Un Dios Celoso

(Homilia Para Tercer Domingo de Cuaresma - B)

Tema B�sico: Los celos humanos destruyen, pero los celos divinos ponen en orden las cosas.

Con este tercer domingo de Cuaresma hemos llegado casi al corazon de la temporada. Nuestras lecturas enfocan en los celos divinos. Al dar los Diez Mandamientos, el Se�or admite, "Soy un Dios celoso." Y amenaza castigos severos para los que adoran dioses falsos.

Como entender los celos divinos? Pues, comenzamos con los celos humanos. Algo de celos puede estar bien. Espero que nadie aqui es como el hombre hipocodriaco que fue al medico y le dijo, "Doctor, estoy preocupado. Mi senora me traiciono hace una semana y todavia los cuernos no han salido. Seria falta de calcio?" Ese hombre no tiene celos porque solo piensa en si mismo. Debe tener un poco de celos en cuanto a su esposa, sus hijos, su trabajo y su propiedad.

Pero los celos humanos rapido pueden causar problemas. Nadie posee otra persona o cosa en un sentido total. Los celos pueden arruinar. Por ejemplo, como pastor debo tener algo de celos en cuanto a mis feligreses. Pero que terrible si empiezo a pensar que soy el unico que puede responder a sus necesidades!

Eso sucedio con Saul. Era el primer rey de Israel y - hasta un punto - un buen rey. Vino un joven llamado David que era un guerrero mejo. Un dia Saul escucho a las mujeres de Israel cantando:

"Mil hombres mato Saul
y diez mil mato David. (1Sam 18:7)

En vez de estar contento por tener un soldado fuerte a su lado, Saul tenia celos. Querria destruir a David - pero al final se destruyo a si mismo. Shakespeare dijo: "Cuidado con los celos! es el monstruo de ojos verdes que se burla de la carne de la que se alimenta."

Los celos humanos pueden ser horribles. Nadie puede decir "mi esposa, mis ni�os, mi parroquia, mi trabajo, mi carro," en un sentido absoluto. Si pensamos por un momento, vemos que insensato es. Tu y yo hemos sido echados en un mundo caotico - mas temprano que pensamos, alguna enfermedad o acidente nos quitara. Al comienzo de la Cuaresmo, recibimos la ceniza. Nos recuerda de la materia que nos compone - y que facil es descomponernos. Que sonso pensar que otra persona o cosa me pertenece a mi en un sentido final! No, son regalos, encargados a nuestro cuidado por un tiempo. Pertenecen al que nos hizo. Tu y yo - en nuestros momentos mejores - reconocemos que somos co-responsables de los dones de Dios.

Por otro lado, Dios nos posee en un sentido absoluto. Los creo - y a nosotros - de la nada. Cuando Dios dice que es "celoso," no implica desorden. Diferente que los celos humanos que destruyen, los celos de Dios ponen las cosas en orden. Lo pertenecemos a el - y no tendremos ninguna felicidad a parte de el.

Hoy escuchamos de los celos devoradores de Jesus. Para quitar barreras entre Dios y su pueblo, volca mesas, tira monedas y corre al ganado. Esta dispuesto provocar caos - para llamarnos la atencion. Al ver tal celos, se hace preguntar: Por nuestras almas, hasta que extremos ira? En pocas semanas, descubriremos.

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Intercesiones Generales para el Segundo Domingo de Cuaresma, Ciclo B (de Sacerdotes Para la Vida)

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De los Archivos:

Tercer Domingo de Cuaresma, A�o B, 2006: Enfocar Tu C�lera
2003: Responsables por su Propia Defunci�n

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