Cuaresma con C.S. Lewis

(Homilía para el Primer Domingo de Cuaresma, Año B)

Para entrar más profundamente en este tiempo, he repartido un folleto A Clean Heart Create in Me (Crea en Mi un Corazón Limpio). Contiene reflexiones diarias de las escrituras de C.S. Lewis. Las descubrí cuando era un sacerdote joven (un amigo me dio una copia de El León, La Bruja y el Ropero). Desde entonces, he leído todos sus libros varias veces. Me ayudó en periodos de sequedad y duda. Si Ud. no lo ha leído, el folleto le dará una introducción.

Su reflexión para el primer Domingo de Cuaresma ayuda en entender que significa la tentación.

“Lo que Satanás puso en las cabezas de nuestros antepasados remotos era la idea que podían ser ‘como dioses’ – actuar como si hubieran creado a si mismos – ser sus propios dueños – inventar un tipo de felicidad por si mismos fuera de Dios, aparte de Dios. Y de esa tentativa desesperada ha salido casi todo lo que llamamos la historia humana – dinero, pobreza, ambición, prostitución, clases sociales, imperios, esclavitud – la larga y terrible historia del hombre tratando de encontrar algo otro que Dios que lo hará feliz.”

El evangelio de hoy dice que Jesús fue “tentado por Satanás.” (Mc 1:13) Mientras Lucas y Mateo explican lo que el Diablo le ofreció, Marcos nos presenta el misterio básico: Jesús, “el Hijo de Dios” (1:1) experimentó tentaciones satánicas. Como esto puede ser, no lo sé, pero en su persona debe haber enfrentado todo lo que nosotros enfrentamos – y más. Sin embargo, hay una diferencia crucial. Mientras tu y yo nos caímos ante la prueba más pequeña – una ofensa percibida, una imagen seductiva, ganancia rápida – Jesús retó el enemigo del hombre.

Jesús vino para poner las cosas en su lugar correcto. Solo él podía hacerlo. ¿Por qué? A causa de su relación con el Padre. Él existía antes del comienzo del mundo en la unión de Padre e Hijo. De esa energía, el mundo fue creado. Pero Satanás y nuestros primeros padres apartaron de esa harmonía. Como Lewis observo, siempre buscamos algún tipo de felicidad por nuestra propia cuenta. Si solamente pudiéramos encontrar una cierta persona o trabajo o vacaciones o programa de salud... En una forma muy directa, Lewis explica porque tal búsqueda desesperada al final nos deja vació:

“La razón porque no puede dar resultado es este. Dios nos hizo, nos inventó como un hombre inventa una maquina. El carro fue hecho para andar con gasolina, y no anda correctamente con otra cosa. Dios designó la maquina humana para andar con El mismo. El mismo es el combustible que nuestros espíritus fueron designados a quemar, o la comida nuestros espíritus fueron designados a comer. No hay otro. Eso es porque es inútil pedir a Dios que nos haga feliz en nuestro propio modo sin preocuparnos sobre la religión. Dios no puede darnos felicidad y paz aparte de El Mismos, porque no está allí. No hay tal cosa.”

Marcos nos dice que Jesús pasó cuarenta días en el desierto – un lugar habitado por animales salvajes, pero que “los ángeles le servían.” Aquí en Seattle es difícil tener una imagen de un desierto, pero conocemos las bestias salvajes – esas fuerza caóticas dentro de nuestras almas y alrededor de nosotros. Afortunadamente, Dios nos envía los ángeles buenos – los que no abandonaron la harmonía original. Aceptando su ministerio, podemos encontrar el camino para volver a Él.

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English Version

Boletín (Novena al Santo Niño de Praga, Cambios Litúrgicos)

De los Archivos (Homilias para Primer Domingo de Cuaresma, Año B):

2009: Correo Rodilla
2006: Señor, Anda por Otro Lado
2003: Cuaresma con C.S. Lewis

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