Quisiera agradecer a todos que participaron en el “picnic” parroquial, el 21 de septiembre. Hubo lindos juegos para adultos y niños – y rica comida para todos. Me gustó el pozole. El Padre Ramón y yo tomaron nuestros turnos en el “dunk tank” (una especie de piscina). Se puede ver las fotos a: http://oocities.com/Heartland/2964/picnic.html

El día anterior, el P. Ramón y yo asistieron al taller sobre liturgia presentado por la arquidiócesis de Seattle. También el Sr. Abel Magaña y los diáconos de nuestra parroquia participaron. Dio énfasis a la importancia de seguir las normas litúrgicas en la celebración de la Misa. En general, las seguimos bien en Holy Family, por ejemplo el uso de cálices de metales preciosos en vez de vidrio y otros materiales que se pueden romper. El arzobispo Brunett mencionó la importancia de fijar horarios para el sacramento de reconciliación. Como Uds. saben, tenemos confesiones los primeros jueves de 4 a 8 p.m., sábado a las 9 a.m. y miércoles, después de la misa de 7 p.m. En otras palabras, este jueves, 3 de octubre, habrá confesiones de las 4 a las 8 p.m. El día viernes, 4 de octubre, es primer viernes de mes. Tendremos la misa de divina providencia a las 7:30 p.m. con la presentación de niños.

Otros eventos importantes durante el mes de octubre: 5 de octubre – Rosary Walk, o sea Caminata de Santo Rosario. Iremos a quince casas en el barrio, rezando los misterios del rosario. El 17 de octubre, jueves, tendremos la Sesión de Escuchar para toda la parroquia. Su participación es muy importante.

En el taller arquidiocesano, el Monseñor Sherman mencionó la importancia de las posiciones corporales (parados, sentado, hincados) durante la misa. Aquí hay algo desde la Biblia y los documentos de Concilio Vaticano:

"Por eso Dios lo exalto hasta lo sumo y le otorgo el nombre que esta sobre todo nombre, para que ante el nombre de JESUS se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." Filipenses 2:9-11 Veamos lo que el Concilio Vaticano II verdaderamente expone acerca de esto: 20. La posición corporal común de los que se encuentren presentes es una señal de unidad entre ellos, como congregación; igualmente expresa la actitud mental y modo de pensar de los que toman parte y lo intensifica.

21. Para adoptar la posición corporal correcta, los feligreses deben seguir las instrucciones que durante el oficio son dadas por el diácono, el sacerdote, u otros asistentes. A menos que alguna instrucción especial haya sido dada, los feligreses deben mantenerse de pie en todo momento de la Misa, desde el momento que el sacerdote entra y llega al altar hasta el final de la Colecta; igualmente en el Aleluya antes del Evangelio; durante el Evangelio, el Credo y la Oración de los Fieles; y desde la Oración sobre las Ofrendas recogidas hasta el final de la Misa excepto como indicado abajo. Los feligreses deben sentarse durante las lecturas que anteceden el Evangelio y durante el Salmo Responsivo; durante el Sermón y durante la Preparación de la Oblación; igualmente cuando sea propicio, como durante el silencio luego de la distribución de la Comunión. Pero, a menos que no haya espacio u otra causa razonable, TODOS DEBEN ARRODILLARSE DURANTE LA CONSAGRACION.

El Misal Romano especifica esencialmente la misma cosa: 20. La uniformidad en el pararse, arrodillarse o sentarse a observarse por todos los presentes en el oficio es una señal de comunidad y unidad de la asamblea; igualmente expresa y fomenta la actitud espiritual de todos los presentes. [28]

21. Debido a la importancia de la uniformidad en los movimientos y posición, los feligreses deben seguir las instrucciones especificadas durante la celebración por el diacono, el sacerdote, u otro ministro. A menos que otra estipulación sea instituida, en todas las Misas los feligreses deben mantenerse parados desde el comienzo del himno a cantarse al principio del oficio o desde la entrada del sacerdote hasta el final de la oración de entrada o Colecta; durante el Aleluya cantado antes del Evangelio; durante el Evangelio; durante la profesión de Fe y las intercesiones generales; desde la oración sobre las ofrendas recogidas hasta el final de la Misa, excepto en las partes indicadas mas tarde en este párrafo. Deben sentarse durante las lecturas antes del Evangelio y durante el Salmo responsivo, durante el Sermón y la presentación de las ofrendas, y, durante el periodo silencioso tras la Comunión. Todos deben arrodillarse durante la Consagración, a menos que lo impida el numero de gente o falta de espacio, u otra RAZON MAYOR.

Pero la conferencia de obispos es quien tiene que adaptar las acciones y posiciones descritas en la Orden de la Misa Romana a las costumbres de la gente en general. [29] Pero la conferencia tiene que cerciorarse que las adaptaciones corresponden exactamente al significado y carácter de cada parte de la celebración.

El Misal Diario que es proporcionado por todas las Iglesias, indica a los feligreses que posición deben asumir en los diferentes puntos en la Misa. Nos dice a todos cuando tenemos que ARRODILLARNOS, desde el final del Sanctus hasta el final del Gran Amen. El Sanctus es antes de la Consagración y el Gran Amen es después. En este articulo, yo les he proveído con tres documentos de la Iglesia auténticos, los cuales especifican la misma cosa, nosotros no nos paramos para la Consagración, pero nos ARRODILLAMOS para nuestro Señor Jesucristo.

Referencias Bíblicas. Nos Arrodillamos delante de nuestro DIOS... 1Reyes 8:54, 2Cronicas 6:13-14, Esdras 9:5, Salmo 95:6-7, Isaías 45:24, Daniel 6:10,10:9-10, Mateo 2:11,17:14, Marcos 1:40,10:17, Lucas 22:41, Actos 9:40,20:36,21:5, Romanos 14:11, Efesios 3:14, Filipenses 2:9-11.

La semana pasada mencioné los mitos de superpoblación que a veces se usan contra las enseñanzas católicos sobre fecundidad en el matrimonio. Aquí es lo que Jesús nos enseña en el Catecismo:

"La continencia periódica, los métodos de regulación de nacimientos fundados en la auto observación y el recurso a los períodos infecundos son conformes a los criterios objetivos de la moralidad. Estos métodos respetan el cuerpo de los esposos, fomentan el afecto entre ellos y favorecen la educación de una libertad auténtica. Por el contrario, es intrínsecamente mala 'toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio, hacer imposible la procreación':

Al lenguaje natural que expresa la recíproca donación total de los esposos, el anticoncepcionismo impone un lenguaje objetivamente contradictorio, es decir, el de no darse al otro totalmente: se produce no sólo el rechazo positivo de la apertura a la vida, sino también una falsificación de la verdad interior del amor conyugal, llamado a entregarse en plenitud personal'. Esta diferencia antropológica y moral entre la anticoncepción y el recurso a los ritmos periódicos 'implica... dos concepciones de la persona y de la sexualidad humana irreconciliables entre sí. [Juan Pablo II]"