Luchando por Nuestra Tradición

(Homilía para Año Nuevo 2003)

Como diacono ordenado, San Francisco de Asís poseía el poder de bendecir a personas y cosas. Utilizó la siguiente bendición:

El Señor te bendiga y te proteja,
Haga resplandecer su rostro sobre ti te conceda su favor.
Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz.

A veces se llama la Bendición de San Francisco, pero los que escucharon durante la Liturgia de la Palabra, reconocen que lo tomó del Libro de Números. Dios mandó a Moisés que la entregara a su hermano Aarón, quien lo dio a sus hijos. Así, las generaciones siguientes, incluyendo a San Francisco en el siglo doce, nos han traído a nosotros.

La palabra latín para “entregar” es traditio de la cual derivamos nuestra palabra “tradición.” Significa entregar algo de valor a otra persona. El Año Nuevo es buen momento para considerar el significado de entregar lo que hemos recibido.

El Evangelio muestra a Jesús sumergido en la tradición sagrada. Una semana después de nacer, José lo llevó al sacerdote para ser circuncidado y nombrado. El rito de circuncisión era el signo de la alianza con Abraham dos mil años antes de Cristo. Desde su circuncisión hasta su comida final con sus discípulos, Jesús siguió las tradiciones de su pueblo.

Porque reverenció la tradición, reconoció que no se puede transmitirla por solamente repetir formulas y gestos. No, cada generación – y cada persona – tiene que hacer el trabajo difícil de apropiar su intención. No importa que dramático el evento original, podemos perder su significado. Cuando lo sucede, tenemos que volver a la fuente.

Permítanme un ejemplo. Recién una mamá me dijo que su hijo joven llevaba un polo con las palabras “Bad Religion” (Religión Mala). Atrás había un circulo envolviendo una cruz con una barra diagonal sobre ella. Como su hijo había asistido educación religiosa y recibió la confirmación, ella estaba triste por su decisión de llevar tal polo. Le dijo, “Mira, si no fuera por esa cruz, yo no estaría aquí hoy. Ella me guió por tiempos horribles.”

La cruz, desgraciadamente, ha sido disminuida en nuestra cultura. Pocas personas llevaría una media luna con una barra diagonal sobre ella. Saben que es un símbolo valioso para millones y que muchos de ellos lucharían por ella.

Tengo que admitir que había perdido un poco el sentido de lo que la cruz significaba originalmente. Un libro de historia me despertó. Leí como Julio Cesar fue secuestrado por piratas. Cuando finalmente fue liberado, cazó los secuestradores. Al capturarlos, los crucificó. Sin embargo, como Cesar los conoció personalmente, tuvo piedad. Para terminar su agonía, ordenó a sus soldados que les cortaran sus gargantas. El horror de la muerte de aquellos hombres me causó no continuar el libro por un rato. Y reflexioné que Jesús había enfrentado la misma muerte dolorosa y humillante. Jamás pensé igual sobre la cruz.

Hemos recibido símbolos y misterios, pero si no reflexionamos constantemente sobre su significado, rápido lo perdimos. Es por eso que el ejemplo de la Virgen es tan importante. “María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón.” (Lc 2:19)

Sabemos que los musulmanes lucharían y morirían por su tradición sagrada. ¿Y nosotros? Sin abrazar fanatismo o violencia, tenemos que reflexionar sobre lo que hemos recibido de Jesús. En su persona, tiene toda la grandeza de Moisés, los profetas y los sabios israelitas. Santos como Agustín, Francisco y Edith Stein han apropiado de esa tradición y la vivieron en su tiempo. ¿Tu y yo responderemos al desafió?

Al comenzar el Año Nuevo, pido su bendición sobre Uds. para renovarlos para responder a ese gran reto.

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English Version

De los Archivos:

Año Nuevo, Madre de Dios 2009: Tres Lecciones para el Año Nuevo
2006: El Señor Te Bendiga
2005: No Bloquear Su Camino
2004: Adolescentes - Signos de Esperanza
2003: Luchando por Nuestra Tradición

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