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Y DEMÁS/Música

Brad Delp, una mirada atrás

Para quien escuche con regularidad las difusoras de música anglo, su voz era rápidamente identificable. Boston, el grupo al cual perteneció, fue parte del hard rock más interesante de la pasada séptima década

MAYO, 2007. El anuncio de la muerte de Brad Delp hace un par de meses se dio como el de esos artistas olvidados y que apenas toman un octavo de plana en los periódicos. Todo eso me pareció injusto pues Delp fue la voz de Boston, uno de los grupos más representativos del rock de los setenta y un pedacito de los ochenta. Cualquiera que escuche con frecuencia las difusoras de música anglo sabe de "More Than a Feeling" y "Amanda", los hits más importantes de Boston y que, a juicio de las disqueras, trabajaba "a ritmo exasperante" (más de eso línea adelante) debido al perfeccionismo de su fundador, el prodigioso excéntrico Tom Scholz.

Boston inició más como una curiosidad. Scholz se graduó en Ingeniería Electrónica en el MIT. También era inventor; entre sus diseños está un amplificador que proporcionaba un sonido único a las guitarras eléctricas. Debido a que Scholz era un purista del rock and roll, a lo largo de todos sus discos no se incluye una sola nota de sintetizadores aunque la música del grupo parecía elaborada con computadoras. "El de Boston era un estilo preciso, intachable... puedes escuchar sus discos y no encontrarás un solo error de edición o de producción", señala Juan José Ramírez, fan del grupo. "A veces eso les quita espontaneidad pero no dejan de ser magníficos".

A fines de 1974 Scholz puso un anuncio en busca de vocalista. Uno de los primeros en responder fue Delp, vegeteriano con ademanes hippies. La conexión con el líder fue casi inmediata de modo que no hubo necesidad de buscar otras opciones. La voz de Delp, por otro lado, alcanzaba altas tesituras que sólo se daban entonces con Freddie Mercury, del grupo Queen. "Una de las razones por las cuales casi no se han hecho covers de 'More Than a Feeling' se debe a que ahí la voz adquiere tonos bajos y altos casi imposibles de alcanzar por una voz regular. Delp podía alcanzarlos sin dificultad", agrega Juan José.

El primer álbum de Boston, aparecido en 1976, se convirtió en el debut más vendido de la historia. Pero quienes compraron el disco completo se toparon con otros temas un tanto difíciles de digerir, como si el grupo, al igual que Pink Floyd, diera a entender que las listas para ellos eran un tanto coyunturales, más que un propósito. Mientras tanto su disquera, MCA, pedía nuevo material para aprovechar su popularidad, Boston tomó sus propios tiempos, impasible, además, a las modas que imperaban entonces.

Fue en ese periodo cuando empezó a crearse la fama perfeccionista de Scholz, a quien incluso la revista Circus llegó a llamar "el Stanley Kubrick del rock". Y efectivamente, al igual que el fallecido cineasta, Scholz buscaba obsesivamente un producto perfecto; en ocasiones exigió que una canción se grabara completamente de nuevo porque se escuchaba la respiración de uno de los músicos. De hecho, tras la aparición de Don't Look Back, su segundo disco, en 1978, dos de los elementos de Boston optaron por retirarse, cosa que explica que la tardanza en la salida del tercer disco y que MCA ya pedía desde principios de los 80.

Aunque Delp fue de los que permaneció con Scholz, para 1984 su paciencia ya se estaba agotando de modo que inició un proyecto propio mientras éste daba los "últimos toques" a canciones que ya tenían tres años de haber sido compuestas. Pero éste era el genio musical de modo que Delp no tuvo mucho éxito.

Finalmente y ocho años después de su último álbum Scholz entregó el disco a MCA el cual, como su debut, vendió casi dos millones de copias en una semana, todo ello sin grabar un video promocional para MTV pues Scholz creía que ello predisponía a la gente. Más increíble aún: el tema "Amanda" se fue al primer sitio de las listas.

Curiosamente, ese fue su último disco de los 80 para desesperación de su disquera, la cual terminó por imponerles una demanda por incumplimiento de contrato. Finalmente y una década después --y con Delp metido en un proyecto independiente-- Boston regresó con Walk On. En el booklet, Scholz justifica la tardanza con el argumento d eofrecer "un producto de calidad". Sin emabrgo la fórmula ya se veía desgastada, algo que los fans notaron de inmediato; el texto además sermoneaba sobre el sacrificio de ganado vacuno, algo que inevitablemente chocó con los fans que no necesariamente estaban de acuerdo con los puntos de vista de Scholz. Había otra objeción: Delp prácticamente no participaba en el disco; las voces fueron realizadas por músicos se sesión.

Previsiblemente Boston emigró a otra disquera donde en el 2002 grabó Corporate America, sólo que éste resultó decepcionante tanto en calidad como en ventas pese al retorno de Delp.

Aquella sería la última colaboración entre Scholz y Delp en el estudio si bien el grupo estaba a punto de iniciar una gira de conciertos. "Aparte de ser un gran artista y colaborador, Brad era un inmejorable amigo... lo voy a extrañar profundamente", escribió Scholz en un comunicado publicado en la página web oficial.

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