Eros y Agape

(Homilía para Quinto Domingo Ordinario, Año B)

Febrero es un tiempo para reflexionar sobre el amor humano. En medio del mes tenemos el día de San Valentín – y en el domingo anterior celebramos el Día Mundial del Matrimonio. Es importante pensar en el significado del amor. Por eso, quisiera hacer una recomendación. Vds. probablemente han escuchado que el Papa Benedicto ha publicado su primera carta encíclica sobre este tema. Se llama Deus Caritas Est, Dios es Amor. Les recomiendo leer la encíclica. Tiene solamente veinticinco páginas y premiará el tiempo pasado en leer y meditar sobre ella.

Para entender el significado del amor, el Santo Padre explica la diferencia entre dos palabras griegas: Eros y ágape. Dice que Eros refiere al “amor entre hombre y mujer, que no nace del pensamiento o la voluntad, sino que en cierto sentido se impone al ser humano.” Por otro lado, ágape era la palabra que el Nuevo Testamento utilice para describir la nueva relación entre Cristo y sus discípulos.

Al principio parece que los dos amores son irreconciliables, pero el Papa Benedicto argumenta que eso no es el caso. La fe Cristiana no vino para “destruir” Eros. Al contrario, Eros se puede entender como un amor “ascendente” y ágape como un amor “descendente.” Los dos se unen en el Corazón del cristiano. “la fe bíblica,” dice el Santo Padre, “no construye un mundo paralelo…sino que asume a todo el hombre, interviniendo en su búsqueda de amor para purificarla, abriéndole al mismo tiempo nuevas dimensiones.”

Otra vez, recomiendo que Vds. lean esta carta maravillosa. He citado una sección porque cabe bien con las lecturas de este domingo. Nuestra fe no construye un “mundo paralelo,” un lugar ideal donde todo es dulzura y luz. No, realizamos el sentido del amor en medio de las luchas y pruebas de este mundo. Hoy Job habla de sus meses de infortunio y las noches de dolor. Describe la monotonía: es como “vida de soldado.” En el Evangelio vemos a Jesús abrumado por la gente agarrada por enfermedades y demonios.

Jesús acepta este cargo sin una palabra de queja. San Pablo es un poco diferente. Cuenta como se ha “convertido en esclavo de todos, para ganarlos a todos.” Trabajó duro, pero también dejó que la gente supiera que estaba trabajando duro. En esto, es como tú y yo – o, al menos, como yo. A veces tengo días cuando estoy bombardeado con problemas por todos lados. Pero, a pesar de ser muy ocupado, encuentro tiempo para contarles a otros: ¡que ocupado estoy!

En Jesús vemos la balanza correcta. Después de pasar la mayor parte de la tarde ayudando a los con problemas, se levantó temprano y se fue a un lugar solitario para orar. La fuente del amor verdadero viene desde arriba y sin ella, venimos a ser como una peonza dando vueltas: parece impresionante, pero pronto se cae.

Todo esto se enlaza con nuestra misión de educar a los jóvenes. Este domingo llegamos a la culminación de la Semana de Escuelas Católicas. Para usar el frase del Papa Benedicto, nuestra escuela parroquial no es para crear un “mundo paralelo.” Lo que queremos hacer es asumir todo lo bueno de la cultura humana e integrarlo en el amor a Dios. Al mismo tiempo, reconocemos que por nuestro propio poder no podemos crear un mundo que es realmente justo, bueno y bello. Necesitamos el amor que desciende desde arriba. A veces Jesús pasó noches enteras en oración, en comunión intima con su Padre.

Pero después de rezar, Jesús volvió a la tarea de enseñar, es decir, despertar a la gente a la realidad del Reino, el gobierno de Dios. Esto es lo que tratamos de hacer en nuestra escuela, nuestros programas catequéticos y nuestras familias. Que Jesús, él que enseñó y sanó, hace posible que continuemos su misión.

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English Version

De los Archivos:

Quinto Domingo, Año B 2009: Confiado una Mision
2006: Eros y Agape
2003: ¡Que Cantidad de Trabajo!

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