¿Vale la Pena Vivir Esta Vida?

(Homilía para el Tercer Domingo de Pascua)

A mi parecer la apariencia del Evangelio de Judas es providencial - no porque contiene una nueva revelación que "sacude los fundamentos de cristianismo," sino porque pone en relieve la diferencia entre la fe cristiana y la religión falsa. La tesis del Evangelio de Judas no debe sorprender a alguien que ha estudiado la historia de la iglesia en los primeros siglos y su combate contra Gnosticismo. Por ejemplo, un obispo del siglo dos llamado Ireneo escribió un libro combatiendo las herejías gnósticas y aun discute un texto llamado el Evangelio de Judas. Los gnósticos enseñaron que la materia es mal que uno puede escaparse de su trampa por medio de una gnosis (sabiduría escondido) que ellos ofrecieron. Para ellos Judas vino a ser no un traidor sino un héroe porque avanzó la muerte de Jesús. En el Evangelio de JudasJesús le dice, “pero tu superarás a todos porque sacrificarás el hombre en que estoy vestido.” En esa versión la Pasión no es gran cosa porque Jesús en su espíritu está arriba mirándola como una película. Esta versión obviamente atrae porque utiliza algunos elementos de los Evangelios canónicos y elimina las partes difíciles.

Una conversación que tuve con una persona en el movimiento de la Nueva Edad aclara la diferencia entre los evangelios canónicos y gnósticos. Ella me preguntó porque la Iglesia Católica opone el aborta. Como nuestro propósito es la salvación de almas, ella dijo que debemos considerar el aborto un acto bueno porque esas almas pequeñas irían de frente a cielo sin tener que sufrir esta vida – y posiblemente tomar un rumbo equivocado. No era fácil responder a esa señora. Como los primeros gnósticos, ella había tomado unos elementos de cristianismo tradicional y los pervirtió en una forma grotesca.

No respondí acusándola de ser abogada para el asesinato. Lo que le dije fue eso: Mientras el alma de un niño abortado puede ir directamente a la felicidad, no podía yo decirlo con seguridad. Lo que, sí, sé con seguridad es que esta vida – aun con todos sus sufrimientos y peligros – es una cosa buena. Admito que no he sufrido tanto en comparación con otros, pero he conocido personas que han aguantado dificultades terribles y que ellos consideran que vale la pena vivir esta vida. Pero más allá del balance de buena y mala fortuna, hay algo mas de valor incalculable: la posibilidad de participar en la vida sacramental en que la materia física (agua, pan, aceite, etc.) comunica la vida divina.

En el evangelio de hoy Jesús subraya la bondad de la materia – su potencialidad sacramental. Se hace reconocido por la fractura del pan. Asegura a sus discípulos que nos es un espíritu sin cuerpo (un fantasma). Les invita a tocarle y aun come un pedazo de pescado delante de ellos.

Uno puede decir que esta vida gloriosa vino a ser como consecuencia de la traición de Judas. Sí, pero el acto de traicionar era un gran mal. Una vez un amigo mío usó información confidencial para conseguir una asignación que yo esperaba obtener. Al fin resultó bien para mí y nos reconciliamos. No obstante, su traición era vergonzosa. En mi caso, el cuchillo a la espalda no causó una herida mortal. En el caso de Jesús, en cambio, era el acto más traidor de toda la historia. Dante tiene razón en poner a Judas en el corazón del infierno, eternamente masticado por Satanás el gran prevaricador. Dios puede sacar bien del mal – y lo hace siempre. Pero eso no significa que el mal es bueno. El hecho del mal queda. Judas no querría enfrentar ese hecho y así tomó su propia vida. Hay solamente una forma de evitar una trampa semejante: reconocer nuestros pecados y arrepentirnos de ellos. Luego abrazar el bien natural y sacramental que Dios quiere derramar sobre nosotros. Para nosotros, vale la pena vivir esta vida.

**********

English Version

De los Archivos:

Homilía Tercer Domingo de Pascua, Año B 2009: El Dios de Nuestros Padres
2006: ¿Vale la Pena Vivir Esta Vida?
2003: El Otro

Otras homilias

Boletin

Semana Santa 2006:

Home