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Obra maestra: A Night at the Opera

El título provenía de una película de los hermanos Marx. Pero en lo musical, fue un disco que marca la cúspide de Queen y un momento majestuoso del rock inglés

ENERO, 2007. "¿Así que tú eres el tipo que se supone está llevando el ballet a las masas?", preguntó, con clara altanería, el bajista de The Sex Pistols Sid Vicious a Freddie Mercury, cuando ambos se encontraron casualmente en 1977. "Querido, hacemos lo que podemos", respondió el último.

La razón de la pregunta se debió a un disco que Queen había lanzado dos años antes y que hasta ese momento había vendido 8 millones de copias, y que había ubicado a Freddie Mercury entre los artistas más grandes de los años setenta. Vicious, por su parte, saltó a la historia más por su comportamiento errático que por sus cualidades como músico, prácticamente nulas.

El álbum era A Night at The Opera, un momento crucial por parte de estos cuatro muchachos que no parecían destinados a convertirse en megafiguras del rock. Mercury, cuyo nombre real era Frederick Bulsara, había nacido en la lejana Zanzíbar, pero al emigrar a Londres y graduarse en Diseño, comenzó a estudiar canto operístico para llenar sus horas libres, donde destacó con altas calificaciones. Por su parte el guitarrista Brian May también se había graduado con mención honorífica en Astronomía, el bajista John Deacon tenía un título en electrónica mientras el baterista Roger Taylor por un tiempos se sintió tentado a dar clases de biología. Aunque a fines de los sesenta sólo Taylor y Deacon se conocían entre sí, los cuatro compartían su gusto por la música de los Beatles, algo totalmente normal en la Gran Bretaña de fines de los sesenta.

En sus primeros trabajos --y luego que asumieran el nombre de Queen en vez de Smile, con el que Taylor y Deacon habían comenzado a darse a conocer-- es bastante clara la influencia que tenían de corrientes como el glamour rock de The Sweet, tanto así que este grupo utilizaba los coros operísticos desde mucho antes, mismos que dieron a Queen su estilo que los ha convertido en leyendas. Otros grupos que influyeron en su estilo fueron Deep Purple, Yes y Uriah Heep, grupo que May admiraba enormemente.

Luego de tres álbumes y algunas hits medianos, el grupo decidió trabajar en el estudio con mayor libertad de ideas pese a las recomendaciones de su disquera Elektra para que no hicieran virajes que desconcertaran a sus fans. Y es que hasta entonces el potencial de la voz de Mercury apenas y había sido explotado. Otra razón era que Roger Taylor, el batería, también tenía inquietudes como cantante y compositor. Fue, pues, un abanico sin duda inspirado en el Abbey Road, donde los cuatro beatles tuvieron oportunidad de mostrar sus esfuerzos individuales.

A Night at the Opera fue duramente atacado por los críticos por sus  arreglos "excesivos" y sus overdubs, esto es, grabaciones sobrepuestas en estudio que realzan artificialmente el estilo original. "Pero tu puedes citar a cualquier grupo inglés de la época, llámense Pink Floyd, Beatles, Stones... todos ellos empleaban los overdubs; la última vez que escuché el Sgt Pepper estaba lleno de efectos de sonido hechos en una sala de grabación, y sólo nosotros cometimos el pecado de utilizarlos", comentaría May años después en una entrevista. No le faltaba razón.

El álbum comenzó a venderse en serio una vez que se dio a conocer la que es su canción más representativa y que Mercury había guardado celosamente de sus compañeros hasta que consideró que estaba lista

Poco antes de iniciar las grabaciones los miembros del grupo tuvieron fuertes desavenencias con su mánager de modo que "Death in Two Legs", tema que abre A Night at the Opera, está dedicado a él ("ahora puedes besarme el trasero y largarte", recita Mercury en una de sus líneas. En lo referente a la estructura musical, "Death in Two Legs" es impecable pues comienza con un suave piano que parece acercarse junto con unos efectos de guitarra; si bien aún presenta un ritmo "pesado", también marca lo que será el desarrollo de un álbum que ya desde sus primeros acordes sonaba distinto a todos sus trabajos anteriores.

Roger Taylor, quien por entonces gustaba de vestir kimonos (la foto promocional de ese álbum muestra a los cuatro con esa indumentaria) aparece en seguida con "I'm in love with my car" con una de las letras más irónicas concebidas por Queen pues refiere una enfermiza obsesión por los vehículos ("Tuve una chica/trato de olvidarla/preferí comprar un nuevo carburador/ella me increpó/al decir que era el fin/que tenga suerte/hoy los autos son más amigables"), y aunque Taylor, aficionado también a los carros deportivos, poseía un par de ellos, simplemente usaba su imaginación. Señaló en la entrevista antes referida "me han preguntado qué sucedió con esa chica. Bueno, jamás existió. A veces quisiera saber si a Bobby Darin le preguntaron cuándo visitó la tumba de Mack the Knife".

Hacia donde sople el viento...

"Big Time Rendezvous", otro de los temas incluidos, es un vodevil basado sin duda, en la cinta Cabaret, estelarizada por Liza Minelli y quien era una de las principales inspiraciones de Mercury. El banjo que allí puede escucharse fue ejecutado por el mismo cantante, quien para entonces ya destacaba también como excepcional pianista. Fue también un aporte de Queen para dar variaciones a su estilo, que para muchos fans se había hecho un tanto "ruidoso" a partir de temas como "Stone Cold Crazy".

Luego viene la que sin duda es la canción más bella de A Night at the Opera, causante del desdén de Vicious. Durante un par de años Mercury había estudiado piano y solfeo clásicos de modo que cuando compuso "Love of my Life" se encontraba en la cúspide de sus capacidades. Se trata de un tema que, pese a no haber entrado a las listas, es enormemente popular entre los fans de Mercury como bien pudo constatarse en el álbum Killers (1978) donde el público corea la letra. Si hubiera que alinear las composiciones de Queen más románticas, "Love of My Life" estaría al frente de todas.

Por otro lado y a manera de broma, Taylor, May y Mercury compusieron "You're my Best Friend", dedicada a uno de sus guardaespaldas. Los rumores señalaron que el cantante sostuvo una relación con él, algo que el mismo Mercury dejó siempre en incógnita. El aroma comercial de este tema lo convirtió en el primer hit que A Night at the Opera tuvo en el mercado norteamericano, el cual comenzaba a interesarse en sus Majestades que vestían de olanes y finas camisas de seda.

Sin embargo el álbum comenzó a venderse en serio una vez que se dio a conocer la que es su canción más representativa y que Mercury había guardado celosamente de sus compañeros hasta que consideró que estaba lista. Aunque el principio existía la intención de mantenerla en el mismo parámetro de "Love of My Life", se le fueron agregando coros y los famosos "mama mías", la mayoría de ellos cortesía de May y de Taylor. "Se cree que es la voz de Mercury sobrepuesta sobre varias cintas, pero la verdad es que todos aportamos algo ahí", dijo May años más tarde.

"Bohemian Rhapsody", el tema en cuestión (por si fuera necesario recalcarlo) estuvo un total de nueve semanas en el primer sitio de las listas británicas y además es célebre por haberse promocionado con uno de los primeros videoclips, el mismo que, por cierto, luego sería "editado" para intercalarlo con escenas de la película Wayne's World y que, desafortunadamente también, sigue transmitiéndose hasta hoy aunque es posible ver el original en Internet vía youtube.com, el sitio de música propiedad de google.

El monumental éxito de "Bohemian Rhapsody" la ha convertido, pese a su majestuosidad, en una de las composiciones más trilladas y repasadas de la historia: se han hecho versiones reggae, tecno-dance, y se ha sampleado en varios rap, incluida el del grupo mexicano Molotov. Abiertamente compite con "We Are the Champions" entre los temas más sobreutilizados que ya no provocan sorpresa alguna (otros candidatos: "Eye of the Tiger" para las peleas de box y "Así hablaba Zaratustra" para anunciar una presentación magnámina).

Y quizá a casi 32 años de distancia ya nos hemos cansado de este tema, y en tal caso tenemos por delante el resto de A Night at the Opera para catalogar como obra maestra a este álbum que difícilmente será igualado, sobre todo tras la pérdida de su extraordinario cantante, en 1991.

 

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felipillovox escribe: 16.1.07:

Este disco es tremendamente rockero, y muy difícil de conseguir en su versión original pues la edición de CD tiene una calidad bastante mala. Es también uno de los discos favoritos y les agradezco que hayan comentado algo sobre su historia. La verdad es que sí es una obra maestra.

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