Enfrentando la Culpabilidad

(Homilía Para Miércoles de Ceniza)

Como vemos en las lecturas de hoy, el primer paso de la Cuaresma es enfrentar la culpabilidad personal. El profeta Joel nos exhorta volver al Señor con ayunos, con lágrimas y llantos (2:12) El salmista expresa esta súplica a Dios:

Lávame bien de todos mis delitos
y purifícame de mis pecados. (51:4)

Para animarnos a las tres prácticas penitenciales (limosna, ayuno y oración), Jesús nos dice que no enfoquemos en lo que otros piensan. Al final de las cuentas, solamente la opinión de Dios nos importa. Contra él solo hemos pecado. (51:6) A pesar de desear el entendimiento y aceptación de otros, sabemos que no sería suficiente.

La Biblia presume que venimos a Dios con un cargo de culpabilidad, como un hombre condenado yendo a la horca. Para algunos esto parece extremo. ¿Que he hecho yo que es tan mal? Además, ¿no es la culpa una emoción negativa de la cual debemos liberarnos para tener una vida feliz y productiva?

Sí y no. Antes de decir algo sobre la culpa falsa, déjenme mencionar dos hombres que se liberaron del sentido de culpabilidad – pero con resultados extremamente feos. Al final de su vida, Adolph Hitler había pasado años echando la culpa a otros. En su testamento final escribió: “Los que tienen la culpa de esta lucha asesina” no eran la gente aleman ni él mismo, sino “los judios internacionales.” En forma semejante, Timothy McVeigh miró por la cámara video a los papás, esposos e hijos de las 168 personas que él mató y no mostró ni la mínima indicación de remordimiento.

Libertad del sentido de culpa no es siempre lo mejor para una persona humana. Y la presencia de remordimiento no necesariamente paraliza. Al contrario, puede motivar para la acción. Para no ser acusado de promover lo que llaman la “culpabilidad católica” daré un ejemplo secular. El profesor Peter Singer (declarado el filósofo moderno con la mayor influencia) contribuye la quinta parte de sus ingresos a organizaciones que dan comida a los hambrientos. Admite que puede dar más, que hay algunos niños muriendo porque no da más. Mientras su filosofía no es cristiana (cree que la existencia humana es un accidente sin significado) al mismo tiempo sus escrúpulos lo motivan a dar a un nivel mayor que muchos cristianos.

Peter Singer también ejemplifica la culpabilidad falsa. Sigue la filosofía de Jeremy Bentham que dice que cada uno vale igual – y por eso nuestros deberes a desconocidos son iguales a los miembros familiares. Sin embargo, cuando su mamá moría de Alzheimer’s, él gastó miles de dólares para darle el mejor cuidado. Más tarde, se puso defensivo porque el gasto fue en contra de su filosofía. En otras palabras su filosofía le dio remordimiento en gastar algo extra para su propia mamá. Es un punto de vista muy empobrecido que causa tal sentido de culpabilidad falsa.

Lejos de borrar culpabilidad, la filosofía de Singer es una fórmula para culpabilidad implacable. Por otro lado, Jesús – mientras insiste en contabilidad para nuestras decisiones – nos ofrece una esperanza genuina. Por nosotros “se hizo pecado, para que, unidos a él, recibamos la salvación. Hoy él nos da la dignidad de participar en nuestra propia expiación por el ayuno, oración y limosna. Hermanos, bienvenidos a la cuaresma.

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Versión Inglés

De los Archivos (Homilias para Miercoles de Ceniza):

No Desperdiciar la Crisis (2009)
Cuando Des Limosna
Volver a las Básicas
Enfrentando la Culpabilidad

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