Como director de películas como El Joven Manos de Tijera, Bettlejuice y Marcianos al Ataque, Tim Burton sabe algo de cosas raras. Sin embargo, él tuvo una experiencia más impactante de lo que presenta en sus películas. “No se puede prepararse para la experiencia. Cierto que es lo más natural en el mundo, pero también el más chocante,” dijo Burton. Refirió al nacimiento de su primer hijo.

A pesar de su reputación de ser descontrolado, Burton va al grano. Nada en este planeta es igual al nacimiento de un bebe. Cada niño posee una potencialidad y un valor que son incalculables. Como dice la Biblia, somos creados a la imagen de Dios. Que nosotros podemos participar en la concepción de tal ser debe aturdirnos.

Aquel evento natural causa asombra, pero hay algo que debe chocarnos aun más. Tenemos una pista en las lecturas de hoy. Hablan de un nacimiento misterios, aun mayor que el primero. Pablo le recuerda a Tito que hemos Dios “nos regenera y renueva...por Cristo, nuestro Salvador.” Por este renacimiento “nos convertimos en herederos.” (Tito 3:7)

Al comenzar su ministro publico, Jesús tomó un riesgo en permitir a Juan que los bautizara. Puede hacerle parecer menor que Juan y en necesidad de limpieza espiritual. No era cierto, como el mismo Juan testifica, pero el hecho que Jesús aceptó el bautismo indica su importancia. Iba a ser un vehículo no solamente de arrepentimiento, sino de renacer. Como San Agustín y los otros Padre indicaron, Jesús no fue bautizado por su bien, sino por el nuestro.

Hace unos años mi sobrina tuvo su primer bebe. El papá es un joven maravilloso. Me acuerdo entrar una cuarto donde Bob estaba solo, con su hijita en sus brazos, mirándola con atención total. Lo que Bob hacia para Rachael, Dios hace en cada instante para ti y para mí. Se puede decir que Dios pasa toda la eternidad contemplándote. Y su atención no está dividida jamás. A pesar de tener muchos hijos, enfoca totalmente en ti – con afección total. No porque nosotros somos tan lindos, sino a causa de Jesús. “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco.”

Jesús escuchó aquella voz después ser sumergido en el rió por Juan. Aquí encontramos una parte de la fe cristiana que es difícil para la gente de hoy. Preferimos el individualismo – “Jesús y yo.” Y a veces concluimos que Dios se preocupa solamente de nuestro espíritu o alma – y no lo que hacemos con el cuerpo. Pero Jesús nos pide hacer unos actos externos, corporales para ser parte de Él. Por ejemplo dice, “Si no comes la carne del Hijo del Hombre y bebe su sangre, no puedes tener la vida dentro de ti.” (Jn 6:53) También dice, “Si quieres entrar en el reino de Dios, tienes que renacer por el agua y el Espíritu Santo.” (Jn 3:5)

Es un escándalo o para usa la palabra de Burton “chocante.” ¿Cómo puede Dios atarse a sustancias materiales – como el pan en la Misa o el agua en bautismo? Sin embargo, podemos adivinar que cosas pequeñas y escondidas – como el anillo de Tolkien o el átomo de hidrógeno – puede tener poder enorme. Así escritores cristianos han enseñado desde los primeros siglos: que el agua y las palabras de bautismo son esenciales para la salvación. *

Cuando encuentras pruebas a tu fe, quizás una enfermedad o dificultades económicas o aun problemas matrimoniales o abandono, acuérdate de que Jesús te ha reclamado. Pertenecemos a Él y en Él pertenecemos uno al otro. A causa de Él, podemos oír la voz del Padre: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco.” Chocante pero verdad.

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