Tema Básico: Como la mujer samaritana, tenemos un sentido profundo de descontento - y no sabemos porque. Jesus nos da la respuesta.

Tal vez han oido del hombre que murio y San Pedro le dijo que podia escoger: ir al cielo o ir al infierno. El hombre dijo, por supuesto, que querria ir al cielo. "No tan rapido," dijo San Pedro, " primero vas a pasar un dia en cada lugar y despues, decidir." Fue al infierno y tenia alfombra de primera clase, bar con la gama de bebidas, linda sala de recreo - todo el mundo conversando con cortesia." Cuando fue al cielo, parecia bien, pero no tan atractivo como el otro lugar. Pues, le dijo a San Pedro que querria ir al primer lugar. Cuando retorno al infierno, todo habia cambiado. Fue lleno de lodo, la comida era horrible y todos estaban gritando uno al otro - y al recien llegado. Entonces el hombre le pregunto al diablo principal que pasaba. El diablo le dijo, "hace unos dias estabamos en plena campanya politica - pero ahora las elecciones se han acabado."

Como el cuento indica, lo que las campanya politicas prometen y lo que cumplen son dos cosas diferentes. Antes de ser papa, el Cardenal Ratzinger escribio un libro sobre la politica y moralidad. Empieza con la observacion que "politicos de todo partido saben que tenemos que prometer cambios." Nota que hay "un sentido profundo de descontento precisamente en los lugares donde la prosperidad y la libertad han llegado a alturas previamente desconocidas."

Los politicos saben que estan dirigiendose a gente descontenta. La pregunta es: De donde viene esta tristeza profunda? Y si nuestra sociedad abundante y abierta no nos satiface, que cosa lo hara? El evangelio de hoy nos indica la respuesta. Jesus encuentra una mujer que era bien infeliz. Habia probado cinco hombres diferentes y ninguno la hizo contenta. Eso no es una sorpresa. La sorpresa verdadera es que no se habia vuelto completamente cinica. Cuando Jesus le hablo de agua viva que satisfaceria su sed, ella no se burlo de Jesus. No, ella dijo, "Senor, dame esa agua."

Jesus le dio lo que nadia le habia dado. No promesas vacias. Jesus le da "agua viva." Le da si mismo. "Soy yo, el que habla contigo."

Desgraciadamente, tendemos de ser como el hombre que trato de cruzar un desierto pequeno. En vez de traer un frasco de agua, lleva una botella de gaseosa con alta contenida de cafeina y azucar. El primer trago es sabroso y el se siente bien. Pero no ayuda a su sed. Empieza a sentirse agitado, entonces, toma otro trago y viene a tener mas sed que antes. Se sienta y quiere dormirse. No se da cuenta que mas alla la proxima duna hay un oasis con agua fresca.

Hoy - en medio de la Cuaresma - Jesus nos dice a pararse y venir a el. Nos invita al agua viva. Ven al unico que puede satisfacer tu sed. Ven a Jesus.

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