Tema básico: Olvidarse de Dios trae consecuencias desastrosas; Israel y Jesús nos enseñan a recordarse de Dios

La semana pasada mencioné el autor ruso Alejandro Solzhenitsyn. Como joven era un comunista fervoroso, pero su servicio leal no le previno de ser uno de las víctimas de aquel régimen brutal. Solzhenitsyn expuso algo de la brutalidad en sus libros: Un Día en la Vida de Ivan Denisovich, El Archipiélago Gulag y El Pabellón del Cáncer. Por medio de esas novelas los rusos y los demás del mundo se dieron cuenta del horror del sistema soviético.

Más tarde en su vida Solzhenitsyn se preguntó como sucedió tales cosas. ¿Como podía un país con una herencia cultural tan magnifica podía caer en atrocidades tan enormes? Para encontrar la respuesta Solzhenitsyn se acordó cuando era joven. Todo parecía lleno de esperanza después de la gran Resolución. Pero, unos mayores notaron que las cosas no estaban bien. "Un gran desastre," dijeron ellos, "ha caído sobre Rusia. Los hombres se han olvidado de Dios; por eso tales cosas han sucedido."

Pasaron cincuenta años y Solzhenitsyn reflexionó sobre los frutos amargos de aquel desastre. "Si alguien me pidiera que yo identificara la característica principal del siglo veinte," dijo el, "yo no podría encontrar algo mas exacto que repetir una vez más: 'Los hombres se han olvidado de Dios.'"

Mientras todo siglo ha conocido crueldad y opresión, ninguno es igual al siglo veinte en magnitud. Podemos pensar en algo tan horrible como la Inquisición. Historiadores modernos estiman que durante tres siglos la Inquisición Español reclamó entre tres y cinco mil vidas. En un marco mucho más breve y con mayor capricho los regímenes ateos del siglo pasado mataron millones de seres humanos. "Los hombres se han olvidado de Dios; por eso tales cosas han sucedido."

Cuando el gobierno soviético condenó a Solzhenitsyn al destierro, los países del Oeste le dieron una acogida calorosa. Esa recepción se enfrió cuando señaló cosas semejantes en el Oeste. Habló de como el Oeste estaba experimentando un "secarse de la conciencia religiosa." Según Solzhenitsyn esto ha sucedido porque nosotros hemos despreciado los conceptos de bien y mal por varios siglos. Nos da pena apelar a conceptos eternos. En el Oeste, dijo, la gente "tiene vergüenza en decir que el mal hace su hogar en el corazón individual antes de entrar en el sistema político." (de su 1979 Templeton Address titulado "Ausencia de Dios, el Primer Paso al Gulag.")

Nos hemos olvidado de Dios. Por muchas personas, remover a Dios es un paso a un futuro brillante, especialmente al embarcar en una nueva Resolución basada en ingeniería biológica. Otros - incluyendo a Solzhenitsyn - no están convencidos que el futuro es tan brillante. Si nos olvidamos de Dios, puede ser una pesadilla de la cual jamas nos despertamos. Por otro lado, científicos no viven en un mundo removida de las demás personas. Antes de todo, ellos son seres humanos y ciudadanos. Si ellos permiten que principios morales les guíen, pueden hacer un bien inmenso. Como tu y yo, los científicos son llamados a recordar a Dios.

Hace muchos siglos Dios formó una nación con un solo propósito: recordarle a el. Les dio esta oración: "Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios es el único Señor!" Les ordenó a decir esa oración cuando se levantaban y cuando se acostaban, mientras viajaba y cuando estaban en la casa. Nada era mas importante que acordarse de Dios. Jamás debían olvidarse de Dios.

Jesús reafirma esa oración. Nos dice que es la clave para amar a Dios y nuestro prójimo. No importan tan mal sean las cosas, que tengamos la gracia para no olvidarse de Dios. Como los Israelitas, que esta oración esté en nuestros labios. "El Señor, nuestro Dios es el único Señor!"

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