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Discurso pronunciado en Ginebra, Suiza, junio de 1999.


Sindicato Mexicano de Electricistas

Octogésima Séptima Sesión de la
Conferencia Internacional del Trabajo,
Ginebra, junio de 1999.
Discurso del c. Rosendo Flores Flores,
secretario general
del Sindicato Mexicano de Electricistas,
y secretario general de la UIS
de trabajadores
de la Energía, el Metal, la Química,
el Petróleo e industrias afines.

Honorable Presídium de
La Octogésima Séptima Sesión
de la Conferencia Internacional
del Trabajo.

Estimado Director General de la OIT,
Juan Somavia.

Estimados delegados
y representaciones no gubernamentales.

Señores y señoras.

 

Vengo a cumplir un mandato. Expresar en este foro internacional la voluntad de miles de trabajadores electricistas y de cientos de miles de ciudadanos mexicanos, que en palabra y acción luchan por mantener una conquista nacional, el desarrollo de una industria estratégica que permita un crecimiento económico con desarrollo social, sin menoscabo de la competencia mundial, pero con independencia y autonomía, con soberanía nacional.

Nuestro país, como todos los de América Latina, en el transcurso de su historia, han sido desangrados al ofrecer sus recursos naturales al pleno dominio de las fuerzas del mercado, el resultado es claro, dependencia y subdesarrollo.

Desde la década pasada, un "nuevo modelo" se propone y aplica para hacernos resurgir de los escombros de la crisis de los años setenta: en todo el mundo se le llama neoliberalismo. Propicia el flujo de capital a todo el globo, impulsa el crecimiento de los indicadores macro y reduce al mínimo la presencia del Estado en la economía nacional así como en la prestación de servicios públicos. Se dice que al fin llegamos a un Estado y una sociedad de iguales, tal es el presente y tal es el futuro de las naciones. Nosotros decimos que esto es falso.

En todo el globo, pero especialmente en los países del Tercer Mundo el desempleo, la pobreza y la miseria crecen desmesuradamente. En estos tiempos de globalización, cuando técnicamente podría alimentarse a toda la población, la desnutrición cunde. Hoy, cuando técnicamente las enfermedades parasitarias e infecciosas podrían controlarse, renace el cólera. Hoy cuando existen los medios y los métodos para elevar el nivel educativo promedio, los analfabetos se multiplican. El neoliberalismo provoca desolación en una franja social cada día más amplia. El neoliberalismo polariza a la sociedad, imprime mayor desigualdad social. Cada año hay más pobres en el mundo.

En México el neoliberalismo ha logrado avances cruentos. A los trabajadores se les acecha y se les disminuyen sus derechos, también su potencial, su presencia en la economía y en la sociedad. Las privatizaciones generan desempleo, disuelven e incumplen los contratos colectivos: se aplica así una tendencia global, es el capital el que determina las condiciones e impone sus intereses, desoyendo al trabajador y limitando sus necesidades vitales.

En México se promueve e impulsa una reforma constitucional para abrir a las fuerzas del mercado, la industria eléctrica nacionalizada desde 1960. El argumento, discutible, de falta de presupuesto federal se torna amenaza: o se procuran programas de asistencia social o se desarrolla la industria eléctrica. No hay diálogo social. Ni se ve ni se escucha al trabajo.

El Sindicato Mexicano de Electricistas cumple en diciembre 85 años de existencia, surgimos al tiempo de nuestra revolución, la primera de este siglo. Somos el sindicato decano de México y forjamos con paciencia y conciencia uno de los mejores contratos colectivos de trabajo desde 1930, cuando aún era la empresa un emporio transnacional. Hemos luchando, desde 1914, en forma incesante para impulsar la democracia sindical y la plena participación en el diseño y planeación de la empresa; durante años pugnamos por la nacionalización de la industria, cuando lo logramos los mexicanos, la concebimos como integral y estratégica para el crecimiento económico con desarrollo social, tal y como se plasmó en el artículo 27 Constitucional.

Con esta misma trayectoria y en el marco de la globalización, reconocemos una necesidad: lograr un diálogo social y una solidaridad internacionales. Para encontrarnos y hacer un camino también global. Consolidar y resurgir con la Unión Internacional de Sindicatos de Trabajadores de la Energía, el Metal, la Química, el Petróleo e Industrias Afines. La perspectiva solidaria del trabajo permitirá encontrar cauces, conocer experiencias y crear alternativa, diversa en lo social e integral en lo productivo, frente a los embates del "neoliberalismo".

Las condiciones normativas en México cambiaron en 1992 permitiendo la inversión de capital privada en la generación, pero la impiden en la transmisión, distribución y comercialización al considerar que es un bien público, evitando con ello la creación de monopolios naturales. Se insiste que la modificación constitucional será "en beneficio de la población, para el desarrollo armónico de la economía y en respeto preciso de los derechos de los trabajadores".

Eso es falso. Los efectos de la privatización y los requerimientos del mercado son claros: despidos masivos, ruptura de contratos colectivos y olvido de los derechos laborales. En muchos países en que se aplicó la privatización de la energía eléctrica, el único derecho laboral respetado fue la indemnización por despido.

Contra ello luchamos en México. Proponemos apego a la Constitución en dos sentidos: respeto absoluto de todos y cada uno de los derechos laborales y respeto claro de las industrias estratégicas establecidas en ella.

Con estos elementos podremos reorganizar la industria eléctrica mexicana, pues existes propuestas sustantivas para lograrlo, desde un nuevo ordenamiento administrativo, nuevas tarifas eléctricas acordes al mercado y a la estructura social del país hasta el imperativo fundamental, procurar crecimiento económico con algo esencial, que esta Conferencia analiza y propone, la solidez del mercado con la presencia plena del trabajo. Si hay trabajo habrá consumo; derechos elementales del ser humano: "trabajo decente y productivo, en condiciones de libertad, equidad, seguridad y respeto a la dignidad humana".

Trabajo y soberanía nacional en México. Nada más, pero tampoco menos.

Responsable de la publicación: Ramón Pacheco Llanes, Secretario del Exterior.


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