Insultos y Persecución
(Homilía para el 14 Domingo Ordinario, Año B)
En los Estados Unidos hay muchos tienen miedo a la Iglesia Católica. Imaginan que tenemos un plan secreto para restringir su libertad. Como este fin de semana celebramos el Día de Independencia, me gustaría enfrentar esos temores.
Una vez converse con una mujer joven que se preocupaba que la Iglesia iba a quitar su “derecho de escoger.” Se describió como muy “pro-choice” (a favor de la determinación libre de toda persona). Está bien, le dije, pero estaba curioso hasta que punto. “Supone,” le pregunté, “que alguien maltrataba su mascota (no dando comida, permitiendo que viviera en suciedad, etc.) ¿estaría a favor de una ley para prevenir que esa persona haga tal determinación?”
Desde luego ella vio donde iba. Mientras los dos reconocemos el derecho de privacidad, no queremos que sea una licencia para dañar humanos – o animales. Los dos deseamos libertad máxima para otros, pero admitimos situaciones donde hay que limitar la libertad.
Así es el dilema de nuestro país al celebrar su 229 cumpleaños. No ayuda hablar de “pro-choice” y “anti-choice.” Toda ley, cuando se aplica, limita la libertad (“choice”) de alguien..
La pregunta correcta se encuentra en las lecturas de hoy. Suponen la libertad humana, pero preguntan que haremos con ella. En el Antiguo Testamento Dios envía profetas como Ezequiel para llamar Israel al camino de justicia. No escucharon porque tenían la cara dura. (Ex 2:4) Fácil reconocer la dureza de otros, pero más difícil verla cuando miramos en el espejo.
Jesús no recibió una recepción entusiasmada de sus paisanos. “Estaban desconcertados.” (Mc 6:3)
Este tipo de recepción vendrá a ser más común para los que son serios sobre su fe católica. Profesor de historia Philip Jenkins ha escrito un libro llamado The New Anti-Catholicism (el Nuevo Anti-Catolicismo). El mismo no es católico, pero analiza lo que es el “ultimo prejuicio aceptable.” El prejuicio se muestra no solamente en grupos que son abiertamente anti-catolicos (Lumen Productions, Bob Jones University, etc.), sino en los medios masivos: Periódicos, películas, televisión, artes.* Un motivo de la hostilidad es nuestra enseñanza en asuntos como el aborto y la homosexualidad.
No es tan mal estar en esta posición. Jesús dijo que si lo odian a él, también nos odiarán a nosotros. Hoy San Pablo declara:
Me alegro de las debilidades, los insultos,
las necesidades, las persecuciones y las dificultades,
que sufro por Cristo;
porque cuando soy más débil soy mas fuerte.
(2 Cor 12:10)
Por supuesto, tenemos que tener cuidado antes de presentarnos como perseguidos. Nadie aquí ha sido arrestado, torturado y ejecutado pro la fe como sucede en otros países. Y quizás más significante, tu y yo (diferente que Jesús) no somos inocentes – ni podemos decir que tenemos el nivel de integridad de Pablo.
Al mismo tiempo, es difícil no observar que los medios tienen un prejuicio contra catolicismo y que sus insinuaciones repetidas tienen su impacto en nuestros jóvenes. Unos católicos jóvenes se preguntan si quieren ser miembros de una organización representado como anti-mujer, anti-gay, anti-libertad, anti-democracia, anti-ciencia, aun anti-Semítico.
Necesitamos a los que pueden responder a las acusaciones más egregias como que, frente al Holocausto, el Papa se quedó en silencio o aun colaboró con Hitler. Además de la acusación que el Papa Pio Duodécimo era el papa de Hitler los medios hacen referencia frecuente a otras leyendas negras: Cruzadas, Inquisición, Brujas, Galileo. Podemos hacer un servicio real si estudiamos estos asuntos y ayudamos a la gente ir mas allá de lo que “todos saben” a un entendimiento mas matizado.
Celebrando el 4 de julio, como católicos deseamos tomar nuestro lugar al lado de otros ciudadanos. No buscamos dominar o imponer. Como el Papa Juan Pablo dijo, “La Iglesia propone. No impone nada..” Al contrario, en luz del Evangelio y dos mil años de tradición, nos unimos con nuestros conciudadanos en preguntar: ¿Que significa la libertad? ¿De donde viene? ¿Y que haremos con tal don?
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*Jenkins menciona, por ejemplo, una galería de arte en Seattle que tuvo una pintura blasfema de Cristo crucificado, con dos monjas al pie con perchas entre sus piernas. Otras pinturas tuvieron representaciones crudas de sacerdotes. Jenkins nota que nuestra sociedad no permitiría representaciones semejantes de rabí judíos, ministros negros, indígenas, etc. Es cierto que sacerdotes y monjas proveen terreno rico para humor, desde Chaucer hasta muchas producciones modernas. Sin embargo si uno imagina que la variedad mas furiosos son algo aislado, le invito leer The New Anti-Catholicism.
English Version
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