Un concejo hasta de un conejo por Jose Carlos Sanchez Maldonado XXIV
Cortesia XIX y 344 Enlaces CMLP
demasiado tarde para algunos y muy a tiempo para otros, eso espero.
Hace algunos años, cuando todavía era soltero, joven, y bello, tuve
una clase muy especial. Fui a ella con una chica llamada Norma, que
en ese entonces era mi novia, y puedo asegurar que la lección que
aprendimos ese día impacto muchísimo mi vida.
No recuerdo mucho del tema de la clase, pero lo que si recuerdo con
mucha frecuencia es la dinámica que se realizo en ella. Para
empezar, nos sentamos todos en círculo, y entre bromas, nos pidieron
a Norma y a mí que nos sentáramos juntos.
La persona que daba la clase dijo entonces 'Supongamos que Juan
Pablo y Norma se acaban de casar'. Ambos nos miramos con los ojos
muy abiertos y tragamos saliva.
La instructora continúa sin prestar mucha atención a nuestro
desconcierto: "Ellos han construido su hogar, establecido sus
normas, y comienzan a ser muy felices.
Con el tiempo viene el primer hijo'. Llamaron a uno de los jóvenes y
le pidieron que se sentara entre nosotros. 'Norma y Juan Pablo le
dan la bienvenida a su hogar y le tratan con mucha ternura y cariño.
Pero, como suelen ser las cosas, tienen entonces a otro hijo'.
Pidieron a otro de los jóvenes que se sentara al lado de
su 'hermano', entre nosotros. 'La familia va creciendo, y tienen
buenas normas. Los chicos se tratan con mucho cariño y los papás
vigilan que no haya riñas entre ellos. Son muy buenos padres y
literalmente dedican su vida a ellos'.
Norma y yo nos vimos en esa ocasión muy productivos, porque tuvimos
unos tres o cuatro hijos más. En cada ocasión pidieron a alguno de
los jóvenes o jovencitas que se sentaran en medio de nosotros para
darles la bienvenida.
`El tiempo pasa', continúa la instructora, ' y llega el día en que
los hijos hacen su propia vida. Primero, Julio se casa y forma su
propio
hogar. 'Dejara el hombre a su padre y a su madre'. Vamos, déjalos,
Julio, ahí deja tu silla'. Julio, nuestro primer 'hijo', se levanta
y
ocupa su nuevo lugar.'Tambié n Martita y Linda encuentran buenos
partidos y se casan'. Las chicas se levantaron y dejaron su lugar.
Así
cada uno de nuestros hijos se fue 'casando' y dejando sus sillas
vacías.
Cuando todos hubieron terminado de irse, la instructora hizo una
pausa y luego dijo: 'Ahora miren la distancia que existe entre
ellos'. Y callé nuevamente. Efectivamente, había entre nosotros una
distancia enorme de sillas vacías. A mi me pareció kilométrica. Me
hice muchas preguntas entonces. ¿Que pudo haber causado ese hueco
enorme? Como si leyera mi mente, la instructora respondió entonces
algunas de las preguntas que me hacía. 'Juan Pablo y Norma han
cometido un gran error, porque han permitido que sus hijos se
interpongan entre ellos; y ahora que están de nuevo solos, si acaso,
tendrán que empezar desde el principio'.
¿Que habíamos hecho mal?
¿Acaso no nos habíamos dedicado con fervor a nuestros hijos?
¿O era ese el centro mismo de la construcción de una familia?
La instructora nos explicó el error de darlo todo por nuestros
hijos. Explicó Que la base del fundamento del hogar no son los
hijos, sino la pareja y que esta debe permanecer unida contra viento
y marea.
De hecho, el mejor regalo que se puede dar a nuestros hijos es el
hecho de saber que sus padres se aman y que permanecen unidos y
ellos aprenden a amar en función de cómo aprenden que se aman sus
padres.
Si los padres no salen juntos, no se siguen cortejando con
frecuencia, no se hablan con 'tiernos acentos' y no se comunican
entre ellos de manera frecuente y especial, es escasa la
probabilidad de tener hijos espiritual y emocionalmente estables y,
cuando ellos partan de casa, nos encontraremos incomunicados y
encontraremos a nuestra pareja a una enorme distancia, sin saber del
todo como recuperar lo que nuestro propio descuido ha dejado que se
pierda con los años.
Y no es egoísmo; por el contrario, es un seguro de vida para ellos y
para nosotros mismos; para garantizar la vida eterna. Primero la
pareja. Son los hijos los que deberán acomodarse. La vida familiar
tendrá que girar no en torno a ellos, sino en torno de los padres.
Los padres deben recordar que una relación de verdadero amor con su
pareja es el mejor regalo que puede darles, y su principal
prioridad, y su mayor herencia, y la forma de enseñarles a sus hijos
a amar y de garantizar así su verdadera felicidad, temporal y
eterna.
Ellos se escogieron primero, ellos dan la bienvenida como invitados
a los hijos. Estoy aplicando esto con mi novia actual. Mi única
novia, gloriosa, infinita y eterna.
Mis hijos saben que tendrán una plática conmigo si faltan el respeto
a su madre. Y mi esposa, mi novia, les recuerda que necesitamos
espacios para platicar y estar juntos en ocasiones.
Encuentro que es mas fácil darlo todo por los hijos de esta forma,
si uno sabe que el amor por la pareja está creciendo. Es la fuente
de donde uno puede extraer todas las fuerzas.
LOS FRUTOS NO SE ALIMENTAN, SE ALIMENTA EL ÁRBOL. UN ÁRBOL FUERTE Y
SANO DA FRUTOS BUENOS
Saludos
jose carlos sanchez maldonado
Recuerdos de Olimpiadas CMLP 2004 NATACION
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Foto de Ganadores de medallas enviada por ex-cadete XXIV con lo ultimo de NATACION de Olimpiadas CMLP 2004
Una foto para el recuerdo con ganadores de medallas
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