¿Son Pocos Los Que Se Salvan?

(21o Domingo Ordinario, Año C)

Las lecturas de hoy nos presentan con una vista expansiva de salvación. Isaías tiene la visión de gente de todas las naciones subiendo a Jerusalén con ofrendas para el Señor. Unos gentiles (no-judíos) serán seleccionados como sacerdotes y Levitas. Jesús toma el mismo tema:

"Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios." (Lc 13:29)

Sin embargo, dentro de este marco optimista, Jesús da una monición. Cuando alguien le pregunta, “¿es verdad que son pocos los que se salvan?” él habla de una puerta angosta que muchos no podrán entrar. Luego, da un retrato espantoso de personas, que pensaban que eran buenos, fuera de un banquete, pidiendo sin éxito para entrar. Mientras tanto, personas que ellos despreciaban, están adentro, gozando de una fiesta.

No debemos tomar al pie de la letra todos los detalles de esta escena horrible. No obstante, hay un mensaje claro y la persona que no la toma muy en serio, pone a si mismo en un gran peligro. El teólogo Hans Urs Von Balthasar escribió, “es indispensable que todo cristiano sea enfrentado, con completa seriedad, la posibilidad de ser perdido.”

Muchos hoy tienen dificultad en imaginar algo tan drástico. ¿Que he hecho yo parar merecer un castigo eterno? Pero es possible que una persona común y corriente pierde su alma. Jesús nos habla de la puerta angosta, la posibilidad de ser excluido. Cada día, a veces cada momento, estamos haciendo una decisión de acercarnos a Dios o alejarnos de él.

Reconocer que la vida de cada persona terminará en salvación o perdición nos debe causar sobriedad – pero no tristeza. Como cristianos tenemos una confianza sin limites no tanto en nuestras obras pequeñas, sino en la misericordia divina. La segunda lectura de hoy indica que debemos entender nuestras tristezas y sufrimientos en esa luz. Son parte de la disciplina paternal de Dios:

"Hijo mio, no desprescies la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a los que ama, y da azotes a sus hijos predilectos." (Heb. 12:5)

**********

Versión Inglés

De los Archivos (Homilía para Domingo Veintiuno - Año C):

2007: Apartanse de Mi
2004: Carretera Ancha al Infierno y Camino Angosto a la Vida
2001: ¿Son Pocos Los Que Se Salvan?

Boletín (anulaciones matrimoniales; declaración de nulidad)

Otras Homilias

Home