Raquel Huerta-Nava


La plata de la noche





para mi maestra Enriqueta Ochoa

para mis padres Thelma Nava y Efraín Huerta






Nunca se entiende un sueño
más que cuando se quiere a un ser humano
despacio, muy despacio,
y sin mucha esperanza.

Pedro Salinas




Un poeta que sueña
(viva imagen del sueño, estatua desolada)
gime en el sueño y pide
la nueva voz del ansia y el grito del amor.
Sean el sueño y la paz para el poeta.
Sean la dicha y el pan para el poeta.
La libertad para el poeta.

Efraín Huerta






LA PLATA DE LA NOCHE




Disolución del azar

As de copas
cántaro
donde el mago
trenza la urdimbre:
pentagrama
de la vida.



Tiempo transgredido

Con la nostalgia de la hoja por el árbol
el equilibrista sueña con el vuelo,
en un reflejo: el bien y el mal
tienden un haz continuo.
Sólo así se atraviesan los espejos.



Cristal de silencio

La curva del cristal
cascabel
entre tus manos
añicos:
estrellas fugaces.



Turquesas

Despierta el oleaje
como un espejismo
el soplo del alba
aleja el vacío.
Sonríen las turquesas
al azul del mar



Transfiguraciones

La caja de la música
armonía de recuerdos
trasvasa arenas fósiles
despiertan las estatuas
y se alejan sublimes:
acaban de nacer.



Amantes

Los años ignoran a los amantes
el futuro es luminoso
puerta de la sed
llamado del eco
intacto el amor nos hace presas.



Llave de viento

El vuelo gira caprichoso
sus alas acarician el rostro
de un tiempo detenido.
Los años juegan en el viento
mensajes amorosos:
gira la llave del corazón.



Conciencia de la voz

Las voces galopan su prisa
con el sabor de la tierra en la palabra;
se encienden en sus venas los destinos:
ilusiones del tiempo fragmentado
deslumbran el sueño del profeta.



Espejo de fuego

Al ojo de la hoguera
crepita el llanto de las horas,
la canción de las señales
atrae al relámpago;
la agonía del tiempo
es comarca del espejo.



La fe de la muerte

Sueñan los muertos
sueños de exploradores.
La muerte se ha vestido
con el ropaje de sus hazañas.



Soñador 1

Cuida a quién revelas tus sueños
mirada de esencia celeste
la palabra siempre nos abarca
ropaje de azucenas
dibuja nuestros pasos.



Soñador 2

La conciencia del sueño
ilumina nuestro transcurso
el alma se eleva cristalina
en la espiral del firmamento.



Crueldad del reloj

Existen seres en el mundo
enemigos de la rutina:
los horarios, las citas
les resultan un conflicto.

Los relojes son su yugo
son las víctimas del engranaje,
no llegarán a tiempo
ni a su propio funeral.



Inexistencia del caos

La mente que domina el universo
es la conciencia del tiempo.
En el círculo de la luz
no hay transcurso, no hay espacio,
no existe movimiento.



El sueño del tiempo

I

El tiempo se descubre sorprendido
en el confín del jamás
abriendo el camino de la luz
cuando el nunca había jurado
que nada más existe,
que lo eterno es inmutable
que nada cambia.

II

El tiempo soberano del sarcasmo
conjuga los sujetos
y sus extremidades de angustia
con las que tocan temerosos
la superficie de los confines,
frenos absurdos a la vida;
la fama y la fortuna son
un papalote soñando
controlar las tempestades.

III

El tiempo sueña un atardecer en verano
tras las batallas de la guerra definitiva
renacen corazones asombrados,
se llevan los muertos que nos duelen
lejos de nuestros labios.
Trasponemos el umbral de la palabra
bordados en la trama del destino.



Notas del otoño

Lluvia delgada acaricia el cristal
las hojas secas navegan
rumbo al país del olvido.
Escampa. Las doradas hojas
iluminan la transparencia.
Las avecillas de la ciudad
beben el sol en los cables:
manchas cafés sobre
el cielo de la tarde.



Autorretrato I

Soy la noche, soy la huida,
uroboros soy
la que descifra
la fuente del origen.
La ruta de las estrellas.

Soy la que vuelve de la muerte.



Callejón de ranas

Padre, dónde te he venido a encontrar,
lágrimas de amargo adolescente
con el anhelo de amar a tus semejantes
obligado a golpearlos por la vida;
golpear para no ser herido,
herir para no ser lastimado.

Llorar como un viejo cocodrilo
de dieciséis años,
en un perdido callejón
de Guanajuato.

Buscar la muerte
como una redención por todos los males.
Muerte, deseada y temida,
como una helada ventisca
a la sombra de un dintel.
Muerte cálida y acogedora
voy hacia ti, espérame, ahora.
¿Serás mi respuesta hoy?
"Maldita vida, mil veces maldita...",
descarnada, hiriente:
esqueleto de prostituta.
"Soy un cínico, sí,
un maldito muchacho canijo,
el que me la hace me la paga..."
dijiste, y yo lloré contigo,
lloré por mí, por ti, por ustedes...
Amargas lágrimas,
cerca del callejón de las ranas.



Vuelo de humo

Volvernos a ver poco a poco
después de cada vida
pasiones desatadas,
arrebatos creadores
que nos llevan a conocer lo ilimitado
lo verdadero y lo irreal
detrás de cada piel
de cada paso
de cada puerta
de cada trago y cada roto
cristal del abandono
hay una nota triste
de un recuerdo
que se borra
como el humo
en la madera.



Toma del Balmori 23.03.90

Amor urbano,
solidez inalcanzable,
solitud de piedra,
desmoronamiento
fragmentándose
como los
viejos y queridos
espacios que habitábamos.
Cuerpos que se desmoronan,
palabras de polvo,
polvo del amor
y queda el viento
frío y grisáceo.
En el interior
llueve.



Sauces

La copa del sauce es el paisaje
donde navega la muerte mexicana:
páramo de claroscuros
sol del frío sobre su rostro
al compás del barquero
hunde la pértiga para avanzar
por los canales donde nacen las flores
que iluminan el camino de los muertos
cuando son llamados a esta tierra.



La noche de las horas

Es ella la Casa de la oscuridad
donde duermen los sueños
custodiados por barcazas:
alegoría de la niebla.

Los relojes callan su impotencia
cuando meditan las horas.
El unicornio juega a ser preso
en el regazo de la muerte.

Ímpetu cerrado de la espera,
llave del arcón,
rumor de los misterios:
abre la noche el cascabel del diablo.



Las puertas

En las cavernas el tiempo se detiene;
si lanzas una roca puede no caer
oscilar hacia el vacío.

El futuro es la puerta peligrosa
siempre en movimiento:
incierto párpado del augur,
sueños del tiempo detenido.

Seres de universos paralelos
viajan por puertas de luces,
los sacerdotes conocen el misterio,
al prevenir su propia historia.

La casa del sueño es infinita
sólo percibimos sus regalos;
los minutos se resbalan de las manos
dejando texturas de arena del Caribe.

El futuro, clepsidra de cristal
brilla al sol con tono ambarino:
el oleaje de su horizonte,
es surcado por cintas negras.



Leyes del azar

El azar tiene sus leyes
sus señales son muy claras,
fluyen como el vuelo de las aves
en el bosque diurno.

Nuestros pasos son guiados
hacia encuentros fortuitos,
en la cima del volcán
o en la sima del abismo.

Confluyen las líneas del destino
como fórmulas matemáticas:
el tiempo es lento y fácil,
está cubierto de claveles.



Inutilidad del alba

Cuando el alba es el ocaso
los muertos se detienen;
hielan la noche,
eco que tiembla en la memoria.
Sangre de la ironía
contempla la tormenta.

Mi pecho es un océano
estruendo que quiebra mis oídos,
y la mirada se rasga, se traspasa;
relámpagos de fuego interno
lamen la lengua del desierto.

¿Cuántas lágrmas serán necesarias
para secar el llanto de la soledad?



Duelos

Comenzamos a morir
en el rumor suave del exilio
comenzamos a morir...

Mariana Masera

La vida en raudales se detiene
vértigo precipitándose al olvido
queda el viento helado
se arrastran las hojas.

Rotos pedazos del abandono
cortantes fragmentos caen
trozos perdidos del alma
van llorándose cada vez más lejos.

Días que tienen que seguir
dejándonos tan sólo el eco de su nombre
en el olvido de la sombra
en los brazos de la muerte.

Perdidos sin remedio
con el alma desangrada
que teme cada día más al olvido
que teme cada día más a la muerte.



La tercera región

Para Carmen Saucedo Zarco
que me descubrió tu historia

Sostengo la mirada a la fotografía
y las palabras fluyen contando tu destino.
Allí, en Père Lachaise
cementerio niebla de París
se halla tu sepulcro, Víctor Noir
sobre tu lápida, yaces
estatua de bronce herido
joven ciervo truncado
inútil el sombrero de copa
sostienes apenas, un clavel
que tu más reciente amante
depositó anoche agradecida
pues al transgredir a la muerte
haciéndote el amor con esperanza
(ritual imagen de sicopompo)
recobrará su capacidad
al tomar tu enterrada simiente
desde la oscuridad traerá vida
a su vientre de luna muerta:
negro, Víctor, es el color de la tierra
y de los muertos.



La plata de la noche

En los ríos del mundo navego
con las alas de la duermevela
la nube se llena de recuerdos:
flores blancas, flores nupciales
sobre la sien de una joven.
La luz ciñe la frente de su amado
tañer de campanas agoreras
espanta demonios envidiosos.

De la sien a la frente viaja la plata:
lazo del amor, botín de la noche,
residencia de los sueños:
la noche roba la plata de los amantes
para encender con ella la cresta de las olas.

Ajuares del destino cubren a la pareja;
toda la protección reside en sus labios,
cábala del lenguaje, orfebres de la vida:
pronunciamiento de la esperanza.





VAMPÍRICOS




Laberinto

La luz y el infierno nos conforman
desde la ruptura del tiempo.
Cuando fluye la noche ante mi vista
descienden por mis sienes advertencias.

Cronista de la escoria he sido,
oscuridad de la memoria.
Soy quien todo lo sabe.
Porque lo he visto todo
abro los libros del destino.


Tiempo de espinas

para José Ramón Martorell Delgado

Siento tanto tu amor
sal en el paisaje que rodea
al mar muerto de lágrimas
de cortezas rotas
y una tristeza tan grande
como nuestra historia.


Vampiro de amargura

¿Por qué fui tu vampiro de amargura?
¿soy flor o estirpe de una especie oscura
que come llagas y que bebe el llanto?

Delmira Agustini

Y tú qué diablos sabes de la muerte
si tu corazón jamás se ha detenido
si nunca has bebido el apocalipsis
el veneno de unos labios
hasta hundirte en las cenizas

cuando el amor te mata
el infierno palidece:
dulce metáfora del odio

el humo siega mis palabras
sobre la luna llena cabalga la locura
el sol calcina mis pupilas:
ojo: garra del terror
ciclo de la espiral
que me asfixia

La furia vence al miedo
una vez que nos han sacado el corazón
el amor: mariposa en vitrina,
animal furioso, gusano de cementerio

pupila de alfileres
ritual de los suicidas.


Súcubo

Cuando se consuma la luz
te seguiré la sombra
Cercaré tus sueños,
me hundiré en el fondo de tus llagas
y el remolino de la noche arderá en tu frente.


Mariposa negra

Los árboles nocturnos
cobijan las traiciones.
Amanece el rocío
en la cama del diablo.


Esencia de la luz

Mengua la tormenta el laberinto,
entre sus muros calcáreos
va cantando el arcoiris sus secretos
bálsamo sobre la corteza de la roca.

El viento del mar limpia las sombras
ocultas en la silueta de la orilla
las nubes izan banderas blancas.


Corazón de viento turquesa

Tú me has conocido muy poco allá abajo,
bajo el sol del castigo
que caza las sombras de los hombres
pero nunca sus almas.

Lubisz Milosz

I

Más fuerte que el olvido
la tristeza se desliza
hacia el centro de un corazón destrozado,
como una gota de oro
acaricia el plumaje y lo viste de colores.

La ternura es la salvación, la perla
la última esperanza de los muertos.

II

Desasida de mí, convertida en furia;
en el último minuto de la agonía
fui lava arrasando las posibilidades de la belleza.

III

En los vestigios de la memoria
la roca en silencio se cubre de sonrisas
como cuando te digo que te quise querer tanto
que el dolor es la medida de
la frialdad
que una mujer vacía de sí
no puede encontrar las
horas del cariño
bajo una cauda de lágrimas interminable,
que he inventado una vida posible
sin metáforas, para un alma desollada
el odio me cortó la lengua
el odio me cercenó
el odio.

IV

Los perversos se alimentan del temor
su maldición: desconocer la maravilla
no pueden encarar su propio rostro
no gozarán la libertad
ignoran que el amor nos salva
a pesar de todo y para siempre.





CONSTELACIONES




Castillo de viento

Por un aire de espejos inminentes
¡oh impalpables derrotas del delirio!
cruza entonces a velas desgarradas
la airosa teoría de una nube.

José Gorostiza

Subo la escalera del invierno,
el tiempo se detiene.
La luz ciega mis pasos,
brota del corazón a la cima:
Soy un resplandor que fluye con el cielo.

La nube contempla al castillo
con su terraza que resguarda el sol.
Los muros blanden escudos de armas.

Por la tarde, duermen sus fantasmas,
la música fluye por las grietas de su roca
hablando de un tiempo
guardado por el viento.


Invocación

No se labra destino ni sustento
el fruto, en la semilla que transporta;
incierto el germen y la dicha absorta
de aquel se libra, que se libra al viento.

Jorge Cuesta

Soy prisión en llamas:
lento es el labrado del fulgor
eterna seducción en espiral
soledad poblada de universos.

Alucinada:
Desando el laberinto
de los espejos irredentos.
Camino al filo del abismo del olvido
en busca del secreto
que ríe y navega
en las sombras del azogue.


Río Colorado

La anchura del río, madre de todos los ríos
avanza impetuosa contra el viento
el eco de los pasos se transparenta
por los visillos de la memoria
y uno avanza entre nubes leteas
hacia lo desconocido.

El alma, en remolino
se pierde en el azul
invierno de la noche.


Corazón de luz

Lejos del horizonte, en lo profundo
asuminos los fractales
los elementos invisibles,
son esquemas de la mente.

Inmóvil la conciencia
restaura al tiempo
y cubre el sendero
con pétalos amarillos.

Sueño: vocero de la luz al corazón.


Eclipse de tiempo

Sólo en el delirio de la
creación se supera el
vértigo del aniquilamiento.

Walter Benjamin

El oleaje siega los minutos
con el deambular del viento
al vuelo de las hojas,
tras la palabra escrita
vagan las ruinas innominadas,
la conjugación originaria del caos.

Al fin del trazo, seca la tinta
el sin sentido cobra forma.


Ojo ínfimo

Tuve este sueño: nací para estar desnudo
en el ojo del huracán.

Roger Hodgson

La lengua del diablo me cubre el rostro
atravieso sus fauces
y alcanzo a distinguir la claridad.

siguiendo el mapa de Holtz
contemplo la danza del inicio
para aprehender el karma
y el camino del destino.

No hay mentiras al ojo del corazón.


Estatua adivinada

La efigie del amor habita el
alma de la roca. El tiempo esculpe
sus contornos con lucidez de
eternidad y ansiedad de enamorado.

Daniel Zerov Astur

Sobre la piedra la gota se desliza
con asombro en cada recoveco
si apoyo la mejilla en sus contornos
me acaricia el eco de la savia
canto de antiguo caracol marino
que habita la casa del recuerdo.

Nostalgia de sueños,
donde danza la paz
en la garganta del amante
flor de cuarzo en madrugada.

Sobre la piedra la sangre se desliza
y cubre las sombras de la luz.
contemplo el espejo calcáreo
prefiguración de la muerte
donde se esconden los silencios
que la noche esculpe con sus gritos.

Huyen las estatuas amorosas,
se deslizan sobre el rostro del asfalto
teñido con su aroma ónix
azulado de miradas.


Doble constelación

para mis padres Efraín Huerta y Thelma Nava

Cuando dos poetas se enamoran
reinventan el mundo.
La palabra: recinto estrecho;
es necesario sacrificar la existencia,
reordenar el cosmos, extinguirlo todo.

Cuando dos poetas se desean
arde todo lo pronunciado:
sólo la piel es memoria insoportable
que los obliga a escribir
desde las lágrimas que los calcinan
desde las larvas que los devoran
desde la sangre que les estalla
rompiendo el eje de sus vidas,
supernova enardecida, delirante.

Dos poetas apasionados son la furia
porque son presos de sí mismos,
se conjuntan sus demonios interiores
en una guerra declarada,
sin cuartel ni prisioneros.

Los gemelos de la palabra
descubren sus ocultas intenciones
las sublimes
las sórdidas
las que matan.

La piel les da la vuelta por las noches,
en llaga ardiente
maldicen su sino y su obsesión
claman al firmamento
investidos como Xipe Totec
"Nuestro Señor el Desollado".

Cuando dos poetas se enamoran
no les queda más remedio:
están condenados para siempre
a reinventar el amor.





La plata de la noche (1988-1998), de Raquel Huerta-Nava,
se terminó de imprimir en el mes de julio de 1998,
en los talleres de Chimal Editores, S.A. de C.V.,
Lago de Texcoco 105, Col. Vicente Guerrero,
Toluca, México. En su composición se utilizaron
tipos de la familia Century 725 Condensed.
La edición consta de 1000 ejemplares.






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