Rabí, Mesías, Kefás

(Homilía para Segundo Domingo Ordinario, Año B)

En el evangelio de hoy (Jn 1:35-42), San Juan usa tres palabras del idioma nativo de Jesús e inmediatamente da una traducción de cada una. Para entender porque lo hizo, quisiera dar una comparación basada en mi experiencia como misionero en el Perú.

Durante mis siete años en aquel país, trabajé con indígenas aymaras. Para explicar sus practicas, a veces requirió el uso de palabras del idioma nativo. Por ejemplo, toda comunidad tenía hombres llamados yatiri. El día domingo, se sentaban cerca del templo, con una tela y crucifijo delante de ellos. Alguien se sentaría al otro lado y el yatiri escucharía, daría consejos y rezaría por ella. Yatiri, literalmente, significa, “rezador,” pero, como se puede ver, refiere a un papel más complicado.

En forma parecida, para designar realidades profundas, Juan usa tres palabras del idioma nativo de Jesús: Rabí, Mesías y Kefás. Las dos primeras han entrado en castellano. Quizás no apreciamos su significado pleno, pero sabemos que expresan algo de la identidad de Jesús – que es el Maestro y Ungido, esperado por muchos siglos. El tercer término, conocemos en su forma griega porque ya es un nombre común – Pedro.

Estamos acostumbrados al nombre, pero originalmente debe haber provocado sorpresa, aun risa. Imaginen una mamá con su bebito en los brazos y Ud. le pregunta cuál es su nombre. Ella responde, “Oh, decidimos llamarle ‘cemento.’” Si los papás parecen normales, probablemente Ud. les preguntaría porque escogieron tal nombre para su niño.

La reacción hubiera sido semejante para Pedro. “Mi nombre es Simón, pero soy seguidor de Jesús que me llama ‘Roca.’ Ud. también puede llamármelo.”

Pero el nombre tenía mucho más que un significado personal. Cuando Pablo resume la fe, dice que Jesús resucitó y “se apareció a Kefás y luego a los Doce.” (I Cor 15:5) Escribiendo a Griegos, centenares de kilómetros de Israel, usa la forma aramaica de Pedro. Además, en defender la autenticidad de su enseñanza a los Galatas (que vivían en lo que ahora es el norte de Turquía) les dice que pasó quince días con Kefás. (Gal 1:18)

Como San Pablo y sus conversos, si vamos a entender el papel de Pedro, tenemos que reflexionar sobre el significado de su nombre (o apodo) en su contexto original. Entre los discípulos del Maestro y Ungido, tenia un rol singular. Sabemos que fue esencial para la fundación de la Iglesia primitiva. Era la “piedra de toque” para doctrina correcta.

Hace unos años, hemos dicho adiós a un milenio marcado por divisiones porque muchos cristianos no reconocían aquel oficio. Martín Lutero podía haber tenido buenas intenciones cuando introdujo la "interpretación individual" de la Biblia, pero ha resultado en un sinnúmero de divisiones. Mientras todo cristiana tiene que apropiar la Palabra de Dios por si mismo, también tenemos que ser guidados y gobernados. Por ese motivo, cuando Jesús seleccionó a sus discípulos, escogió solamente uno para recibir un nombre nuevo: Kefás. Al comenzar un nuevo milenio, uno de los mayores desafíos es renovar nuestro aprecio del ministerio de Pedro.

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English Version

De los Archivos:

Segundo Domingo, Año B, 2009: Escogido con Cuidado
2006: Tu Cuerpo No Es Tuyo
2003: Rabí, Mesías, Kefás

De los Archivos (Homilias sobre San Pedro y San Pablo):

Año de San Pablo
Lo Que Pedro Significó a Pablo
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Rabí, Mesías, Kefás
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