El Olor de Agua

(Homilía para el Tercer Domingo de Cuaresma, Año A)

Algunos de Vds. Probablemente han leído Lonesome Dove (Paloma Solitaria). Cuenta de unos vaqueros que mueven un buen número de ganado de Tejas al estado de Montana. En un momento tienen que cruzar una llanura enorme y árida. La falta de agua causa que las vacas caminen más y más lento. Unas de ellas mueren. Los vaqueros tienen que golpear las vacas para que muevan adelante. De repente hay un cambio. Mucho antes que los hombres, el ganado empieza a oler el agua en la distancia. Empiezan a correr. Para los vaqueros es difícil ir tan rápidos como el ganado.

Asi son nuestras vidas. A veces comenzamos a ir mas lento, no sabemos por que. Quizás deseamos parar completamente. Podríamos seguir adelante si tuviéramos el sentido que en algún lugar, no muy lejos, hay lo que queremos – agua pura y fresca. Pero la realidad es que todavía tenemos aquel sentido, solamente lo hemos cubierto. Estamos como el hombre que en vez de beber agua normal, bebe un líquido súper-dulce y se pregunta porque tiene tanta sed.

Hoy Jesús encuentra una mujer que tiene sed. Ha probado todo – incluyendo a cinco esposos. Jesús le ofrece “agua viva,” es decir, agua que fluye. Tenía todo derecho de ser cínica – al principio se burla de Jesús. “Señor, ni siquiera tienes con que sacar agua...”

Generalmente imaginamos a la samaritana como joven. Considerando su historial nupcial, probablemente no era una quinceañera. Como los años había formado un casco. Jesús lo levantó suavemente de ella. Experimentó el olor de agua y empezaba a correr a la fuente.

Como nosotros, la Samaritana – sin saberlo, tenía sed para Dios. Pero como San Agustín nota, ella no podía haber tenido sed para Dios si él no tenía sed para su fe. Beata Teresa de Calcuta reconoció su llamada para servir a los más pobres cuando oyó el eco de Jesús gritando desde la cruz, “Tengo sed.” A causa de esta experiencia, Beata Teresa dio la instrucción que las palabras “tengo sed” sean escritas al lado de la cruz en todas sus comunidades del mundo. Jesús tiene sed de nuestra fe. Desea que nos vengamos a él, el único que puede llenar nuestro corazón, calmar nuestra sed.

Algunos miembros de nuestra comunidad están en las últimas etapas para llegar a la fuente de agua viva. Hace diez días el Arzobispo Brunett dio la bienvenida a los catecúmenos de nuestra parroquia con el Rito de Elección. Hoy los elegidos recibirán el primer “Escrutinio.” Es una antigua oración de exorcismo, basada en el Evangelio que acabamos de escuchar. Quisiera concluir con unas selecciones del Primer Escrutinio:

Concede a estos catecúmenos,
que están sedientos de agua viva como la Samaritana,
se conviertan al Señor como ella al oír la palabra del Señor,
y se confiesen los pecados y debilidades que les son una carga.
Protégelos de una vana confianza en si mismos,
y defiéndelos del poder de Satanás…

Confiados te abren sus corazones,
confiesas sus faltas y
descubren sus llagas ocultas.
líbreles, pues, bondadosamente de sus flaquezas,
cura sus enfermedades,
apaga su sed, y otórgales la paz.

************

English Version

De los Archivos (Tercer Domingo de Cuaresma, Año A):

2008: Por Que Tan Descontento?
2005: El Olor de Agua
2002: Lo Que Ella Deseaba

Otras Homilías

Boletín

Home