La Clave a la Familia

(Homilía para la Sagrada Familia, Año C)

La Fiesta de la Sagrada Familia me hace recordar una conversación con una señorita joven. Era una profesional medica lista para comenzar su servicio a los pobres en el Perú. “Me gusta mucho estar aquí,” me dijo, “pero acabo de darme cuenta de lo que realmente quiero hacer.”

Muy sorprendido, le pregunté, “¿Qué cosa?”

“Padre,” me dijo, “¡lo que quiero hacer es casarme y tener bebitos!”

A pesar de estar un poco triste (la necesidad para enfermeras era grande), querría apoyarle. Le pregunté, “¿Has conocido a alguien?”

“No,” me dijo, “Y no hay nadie en el horizonte.”

“Pues,” le dije, “Rezaré que Dios te envíe el hombre correcto – alguien que te ama profundamente, pero algo aun más importante.”

“¿Que cosa?” Me preguntó.

“Que aun más que te ama a ti, amará a Dios.”

Ella pensó un momento y respondió, “sí.” Cuando regreso a los Estados Unidos encontró con un hombre excelente. Se casaron y tienen tres hijos lindos.

Las lecturas de hoy nos cuentan sobre personas que deseaban familia – pero que pusieron a Dios en primer lugar. Elcaná y Ana rezaron a Dios por muchos años para que Él le diera un hijo. Cuando Ana finalmente dio a luz en su edad avanzada, se puede imaginar que iba a agarrarlo duro, nunca dejarlo de su vista. Pero no era así. Después de despecharlo (es decir, cuando tenía tres años) lo llevó al templo y lo entregó al sacerdote Elí. Sabía que Dios lo había destinado a ser ofrecido al Señor. Sus palabras son poderosas:

”Este es el niño que yo le pedía al Señor y que él me ha concedido. Por eso, ahora yo se lo ofrezco al Señor, para que le quede consagrado de por vida.”

La Biblia luego dice que los papás adoraron al Señor (I Sam 1:28).

La Virgen Maria también sabía que tenía que entregar su hijo totalmente a Dios. No era fácil. No podía saber de antemano que significaría el sacrificio. Hoy la vemos experimentando tres días de angustia – una anticipación de lo que iba a experimentar cuando su hijo fue crucificado. Ella y San José buscaba al muchacho y finalmente lo encontraron en el Casa de su Padre (Lk 2:50).

Entonces Jesús dio un ejemplo a todo niño por ser “sujeto a su autoridad” (v.51). Por su parte Maria “conservaba en su Corazón todas aquellas cosas. Como ella, no estamos llamados a agarrar la voluntad de Dios, sino contemplarla en el corazón – y al final rendirnos ante ella.

Eso es la clave a la familia.

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English Version

De los Archivos:

Domingo de la Sagrada Familia 2008: La Dignidad del Matrimonio
2007: Honrar a Tu Padre y Madre
2004: La Familia Más Diversa
2003: La Clave a la Familia
2002: Santos Ancianos
2001: La Sagrada Familia en Egipto

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