Cada año en el Segundo Domingo de Cuaresma oímos una narración de la Transfiguración. Como este es el “Año C” hemos escuchado a San Lucas que tiene unos detalles no contenidos en Mateo o Marcos. Los tres mencionan que Moisés y Elías conversan con Jesús. Solamente Lucas da el tema: “la muerte que le esperaba en Jerusalén.” La palabra griega traducida como “muerte” es “éxodos.” Para los judíos el evento mayor era el Éxodo. Pero ahora viene un nuevo Éxodo – algo más significante que aun la liberación de esclavitud física. Esto sería definitivo, perfecto.

El primer Éxodo era una confrontación entre Dios y el Faraón, quien en aquel tiempo era el poder máximo del planeta. El nuevo Éxodo sería una lucha entre Jesús y el Príncipe de este mundo. Dicen que en Egipto había solamente dos clases: el Faraón y todos los demás. Tenía autoridad absoluta. Solamente Dios podía enfrentar directamente tal autoridad. Pero Satanás tiene un poder sobre sus sujetos que es más sutil y penetrante. Solamente Jesús podía enfrentarlo.

Muchos de Uds. han visto una película que trata de esta lucha – La Pasión del Cristo. Presenta en forma realista la violencia horrible contra Jesús en las ultimas doce horas de su vida. Pero más importante muestra la pasión como culminación de su batalla contra el Maligno.

Algunas personas me preguntaron si pensaba que la película era demasiado violenta para niños o aun adolescentes. Diría que la parte más chocante no es tanto la violencia física, sino la presentación de Satanás llevando un niño deformado y de los demonios disfrazados como muchachos jóvenes. Ver la inocencia cambiar rápidamente en crueldad horrorosa es chocante.

El domingo pasado hemos escuchado como el Diablo trata de inducir a Jesús a un acto de desesperación. Arrojate de aquí. La película tiene una escena terrible donde los demonios – como muchachos malévolos - arrastran a Judas a desesperación y suicidio. Pedro casi toma la misma ruta, pero en vez de terminar su vida, se arroja ante María a quien le llama, “Madre.”

La Virgen da apoyo a su hijo en su agonía. A los americanos nos gustan la idea de hacer las cosas “a solas.” Pero no era así con Jesús. Varias personas caminaron con él. Principalmente la Virgen misma, pero la película muestra en una forma bella la compasión de otros: Verónica, Simón, María Magdalena, Juan y lideres religiosos como Nicodemo y José de Arimatea. Aun algunos romanos: Claudia, la esposa de Pilatos, provee toallas para María para limpiar algo de la Sangre Preciosa y unos soldados ven no solamente la humanidad de Jesús sino algo aun mayor.

Dado el hecho que tantas personas se solidarizaron con Jesús durante su sufrimiento cruel, no nos debe sorprender que dos personas del Antiguo Testamento conversan con el sobre su significado profundo. Con cuatro semanas has la Semana Santa, pedimos algo de entendimiento del Éxodo nuevo y perfecto. Y como María, Juan y los otros poder en alguna forma participar en él.

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