PATRIMONIO ESPIRITUAL MARISTA

CEPAM/ABM

 

LA FIGURA DE JESUCRISTO EN DOCUMENTOS MARISTAS

(ALGUNAS FUENTES)

 

 

1. (PS 001, 51-53, Carta del P.Champagnat a GRANJON JUAN MARIA, HERMANO, 1823-12-01): Como me propongo escribiros de nuevo, termino y os aseguro que seré siempre y con gusto y satisfacción vuestro afectuoso padre en Jesús y María.

 

2. (PS 006, 02-07, Carta del P.Champagnat a DE PINS GASTON, ADMINISTRADOR AP., 1827-05): La mala situación hasta el presente de los sacerdotes del Hermitage hace que ya no me atreva a presentarme ante su Grandeza para hacerle comprender el exceso de mi dolor y el firme apoyo de mi confianza. Tengo siempre una firme confianza de que Dios quiere esta Obra, a pesar de los esfuerzos más que diabólicos.

 

3. (PS 006, 07-11, Carta del P.Champagnat a DE PINS GASTON, ADMINISTRADOR AP., 1827-05): Lo que fortalece mi confianza son los esfuerzos que Satanás hace para derribarla desde un principio. El desdichado asunto que tuvo lugar con aquel que parecía ser su jefe, es un esfuerzo espantoso del infierno. Pero Jesús y María serán siempre el apoyo de mi confianza.

 

4. (PS 014, 09-17, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1830-01-21): ¡Qué relevante y sublime es su vocación! Está continuamente con quienes hacen las delicias de Jesucristo, puesto que prohibía expresamente a sus discípulos impedir a los niños el acercarse a él. Y usted, querido amigo, no solamente no quiere impedírselo, sino que hace todos los esfuerzos para llevarlos a él. ¡Oh! qué bien recibido será de ese divino maestro, ese maestro liberal que no deja ni un vaso de agua fría sin recompensa.

 

5. (PS 014, 17-20, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1830-01-21): Digan a sus niños que Jesús y María los aman mucho a todos: a los que son buenos porque se parecen a Cristo Jesús, que es infinitamente bueno y a quienes no lo son todavía porque llegarán a serlo.

 

6. (PS 016, 13-16, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1830-08-15): Los dejo en los corazones de Jesús y de María. No los olvido en mis oraciones. Recen también por mí. Tengo el honor de ser vuestro afectuoso padre en Jesús y María.

 

7. (PS 017, 26-27, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1830-09-10): Tengo el honor de ser vuestro muy afectuoso padre en Jesús y María.

 

8. (PS 019, 05-08, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-01-03): No debe usted dudar de que considerándolos a todos como queridos hijos míos en Jesús y María, por el dulce nombre de padre que me otorgan, los llevo a todos muy queridos en mi corazón.

 

9. (PS 019, 16-20, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-01-03): Tenga buen ánimo; vea, mi buen amigo, cuán preciosa es a los ojos de Dios su ocupación. Grandes santos y grandes hombres se felicitaron por un empleo tan grato a Jesús y a María. Dejad que vengan a mi esos niños, pues de ellos es el cielo.

 

10.(PS 019, 21-29, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-01-03): Tiene en sus manos el precio de la sangre de Cristo. Sus numerosos niños le serán, después de Dios, deudores de su salvación. Su vida entera será el eco de lo que les haya enseñado. Esfuércese, no ahorre nada para formar su joven corazón en la virtud. Hágales conocer bien que sin la virtud, sin la piedad, sin el temor de Dios, jamás serán felices, que no hay paz para el impío. Que sólo Dios puede hacer su felicidad, que sólo para él han sido creados Cuánto bien puede hacer, amigo mío.

 

11.(PS 019, 34-37, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-01-03): Muchas cosas tendría todavía que decirle; espero poder decírselas de viva voz dentro de poco. Los dejo a los dos en los corazones de Jesús y de María; ¡son tan buenos hogares! Tengo el honor de ser vuestro afectuoso padre en Jesús.

 

12.(PS 020, 13-17, Carta del P.Champagnat a ANTONIO Y GONZAGA, HERMANO, 1831-02-04): Mis buenos amigos, hagan todo lo posible para que la escuela vaya bien. No pierdan de vista el bien que puedan hacer. Ven el interés que el Salvador del mundo pone en instruir a los niños; manda a sus discípulos que dejen a los niños acercarse a su persona divina.

 

13.(PS 020, 17-21, Carta del P.Champagnat a ANTONIO Y GONZAGA, HERMANO, 1831-02-04): Digan a los niños que es para ellos una gran dicha el ser tan amados de Jesús. Sí, ese Dios de bondad les ama hasta tal punto que halla sus delicias en estar con ellos; sólo tienen que abrirles sus corazones y Jesús y María los llenarán.

 

14.(PS 020, 31-32, Carta del P.Champagnat a ANTONIO Y GONZAGA, HERMANO, 1831-02-04): En espera de ello los dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

15.(PS 023, 17-17, Carta del P.Champagnat a LABROSSE PEDRO, ASPIRANTE, 1831-08-29): Le dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Tengo el honor de ser afectísimo servidor,

 

16.(PS 024, 03-03, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-11-01): ¡Que Jesús y María estén siempre con vosotros!..

 

17.(PS 024, 21-26, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-11-01): No deje de decir a los niños que son amigos de los santos que están en el cielo, de la Santísima Virgen y en particular de Jesucristo, que sus jóvenes corazones le dan envidia, que está celoso, que ve con el mayor dolor al demonio apoderarse de ellos, que estaría dispuesto, si fuese necesario, a morir de nuevo sobre la cruz en el mismo St-Symphorien, pobres niños.

 

18.(PS 024, 26-28, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-11-01): Añada que Dios les ama y que yo les amo también, puesto que Jesucristo, la Virgen y los santos les aman tanto.

 

19.(PS 024, 28-33, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-11-01): Sabéis, decídselo también, por qué Dios les ama tanto? Es que ustedes son el precio de su sangre y pueden llegar a ser grandes santos y eso sin mucho trabajo si lo quieren de verdad.

 

20.(PS 024, 31-35, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-11-01): El buen Jesús les promete llevarlos sobre sus hombros a fin de evitarles el trabajo de caminar. Qué desgracia, hijos míos, que no lo conozcamos bien, sobre todo aquellos de entre ustedes que aprenden con tan pocas ganas el catecismo.

 

21.(PS 024, 42-43, Carta del P.Champagnat a BARTOLOME, HERMANO, 1831-11-01): Os abrazo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María donde los dejo.

 

22.(PS 029, 02-03, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1833-08-10): Deseo que Jesús y María siempre su único tesoro..

 

23.(PS 033, 20-21, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1834-01): Tengo mucha prisa. No tengo tiempo de decirles más. Los dejo en los sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

24.(PS 036, 31-35, Carta del P.Champagnat a DOMINGO, HERMANO, 1834-04-03): y tengo el honor de ser, mi querido H. Dominique, su afectuoso padre en Jesús y María.

 

25.(PS 036, 29-31, Carta del P.Champagnat a DOMINGO, HERMANO, 1834-03-06): Muchos saludos al H. Luis. Su salud está ya restablecida; que la cuide y también la de sus Hermanos. Amo mucho también al H Apolinar y al H. Nizier. Adiós, les dejo a todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María

 

26.(PS 042, 02-03, Carta del P.Champagnat a CASIANO, HERMANO, 1834): Que Jesús y María sean sus guías y conductores en todo..

 

27.(PS 045A, 44-60, Carta del P.Champagnat a CHOLLETON JUAN, VICARIO GENERAL, 1834-09-08): Aquellos a quienes Cristo Jesús da generosamente su Cuerpo y su Sangre todos los días temen que no les dé lo que da los más viles animales. Dios mío, no permitas que semejantes hombres entren jamás en la Sociedad de María. Sr. Vicario General, no pretendo acusar a ninguno de mis hermanos, que me han edificado todos cuando tuve la dicha de verles de cerca. Sólo quiero criticar a quienes les hablan de ese modo.

 

28.(PS 045B, 44-59, Carta del P.Champagnat a CHOLLETON JUAN, VICARIO GENERAL, 1834-09-08): Aquellos a quienes Jesucristo da todos los días con tanta generosidad su Cuerpo y su Sangre, temerían que les negase lo que da escrupulosamente a los más viles animales. Dios mío, no permitas que semejantes hombres entren jamás en la Sociedad de María. No pretendo con esto acusar a ninguno de mis hermanos; todos me han edificado cuando tuve el honor de tenerlos junto a mí; quiero solamente censurar a quienes usan ese lenguaje.

 

29.(PS 049, 32-33, Carta del P.Champagnat a DOMINGO, HERMANO, 1834-11-23): Les dejo a todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María !son tan buenos lugares! !se está tan bien en ellos! Adiós.

 

30.(PS 053, 30-31, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1835-01-09): Le dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en donde le he encontrado.

 

31.(PS 056, 04-06, Carta del P.Champagnat a DE PINS GASTON, ADMINISTRADOR AP., 1835): Todos nuestros Hermanos se unen a mí en los dulces nombres de Jesús y María para hacerle esta breve exposición.

 

32.(PS 061, 02-05, Carta del P.Champagnat a TEOFILO, HERMANO, 1835-07-12): Animo, mi querido amigo, todo se arreglará. Por lo demás Dios debe ser nuestra recompensa. ¿A qué inquietarnos? Hagamos como si estuviésemos seguros del éxito, remitámoslo todo al honor de Jesús y María.

 

33.(PS 062, 03-05, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1835-08-24): Puedo en esta ocasión dirigiros las palabras de nuestro divino Salvador cuando dijo a sus discípulos: "Vengan a descansar un poco a un lugar retirado" (Mc, 6, 31).

 

34.(PS 062, 43-44, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1835-08-24): En espera del placer de abrazarlos, tengo el honor de ser su atento padre en Jesús y María.

 

35.(PS 063, 18-26, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1836-01-19): Nuestros queridos Hermanos, esta felicidad no es la que el mundo busca y que cree hallar en la posesión de bienes temporales Nosotros los felicitamos y les deseamos bienes más sólidos y reales. Servir a Dios con fervor, cumplir los deberes de nuestro estado con fidelidad, trabajar cada día en desprender nuestro corazón de las creaturas para dárselo a Jesús y a María, abandonarlo a todos los movimientos de la gracia, he ahí lo que es verdaderamente deseable y lo que les deseamos.

 

36.(PS 063, 27-30, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1836-01-19): Sí, muy queridos Hermanos, religiosos e hijos de María, su gloria debe ser imitar y seguir a Jesucristo; que ese divino Salvador los llene de su espíritu, que su sabiduría los dirija en todo lo que hagan por su gloria.

 

37.(PS 063, 31-36, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1836-01-19): Les deseamos y esperamos que a ejemplo de Jesús, nuestro querido modelo, tengan un tierno cariño hacia los niños. Repártanles con santo celo el pan espiritual de la religión. Esfuércense en formarlos en la piedad y en grabar en su joven corazón sentimientos de religión que jamás se borren.

 

38.(PS 063, 52-55, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1836-01-19): Que Jesús y María os tengan siempre bajo su cuidado. Tengo el honor de ser su servicial y afectuoso padre en Jesús y María.

 

39.(PS 063, 70-72, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1836-01-19): Los abrazo a todos en los Sagrados Corazones de Jesús y María y tengo el honor de ser su afectuoso padre.

 

40.(PS 063, 75-76, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1836-01-19): C.- Adiós, queridos hijos, que Jesús y María los tengan siempre bajo su protección.

 

41.(PS 067, 05-09, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1836-08-28): Después de tres días y tres noches de marcha en diligencia, hemos llegado a París sanos y determinados a intentarlo todo para acertar cada cual en sus asuntos. Nuestro viaje se realizó sin que yo haya experimentado, como temía, los dolores que siento de ordinario; gracias sean dadas a Jesús y a María.

 

42.(PS 070A, 110, Carta del P.Champagnat a DOUILLET FERREOL, SACERDOTE, 1836-10): Tengo el honor de ser todo para todos en los Sagrados Corazones de Jesús y María.

 

43.(PS 074, 26-27, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1836-12-21): Le dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María, nuestra buena Madre.

 

44.(PS 077, 02-07, Carta del P.Champagnat a FREDET HIPOLITO, SEGLAR, 1836): Me da usted a conocer en carta fecha de el 25 de julio que, al parecer, las aguas de Aix-les-Bains le han sido más saludables que las del pasado año. Bendigo y bendeciré por ello al soberano Maestro. Acabo de recibir una carta que usted ha tenido a bien enviarme. Permítame una vez más que le manifiesta mi agradecimiento por escrito.

 

45.(PS 079, 13-17, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-01-01): Los deseos y los votos que formulo al principio de este año son muy distintos de los que el mundo se esfuerza por expresar con un falso lenguaje: cierta abundancia de bienes, honores y placeres que el corazón nunca, he ahí lo que el mundo anhela.

 

46.(PS 079, 27-31, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-01-01): Nuestros Padres y Hermanos destinados a la Polinesia se han embarcado el 24 del mes pasado. Qué amplio campo ha confiado a nuestro celo el Sumo Pontífice, el Vicario de Cristo. Acompañemos con nuestros deseos y fervientes oraciones a quienes les ha tocado ese amplio campo de acción.

 

47.(PS 079, 58-59, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-01-01): Tengo el honor de ser su afectuoso padre en Jesús y María..

 

48.(PS 079, 61-62, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-01-01): B.- Os dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y María. P.S.- No olviden nuestra misión.

 

49.(PS 080, 23-25, Carta del P.Champagnat a LUIS MARIA, HERMANO, 1837-01-02): Diga al querido H. Rafael que he recibido su última carta, que Jesús y María le ayuden a sobrellevar las dificultades que pueda hallar en su empleo.

 

50.(PS 080, 26, Carta del P.Champagnat a LUIS MARIA, HERMANO, 1837-01-02): Que Jesús y María estén con vosotros..

 

51.(PS 086, 29-30, Carta del P.Champagnat a LUIS MARIA, HERMANO, 1837-01-21): Adiós, mi querido Hermano. Le dejo en los corazones de Jesús y de María.

 

52.(PS 089, 11, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-01): "Quae faciens homo vivet in eis". Os dejo en el Sagrado Corazón de Jesús y de María.

 

53.(PS 091, 14-21, Carta del P.Champagnat a MAUNIER ANTONIO CASIMIRO, PARROCO, 1837-02-10): Si usted cree necesario proveerse en otra parte para ser atendido antes nos alegraremos siempre que veamos que se da gloria a Dios y que se establece el reino de Cristo en los corazones por el medio que sea. El campo del Señor es tan amplio y la mies tan abundante, que tenemos una satisfacción siempre nueva cuando vemos la prosperidad de las instituciones consagradas a formar buenos obreros para los campos del Padre de familia.

 

54.(PS 102, 04-07, Carta del P.Champagnat a EUTIMIO, HERMANO, 1837-03-19): Estoy muy contento de su cartita. Animo, querido Hermano, Jesús y María serán su recompensa; en sus tentaciones llámeles en su auxilio y jamás permitirán que sucumba.

 

55.(PS 102, 18-19, Carta del P.Champagnat a EUTIMIO, HERMANO, 1837-03-19): Adiós; le dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María..

 

56.(PS 118, 17-20, Carta del P.Champagnat a DIONISIO, HERMANO, 1837-07-05): Nosotros no lo olvidamos, ni tampoco a los otros Hermanos que están con usted. Dígales muchas cosas, que les amo mucho y que me alegro de todo lo que hacen por amor a nuestro común Señor.

 

57.(PS 126, 25-26, Carta del P.Champagnat a APOLINAR, HERMANO, 1837-08-04): Adiós, mi querido Hermano, le dejo en los corazones de Jesús y María. Sigo siendo su afectuoso padre en Jesús y María Champagnat.

 

58.(PS 132, 14-18, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-08-12): Cuán bueno y agradable me resulta pensar que dentro de muy poco tiempo, tendré el enorme gusto de decirles, al unísono con el salmista, y mientras les doy el abrazo de saludo: "quam bonum et quam jucundum habitare fratres in unum".

 

59.(PS 135, 29-36, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-09-04): Así es, muy queridos Hermanos, cómo nosotros recogeremos lo que hayamos sembrado. Tal vida, tal muerte; tal muerte, tal eternidad Dios nos ha llamado a ser santos. Os conjuro, pues, a que avancéis más y más en su amor; procurad vivir en paz y aplicaos cada cual a lo que debéis hacer a fin de que todo lo vuestro, el espíritu, el alma y el cuerpo se conserven sin mácula para la llegada de Nuestro Señor Jesucristo. (Tesal. IV y V).

 

60.(PS 135, 38-40, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-09-04): En la espera gozosa de vuestra llegada, os abrazo muy afectuosamente en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

61.(PS 141, 20-27, Carta del P.Champagnat a MAZELIER FRANCISCO, SUPERIOR SPTCH, 1837-09-28): Tenemos la misma finalidad y trabajamos para el mismo Señor, deseamos estar siempre en unión con ustedes y trabajar de consuno. Usted nos ha prestado y nos presta cada día grandes servicios. Sus bondades y ternura paternal hacia nuestros Hermanos que han tenido la suerte de permanecer algún tiempo con usted, jamás se borraran de nuestro recuerdo. Sentimos muchísimo no tener en este momento más que estériles palabras para agradecérselo.

 

62.(PS 158, 26-29, Carta del P.Champagnat a SILVESTRE, HERMANO, 1837-11-25): No nos olvidamos de ustedes, de ninguno. Estamos haciendo los preparativos para [nuestro viaje] a París. Encomiende con fervor este asunto a Dios, a fin de que no resulte sino lo que él quiere y nada más. Su santa voluntad: eso es lo único. En vano intentaríamos algo diverso, en vano nos agitaríamos: nada, sino la voluntad de Dios.

 

63.(PS 164, 88-89, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1837-12-12): Los abrazo en el amor de N.S. Jesucristo y de su Santa Madre. Con mucho afecto. N.S. del Hermitage, a 12 de diciembre de 1837.

 

64.(PS 168, 51-54, Carta del P.Champagnat a DIONISIO, HERMANO, 1838-01-05): Adiós, mi querido H. Denis; adiós a todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Tengo el honor de ser vuestro afectuoso padre en Jesús y María.

 

65.(PS 169, 34-35, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-01-10): Adiós, mi muy querido Hermano, les dejo a todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

66.(PS 174, 75-76, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-02-24): Saludos a todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Tengo el honor de ser vuestro afectísimo servidor.

 

67.(PS 175, 65-66, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-03-07): Adiós, mis buenos queridos Hermanos, que Jesús y María estén con todos ustedes.

 

68.(PS 180, 47-50, Carta del P.Champagnat a VIUDA CHAMPAGNAT MARIA, SEGLAR, 1838-03-16): Les deseo a todos ustedes, no riquezas, sino [la paz de] una buena conciencia y un ardiente amor por Dios. Que Jesús y María sean su [único] todo. Recen por mí y por el éxito de mis asuntos.

 

69.(PS 181, 43-44, Carta del P.Champagnat a HILARION, HERMANO, 1838-03-18): Tengo el honor de ser en los Sagrados Corazones de Jesús y de María su muy afectísimo servidor.

 

70.(PS 182, 40-42, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-03-22): Mil saludos a Padres, Hermanos y a toda la casa. Que Jesús y María le ayuden, querido Hermano. Su situación me llena de compasión.

 

71.(PS 182, 53-54, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-03-22): Los abrazo a todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María..

 

72.(PS 183, 27-29, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1838-03-24): Cumpla con sus colaboradores, a quienes quiero mucho; cumpla, cumpla, por amor a Jesucristo, sus deberes.

 

73.(PS 183, 29-32, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1838-03-24): rece y haga rezar a sus niños. Usted sabe cuánto le place a Jesucristo ser importunado por esas almas inocentes. Mis gestiones en la capital les interesan particularmente.

 

74.(PS 183, 60-69, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1838-03-24): Adiós mi querido amigo, adiós, querido Teodosio, Henry Marie y querido cocinero. Que Jesús y María estén siempre con vosotros Soy siempre su afectísimo en Jesús y María. P.S.- Saludos afectuosos al Sr. Cura y a su vicario. Comunique mi carta a los Hermanos de Mornant y un abrazo para todos.

 

75.(PS 185, 38-41, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-04-12): Mil saludos a los señores Matricon y Besson y a todos los buenos Hermanos que han hecho votos perpetuos y a todos los demás, a quienes abrazo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que les pueda abrazar físicamente.

 

76.(PS 194, 68-71, Carta del P.Champagnat a POMPALLIER JUAN BAUTISTA, VICARIO APOST., 1838-05-27): María, sí, María sola es [causa de] nuestra prosperidad, sin María somos nada y con María lo tenemos todo, porque María tiene siempre a su adorable hijo o en sus brazos o en su corazón.

 

77.(PS 195, 20-24, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-06-07): Es cierto que hemos de decir siempre que estamos en las manos de Jesús y de María. Pídanles, queridos Hermanos, que se haga la santa voluntad de Dios y tratemos de no querer más que lo que Dios quiere. Abandonemos el éxito entres sus manos; él sabe mejor que nosotros lo que precisamos.

 

78.(PS 196, 61, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-06-20): Tengo el honor de ser todo suyo en Jesús y María..

 

79.(PS 197, 20-23, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-06-23): Lo que para mí era sospecha hoy es certeza. Estoy muy fastidiado, pero no desconcertado: tengo siempre gran confianza en Jesús y María. Obtendremos lo que deseamos, no lo dudo, solamente me es desconocido el momento.

 

80.(PS 197, 29-31, Carta del P.Champagnat a FRANCISCO, HERMANO, 1838-06-23): Siento mucho la muerte del buen H. Fabián y que el H. Justino no se restablezca. Bendito sea Dios y que Jesús y María le ayuden cada vez más.

 

81.(PS 209, 13-14, Carta del P.Champagnat a DUGAS VICTOR, SEGLAR, 1838-08-21): Que Jesús y María escuchen mis súplicas y jamás le faltará la dicha en esta vida y en la otra.

 

82.(PS 210, 14-16, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1838-08-21): En la unión con Jesús y María mi corazón con dulce expansión viene a decirles: Mis muy queridos Hermanos, cuánto los amo.

 

83.(PS 219, 35-41, Carta del P.Champagnat a AURRAN BLAS, SEGLAR, 1838-10-): P.S. - Estoy encantado de poder ofrecerle un pequeño testimonio de mi agradecimiento enviándole las meditaciones sobre la dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo por Sor Ana Catalina Emerich Haré depositar esta pequeña obra en casa del Sr. Boui, superior del Gran Seminario de Aix.

 

84.(PS 232, 09-13, Carta del P.Champagnat a UN HERMANO, HERMANO, 1838-12-05): Bastante tiempo, amigo mío, ha contado con los hombres; cuente con el auxilio de Jesús y María. Le abrazaré, me lo figuro, esta semana, conociendo como conozco su pronta obediencia.

 

85.(PS 233, 08-10, Carta del P.Champagnat a DIONISIO, HERMANO, 1838-12-10): Nada nuevo en la Casa Madre. Seguimos recibiendo muchos novicios. Por otra parte todo sigue su marcha. Añadamos que Jesús y María sean eternamente benditos.

 

86.(PS 233, 11-13, Carta del P.Champagnat a DIONISIO, HERMANO, 1838-12-10): Adiós, mi querido Hermano. Tengo el honor de ser su afectísimo en Jesús y María.

 

87.(PS 234, 17-19, Carta del P.Champagnat a DOMINGO, HERMANO, 1838-12-28): Adiós, mi querido Dominique, ponga fuertemente su confianza en Jesús y María y esté seguro de que todo irá para Gloria de Dios y para la salvación de su alma.

 

88.(PS 234, 25-26, Carta del P.Champagnat a DOMINGO, HERMANO, 1838-12-28): Tengo el honor de ser en los Sagrados Corazones de Jesús y de María su afectísimo servidor.

 

89.(PS 242, 22-23, Carta del P.Champagnat a DOMINGO, HERMANO, 1839-02-04): Adiós, mi querido Dominique. Que Jesús y María estén con usted. Tengo el honor de ser su muy humilde servidor.

 

90.(PS 244, 15-16, Carta del P.Champagnat a BASIN, HERMANO, 1839-02-23): Adiós mi querido Hermano, le dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

91.(PS 247, 09-11, Carta del P.Champagnat a AVIT, HERMANO, 1839-03-10): El pensamiento de la muerte y de la pasión de Jesucristo es un excelente medio para rechazar todo pensamiento ajeno y contrario a la amable virtud.

 

92.(PS 247, 18-19, Carta del P.Champagnat a AVIT, HERMANO, 1839-03-10): Le dejo, mi querido Hermano, en los Sagrados Corazones de Jesús y d María y soy su muy afectuoso servidor.

 

93.(PS 248, 07-09, Carta del P.Champagnat a ANACLETO, HERMANO, 1839-03-23): Que Jesús y María sean siempre su recurso. Su nombre les es bien conocido, así como sus necesidades. No obstante no cese de exponérselas y cuente con su poderoso auxilio.

 

94.(PS 248, 21-22, Carta del P.Champagnat a ANACLETO, HERMANO, 1839-03-23): Tengo el honor de ser todo de todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

95.(PS 249, 46-47, Carta del P.Champagnat a MARIE LORENZO, HERMANO, 1839-04-08): Tengo el honor de ser todo para todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

96.(PS 259, 03-10, Carta del P.Champagnat a UN HERMANO, 1839-07-20): La dicha de ser hijo de María bien vale algún combate y algún sacrificio. Además de lo que se puede decir a Jesús, qué no se debe decir a María: porque sería yo el primero que le hubiera invocado, mejor aún, que hubiera sido su hijo. Dígale pues a María que el honor de su Sociedad exige que le conserve casto como un ángel. El medio que usted toma pensando en la pasión y muerto de Nuestro Señor Jesucristo... Manténgase ocupado.

 

97.(PS 259, 10-16, Carta del P.Champagnat a ANTONIO, HERMANO, 1839-07-20): Obedezca con agrado; es a Jesús y a María a quienes obedece; sin eso no sería toda la vida más que un mal religioso, digamos mejor, no sería mucho tiempo religioso. La obediencia hace a un hombre santo e impecable e inseparable de su Dios. No podría alejarme de Dios sino alejándome de la obediencia. Con esa virtud se prepara maravillosamente a hacer sus votos.

 

98.(PS 268, 06-12, Carta del P.Champagnat a TROUSSET D'HERICOURT BENIGNO, OBISPO, 1839-09-13): Comenzaremos el establecimiento en cuanto nos hayamos puesto de acuerdo sobre todos los puntos. Sólo temo que con todos nuestros débiles esfuerzos y nuestra buena voluntad no podamos responder dignamente a lo que usted tiene derecho a esperar de nosotros. Ya sé que María no abandona nunca a los mayores pecadores cuando imploran su asistencia y no sabrá dejar sin socorro a quienes se han consagrado a Ella con la aprobación del Vicario de Cristo.

 

99.(PS 268, 15-19, Carta del P.Champagnat a TROUSSET D'HERICOURT BENIGNO, OBISPO, 1839-09-13): Sírvase, le ruego, Monseñor, fijar tiempo y lugar para nuestra entrevista a fin de que podamos arreglarlo todo y que después de eso la Sociedad de María y Su Grandeza no formen más que un corazón y un alma en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

100.(PS 313, 107-116, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1840-01-10): Queridos Hermanos: Respondemos a un ferviente deseo de sus corazones e invitamos a todos a unirnos a los pies de Jesús y de María para rogar por la conservación de nuestro buen Padre Superior, cuya salud sigue siendo muy delicada. Durante nueve días rezaremos las letanías de la Santísima Virgen y el Acordaos, asistiremos a la Santa Misa y haremos nuestras comuniones a esta intención. Que nuestros alumnos se interesen en esta obra de agradecimiento y piedad. Su Hermano que los estima, Francisco.

 

101.(PS 317, 13-14, Carta del P.Champagnat a TIMOTEO, HERMANO, 1840-01-01): Sigo encomendándome a sus buenas oraciones y sigo siendo en Jesús y María su muy afectuoso padre y servidor.

 

102.(PS 318, 04-09, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1840-02-04): Lleno de esperanza en la misericordia divina y en la protección de la Santísima Virgen, provisto de todos los auxilios de la religión y ardiendo en deseos de ir a unirse con Dios, terminó su misión en este mundo el jueves, 30 de enero, invocando los santos nombres de Jesús y de María, después de habernos edificado constantemente por su paciencia y su resignación a la voluntad de Dios.

 

103.(PS 318, 51-55, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1840-02-04): Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunicación del Espíritu Santo esté siempre con ustedes. Soy muy afectuosamente en Jesús y María su muy cariñoso Padre.

 

104.(PS 323, 18-21, Carta del P.Champagnat a PRADIER ENRIQUE, SACERDOTE, 1840-02-22): Felices si, llamamos a instruir a esa parte del rebaño de Jesucristo, que reclama por tantos títulos la atención de personas caritativas, nuestros Hermanos llegan a poder ser cada vez más dignos de tan santo empleo.

 

105.(PS 328, 17-19, Carta del P.Champagnat al INSTITUTO, HERMANOS, 1840-03-14): Los abrazo muy afectuosamente en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

 

106.[TESTAMENTO ESPIRITUAL 1840: Nº 0] En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

107.[TESTAMENTO ESPIRITUAL 1840: Nº 2] Suplico a quienes de alguna manera haya podido ofender o escandalizar si bien no recuerdo haber disgustado a nadie voluntariamente que me perdonen por la caridad infinita de Nuestro Señor Jesucristo y que unan sus plegarias a las mías para alcanzar de Dios que se digne olvidar los pecados de mi vida pasada y acoger mi alma en su infinita misericordia.

 

108.[TESTAMENTO ESPIRITUAL 1840: Nº 4] Deseo que reine siempre entre los Hermanos de María una obediencia total y perfecta; que los súbditos, viendo en los Superiores la persona de Jesucristo, los obedezcan de corazón y espíritu, y renuncien siempre, si fuere necesario, a la voluntad y juicio propios. Recuerden que el religioso obediente cantará victoria y que la obediencia es, sobre todo, el cimiento y soporte de la comunidad. Animados de este espíritu, sométanse ciegamente los Hermanitos de María no sólo a los Superiores mayores, sino a cuantos estén encargados de dirigirlos y guiarlos. Penétrense bien de esta verdad de fe: el Superior representa a Jesucristo y, cuando manda, debe ser obedecido como si mandara el mismo Cristo.

 

109.[TESTAMENTO ESPIRITUAL 1840: Nº 5] Os encarezco también, muy queridos Hermanos, con todo el cariño de mi alma y por el que vosotros me profesáis, que os comportéis de tal modo que la caridad reine siempre entre vosotros. Amaos unos a otros como Cristo os ha amado. No haya entre vosotros sino un solo corazón y un mismo espíritu. Ojalá se pueda afirmar de los Hermanitos de María lo que se decía de los primeros cristianos: ¡Mirad como se aman!... Es el deseo más vivo de mi corazón en estos últimos instantes de mi vida. Si, queridos Hermanos míos. escuchad las últimas palabras de vuestro padre, que son las de nuestro amadísimo Salvador: “Amaos unos a otros”.

 

110.[TESTAMENTO ESPIRITUAL 1840: Nº 6] Deseo, queridísimos Hermanos míos, que esta caridad, que debe uniros a todos, como miembros de un mismo cuerpo, alcance a las demás Congregaciones. Os conjuro, por la caridad sin límites de Jesucristo, que no envidiéis jamás a nadie, y menos aún a quienes Dios llama al estado religioso para trabajar, como vosotros, en la educación de la juventud. Sed los primeros en alegraros de sus éxitos y apenaros por sus fracasos. Encomendadlos a menudo a Dios y a la divina Madre. Dadles con gusto la preferencia. Jamás prestéis oídos a los dichos que pudieran perjudicarlos. Que la gloria de Dios y el honor de María sean vuestro único fin y vuestra sola ambición.

 

111.[TESTAMENTO ESPIRITUAL 1840: Nº 9] Hermanos míos muy queridos: sed fieles a vuestra vocación: amadla y perseverad en ella con entereza. Manteneos en un espíritu recio de pobreza y desprendimiento. La observancia diaria de vuestras santas Reglas os libre de faltar jamás al voto sagrado que os une a la más bella y delicada de las virtudes. Cuesta vivir como buen religioso, pero la gracia lo suaviza todo. Jesús y María os ayudaran. Además esta vida es muy breve y la otra no tendrá fin. ¡Qué consolador resulta, cuando se va a comparecer delante de Dios, recordar que se ha vivido bajo el amparo de María y en su Sociedad! Dígnese esta buena Madre conservaros, multiplicaros y santificaros. Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con vosotros. Os dejo a todos, confiadamente, en los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que tengamos la dicha de vernos juntos en la eterna bienaventuranza

 

112.(JBF, VPC: 02, 06, 331): Toda la virtud y santidad se resume en conocer, amar e imitar a Jesucristo. El Padre Champagnat, que estaba convencido de esta verdad, tomaba como tema habitual de sus meditaciones la vida del divino Salvador.

 

113.(JBF, VPC: 02, 06, 331): Tenía especial devoción al Niño Jesús. Cada año ponía sumo cuidado en prepararse a la fiesta de Navidad y la celebrada con toda solemnidad. En Nochebuena mandaba instalar el belén para representar el divino nacimiento con todos los detalles que lo rodearon. Iba con la comunidad a adorar al divino Niño recostado sobre pajas en el pesebre, y le dirigía fervorosas oraciones.

 

114.(JBF, VPC: 02, 06, 331): “Hermanos -exclamaba en una plática sobre esta fiesta-, mirad al divino Infante reclinado en un pesebre, desprovisto de todo. Nos tiende sus manecitas y nos invita a acercarnos, menos para compartir su pobreza que para colmarnos de bienes y gracias. Se ha hecho niño para conquistar nuestro amor y alejar de nosotros todo temor. Nada más amable que un niño: su inocencia, sencillez y dulzura, sus caricias y hasta su misma fragilidad son capaces de conmover y conquistar los corazones más duros y empedernidos. ¿Cómo vamos a resistirnos a amar a Jesús que se ha hecho niño para estimular nuestra confianza, manifestarnos el exceso de su amor y darnos a entender que todo lo conseguiremos de él? Nada tan cercano ni tan amable como un niño: lo da todo, todo lo perdona, lo olvida todo; cualquier chuchería lo hace feliz, lo sosiega y contenta. Su corazón no tiene hiel ni amargura: sólo  ternura y amor. Acudamos, pues, al divino niño cuyo corazón posee todas las perfecciones divinas y humanas. Pero vayamos a él por el mismo camino que él siguió para venir a nuestro encuentro, es decir, por el camino de la humildad y la mortificación. Pidámosle estas virtudes; pidámosle su amor y cuanto necesitemos: nada nos puede negar.”

 

115.(JBF, VPC: 02, 06, 331): El misterio de la Redención era también una de las grandes devociones del Padre Champagnat. Durante toda la cuaresma meditaba los sufrimientos del divino Salvador. Y, considerando que el tema era más que suficiente para ocupar a los Hermanos y alimentar su piedad, no les daba otro para meditación, lectura espiritual y, a veces, incluso para las lecturas del refectorio.

 

116.(JBF, VPC: 02, 06, 332): Dedicaba especialmente la Semana Santa la contemplación de este inefable misterio del inmenso amor de Dios a los hombres; la celebrada con gran recogimiento y como si fuera tiempo de retiro. Los tres últimos días celebrada los oficios litúrgicos íntegramente y con toda la piedad y solemnidad posibles. Durante muchos años, el buen Padre ayunó e hizo ayunar a la comunidad a  pan y agua el Viernes Santo. Ese día no había recreo después del almuerzo: en toda la casa reinaba un profundo silencio; el día entero se consagraba a la asistencia a los oficios y a la lectura y meditación de los sufrimientos de Jesucristo.

 

117.(JBF, VPC: 02, 06, 332): El piadoso Fundador había hecho de la Semana Santa, para sí y para sus hijos, tiempo de renovación en la piedad y el fervor. Muchos de los que se hallaban en las escuelas se reunían con él durante esos días santos. Los recibía en particular para animarlos y avivar en ellos el espíritu de su estado. En los ratos libres que le dejaban los oficios, les daba conferencias y charlas sobre la Pasión de Jesucristo o sobre los deberes de la vida religiosa. En fin, aquella semana, como lo indica su nombre, era realmente santa, pues la dedicaba enteramente a la oración, a su propia santificación y a la de los Hermanos.

 

118.(JBF, VPC: 02, 06, 332): Pero le gustaba manifestar su amor a Jesucristo de modo especial en el Santísimo Sacramento del altar. Tan viva era su fe en la presencia real, que se diría que veía cara a cara a Nuestro Señor en este inefable misterio. Cuando era seminarista, pedía a menudo permiso para visitar al Santísimo Sacramento, y hubiera pasado gran parte de sus recreos al pie del altar si la prudencia de sus superiores no hubiera puesto límites a su piedad y fervor.

 

119.(JBF, VPC: 02, 06, 332): Mientras fue coadjutor en Lavalla, nunca dejaba de hacer una visita al Santísimo Sacramento después del almuerzo, y se impuso como norma visitarlo antes y después de las salidas que tenía que hacer para visitar a los enfermos o por cualquier otro motivo. Al salir, la visita era para pedir a Jesucristo que le preservase de toda falta y suplicarle que bendijera la obra que iba a realizar; y, al regreso, para revisar su comportamiento, agradecer al Señor las gracias recibidas y pedirle perdón por las faltas cometidas.

 

120.(JBF, VPC: 02, 06, 333): Como es de suponer, no dejaba de inspirar a los Hermanos esta devoción, que él llamaba la primera de todas las devociones. En los primeros horarios que les dio estableció la visita al Santísimo Sacramento dos veces al día no sólo en el noviciado, sino también en las escuelas. De ese modo, los Hermanos llevaban a los niños a la iglesia tres veces al día: por la mañana, antes de clase, para la santa misa; después de las sesiones de mañana y tarde para adorar al Santísimo Sacramento y encomendarse a la Santísima Virgen. Prescribió también a los Hermanos una visita al Santísimo Sacramento cada vez que salieran de paseo; y, en las casas de noviciado y en las que hubiera reserva, al inicio y regreso de un viaje o salida.

 

121.(JBF, VPC: 02, 06, 333): “Nunca salgáis de una casa donde more el Santísimo Sacramento -les decía- sin ir a pedir a Jesucristo su bendición; y, al regreso, lo mismo que cuando entréis en una parroquia, la primera visita ha de ser igualmente para Jesucristo.”

 

122.(JBF, VPC: 02, 06, 333): Daba tanta importancia a esas prácticas que más de una vez impuso penitencias a los Hermanos que las omitían. Muy a pesar suyo se vio obligado más tarde a suprimir algunas de esas visitas. pero hasta su muerte no dejó de inspirar a los Hermanos amor a Jesús sacramentado.

 

123.(JBF, VPC: 02, 06, 333): “Por nosotros -les advertía- y para que podamos acudir a él en todas nuestras necesidades, permanece el divino Salvador día y noche en nuestros altares desde hace más de mil ochocientos años. Y nada aflige tanto a su divino Corazón como nuestra ingratitud ante tal regalo y nuestra apatía en visitarlo y pedirle favores. Si supiéramos lo provechosas que son las visitas al Santísimo, estaríamos postrados continuamente ante el altar. Los santos comprendían esa realidad; sabían que Jesucristo es la fuente de todas las gracias; por eso, cuando se les presentaba algún asunto complicado, o tenían que pedir algún favor especial, acudían ante el Santísimo Sacramento. San Francisco Javier, san Francisco Regis y muchos otros pasaban horas enteras cada día y gran parte de la noche al pie del altar. Por estas prolongadas conversaciones con Jesucristo prosperaban las obras que les encomendaban, convertían a los pecadores y conseguían éxito en cuanto emprendían para gloria de Dios y propia santificación.”

 

124.(JBF, VPC: 02, 06, 334): Al hablar de este modo, nuestro piadoso Fundador hacía suyo el lenguaje de los santos, que unánimemente reconocen que las visitas al Santísimo Sacramento son fuente de gracias para los cristianos.

 

125.(JBF, VPC: 02, 06, 334): “Es indudable -dice san Alfonso de Ligorio -que, después de la comunión, la visita ffrecuente a Jesús sacramento es una de las prácticas de piedad más agradables a Dios y provechosas para nosotros. A menudo se consiguen más gracias durante un cuarto de hora ante el Santísimo Sacramento que con todos los demás ejercicios piadosos del día.”

 

126.(JBF, VPC: 02, 06, 334): San Pedro de Alcántara asegura: “Nuestro Señor en el Sacramento del altar tiene las manos llenas de gracias, y está dispuesto a derramarlas sobre quien viene a pedírselas.”

 

127.(JBF, VPC: 02, 06, 334): “En ninguna parte escucha Jesucristo las oraciones con mayor facilidad, como ante el Santísimo Sacramento”, añade el beato Enrique Susón.

 

128.(JBF, VPC: 02, 06, 334): Finalmente, san Pablo nos enseña que “Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento es el trono de la gracia y de la misericordia.”

 

129.(JBF, VPC: 02, 06, 334): Cuando el Padre Champagnat tenía que resolver algún asunto complicado o sufría alguna contradicción; cuando acontecía algo desagradable, Jesús sacramentado era su refugio. A sus pies examinaba lo que tenía que hacer, y nunca tomaba decisión alguna, por muy insignificante que fuera, sin habérsela encomendado.

 

130.(JBF, VPC: 02, 06, 335): En tales [muchas] ocasiones solía decir: “Vamos a encomendar esto al Señor en la santa misa, en la comunión y en las visitas que le hagamos; luego veremos qué hemos de hacer.”

 

131.(JBF, VPC: 02, 06, 335): ¡Cuántos casos aparentemente sin salida se solucionaron inmediatamente, contra todo pronóstico humano, después de una fervorosa plegaria ante el Santísimo Sacramento!

 

132.(JBF, VPC: 02, 06, 335): En una ocasión en que se debatía un asunto importantísimo entre personas respetables e interesadas en el tema, se estaba muy lejos de la unanimidad y las posturas eran tan divergentes que parecía imposible llegar a un acuerdo. En lo más crudo de la discusión, el Padre Champagnat parece recogerse, luego se levanta sin decir palabra, se va a la capilla, se postra a los pies de Jesucristo y, transcurridos unos minutos de ferviente oración, se incorpora a la asamblea. Apenas lo ven, los ánimos se serenan; pronuncia unas palabras que todos consideraron llenas de cordura y la discusión acaba a gusto de todos.

 

133.(JBF, VPC: 02, 06, 335): Un día vino un Hermano a buscarle a su despacho y sin rodeos le comunicó que había decidido retirarse y que su decisión era tan firme que por nada del mundo la revocaría. -Pero, ¿por qué se va a retirar? -repuso el Padre-. No veo razón alguna quue justifique esa decisión; siempre he creído que estaba usted hecho para la vida religiosa y que Dios lo había llamado a ella. - También yo lo creí mucho tiempo -replicó el Hermano-, pero  hoy me he convencido de lo contrario y, de unos meses a esta parte, la vida comunitaria se me hace insoportable. -Esta tentación es peligrosa -le dijo el Padre-;  el demonio, envidioso de su felicidad y adivinando el bien que está destinado a realizar, quiere de un solo golpe impedirlo y llevarle a la perdición. No se le ocurra ceder a la tentación: tendría que arrepentirse toda su vida y acaso toda la eternidad. Después de haber agotado todos los medios que le inspiró su celo para hacerle cambiar de idea, viendo que no conseguía convencerle ni siquiera decirle a retrasar unos días para orar y reflexionar, añadió: “Espere aquí un momento; vuelvo en seguida y le diré lo que tiene que hacer.” Corre a la capilla y suplica ardientemente a Nuestro Señor que se apiade del Hermano, que lo detenga al borde del abismo y que lo libre de la terrible tentación que lo acosa. No había orado más que unos minutos cuando siente que ha sido escuchado. Vuelve y encuentra al Hermano de rodillas. -Padre -exclama el Hermano-, ¡qué gran servicio acaba de prestarme! El demonio que me atormentaba acaba de dejarme. No sé qué me ha pasado, pero me siento tan aliviado como si me hubieran quitado una montaña de encima de los hombros. He cambiado por completo de ideas, y no comprendo cómo he podido dejarme seducir por tan absurdas ilusiones. -Amigo mío -le respondió el Padre-, ame mucho a Nuesstro Señor, pues a él debe esa gracia; trabaje en dar a conocer y hacer amar a Jesús: para eso lo ha liberado de esa tentación y lo mantiene en su vocación.

 

134.(JBF, VPC: 02, 06, 336): Otro Hermano, que padecía violentas tentaciones contra la castidad y que no acababa de librarse de los malos hábitos contraídos en el mundo, venía con frecuencia a ver al Padre para informarle de su situación y pedirle algún remedio. Después de haberle dado muchos consejos y sugerido medios que apenas le dieron resultado, el buen Padre le prescribió lo siguiente: 1.º Ofrecer y consagrar diariamente el corazón a Nuestro Señor durante la santa misa. Le exhortó a hacerlo con las letanías del Sagrado Corazón, y añadir a cada invocación: “Yo me consagro a ti.” 2.º Renovar esta ofrenda y consagración durante la acción de gracias, los días que tuviese la dicha de comulgar. 3.º Aprovechar los ratos libres del día para ir dos veces a la capilla y pedir a Nuestro Señor su bendición. Esas prácticas dieron el resultado apetecido: disminuyeron las tentaciones y muy pronto llegó el Hermano a corregir totalmente los hábitos que lo esclavizaban desde hacía tanto tiempo.

 

135.(JBF, VPC: 02, 06, 337): El respeto profundo y el amor tierno que el Padre Champagnat profesaba a Jesucristo en el Santísimo Sacramento del altar, lo impulsaban a celebrar con gran solemnidad los oficios litúrgicos y a observar con minuciosa exactitud las rúbricas y cuanto estaba establecido por el ceremonial diocesano. En este aspecto, la capillita del Hermitage se parecía a la catedral de Lyon o a la iglesia del seminario mayor, por la forma de celebrar los oficios divino. No pocas personas lo comentaban así.

 

136.(JBF, VPC: 02, 06, 337): Aunque estimaba de modo especial la pobreza y procuraba con esmero que reinase en la comunidad, como luego veremos, quería que la capilla y cuanto tocase al culto divino fuera excepción; que los ornamentos y vasos sagrados no sólo estuvieran limpios, sino que fueran ricos hasta donde los recursos de la comunidad pudieran alcanzar.

 

137.(JBF, VPC: 02, 06, 337): Al llegar a Lavalla, encontró la iglesia sucia. Se puso él mismo a quitar el polvo y las telarañas, que cubrían las paredes; a enlucir algunos lienzos de pared que se hallaban en estado lamentable; a limpiar candelabros, cruces, imágenes y cuanto servía de ornato; a encerar semanalmente la tarima del altar y conservar limpia la sacristía. Desempeñó tales tareas hasta que un Hermano estuvo suficientemente preparado para encargarse.

 

138.(JBF, VPC: 02, 06, 338): Para contribuir a la solemnidad de los oficios litúrgicos y estimular la devoción de los fieles, enseñó a los niños a ayudar a misa y los formó en las ceremonias de la iglesia, y, en la procesión de Corpus, a incensar al Santísimo y echar flores a su paso con la debida seriedad y modestia. Para lograr que los niños hicieran todo esto con la mayor piedad de que eran capaces, les sometía a una especie de noviciado, admitiendo al servicio de la iglesia sólo a los que se lo habían merecido por su comportamiento irreprochable durante cierto tiempo.

 

139.(JBF, VPC: 02, 06, 338): Por respeto a Nuestro Señor, se abstenía escrupulosamente de escupir en el lugar sagrado; y quiso que los Hermanos hicieran lo propio, y así lo determinó en las Reglas. También prescribió que entraran en la iglesia convenientemente aseados, prohibiéndoles presentarse sin el hábito religioso, con zuecos o cualquier otro calzado sucio.

 

140.(JBF, VPC: 02, 06, 338): “El profundo respeto que debemos a la persona de nuestro divino Salvador -decía-, exige que incluso nuestro  exterior esté limpio cuando tenemos la dicha de comparecer en su presencia; un porte descuidado manifiesta que no hemos comprendido lo que Jesucristo se merece.”

 

141.(JBF, VPC: 02, 06, 338): Era admirable su piedad en la celebración de la santa misa; su actitud modesta, su aspecto convencido, la gravedad de sus movimientos, el tono de voz piadoso y animado, todo revelaba los sentimientos que embargaban su corazón y la impresión profunda que le infundía el augusto sacrificio que ofrecía a Dios.

 

142.(JBF, VPC: 02, 06, 338): Nunca omitía la celebración diaria de la santa misa, y en sus viajes lo vimos caminar cinco o seis leguas para gozar de ese consuelo. En tales ocasiones se pasaba frecuentemente en ayunas toda la mañana, con la esperanza de poder celebrar el santo sacrificio al llegar a su destino.

 

143.(JBF, VPC: 02, 06, 338): En un viaje que hizo a Gap, al apearse de la diligencia, preguntó qué hora era. Le dijeron que eran las once. Entonces se acercó a la catedral y pidió celebrar la misa. Después de la acción de gracias, al reunirse con su compañero de viaje, exclamó: “¡Qué gracia me ha otorgado Dios en este día! Ya creí que no iba a tener la dicha de subir al altar sagrado, aunque mucho lo deseaba.”

 

144.(JBF, VPC: 02, 06, 338): En otra ocasión, al llegar a Bourg-Saint-Andéol, ya sin esperanzas de celebrar el santo sacrificio, por carecer de la licencia necesaria, dispuso la Provincia que tropezase con un sacerdote conocido, lo que le deparó la satisfacción de celebrar la santa misa. Después de la acción de gracias, fue también a dárselas al sacerdote en cuestión y le dijo: “¡Querido amigo, le debo un favor que nunca olvidaré!” “Pronunció estas palabras con tal fe y piedad -decía luego el interesado al recordar la anécdota-, y me causaron tal impresión que veinte años no han podido borrarla de mi mente.”

 

145.(JBF, VPC: 02, 06, 339): Después de lo dicho, a nadie sorprenderá que haya recomendado tan encarecidamente a los Hermanos la asistencia a la santa misa y la comunión frecuente.

 

146.(JBF, VPC: 02, 06, 339): “El daño que os ocasionáis -les decía-, dejando la santa misa o la comunión, es irreparable, una pérdida infinita, de la que nunca podríais consolaros si comprendierais el bien inmenso que encierra la Eucaristía. Nunca debierais omitir ninguna de las comuniones que os autorice el confesor, a no ser que hayáis tenido la desgracia de cometer un pecado mortal. Dejar la comunión, con el pretexto de falta de preparación o de devoción sensible, o por ciertos descuidos o faltas leves, es un engaño; es tratar de reparar un error con otro más grave.”

 

147.(JBF, VPC: 02, 06, 339): Un día preguntó a uno de los Hermanos más antiguos por qué dejaba la comunión de los jueves tan a la ligera. -Porque tengo demasiadas imperfecciones y estoy lleno de defectos.  -Querido amigo, precisamente por considerarse tan imperfecto y lleno de defectos quisiera verlo comulgar con mayor frecuencia. El sacramento de la Eucaristía es el medio más eficaz para corregir esos defectos y sacarle del estado de tibieza en el que se encuentra. Jesucristo no dice: Venid a mí los perfectos, sino Venid a mí los que sufrís, los agobiados, los perseguidos, los que gemís bajo el peso de vuestras imperfecciones, y yo os aliviaré. No se corrigen los defectos, no se alcanza la piedad ni se adquieren las virtudes alejándose de la comunión, sino acercándose con frecuencia al divino Salvador. -Pero si no saco provecho alguno de la comunión. -La comunión nunca es infructuosa cuando se está exento de faltas graves, pues este sacramento actúa de dos modos: por sí mismo, ex opere operato; y por las disposiciones que acompañan al que lo recibe, ex opere operantis. No vaya a pensar que porque no ve progresos en la virtud no saca ningún provecho de la comunión. La comunión le ayuda por lo menos a mantenerse en estado de gracia, que no es poco. ¿Imagina que el alimento corporal es inútil porque sus fuerzas y salud no aumentan? Seguro que no, pues sirve para reponer el desgaste diario y sostener las fuerzas y la salud. “Algunos se quejan, sin razón, de que no sacan fruto de los sacramentos. Combatir las tentaciones, verse libre del pecado mortal, perseverar en su santo estado, desempeñar decorosamente el empleo, ser fiel a los ejercicios de piedad, sentir la propia imperfección, ¿qué son sino frutos de los sacramentos? Y no reconocerlo es mostrarse ingrato con Jesucristo. A semejantes religiosos, ¿qué les falta para adelantar notoriamente en la virtud y adquirir la perfección que Dios les pide? Un poco más de esmero y esfuerzo en la oración, un poco más de exactitud en la observancia de la Regla, un poco más de entrega en su empleo, un poco más de amor por Jesucristo, un poco más de celo por darle a conocer y hacerle amar. Ahora bien, el modo más eficaz de lograr lo poco que les falta en todo eso, es la asistencia fervorosa a la santa misa, la meditación de los misterios y la vida de Nuestro Señor, la comunión frecuente. Pues no lo olvidemos: todo lo tenemos en Jesucristo y nada tenemos sin él.”

 

148.(JBF, VPC: 02, 06, 340): Otro Hermano se excusaba de haber dejado la comunión del jueves, diciendo que sufría muchas tentaciones. El Padre le dijo: “Alejarse de la comunión por sentirse tentado, es ceder sin resistencia la victoria al demonio, que le tienta precisamente para que deje la comunión, porque sabe, por experiencia, que le resulta fácil hacer caer en pecado mortal a quienes se privan de este alimento celestial, que es remedio infalible contra el pecado. ¿No se ha dado cuenta de que el demonio le atiborra la mente de malos pensamientos, y lo persigue sin tregua la víspera del día de comunión, y que, en cambio, le deja tranquilo en cuanto ha tomado la decisión de omitirla? ¿Por qué obra de este modo? Porque odia a más no poder la sagrada comunión, y la odia porque conoce muy bien los grandes bienes que nos proporciona, porque sabe que es el antídoto del pecado. El medio más rápido para triunfar de las tentaciones y hacerlas desaparecer, es acercarse a menudo a Jesucristo.”

 

149.(JBF, VPC: 02, 06, 340): Pero lo que más apenaba al piadoso Fundador era ver que se dejase la comunión o la santa misa por falta de devoción, por incuria, por falta de interés en la propia perfección o como consecuencia de viajes o visitas innecesarias. Mil veces clamó contra este abuso; y siempre con una energía y fuerza que manifestaban a la vez su tierno amor a Jesucristo y el dolor profundo que sentía al ve que los Hermanos se alejaban de Aquel que es el manantial de todas las gracias.

 

150.(JBF, VPC: 02, 06, 341): Finalmente, el amor que profesaba a Jesucristo le inspiraba celo ardiente de su gloria y lo movía a exhortar y animar continuamente a los Hermanos a que conocieran y amaran al divino Salvador y lo dieran a conocer y amar. En sus instrucciones volvía siempre sobre este asunto.

 

151.(JBF, VPC: 02, 06, 341): “Dar a conocer a Jesucristo, hacer amar a Jesucristo -repetía continuamente- es el fin de vuestra vocación, el fin del Instituto. Si no trabajáramos en ello, nuestra congregación sería inútil, y Dios le retiraría su ayuda. Insistid, pues, en los misterios y la vida de Nuestro Señor; hablad a menudo a los niños de sus virtudes y sufrimientos, del amor que les ha manifestado al morir en la cruz y de los tesoros de gracia que les ha dejado en los sacramentos. La ciencia de la religión consiste únicamente en conocer a Jesucristo, que es la vida eterna; los santos en el cielo no tienen otra ocupación que conocer, contemplar y amar a Jesucristo; ésa es su bienaventuranza. El conocimiento de Nuestro Señor debe ser, pues, el objetivo de todas vuestras catequesis, en ninguna debéis dejar de hablar del divino Maestro. Cuanto más lo deis a conocer, más lo haréis amar, más debilitaréis el reino del pecado y estableceréis el de la virtud; más aseguraréis la salvación de vuestros alumnos.”

 

152.(JBF, VPC: 02, 06, 341): En muchas de sus cartas les da los mismo consejos y les pide que recuerden sin cesar a los niños lo mucho que Jesucristo los ha amado, y, por consiguiente, lo mucho que tienen que amarlo.

 

153.(Testimonio del F. JEAN CLAUDE, SUMM 350): El buen Padre nos exhortaba continuamente a la práctica de la caridad fraterna, y nos repetía a menudo: “Queridos Hermanos, amaos unos a otros como Jesucristo os ha amado”

 

154.(Testimonio de JULIENNE EPALLE, SUMM 71): Nos hablaba con frecuencia de las MISIONES y de la dicha de convertir las almas a Jesucristo. Y cuando mi hermano, martirizado en Oceanía en 1845, hubo abandonado la casa paterna sin decir nada a nadie, mi padre demostraba resentimiento contra el P. Champagnat, pues estaba persuadido de que la idea de irse a las misiones provenía de las exhortaciones del seminarista Champagnat.

 

155.(Testimonio del P. DECLAS, OM 591): A pesar de mi indignidad, yo fui el primero a quien Courveille confió su plan. Esto ocurrió en 1815, un miércoles, día de asueto. Estabamos entonces en el Seminario Mayor de Lyon. Me dijo que tenía en mente hacer, cuando fuera sacerdote, como S. Francisco Regis, e ir al campo en ayuda de la pobre gente, que necesita con mayor urgencia la presencia de sacerdotes de paso que los pobladores de ciudades o de aldeas grandes, - que tienen sacerdotes para escoger, mientras que aquélla sólo dispone de un sacerdote -; lo que hace que esté expuesta a realizar malas confesiones. Me preguntó si estaba dispuesto a actuar como él. Le contesté que sí. No me explicó nada más en esa ocasión. Durante todo el resto del año me estuvo recordando el asunto, diciéndome sin más: “Haremos como S. Francisco Regis”. Pero la víspera de nuestra salida a vacaciones, me llamó aparte (hasta entonces a nadie más había comunicado su proyecto) , y me dijo: “Sabes, eso que te estuve diciendo durante el año va en serio; se fundará una orden que será parecida a la de los Jesuitas; sólo que sus miembros se llamarán Maristas en vez de Jesuitas.” Nos prometimos escribirnos durante las vacaciones; y cumplimos nuestra palabra.

 

156.(LEGISLACION: FORMULA PROMESAS 1818): Los infrascritos, para la mayor gloria de Dios y el honor la augusta María, Madre de nuestro Señor Jesucristo, certificamos y hacemos constar que nos consagramos [...] a partir de este día [...] libre y muy voluntariamente, a la pía asociación de los que se consagran, bajo la protección de la bienaventurada Virgen María, a la instrucción cristiana de los niños del campo. Intentamos: en primer lugar, no buscar sino la gloria de Dios, el bien de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y el honor de la augusta Madre de nuestro Señor Jesucristo. En segundo lugar, nos comprometemos a enseñar gratuitamente a los indigentes que nos presente el Párroco del lugar [en que nos hallemos] 1º el catecismo, 2º la oración, 3º la lectura, el respeto a los ministros de Jesucristo, la obediencia a los padres y a los príncipes legítimos . Intentamos, en tercer lugar, comprometernos a obedecer sin replicar a nuestro superior y a todos los que reciban orden suya de presidirnos. En cuarto lugar, prometemos guardar la castidad. En quinto lugar, ponemos todo en común.

 

157.[LEGISLACION: REGLA DE 1837: 00, 06] Observando nuestras Reglas podemos decir como Jesucristo: no sólo hago lo que es grato a Dios, sino lo que es más grato (Jn 8, 29). Y ¡qué consuelo en la muerte poder decir a ese divino Salvador! he hecho lo que me mandasteis, dadme ahora lo que me tenéis prometido.

 

158.[LEGISLACION: REGLA DE 1837: 02, 37].- A las cinco y media los Hermanos rezan el Oficio; terminado éste, se hace una lectura de cinco a diez minutos en la Imitación de Cristo, de la Santísima Virgen o en el Combate espiritual. (Con permiso del Superior podrán leer otros libros, como el de Rodríguez, “El Hombre Religioso”, etc)

 

159.[LEGISLACION: REGLA DE 1837: 03, 01].- El Hermano Director representa a Jesucristo, el Supremo pastor de las almas, en el establecimiento a donde es enviado. Los demás Hermanos le están subordinados y le deben respeto y obediencia como al mismo Jesucristo.

 

160.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 002,01): Movido por el Espíritu Santo, Marcelino Champagnat quedó cautivado por el amor de Jesús y María a él y a los demás. Esta experiencia, unida a su apertura a los acontecimientos y personas, se convierte en fuente de su espiritualidad y celo apostólico, y lo hace sensible a las necesidades de su tiempo, sobre todo a la ignorancia religiosa y a las situaciones de pobreza de la niñez y juventud.

 

161.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 002,02): La fe y el deseo de cumplir la voluntad de Dios le revelan su misión: "Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar" (V. 342). Decía con frecuencia: "No puedo ver a un niño sin que me asalte el deseo de enseñarle el catecismo y decirle cuánto lo ama Jesucristo" (V.493).

 

162.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 003,01): El amor derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo nos hace compartir el carisma de Marcelino Champagnat e impulsa todas nuestras energías hacia este único fin: SEGUIR A CRISTO, COMO MARIA, en su vida de amor al Padre y a los hombres. Intentamos alcanzar este ideal en comunidad.

 

163.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 003,03): Nuestro carácter de "Hermano" es una llamada específica a vivir la fraternidad de Cristo con todos, en especial con los jóvenes, amándolos desinteresadamente.

 

164.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 004,02): Contemplamos la vida de nuestra Madre y Modelo para impregnarnos de su espíritu. Sus actitudes de discípula perfecta de Cristo inspiran y configuran nuestro ser y nuestro actuar.

 

165.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 006,01): Al llamarnos Hermanos, afirmamos que pertenecemos a una familia unida por el amor de Cristo.

 

166.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 007,02): Jesús lo es todo para nosotros, como fue para María. Actuamos, como ella, con discreción, delicadeza y respeto a los demás.

 

167.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 009,02): Formamos comunidad en torno a María, nuestra buena Madre, como miembros que somos de su familia. Nos esforzamos por permanecer fieles al Espíritu de Jesús resucitado, que nos concede, como a los creyentes de la primitiva Iglesia, la gracia de vivir con un solo corazón y una sola alma.

 

168.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 010,02): Como Marcelino Champagnat, respetamos y amamos al Papa, al que reconocemos como Superior supremo. Manifestamos nuestra fe y cooperamos en la unidad del Cuerpo de Cristo por la adhesión a la enseñanza y directrices de la Iglesia.

 

169.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 012,01): Dios consagró a Jesús de Nazaret por la unción del Espíritu y lo envió para dar vida al mundo. Por su misterio pascual consagra toda la humanidad Padre y establece así la Nueva Alianza.

 

170.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 012,02): El bautismo nos compromete en esta alianza: asociados a la muerte de Cristo, participamos de su resurrección; caminamos a su lado y trabajamos con él en la construcción del Reino de Dios.

 

171.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 012,03): La imitación de Cristo es la ley suprema de la consagración bautismal y la condición de nuestro desarrollo pleno en el amor trinitario. La participación en el misterio de Cristo nos lleva a la perfección de nuestro ser y convierte la existencia humana en un culto de amor a Dios.

 

172.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 013,01): La llamada a vivir los consejos evangélicos en una familia religiosa proviene del Padre y pasa por el amor personal de Cristo: "Jesús, fijando en él su mirada, lo amó" (Mc 10,21). Esta mirada de elección sobre cada uno de nosotros es una invitación a vivir la gracia bautismal con mayor radicalidad.

 

173.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 013,02): Sorprendidos y rebosantes de agradecimiento aceptamos libremente en la fe la llamada del Señor: "Ven y sígueme" (Mc 10,21). Nos dejamos guiar por el Espíritu Santo en el seguimiento de Cristo casto, pobre y obediente. Acompañados por los Superiores y con su discernimiento, vamos afinando progresivamente nuestra respuesta de amor. Por la profesión asociamos al sacrificio eucarístico del Hijo la oblación sin reservas de nosotros mismos.

 

174.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 014,01): La consagración religiosa nos hace partícipes, por título nuevo, dela vida, santidad y misión de la Iglesia, esposa de Cristo.

 

175.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 016,02): Viviendo en medio del mundo sin ser del mundo, nuestras comunidades invitan a compartir, al amor gratuito y universal, y a la vida nueva en Cristo.

 

176.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 017,01): Como hombres consagrados somos enviados a los demás, especialmente a los jóvenes, para revelarles a Jesucristo. La acción apostólica forma parte dela naturaleza misma de nuestra familia religiosa.

 

177.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 018,02): Su corazón de mujer y de madre conoció las satisfacciones y dificultades de la vida. Vivió junto a Jesús, con una total confianza en el Padre, hasta la Cruz. En la gloria de Cristo resucitado, es ella, de modo especial, la madre de los que se consagran a Dios.

 

178.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 019,01): Jesucristo da sentido y valor al celibato vivido por el Reino. Quiso nacer de María Virgen y vivir dedicado enteramente a las cosas de su Padre. Manifestó con ello su entrega total a Dios y la universalidad de su amor redentor.

 

179.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 019,02): En sus relaciones humanas, más amplias que las tradicionales de su ambiente y época, Jesús se muestra hombre íntegro y perfectamente casto.

 

180.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 019,03): Lo descubrimos y contemplamos (a Jesús) respetuoso con todos y sensible a cualquier miseria, sencillo y bondadoso, capaz de suscitar lo mejor en el corazón de aquellos con quienes se encuentra.

 

181.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 020,01): Por el consejo evangélico de castidad, Jesús nos llama a vivir como él, enteramente para Dios y para los demás. Nuestro compromiso en el celibato por el Reino de los Cielos es respuesta a aquella llamada y anuncio de este Reino; realiza en la tierra la unión con Dios sin mediación conjugar y nos hace vivir como hermanos de todos.

 

182.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 020,02): Al emitir el voto de castidad, aceptamos el don del Padre y nos comprometemos en una relación de amor, única y sin reservas, con Cristo; renunciamos al amor conyugal y a la paternidad humana, y vivimos la continencia perfecta en el celibato.

 

183.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 021,01): Como el Padre Champagnat, buscamos en la Virgen un guía y un apoyo para el aprendizaje de la vida de castidad. Ella es la mujer que, por vez primera en la historia, vivió la virginidad en razón inmediata de Cristo. Y el Espíritu Santo la hizo fecunda.

 

184.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 022,02): Los esposos cristianos significan las bodas de Cristo con su Iglesia; por nuestro celibato expresamos la realidad de estas bodas, anunciando la llegada de un mundo en el que Dios será todo en todos.

 

185.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 022,03): La fidelidad de los esposos nos estimula a amar al Señor con todo nuestro ser. Nuestro celibato, vivido con alegría, anima a los esposos a permanecer unidas hasta la muerte, puede iluminar a quienes circunstancias de la vida no han permitido contraer matrimonio e impulsa a la donación total de sí mismos a los que el Señor llama, como a nosotros, a la vida consagrada.

 

186.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 024,01): La castidad bien vivida abre nuestros corazones a la amistad, don de Dios y rostro humano de su amor. Como consagrados, amamos como a hermanos y hermanas en el Señor a aquellos con quienes nos encontramos.

 

187.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 025,01): Para alimentar nuestro trato amoroso con el Señor, somos fieles al encuentro con él en la oración, especialmente en la meditación. Así podremos asumir en paz la soledad inherente al celibato.

 

188.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 025,02): Al recibir a Jesús en la Eucaristía hallamos fuerza para continuar por el camino emprendido, a pesar de las dificultades, que varían según las culturas, la índole personal y las etapas de la vida.

 

189.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 025,03): En las tentaciones y luchas nos abrimos a la acción de Cristo, que cura nuestras heridas, nos libera de nuestros deseos egoístas y nos hace hijos de la resurrección. Recurrimos a la dirección espiritual y al sacramento de la reconciliación, fuente de amor renovado.

 

190.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 026,02): Damos importancia a cuanto favorece nuestro equilibrio físico y psíquico. Actuamos con lucidez y prudencia en la elección de esparcimientos, diversiones y medios de comunicación social. Adecuamos nuestra conducta a la voz de una conciencia delicada. Aceptamos las dificultades de la vida, unidos a Cristo en su pasión. Purificamos nuestro corazón para pertenecerle totalmente y ser libres para amar a aquellos a quienes somos enviados.

 

191.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 028,01): En su amor por nosotros, Cristo, que siendo rico se hizo pobre, nos apremia a participar en su pobreza. Nace en la indigencia, vive del trabajo de sus manos, anuncia a los pobres la Buena Nueva y los proclama bienaventurados. Consciente de haberlo recibido todo del Padre, se abandona libremente en sus manos y se despoja de sí mismo hasta morir en la Cruz.

 

192.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 028,02): Por amor, caminamos tras las huellas de Jesús para aprender de él cómo vivir plenamente nuestro voto de pobreza en el desprendimiento.

 

193.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 034,01): Por fidelidad a Cristo y al Fundador, amamos a los pobres: son bendecidos del Señor , atraen sobre nosotros sus bondades y nos evangelizan.

 

194.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 035,01): Siguiendo los pasos del Salvador, caminamos por la vía del despojo interior. El desprendimiento de los bienes terrenos nos libera de las preocupaciones excesivas. Para que nuestro testimonio sea creíble, renunciamos a los privilegios que merman nuestra libertad evangélica.

 

195.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 036,01): Toda la existencia de Jesús fue comunión con la voluntad del Padre, de quien se sabía Hijo muy amado. Responde s este amor con disponibilidad total a su misión redentora. Su alimento es hacer la voluntad del que lo ha enviado. Asume la condición de siervo y, sufriendo, aprende el precio de la obediencia. Resucitado por Dios, se convierte en causa de salvación universal.

 

196.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 036,02): Jesús es para nosotros el ejemplo perfecto que intentamos seguir. Movidos por el Espíritu Santo buscamos en todo la realización de la voluntad del Padre, uniéndonos así al misterio pascual del Hijo.

 

197.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 037): El consejo evangélico de obediencia, abrazado con espíritu de fe y amor en el seguimiento de Cristo, obediente hasta la muerte, nos obliga a la sumisión a los Superiores legítimos, que hacen las veces de Dios, cuando mandan algo en conformidad con las Constituciones.

 

198.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 038,01): Toda la vida de la Virgen es prolongación de su Fíat. Por su obediencia, se convierte en Madre de Dios y coopera en la misión redentora de su Hijo. Es bienaventurada porque escucha y pone en práctica la Palabra de Dios.

 

199.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 038,02): Como Hermanos Maristas, nos hacemos discípulos de la Sierva del Señor y respondemos a su invitación: "Haced lo que él os diga" (Jn 2,5). De ella aprendemos docilidad al Espíritu y obediencia lúcida y valerosa.

 

200.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 039,01): En todo lo que emprende, el Padre Champagnat quiere, en primer lugar, hacer la voluntad de Dios. Y la busca en la oración, la consulta, la mediación de los Superiores y los signos de los tiempos. En toda circunstancia, a pesar de las contradicciones y oposiciones, obedece a los Superiores, viendo en ellos a Jesucristo en persona.

 

201.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 042,02): El Superior desempeñará su cargo como un servicio. Será el primero en obedecer a las Constituciones y arrastrará con su ejemplo a los Hermanos a seguir a Cristo. Manténgase atento a la acción del Espíritu por la oración asidua y escuchando a sus Hermanos. En las entrevistas personales discernirá con cada uno de ellos lo que el Señor les va pidiendo.

 

202.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 044,01): La sumisión al Padre nos convierte, como a Cristo, en servidores de nuestros Hermanos. Sea cual fuere su empleo, cada uno participa, según sus medios, en las actividades de la comunidad, poniendo sus cualidades al servicio de todos y de la misión apostólica.

 

203.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 045): La práctica de la obediencia evangélica es expresión de nuestra libertad y disponibilidad para participar en la misión de la Iglesia. Nos hace fuertes en nuestra debilidad. Al obedecer, denunciamos la búsqueda y el abuso de poder, y las ideologías que violan los derechos de la persona o hacen de la autonomía individual un absoluto. Al mismo tiempo, anunciamos el señorío de Jesucristo, Siervo obediente en quien Dios realizó su designio de salvación.

 

204.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 046,02): Jesús nos ha interpelado a cada uno. Hemos escuchado la palabra "no temas" (Lc 1,30) y hemos superado nuestros miedos y titubeos para comprometernos en su seguimiento.

 

205.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 047,01): El amor trinitario es el manantial de toda vida comunitaria. El Padre quiere que todos los hombres formen una sola familia y que se amen como hermanos. Jesús estableció una comunidad apostólica. Además rogó para que fuéramos uno, como él y su Padre.

 

206.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 047,02): Respondemos a la llamada de Cristo por la voluntad de vivir unidos en una comunidad de consagrados. Nuestra unidad atestigua así que Dios es amor y que este amor, infundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo, es más fuerte que nuestras limitaciones humanas.

 

207.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 048,01): A imitación de la comunidad de los Apóstoles, reunidos en el Espíritu Santo el día de Pentecostés, reconocemos entre nosotros la presencia de María, Madre de la Iglesia. Ella nos ayuda a vivir fraternalmente, haciéndonos comprender mejor que formamos el Cuerpo de Cristo.

 

208.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 049,03): Fieles a esta herencia, transmitida por generaciones de Hermanos, respondemos al deseo dl Fundador impregnando de acendrado espíritu de familia nuestra vida comunitaria: "Amaos uno a otros como Cristo os ha amado. No haya entre vosotros sino un solo corazón y un mismo espíritu.

 

209.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 052,01): El Superior representa a Cristo en la comunidad. Por su presencia atenta y disponible, ayuda a crear un clima de entendimiento y de armonía entre los Hermanos. Estimula y coordina el esfuerzo común y garantiza la continuidad y la unidad de acción de todos.

 

210.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 054,02): Por su parte, el Hermano (enfermo) busca fortaleza en el Señor y en María. Recuerda que con sus sufrimientos, unidos a los del Redentor, completa en su carne lo que falta a los padecimientos de Cristo para la salvación del mundo.

 

211.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 055,01): La comunidad se muestra solícita con el Hermano que llega al término de su vida. Todos lo consuelan con su presencia y oración. La Eucaristía, recibida como viático, lo ayuda a consumar su consagración. El Hermano puede, así, gustar la dicha de morir en la familia de María.

 

212.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 057,01): La oración en común es un elemento esencial en la vida de la comunidad marista. Reunida en nombre de Jesús, la comunidad se construye cada día, especialmente en la oración.

 

213.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 059,02): Las exigencias de los votos, el quehacer de cada día, el servicio a los Hermanos y los aspectos penosos de la vida común, inevitables por nuestras limitaciones, ofrecen a cada uno ocasión de renunciarse y llevar su cruz en pos de Cristo.

 

214.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 061.02): En cada residencia hay un oratorio. Es el lugar ordinario para la oración comunitaria. La presencia eucarística hace de él el centro de la comunidad.

 

215.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 062): La comunidad marista acoge a cuantos llegan como si recibiera a Jesús en persona; vive así, de forma concreta, la fraternidad universal. Inserta en su medio, como levadura en la masa, debe, al mismo tiempo, abrirse a toda la humanidad en la oración y en el apostolado.

 

216.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 063,03): Pero comprobamos también el desfase entre esta gracia, siempre ofrecida, y nuestra vida concreta. Por eso oramos para permanecer unidos, a pesar de las dificultades, en el nombre del Señor Jesús.

 

217.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 064,01): Jesús, en diálogo con el Padre, nos enseña a escuchar a Dios y a responderle. Pendiente del Padre en la aceptación de su condición de Hijo encarnado y del designio de salvación que debe realizar, le expresa su anhelo y amor, su alabanza y gratitud, su angustia y gozo en el Espíritu.

 

218.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 064,02): Vivimos nuestra oración como una gracia de participación en la oración de Cristo.

 

219.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 065,01): Toda oración cristiana brota de un corazón atento al Espíritu Santo, que nos introduce en la intimidad trinitaria y nos permite exclamar con el Hijo: "¡Abba, Padre!" (Rm 8,15) .

 

220.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 067,01): María es para nosotros modelo de oración. Virgen de la Anunciación, acoge la Palabra de Dios. Mujer bendita entre todas, exulta de gozo en Dios, su Salvador. Sierva fiel, vive su sí hasta la Cruz. Madre, confronta en su corazón los hechos de su Hijo con las palabras de la Escritura. En Caná hace valer su intercesión y en el Cenáculo ora con la Iglesia.

 

221.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 068,01): El Padre Champagnat, por el ejercicio de la presencia de Dios, llegó a vivir en oración continua, aun en medio de las ocupaciones más absorbentes. Recurría sin cesar a Dios. "Nunca, decía, me atrevería a emprender nada sin antes habérselo encomendado a Dios mucho tiempo" (V.315). Al celebrar la Eucaristía y en las frecuentes visitas al Santísimo Sacramento, su fe profunda le hacía casi sensible la presencia de Jesús. se dirigía a María con la confianza de un niño.

 

222.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 069,02): Participamos cada día del Sacrificio Eucarístico en comunidad; escuchamos la Palabra, recibimos el Cuerpo de Cristo y adoramos al Señor, presente en el Santísimo Sacramento. De esta manera, nos vamos identificando cada vez más con Jesús, que se ofrece de continuo al Padre, y, como él, entregamos nuestra vida por los demás.

 

223.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 069.02): Es muy de desear que el domingo participemos en una misa del la parroquia, a fin de manifestar nuestra unidad con el pueblo de Dios en torno a Cristo resucitado.

 

224.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 070,01): Cristo asegura que está en medio de quienes se reúnen en su nombre.

 

225.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 070,02): Al celebrar la liturgia de las horas, concordamos nuestra oración con la de Jesús, especialmente por los salmos, que él también rezaba. Con la Iglesia, tributamos a Dios alabanza en nombre de toda la creación y participamos en la intercesión que el Hijo presenta al Padre.

 

226.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 071,01): Nuestra relación de amor con Cristo, Dueño y Señor de nuestras vidas, ha de ser cultivada a diario. Asimismo, la eficacia de nuestra acción apostólica exige que estemos íntimamente unidos a aquel que nos envía.

 

227.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 071,02): En la meditación, encuentro personal con el Señor, aprendemos poco a poco a contemplar con mirada de fe nuestra vida, las personas y los acontecimientos. Encontramos en ella inspiración y aliento para continuar la acción a laque Jesús nos llama. A su vez, la acción nos lleva de nuevo a la oración, que recoge así las penas y alegrías, las angustias y esperanzas de quienes pone Dios en nuestro camino.

 

228.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 071.02): A lo largo del día dedicamos tiempos gratuitos de recogimiento, preferentemente ante el Santísimo, para reavivar nuestro amor a Cristo e intimidad con él.

 

229.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 072,03): Esta revisión (examen de conciencia), así como las celebraciones penitenciales comunitarias, nos hacen comprender mejor el sentido del sacramento de la reconciliación, que recibimos a menudo y con fe. Hacemos de este encuentro personal con Cristo un acto de conversión.

 

230.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 076,01): Según la voluntad del Padre Fundador, honramos a san José, primer patrono del Instituto. El nos enseña la abnegación en el servicio. Le pedimos que nos haga partícipes de su amor a Jesús y a María.

 

231.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 076,03): Honramos a los santos y santas, que encarnan algún rasgo de la persona de Jesucristo, el modelo único.

 

232.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 078): Jesús, enviado del Padre, es el origen y el modelo de todo apostolado. Por la encarnación se ha unido, en cierto modo, a cada hombre. Consagrado y guiado por el Espíritu Santo, anuncia la buena nueva del Reino. Se hace servidor de sus hermanos hasta la entrega total de su vida. Muere para congregar en la unidad a la familia de Dios. Resucitado, consagra toda la creación y la conduce a su plenitud.

 

233.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 079,01): A su vez, Jesús, imagen del Padre, envía a la Iglesia en la que se queda presente por su Espíritu para que continúe su obra: revelar a los hombres el rostro del Dios-Amor y el sentido de la vida humana.

 

234.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 079,02): Por el bautismo y la confirmación todos somos llamados a seguir a Cristo y a continuar su misión.

 

235.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 082,02): Cuanto más unida y acogedora sea la comunidad y más animada por el espíritu de oración y celo, tanto más eficaz será nuestro trabajo. Cuando nuestra vida irradia esperanza y gozo cristianos, suscitamos en los jóvenes el deseo de comprometerse a seguir a Cristo.

 

236.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 083,01): Vamos al encuentro de los jóvenes allí donde están. Somos audaces para penetrar en ambientes quizá inexplorados, donde la espera de Cristo se manifiesta en la pobreza material y espiritual. En los contactos con los jóvenes, les damos muestras de una atención impregnada de humildad, sencillez y desinterés.

 

237.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 083,02): Les presentamos a Cristo, Verdad liberadora, que llama a cada uno por su nombre. Los ayudamos a descubrir su propia vocación en la Iglesia y en el mundo. Permanecemos siempre abiertos al Espíritu Santo, que nos interpela a través de sus vidas y que nos impulsa a acciones valientes.

 

238.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 084,01): María, educadora de Jesús en Nazaret, inspira nuestra actitud con los jóvenes. Toda acción apostólica es una participación de su maternidad espiritual.

 

239.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 084,02): La contemplamos (a María) desconocida y oculta en el mundo y fiel en su misión de dar a Dios a los hombres. Con sencillez, entusiasmo y caridad, lleva a Cristo al Precursor y lo revela a los pastores y a los magos. Espera con paciencia la hora de Dios, dispuesta, sin embargo, a intervenir para obtener el primer signo que suscite la fe de los discípulos. Se eclipsa después para abrir espacio a Jesús; pero vuelve a aparecer junto a él, en el sufrimiento y la humillación de la Cruz, antes de asumir el papel de Madre en el seno de la Iglesia.

 

240.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 084,03): Orientamos el corazón de los jóvenes a María, discípula perfecta de Cristo, y la hacemos conocer y amar, como camino que lleva a Jesús. Confiamos nuestros educandos a esta buena Madre y los invitamos a dirigirse a menudo a ella y a imitarla.

 

241.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 086,01): Nuestro servicio de evangelización tiende a formar auténticos discípulos de Jesucristo. Lo ejercemos sobre todo por el testimonio de vida y por los contactos en que traslucimos nuestra capacidad de escucha y diálogo.

 

242.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 086.03): Los Hermanos que trabajan en los medios de comunicación social aprovechan gustosos las ocasiones que se les ofrecen para anunciar la buena nueva de Jesucristo. En el desempeño de su cometido se atienen a lo prescrito por el derecho universal.

 

243.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 089.01): El Hermano que trabaja en una obra no dirigida por el Instituto se ha de manifestar, por la calidad de su vida y servicio, como testigo de Jesucristo. Su compromiso profesional debe armonizarse siempre con su condición de religioso marista.

 

244.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 090,03): En los países descristianizados, revelamos a los jóvenes y a los adultos el verdadero rostro de Cristo y de su Iglesia.

 

245.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 092): Dios tiene para cada hombre un designio de amor, que le va desvelando a través de llamadas sucesivas. Cristo sigue siendo el camino para cada uno. Como miembros de la Iglesia, descubrimos el ideal evangélico y contribuimos a hacerlo realidad.

 

246.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 093.02): Animamos movimientos apostólicos en los que puedan hallar los jóvenes un ambiente que facilite su respuesta a la llamada del Señor.

 

247.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 094,01): Todos los Hermanos de la Provincia ponen empeño en despertar vocaciones. El testimonio de nuestra consagración y de nuestra vida sencilla y gozosa, en una comunidad solidaria con los pobres, es el mejor reclamo para seguir a Cristo. Invitamos a los jóvenes a que descubran nuestra vida de Hermanos y apóstoles, y a comprometerse en ella.

 

248.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 097,01): El noviciado es un tiempo de iniciación en las exigencias de la vida religiosa marista. El novicio, ayudado por el Maestro y sus colaboradores, discierne lo que Dios quiere de él y examina sus motivaciones y aptitudes, antes de comprometerse. Por la práctica de los consejos evangélicos, (el novicio) inicia el seguimiento de Cristo, al estilo de María. Experimenta la vida marista y aprende a vivir según las Constituciones.

 

249.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 110,01): Como bautizados, nos esforzamos en llegar a ser adultos a la medida de Cristo. De ahí la necesidad de una formación permanente que se prolongue toda la vida y abarque todas sus dimensiones. Tenemos el grave deben de continuar la formación para responder a las llamadas de Dios, siempre nuevas, y vivir más fielmente nuestra vocación en compañía de los Hermanos.

 

250.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 118,01): El Padre ha entregado toda autoridad a Cristo, principio de unidad y de paz, que se hizo siervo. Jesucristo ha transmitido su autoridad a la Iglesia, a través de los Apóstoles. Entre los miembros del pueblo de Dios, algunos son llamados a ejercer la función de enseñar, santificar y gobernar, para que cada uno realice el designio de Dios sobre sí mismo.

 

251.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 122,02): (Los Superiores) atienden con solicitud a las necesidades de cada uno y se muestran pacientes con todos. Se esfuerzan por edificar una comunidad fraterna en Cristo, en la cual Dios sea amado por encima de todo.

 

252.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 130,01): El Hermano Superior General, sucesor del Fundador, congrega a todos los Hermanos del Instituto en torno a Cristo. Los guía y acompaña en la fidelidad a sus compromisos. Discierne con ellos lo que facilita la adaptación de su apostolado a las necesidades de los tiempos, según el carisma del Instituto.

 

253.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 165,01): La actualidad del carisma de Marcelino Champagnat nos urge, personal y comunitariamente, a encarnarlo en cualesquiera situaciones y culturas. Todos somos responsables de esta tarea. Unidos a nuestros Superiores, trabajamos por construir comunidades que irradien la presencia de Jesús.

 

254.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 165,02): En una familia religiosa, expresión del amor de Cristo por su Iglesia, los miembros sanos se preocupan de los más débiles. Por eso, la vitalidad de cada Provincia y de cada Distrito es una preocupación constante de todo el Instituto .

 

255.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 166,02): Pedimos al Espíritu Santo que rompa las trabas que nos impiden acogerlo plenamente, y cooperamos a su acción liberadora. De este modo, Cristo se convierte, poco a poco, en el Señor de nuestras vidas y nos hace dar frutos que perduran.

 

256.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 170.03): El voto es estabilidad se emite durante la Eucaristía y en presencia de la comunidad. Antes de la comunión, el Hermano pronuncia esta fórmula u otra similar: "Señor Jesús, te adoro aquí presente en la Eucaristía. Deseando sellar mi perseverancia con un amor cada vez más dedicado al Padre; promover comunidades que favorezcan el crecimiento espiritual de mis Hermanos y el despertar de vocaciones; hacer conocer y amar a tu Madre, María; mantener el fin y el espíritu de mi familia religiosa, según las Constituciones, hago voto de estabilidad en el Instituto de Hermanitos de María (o FMS). Señor Jesús, por tu Cuerpo y Sangre, que voy a recibir, te ruego aceptes el voto que acabo de pronunciar .

 

257.(LEGISLACION: CONSTITUCIONES DE 1986: 171,03): Nuestro Fundador puede entonces reconocer en cada uno de sus hijos a un obrero del Reino, elegido por el Padre y animado por el Espíritu para "dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar" (V. 342)