Mucha Gente Lo Seguía

(Homilía para el 17o Domingo Ordinario, Año B)

Un rabí judío, un sacerdote católico y un anglicano murieron y estaban juntos a la entrada del cielo. Los tres se sentían confiados, pero San Pedro miró sus historias y dijo primero al judío, “Lo siento. Has comido puerco. Ya te vas para abajo.”

El sacerdote pensó a sí mismo, “Gracias a Dios, la Antigua ley no aplica a nosotros.” Pero Pedro le dijo, “Lo siento. Comiste carne en un viernes de cuaresma. Ya te vas para abajo.”

El anglicano estaba contento que su iglesia no tenía tantos legalismos. Pero San Pedro le dijo, “Lo siento. Comiste cena con el tenedor de ensalada...”

Por supuesto es una caricatura de los anglicanos. No obstante, hay unas denominaciones – y hay que admitir, grupos dentro de la Iglesia Católica – que desean tratar la religión como ser miembros de un club.

Pues, Jesús pasó mucho tiempo formando un grupo de apóstoles quienes iban a ser como el punto de una espada. Sin embargo no perdió la vista de las masas. Hoy escuchamos que “mucha gente lo seguía.”

En su libro La Iglesia y Yo, Frank Sheed escribe, “Hay tipos ‘espirituales’ que no le gusta la idea que Cristo los santificaría en y por medio de la muchedumbre. Pero es un error identificar la delicadez con espiritualidad. El olor caliente de la humanidad es muy fuerte para ellos.”

Pocas veces he sido acusado de delicadez, pero admito que a veces las masas son difíciles. Aquí en Holy Family tenemos una asistencia dominical de tres mil – que en si es lindo. Pero tienen tantos problemas – y yo tengo muy pocos recursos personales y parroquiales. Mas allá de los que asistan a la misa dominical hay muchos mas que no miran para algún servicio. Una vez mantuve un record de los que llaman por un servicio (funeral, enfermedad, crisis personal o familia, una carta o documento, etc.). Solamente una tercera parte estaban en la lista parroquial.

Un amigo – un pastor muy bueno – mantiene su lista parroquial al lado del teléfono. No provee servicios, aun funerales, a los que no están inscritos. Entiendo su punto de vista – y voy a desafiar a la gente en cuanto a membresía en la parroquia. No obstante, en conciencia no puedo hacerlo el enfoque cuando alguien me contacta, por ejemplo, para un bautismo o matrimonio. Creo que hemos perdido a muchos porque en vez de dar la bienvenida, hemos presentado un obstáculo burocrático.

Jesús ministro a la muchedumbre. Según el evangelio, “todos se saciaron.” Pero la comida misma era sencilla: pan de cebada y pescado seco. Tenemos algo lindo para todos, pero no hay lugar para los engreídos. Un hombre sorprendió una audiencia católica diciendo, “Espera de la Iglesia solamente los sacramentos y no se sentirán defraudados.”

Como Jesús, su Iglesia usa los elementos más sencillos – pan sin levadura, aceite, agua. Pero por tales elementos recibimos el don mayor. Para citar otra vez a Sheed, “En ser miembro de la Iglesia encuentro un lujo. No quiero decir una alegría súper-espiritual conocida solamente por un místico. Es el placer que los más humildes pueden experimentar si hacen el esfuerzo, placer comparable a lo de comida, color o salud.”

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English Version

De los Archivos:

Domingo Diecisiete, Año B, 2006: Todavia Sobro
2003: Mucha Gente Lo Seguía

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