Tu Cuerpo No Es Tuyo

(Homilía para Segundo Domingo Ordinario, Año B)

Este domingo inauguramos la Semana – Valor Sagrado de la Vida Humana. En nuestra parroquia tendremos una presentación desde Vida Humana de Washington. Antes de presentar el poniente, quisiera mencionar como este asunto relaciona con las lecturas bíblicas que acabamos de escuchar.

El Valor Sagrado de la Vida Humana incluye asuntos fundamentales: protección de niño no nacido y su mamá, atención a los que están en su última enfermedad, investigaciones científicas que respetan valores básicos y la defensa de los más vulnerables. Estos asuntos tienen aspectos políticos, pero la cuestión mas profunda no es política. De hecho, la política, en el sentido de leyes y programas, es una parte pequeña. La meta verdadera es la conversión de corazones que llegará a una nueva cultura donde los fuertes no abusan, sino defienden a los débiles. Eso sucederá solamente si miramos a nuestro mundo en una manera diferente. Las lecturas de hoy indican los dos pasos que tenemos que tomar.

Vemos el primer paso en el Evangelio. Casi todos saben que San Pedro era el “Príncipe de los Apóstoles,” que Jesús le dio un nombre nuevo – Kefás – que significa roca. Pero a pesar de ser el primero entre los apóstoles, no fue el primero en encontrar a Jesús. Al contrario, su hermano Andrés los conoció antes. El le dijo a su hermano, “Hemos encontrado el Mesías.” Eso es el primer paso. Tenemos que encontrar a Jesús – o permitir que alguien nos introduzca a él.

Al encontrar y aceptar a Jesús como Señor, nuestra vida cambia. No se puede expresarlo más dramáticamente que en la segunda lectura. San Pablo les dice a los Corintios: “El cuerpo no es para fornicar sino para servir al Señor; ye el Señor, para santificar el cuerpo.” Eran palabras duras para la gente de Corinto. Antes de conocer a Cristo, habían construido su vida alrededor de los placeres sensuales. No les trajo felicidad, sino miseria y desesperación. No obstante, fue difícil para ellos dejar su comportamiento anterior. Pablo tenia que recordarles que Jesús “los ha comprado a un precio.” Ahora los corintios pertenecen a Cristo – no solamente sus almas, sino sus cuerpos también. Ningún cristiano puede decir, “Mi cuerpo es mió. Puedo hacer con él lo que me da las ganas.” No, tu cuerpo no es tuyo, pertenecemos al Señor. Este domingo les invito escuchar a un representante de Vida Human que nos ayudará entender mas profundamente que significa pertenecer a Jesús.

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English Version

De los Archivos:

Segundo Domingo, Año B, 2009: Escogido con Cuidado
2006: Tu Cuerpo No Es Tuyo
2003: Rabí, Mesías, Kefás

De los Archivos (Homilias sobre San Pedro y San Pablo):

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Rabí, Mesías, Kefás
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