La Pasión contiene tantos detalles que jamás se puede profundizarla. Por ejemplo, cuenta de un hombre condenado y luego libertado a causa de Jesús. Nos hemos unido a la muchedumbre pidiendo que Pilato lo soltara a él, no a Jesús, “¡No, a ése no! ¡A Barrabás!”
A pesar de los libros y películas sobre él, no sabemos que pasó con Barrabás. Recién era parte de La Pasión del Cristo. Fue presentado como alguien que sabía lo que estaba preparado para él, pero era tan orgulloso que no iba a pedir clemencia de nadie. De repente, sin hacer nada, está libre. Inflado por su buena suerte, da una mirada de burla a las autoridades y luego a la muchedumbre. Finalmente mira a Jesús – y todo cambia.
Pedro Sarubbi, el intérprete de Barrabás, cuenta que algo raro le sucedió en aquel momento. “Era como yo estaba realmente mirando a Jesús. Nunca había experimentado tal cosa en todos mis años como actor.” Sarubbi había buscado algo durante su vida, incluso pasó seis meses en un monasterio de Tibet. Ahora dice, “He alcanzado el fin de mi búsqueda en Jesús.”
Pues, el hombre que interpretó a Jesús era un ser humano como tú y yo. De hecho, Jim Caviezel fue criado cerca de aquí, en Mount Vernon, y fue a Kennedy High School. Pero todos los días, durante la filmación de La Pasión asistió a la misa y comulgó. Jesús estaba en él y logró la conversión de un Barrabás moderno. Dijo Sarrubi, “Hago todo lo posible para esos ojos sigan importantes para mi.”
Que sea así con nosotros también – especialmente en la tarde en que adoramos la Santa Cruz – y recordamos a El que nos libró de la condenación.
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