: el director general de la vivienda, Concha Caballero Cubillo, Felipe Alcaráz (que incluso formuló una pregunta escrita al gobierno de la nación), y muchos otros.

Por supuesto el pueblo de Montellano se mostró absolutamente solidario con la postura de los encerrados. Al Ayuntamiento llegaban, días tras día, provisiones enviadas por muchos vecinos y comerciantes (más de cincuenta negocios), y también por asociaciones. Farmacias, pastelerías, supermercados, bares, panaderías, vecinos anónimos que simplemente ofrecían lo que podían. Se recogieron en el mismo Ayuntamiento (sin hacer campaña en la calle) cerca de mil firmas de vecinos que manifestaron su apoyo, y gracias a la perseverancia de las familias encerradas, a la paciencia de los funcionarios y a la solidaridad de los vecinos, de algunos políticos y de los medios de comunicación, se consiguió iniciar en la Junta de Andalucía un expediente abreviado para reducir al mínimo los plazos que la Junta (sin culpa alguna) tenía que cumplir.

Hay que destacar tambien, por desgracia, la postura negativa de los concejales del grupo PSOE. Se cerraron las puertas de los despachos, se permitió que niños y ancianos durmieran en los aleros del patio mientras llovía a cántaros, se mintió descaradamente, se asustó a las personas con comentarios imprudentes, se quisieron cortar las comunicaciones telefónicas, se quiso sembrar polémica entre las familias y se trató de romper el encierro a costa de lo que fuera. Lamentable la postura tomada por los concejales del poder, que no supieron estar a la altura de las circunstancias ni tampoco supieron reconocer sus errores, culpando a la Junta de Andalucía, gobernada por compañeros suyos y a simples funcionarios del Estado, con tal de salir ilesos ante la opinión pública de Montellano.

El encierro de las casas ha demostrado que los vecinos llevaban razón, aunque el poder, como siempre, quisiera tenerla. Dijeron que saldrían del Ayuntamiento con las llaves que ya debían tener desde hacía un año. Y eso hicieron. No hay por que temer a nada ni a nadie cuando se lleva la razón y cuando ampara la ley, pero nada de esto hubiera sucedido si los responsables del Ayuntamiento de Montellano hubieran pensado en el bien de los vecinos antes que el interés electoral. Muchos de los encerrados cuentan como algunos miembros del PSOE de Montellano iban a Huelva, a la fresa, a recogerles los votos, una vez y otra, y como les decían que después de las elecciones les darían las casas. Algunos incluso, cuentan, perdieron días de trabajo para venir a Montellano a recoger las llaves, y una vez y otra se iban sin ellas. Jugar con las necesidades de los demás, sobre todo si se está en el poder, es algo que no tiene perdón. Engañaron muchas veces a los afectados, y lo hicieron porque quien tiene necesidad conserva siempre la esperanza.

Montellano es un pueblo necesitado de vivienda, quizás de los pueblos más necesitados; a la vista está que se abre un plazo de solicitudes para casas y se presentan a torno a doscientas. No es lógico que en un pueblo de siete mil habitantes haya ese índice de solicitudes. Eso demuestra que no se ha realizado una política de viviendas sociales con la misma eficacia que en otros pueblos. Orientar los pocos recursos de Montellano, porque Montellano es un pueblo pobre, hacia una política de viviendas sociales hubiera sido lo propio de un gobierno municipal que se dice socialista. Se ha puesto la atención y los recursos en otros asuntos con menos importancia y se ha descuidado necesidades básicas del pueblo, como la vivienda o el empleo, que deben ser pilares de una política de izquierdas.

El hecho de entregar las 36 casas que la Junta de Andalucía ha construido en Montellano, arregla bien poco el grave problema de vivienda que padece el pueblo. Son muchas las familias que todavía viven en condiciones penosas, algunas con hijos problemáticos que no soportan bien las condiciones de humedad de las casas que habitan, y debe ser objetivo prioritario para el Ayuntamiento el fomento de viviendas sociales.

El PSOE de Montellano prometía la construcción de cien viviendas en el programa presentado al pueblo en las últimas elecciones municipales. También hablaba de fomentar la autoconstrucción. Hasta el momento lo que hace con los solares es ponerlos a subasta para que los compre quien més tiene. De autoconstrucción, nada de nada. La Junta de Andalucía construye casas donde hay suelo para construir, y son los Ayuntamientos los que deben poner este suelo a disposición de la Junta.

Sólo vemos que se sigue invirtiendo en una inapropiada, preciosa, lujosa y pequeña feria, y el Ayuntamiento tiene proyectado seguir con las obras, pero no vemos una iniciativa de gobierno seria en torno al problema de la vivienda.

Es necesario que de una vez por todas el Ayuntamiento haga una verdadera política socialista, afronte el toro por los cuernos, se deje de caprichos y de lujos y acometa una política de vivienda eficaz, que ofrezca una alternativa, algo que siente las bases para aliviar en serio este problema.

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