Lo Que Necesitamos

(Homilia Para el 14o Domingo, Año C)

Durante la primera semana de julio, algunos sacerdotes se mudan. Con un poco de ironía, uno hizo este comentario, “Jesús les dijo a sus discípulos que no lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias (Lc 10:4) – ¡y yo estoy llegando a mi nueva parroquia con un U-Haul!”

No lo digo tanto para defender a mi amigo, pero hay que reconocer que Jesús hizo demandas radicales no para despreciar las cosas materiales. Parece que él mismo asistía a tantas fiestas que sus enemigos le acusó de ser comilón y borracho. (Mt 11:19, cf. Lc 7:34) Tampoco era Jesús en contra de libros. El pidió la escritura de Isaias y leyó de ella, pues, había estudiado profundamente las biblia hebrea. (Lc 4:16) Al enviar a sus discípulos con solamente la túnica, Jesús querría comunicar algo más importante: Todo lo que podemos – y todo lo que somos – viene de el mismo. Por eso, nos equipará con lo que más vale: una visión (el Reino), el poder de sanar y la protección de los espíritus malignos.

Nuestro problema es que tenemos tantas cosas que no las apreciamos. Esta semana hemos celebrado el cumpleaños dos cientos viente cinco de este pais. A pesar de nuestras problemas, sabemos bien que aún los miembros más pobres de nuestra sociedad tienen ventajas y oportunidades que otras personas de envidian.

El 23 de junio los peruanos sufrieron un terremoto de magnitud 8.1 – mucho más fuerte que él de Seattle. Hubo daño desde el maremoto en la costa hasta las ciudades de la sierra. Unos días después del temblor hablé con una señora aquí que tenía que ir al hospital para una operación. Ella me dijo, “Padre, al principio yo estaba triste, quejandome - ¿Por que tengo yo tan mala suerte? – luego me enteré sobre el terremoto del Perú. En comparación mi sufrimiento es muy pequeño.”

La verdad es que, en relación a otros, tenemos tantas cosas, incluyendo, muchas veces, la oportunidad de recibir cuidado médico. La semana pasada los voluntarios del Centro Mary Bloom han ido ayudando a victimas del terremoto en un pueblo de la sierra. Por cinco dólares se puede comprar comida para una familia por un día. Por diez dólares, una cobija (frazada). Para reconstruir las casas, las paredes son de adobe (una combinación de lodo, paja y otras elementos que cuestan poco) pero para el techo se necesita laminas (calaminas) maderas y clavos. El costo total para una casa típica es cien dólares.

Durante la semana una señora aquí que esta embarazada con su cuarto bebito, me dió un cheque de cien dólares. “Mi esposo y yo tenemos nuestras problemas económicos, pero realmente Dios nos ha bendecido mucho,” me dijo.

Jesús envia sus discípulos con solamente túnica para recordarnos que todo lo que tenemos viene de él – y que él mismo nos dará diaramente las cosas que más necesitamos.

**********

Versión Inglés

De los Archivos (Homilía para Domingo Catorce - Año C):

2007: Arriesgarse
2004: La Riqueza de las Naciones
2001: Lo Que Necesitamos

Terremoto en el Perú - Como Vd. Puede Ayudar (inglés)

Boletín

Otras Homilias

Home