Sociedad
Los proyectos solidarios unen a centenares de jóvenes mendocinos

Los adolescentes conocieron el trabajo de otros chicos.

Por Verónica Gordillo 26-06-2001
Tienen muchas cosas en común: todos son adolescentes y todos son voluntarios en distintas instituciones de Mendoza. Ayer se conocieron y compartieron sus experiencias en el Encuentro de Trabajo Voluntario.

Las áreas donde trabajan son diversas y tienen que ver con sus intereses. El medio ambiente, la ayuda a los más necesitados, la rehabilitación de adicciones o las acciones culturales, son algunos de los campos en los que decidieron dar una mano.

Muchos empezaron porque sus amigos los invitaron a formar parte del grupo, otros porque vieron la necesidad de alguien en la puerta de su casa, o simplemente porque sufrieron ellos mismos algunos de los problemas.

Dicen que están comprometidos con el que sufre y que apuestan a un mundo “más sano” y “justo” para todos.

En el encuentro se mezclaron las clases sociales, las religiones, los niveles culturales y todos los chicos se esforzaron por mostrar el trabajo que realizan.

En el encuentro, que continuará hoy en el Centro de Congresos y Exposiciones, participan integrantes de 25 organizaciones sin fines de lucro.

Cada institución cuenta con un stand al que se acercaron el resto de los voluntarios y alumnos de colegios secundarios, para saber cuál es la labor de la ONG.

Alfredo Redondo, de 18 años, está en la organización internacional Chicos de Paz (Peace child), que trabaja en defensa del desarrollo sustentable, los derechos humanos y el medio ambiente.

Alfredo se sintió atraído por los objetivos que persigue la organización y por eso trabaja sin descanso junto a 30 adolescentes. “Creo que ingresé por idealismo y porque me gustó la propuesta, por la forma de defender el ambiente, no de una manera agresiva, sino desde abajo, enseñando lo que hay que hacer”, explicó.

Alejandra Gómez trabaja junto a 15 voluntarios de entre 20 y 25 años en el programa Sadoc, de recuperación integral de personas adictas. En este caso son los mismos chicos recuperados los que después le dan una mano a los que buscan ayuda.

Ese es el caso de Alejandra. “Para que me rehabilitara mucha gente estuvo al lado mío, por eso es casi una obligación invertir mi tiempo en los demás”, explicó.

También estuvieron los jóvenes de la Asociación Campo Flores, que realizan distintas actividades en el barrio. Tienen huertas, una murga, dan clases de teatro e hicieron una revista, todo a pulmón.



Proyectos escolares

Alumnos de distintos colegios también explicaron sus proyectos, que están pensados para solucionar algún problema de la comunidad.

Los chicos de la escuela Julia Silva de Ceja de Vistaflores, en Tunuyán, idearon un proyecto para generar un pulmón verde en su barrio.

Verónica Morales, de 17 años, contó que como la escuela tiene orientación agraria, aprovecharán para mejorar el entorno de Vistaflores, ya que el único espacio verde es la plaza.

Los alumnos del colegio Presbítero Spagnolo propusieron realizar charlas informativas en las escuelas primarias sobre diversos temas como bulimia y anorexia. Creen que los niños están muy desinformados y por eso organizaron las jornadas.

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