Responsables por su Propia Defunción

(Homilía para el Tercer Domingo de Cuaresma, Año B)

Cuentan que cazadores en la India tienen un método ingenioso para atrapar monos. Ponen gabanzos en botellas y cuando un mono los agarra, no puede sacar su puño de la boca de la botella. Como no quiere soltar los garbanzos, pierde agilidad y velocidad. Así es una presa fácil. En poco tiempo será el menú del cazador.

Supuestamente nosotros somos más inteligentes que nuestros primos simios, pero tenemos una tendencia similar de agarrar y no soltar cosas – aun cuando significa nuestra propia destrucción. Bernard Goldberg da un ejemplo contemporáneo en su libro Bias. Describe su esfuerzo a convencer los medios de comunicación que, al largo plazo, su forma de distorsionar las noticias puede resultar en su propia defunción. En vez de escuchar a Goldberg, los directores de la prensa trataron de desminuir su critica. Recomiendo el libro porque muestra lo que está sucediendo dentro del negocio de noticias – pero también porque da un ejemplo instructivo para todos nosotros.

En el evangelio de hoy, leemos como Jesús trató de despertar sus contemporáneos con un gesto dramático – sacar los cambistas del templo. Obviamente Jesús amaba el templo y todo lo que significaba. Sin embargo, reconoció que unas practicas llegarían a su defunción. Querría retar el sistema, pero en vez de escuchar, decidieron silenciarlo, condenarlo a la muerte.

No se puede comparar exactamente las autoridades del templo a los que hoy llamamos “líderes religiosos.” A causa de su colusión con los Romanos, poseían un poder coercitivo no igualado por un obispo o cabeza denominacional en nuestro país. Imaginamos que las autoridades del templo eran mojigatos – seguramente unos lo eran – pero también eran los mejores y más brillantes, los más educados de la sociedad de Palestina del primer siglo. No obstante, perdieron la visión del propósito del templo – “una casa de oración para todas las naciones.” Ganar dinero, a pesar de ser necesario, puede tergiversar a cualquier persona. Al mismo tiempo, hay pocas cosas que pueden sacudirnos más que un atraso financiero.

Jesús sabía como llamarle la atención. Y lo sigue haciendo. Hay un motivo porque permitió explosionar el escándalo sexual en este momento. Además durante los últimos treinta anos ha permitido que muchos jóvenes han abandonado la iglesia católica. Y nos permite experimentar problemas económicos.

¿Estamos recibiendo su mensaje? Nuestra tendencia natural es buscar una solución rápida. No quisiéramos escuchar a ellos, como el Santo Padre, que nos llaman a un cambio personal. Sobre todo tenemos miedo de preguntas radicales: ¿Cuál es el propósito del Templo, es decir, la Iglesia? ¿Y de quien es ella?

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*David Fischman, Camino del Líder, p. 63.

English Version

Boletín (Iraq, Novena al Santo Niño de Praga)

De los Archivos:

Tercer Domingo de Cuaresma, Año B, 2009: Un Dios Celoso
2006: Enfocar Tu Cólera
2003: Responsables por su Propia Defunción

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