La Gracia del Bautismo

(Homilía para El Bautismo del Señor)

Cuando los apóstoles escogieron el hombre para remplazar a Judas, Pedro explicó la calificación esencial: "uno de los que nos acompañaban todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, desde que Juan bautizaba hasta el día en que Jesús fue llevado de entre nosotros." (Hechos 1:21) Como indica, su bautismo fue el evento inagural del ministerio público de Jesús. Por ese motivo, después de cumplir el tiempo de Navidad, la primera celebración litúrgica es el Bautismo del Señor.

Como Juan predicó un bautizo de arrepentimiento, los cristianos siempre nos hemos preguntado porque Jesús se permitió ser submergido en aquellas aguas. Los Padres de la Iglesia dieron esta explicación: Mientras Jesús no tuvo pecados (es como nosotros en todo, menos el pecado, Heb 4:15) sin embargo, permitió que Juan le bautizara por dos motivos. Primero querría darnos un ejemplo para demostrar la importancia del sacramento. El gran padre griego, San Gregorio de Nazianzo, lo expresó así: "Cristo es bautizado; bajamos con él para subir con él." (PG 36, 350)

En la misma homilía, San Gregorio presenta el segundo motivo: "Vino para sepultar la humanidad llena de pecado en las aguas. Vino para sanctificar el Jordán para nosotros."

Bautismo es un puro regalo de gracia, que nadie puede ganar por sus buenas obras. Viene por los méritos de Jesús. Por eso, mientras los católicos siempre hemos bautizado a adultos, al mismo tiempo no hemos negado la gracia de bautismo a los niños de padres cristianos.

Es verdad que el Nuevo Testamento no menciona el bautismo de niños, pero tampoco menciona a niños criado en familias de fe, que llegan a la edad de razón y luego son bautizados. Pablo bautizó al carcelero y "toda su familia." (Hechos 16:33) ¿Incluyendo a niños? No sabemos. Sin embargo, sabemos del testimoio de los Padres, que, en los primeros siglos, los cristianos bautizaron a sus niños.

En el último número de This Rock (enero 2002) hay quince citas de los Padres en cuanto al bautismo de bebitos. Incluye a San Ireneo (A.D. 190), San Hipólito (A.D. 215) y los gigantes del cuarto y quinto siglo: Ambrosio, Gregorio y Agustín. Ninguno de ellos habla del bautismo de niños como una novedad sino como una práctica antigua. Un testimonio interestante, y típico, viene de San Cipriano (A.D. 253):

"En cuanto al caso de los niños: Tu (Fidus) dijo que no deben ser bautizados dentro del segundo o tercer día después del nacimiento, que hay que considerar la ley antigua de circuncisión, y que no pensaba que deben ser sanctificado dentro del octavo día. En nuestro Consejo, parecía al contrario. Nadie estaba de acuerdo con el curso que proponía. No, todos juzgamos que no se debe negar la gracia de Dios a ningún hombre nacido." (Cartas 64:2)

¡Que gracia más maravillosa! En un sentido la mayor que un ser humano puede recibir porque trae adopción como hijo de Dios y por ella, la Santísima Trinidad demora en el alma. Este domingo pedimos a Dios que renueve esa gracia dentro de nosotros.

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Versión Inglés

De los Archivos:

Bautismo del Señor 2009: El Poder de Bautismo
2008: Camino a la Cordura
2005: El Más Chocante
2004: En Quien Tengo Mis Complacencias
2003: Membresía
2002: La Gracia del Bautismo

Boletín (Nueva Cocina, Visita de Armando, Video sobre Jesús)

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