Volver a las Básicas

(Homilía para Miércoles de Ceniza)

Cuando papás envían sus hijos a la escuela, quisieran que aprendan las cosas básicas: leer, escribir y trabajar con números. Con estas tres habilidades un niño puede tener éxito en este mundo. Hoy Jesús nos da las tres prácticas básicas para tener éxito espiritual, es decir, lograr una relación con Dios. No solamente judíos y cristianos, sino casi toda religión del mundo las ha seguido. Las tres básicas son oración, ayuna y limosna.

Ente las tres básicas, la oración tiene primer lugar, Citando San Alfonso, el Catecismo dice: “Quien ora se salva ciertamente, quien no ora se condena ciertamente.” (#2744) Salvación es una relación eterna con el Dios Trino en la Comunión de los Santos. Si esta relación no comienza en esta vida, pues, no comienza. Para usar una comparación humana: Si Vd. desea amistad – es decir, una relación con otro ser humano – hay que hacer actividades comunes, estar en la presencia uno al otro, hablar…y escuchar. Lo mismo aplica a nuestra amistad con Dios. No sucede automáticamente. Desde luego, lo más importante es lo que hacemos ahora, participación en la misa. Es la oración máxima porque renueva el sacrificio de Jesús que abre el cielo para nosotros. Aparte de la misa, viene el tiempo ante el Santísimo. Durante la Cuaresma podemos hacer una resolución de llegar unos minutos temprano o pasar un rato en la Capilla de Adoración. Aquí hay unas otras cosas que se puede hacer: Leer un buen libro espiritual, como la Autobiografía de Santa Teresa de Niño Jesús. Rezar el rosario o hacer una caminata, invitando al Señor que te acompañe. Como dice Jesús, no lo hagas para apariencias – para que la gente vea que tan espiritual eres – sino para crecer en tu amistad

La segunda práctica básica es ayunar. Menciono el ayuno con un poco de hesitación porque nuestra cultura tiene un sentido de culpabilidad sobre la comida. No quisiera aumentar culpabilidad, haciendo a uno sentirse mal por comer un “Big Mac” o un plato de fideos. Por cierto debemos gozar la comida y la fraternidad que muchas veces la acompaña. Sin embargo, debemos también encontrar un lugar para el ayuno. Hasta los años sesenta toda generación de cristianos ayunaba. No puedo decir que soy un buen ejemplo pero puedo ayudarles a comenzar. Se puede sacrificar para la Cuaresma que le gusta mucho, por ejemplo un postre o cierta bebida. No comer entre las comidas – y ahora estoy hablando a mi mismo – eliminar la comida antes de acostarse. Cuando yo lo hago, hay una voz que dice, “Ay, no, vas a tener hambre.” Pero las veces que lo hice, sobreviví sin problema. El mínimo que debemos hacer es seguir las reglas de no comer carne hoy y los siete viernes de la Cuaresma. Si uno tiene menos de catorce anos, habla con tus papás; pocos niños tendrán consecuencias negativas de comer atún o macarrones en vez de pollo frito. Ayunar, no comer una comida favorita o comer menos, nos hace recordar que si vamos a ir al cielo, tenemos que negar nuestros impulsos inmediatos, tomar nuestra cruz y seguir a Jesús. Tener un cuerpo bello no es la meta de ayunar, pero puede ser el resultado. Unos santos eran gordos, otros bien flacos, pero tenían este en común: Practicaban la auto-negación voluntaria de ayunar.

Finalmente, llegamos a la limosna. Esta práctica, mientras sencilla, tiene unas complicaciones hoy. Honestamente, no doy a toda persona que aparece ni a las personas cerca de semáforos. Uno tenia una pancarta diciendo “ayúdame, necesito una cerveza.” A el querría darle algo por su franqueza. No es tanto tacañería, sino el deseo de ser buen mayordomo, usar los recursos en la mejor forma posible. Para mi significa apoyar la parroquia y la arquidiocesis – y ayudar a los necesitados en el Perú. San Juan Crisóstomo dijo que después de satisfacer nuestras propias necesidades básicas, lo demás pertenece a los pobres: “No hacer participar a los pobres de los propios bienes es robarles y quitarles la vida. Lo que poseemos no son bienes nuestros, sino los suyos.” (Homilía sobre Lázaro) La Cuaresma es tiempo para considerar como gasto el dinero. ¿Realmente necesito aquel libro o puedo ir a la biblioteca? ¿Y lo que gasto sobre otras cosas? La Cuaresma es tiempo bueno para organizar el cuarto y la vida. Con mayor organización, puedo servir mejor a los necesitados. No lo hacemos para que la gente diga que somos generosos. Alguien que da un dólar puede ser mas generoso que cualquier. Al otro lado, Bill Gates da mas en una semana que nosotros daremos, juntos, en una vida, pero no significa que es mas generoso que tu o yo. No damos limosna según criterios humanos, sino según la generosidad de Dios. Si lo hacemos, nuestro mundo no tendría niños viviendo en tanta pobreza.

Quisiera darles algo práctico para recordarles de las tres básicas. Es un poco de cartón que se puede formar en una cajita llamada “Rice Bowl.” Pido que lleves uno y lo pongas en la mesa de tu comedor. Decir la oración al lado – y mientras haces ayuno voluntario, poner en la caja lo que ahorras. Luego devuelve el Rice Bowl a la iglesia en Domingo de Pascua de Resurrección. Lo ayudará durante la Cuaresma para ayunar, orar y dar limosna.

En pocos minutos, recibiremos una cruz negra en la frente. Nos recuerda que pronto, muy pronto, tú y yo volveremos al polvo. ¿Cómo usarás el tiempo que Dios te ha medido? La Cuaresma nos llama a las básicas: oración, ayuno y limosna. Arrepiéntete y cree en el Evangelio.

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*Aquí es la cita entera de párrafo 2744:

2744 Orar es una necesidad vital: si no nos dejamos llevar por el Espíritu caemos en la esclavitud del pecado (cf Ga 5, 16-25). ¿Cómo puede el Espíritu Santo ser "vida nuestra", si nuestro corazón está lejos de él? Nada vale como la oración: hace posible lo que es imposible, fácil lo que es difícil. Es imposible que el hombre que ora pueda pecar. (San Juan Crisóstomo, Anna 4, 5) Quien ora se salva ciertamente, quien no ora se condena ciertamente. (San Alfonso María de Ligorio, mez.)

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De los Archivos (Homilias para Miercoles de Ceniza):

No Desperdiciar la Crisis (2009)
Cuando Des Limosna
Volver a las Básicas
Enfrentando la Culpabilidad

Otras Homilías

Boletín (participación en la misa dominical)

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