TORNILLITOS

-¡Abogado! ¿Como está?

- Aquí mijo... Como la minifalda.

- Y por qué como la minifalda tatita?

- Ya casi llegando al hoyo, pendejo! Terminó el anciano.

El extinto Polo Paz, entró en una fase crítica de azúcar en la sangre que aunque lo llevaron a medicinarse a Cuba le tuvieron que cortar un pie. La pobre doña Carlota sufría a la hora de acostarse cuando lo llamaba diciendole de la manera mas cariñosa:

- ¡...Venìte cojo!

Después de salir del museo de Comayagua, doña Nora le comenta al yerno con aire de sapiencia: -El director del museo cree que uno es pendeja.

-Y eso por qué, doña Nora? Interrogó Miguel.

-Dice que esos fósiles de mastodonte tienen una antiguedad de 3,500 años. Y eso no es posible.

- ¿Por qué? Repreguntò aquèl.

-Porque hasta ahora estamos en el año 2000 hijo!

Un fiel de Beto Reina venido del interior llegó a la presidencial. Después de mil solicitudes le dieron audiencia para que se entrevistara con el holgazán, porque segùn dijo, tenía un problema de salud que iba a plantearle al "doctor".

-Doctor, para no quitarle tiempo voy de un solo a la consulta. Tengo este guebo bien inflamado y como se de su experiencia desde La Haya, pues vengo a que me cure. El Dormilón asombrado ante la confusión del correligionario, trató de explicar:

-Usted me ha confundido Jaimito, yo soy Doctor en Derecho.

-¡Ah! pues ya jodimos. Porque el guebo que tengo hinchado es el izquierdo.

En la última "huelga de hambre" del COPIN, Salvador Zùniga se ganó un enemigo. El indio Josè Defecación Vàsquez de Rancho Quemado, quien reaccionó bien perro cuando supo que lo habían apuntado en la lista hambreadora.

-"Yo vine a probar la comida deliciosa y hacerme unos centavitos". Dijo el autóctono en voz baja y a regañadientes.

-¿Como es eso? Le preguntó un cruzrojista que atendía los hambreadores.

- Ah, pues que a losotros los dijieron que los iban hospedar en una casota bien lustrosa ondiuno caguen jardineras y llega un dicho viejito llamado "pepe" repartiendo troncos de burras, de por si mandan unos carritos con pitsas y burguesas y unos trailers con bolsitas diagua. Y si uno pone carependejo los capitalinos le regalan billetes y ropa. ¡A eso vine yo..! Para hambriar me viera quedado en Rancho Quemado. ¡Joda ese Salvador y la tal Berta!

-¡Hace 2 meses que estoy tratando de hablar con Usted.

-Estoy ocupadisimo con tanta huelga. Hacè una cita con mi secretaria.

-Ya tratè pero no quiere ir, porque dice que soy muy coludo.

Venìa subiendo por la acera del Congreso el culero de Edy Francisco, muy a prisa y con un pañuelo lleno de sangre tapandose la nariz. Todo ensangrentado se encuentra con "La Vayoya" que escandalosa le interroga:

¿Que te pasa niña?

A lo que el peinaviejas le contesta lloriqueando: -¡Un aborto! ¡Un aborto!

David Villanueva y Fredy Folgar se encontraban orejeando en la peatonal cuando vieron venir al Doctor Custodio. Fredy le dice al perfilero:

-Allá viene el comunista de Custodio; ya lo voy a joder.

-Oiga doctor, fijese que me duele la cabeza pero no me duele; me duele la barriga pero no me duele; me duele el culo, y no me duele... ¿Que me receta?

Custodio desde que los vio se previno y sin mucho le contesta:

-Mirá Fredy para el dolor de ayote, tomáte estas pastillas y no te las hartés. Para el joder de panza, tragáte este jarabe y no te lo tomès. Y para suavizar ese dolorcito en el culo, metète esta verga y no te la saquès.

Edgardo Melgar llevó a Nasralla a su cheje de 30/30. lo estuvo jodiendo interpelandole si tenìa novia y cuando se iba a casar, Nasralla sonreìa aculeradamente cuando Melgar se volviò mas agresivo:

-Salvador, ¿Veo mal o tienes los labios pintados?

-No. Ves bien, los tengo pintados porque frente a las cámaras requiero de maquillaje.

-¿Y tienes las cejas sacadas y las pestañas postizas?

-Claro niño, cuestión de estética.

-Salvador vamos a dejarnos de papadas y cuentale al público como te iniciaste como gay.

-¡Ay Edgardo! Igual que tu... Por pura curiosidad!!

Octavio Pineda (pinponcito), que es un gran chichipate estaba chupando en el Bar del hotel El Prado y le pregunta la hora a Quevedo que está sentado al lado. Quevedo se mira el pantalòn y sin vacilar le dice:

Las 10 y media.

Al rato pinponcito le vuelve a preguntar la hora y aquél vuelve a verse los pantalones y sin inmutarse vuelve a contestar:

-Las 4 y cuarto.

-Perdone pero hace un rato me dijo que eran las 10 y media.

-Es que cuando un hijueputa sin reloj me pregunta la hora, yo siempre digo la que me sale de los pantalones de acuerdo a como tenga parada la pija.