Trabajadores Eventuales

(Homilía para el Domingo Veinticinco del Tiempo Ordinario, Año A)

Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar con unos trabajadores eventuales aquí en Seattle. La visita me dio una perspectiva diferente sobre el evangelio de hoy. Vi a los muchachos bastante temprano en la mañana. Todavía hubo muchos, todos listos para ser empleados por diez dólares por hora. Para ser escogidos tuvieron que tener una apariencia fuerte y alerta – y desde luego no tener alcohol en el aliento o alguna evidencia de drogas.

Los que no fueron escogidos obviamente se sentían tristes. Tuvieron que hacer una decisión: ¿Seguirían esperando o buscarían un ambiente más agradable? El sol hacía más calor y hubiera sido más cómodo, por ejemplo, en una biblioteca. Sin mencionar una cantina o echado en un sillón ante el televisor. La mayoría probablemente se quedarían hasta mediodía.

Para mi la cosa impresionante del evangelio de hoy es que algunos de los trabajadores eventuales esperaron hasta las cinco de la tarde. (Jerusalén está en la misma latitud como San Diego y, aun en el verano, 5:00 p.m. está cerca del ocaso del sol.) No se de Vds., pero para mi, esperar once horas seria mas difícil que estar activo en la viña.

Muchas veces los jóvenes me preguntan como puedan descubrir su llamado. Quieren que Dios pusiera un sobre bajo su puerta: José, quiero que tú seas un sacerdote. Ricardo, tu vocación es casarse y formar una familia – y tengo la muchacha exacta para ti. Sería lindo si Dios lo hiciera, pero generalmente un joven tiene que seguir el ejemplo de los trabajadores en el evangelio: Esperar con paciencia. No echarte delante de la televisión. Prepárate para que puedes responder cuando llegue el llamado – deshacerse de drogas, pornografía, alcohol u otras adiciones. Aun si tienes que esperar un poco mas que otros, no perderás el pleno pago.

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English Version

De los Archivos (Homilias Para Domingo Veinticinco, Año a):

2008: Creyeron Que Recibirian Mas
2005: Trabajadores Eventuales
2002: ¿Por Qué Todo el Día Sin Hacer Nada?

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