Boletín (28 de julio de 2002)

Ya por tres semanas hemos tenido una buena respuesta a nuestra campaña del verano. Al final de junio les presenté la situación básica de nuestra parroquia. Como párroco es lindo ver diferentes grupos de la parroquia trabajando para resolver un problema mutuo. No solamente han respondido generosamente a las primeras y segundas colectas, sino ha habido otras iniciativas, por ejemplo durante los últimos dos domingos, la comunidad hispana ha vendido comida para ganar $587 para la parroquia. Se puede ver los resultados de todas las colectas en la sección “Stewardship” del boletín.

El Señor Ed Williams, director de servicios financieros de la arquidiócesis, ha trabajado con nuestro consejo de finanzas para hacer un mejor seguimiento de nuestros gastos. Tom Weber, Asociado pastoral para administración, ha presentado esta información en las sesiones de escuchar, junto con una visión parroquial para los próximos años. La sesión de escuchar para la comunidad hispana es el 29 de agosto a las 6 p.m.

Muchas familias de Holy Family están experimentando los efectos negativos de la economía. A pesar de escuchar mucho de la Bolsa (Wall Street) donde accionistas han perdido millones de dólares, las que han sufrido mas son los que trabajan en la industria de servicio (restaurantes, hoteles, etc.) Muchos tienen horas reducidas o la perdida total de un trabajo. Mientras tratamos de enfrentar los problemas económicos de la parroquia no podemos olvidar los feligreses que están sufriendo en este momento. El tercer domingo de cada mes las segundas colectas van a “Madre Teresa” para ayudar a los pobres de nuestra comunidad.

Este miércoles vamos a tener una misa especial para celebrar la canonización de Juan Diego. Hace dos semanas compartí algo del mensaje del cardenal de México sobre el nuevo santo. Aquí es un resumen de su vida:

La mayoría de los estudiosos concuerdan que Juan Diego nació en 1474 en el calpulli de Tlayacac en Cuauhtitlán, el que fue establecido en 1168 por la tribu nahua y posteriormente conquistado por el jefe Azteca Axayacatl en 1467; y estaba localizado 20 kilómetros al norte de Tenochnitlán (ciudad de México). Su nombre de nacimiento fue Cuauhtlatoatzin, que podría ser traducido como "el que habla como águila" o "águila que habla".

El Nican Mopohua lo describe como un "macehualli", o "pobre indio", es decir uno que no pertenecía a ninguna de las categorías sociales del Imperio, como funcionarios, sacerdotes, guerreros, mercaderes, etc., es decir que pertenecía a la mas numerosa y baja clase del Imperio Azteca, pero no a la clase de los esclavos. Hablándole a Nuestra Señora él se describe como "un hombrecillo" o un don nadie, y atribuye a esto su falta de credibilidad ante el Obispo.

El trabajaba duramente la tierra y fabricaba matas las que luego vendía. Era dueño de su pedazo de tierra y tenía una pequeña vivienda en ella. En los años 1524 o 1525 se produce su conversión al cristianismo y fue bautizado, así como su esposa, recibiendo el nombre cristiano de Juan Diego y su esposa el nombre de María Lucía. Fueron quizás bautizados por el misionero franciscano Fray Toribio de Benavente, llamado por los indios "Motolinia" o "el pobre" por su extrema gentileza y piedad y las ropas raídas que vestía.

De acuerdo a la primera investigación formal realizada por la Iglesia sobre los sucesos, las Informaciones Guadalupanas de 1666, Juan Diego parece haber sido un hombre muy devoto y religioso, aún antes de su conversión. Era muy reservado y de un místico carácter, afecto a largos silencios y frecuentes penitencias, y que solía caminar desde su poblado hasta Tenochtitlán, a 20 kilómetros de distancia, para recibir instrucción religiosa.

Su esposa María Lucía enferma y luego fallece en 1529. Juan Diego entonces se traslada a vivir con su tío Juan Bernardino en Tolpetlac, que le quedaba mas cerca de la iglesia en Tlatilolco - Tenochtitlán, solo 14 kilómetros.

El caminaba cada sábado y domingo a la iglesia, partiendo a la mañana muy temprano, antes que amaneciera, para llegar a tiempo a la Santa Misa y a las clases de instrucción religiosa. Caminaba descalzo, como la gente de su clase macehualli, ya que solo los miembros de las clases superiores de los aztecas usaban cactlis, o sandalias, confeccionadas con fibras vegetales o de pieles. En esas frías madrugadas usaba para protegerse del frío una manta, tilma o ayate, tejida con fibras del maguey, el cactus típico de la región. El algodón era solo usado por los aztecas mas privilegiados.

Durante una de sus caminatas camino a Tenochtitlán, caminatas que solían tomar unas tres horas y medias a través de montañas y poblados, ocurre la primera aparición de Nuestra Señora, en el lugar ahora conocido como "Capilla del Cerrito", donde la Santísima Virgen le habló en su idioma, el náhuatl. Ella se refirió a él con grandísimo cariño, llamándolo "Juanito, Juan Dieguito", "el más pequeño de mis hijos", "hijito mío". Juan Diego tenía 57 años en el momento de las apariciones, ciertamente una edad avanzada en un lugar y época donde la expectativa de vida masculina apenas sobrepasaba los 40 años.

Luego del milagro de Guadalupe Juan Diego fue a vivir a un pequeño cuarto pegado a la capilla que alojaba la santa imagen, luego de dejar todas sus pertenencias a su tío Juan Bernardino, pasando el resto de su vida completamente dedicado a la difusión del relato de las apariciones entre la gente de su pueblo.

Juan Diego muere el 30 de mayo de 1548, a la edad de 74 años. Juan Diego amaba de sobremanera la Sagrada Eucaristía, y por permiso especial del Obispo recibía la Comunión tres veces por semana, algo completamente inusual en aquellos tiempos.

Su Santidad Juan Pablo II alabó en Juan Diego su simple fe enriquecida por la catequesis y lo definió (a aquél que le dijo a la Santísima Virgen: "soy solo un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda..") como un modelo de humildad para todos nosotros.

El día jueves es primer jueves del mes de agosto. Habrá confesiones desde las 4 p.m. hasta las 8 p.m. en el templo.