Escogido Portentosamente

(Homilia - Natividad de San Juan Bautista)

Tema básico: La manera maravillosa de ser formado en el seno materno sugiere que Dios ha bosquejado un destino para cada uno de nosotros. Vemos esas dos dimensiones en el Nacimiento de Juan el Bautista.

Hoy celebramos el Nacimiento de San Juan Bautista. Es una fiesta tan importante que reemplaza las lecturas y oraciones de domingo ordinario. En las lecturas podemos ver dos dimensiones: una natural y la otra sobrenatural.

El Salmo 139 expresa la dimensión natural del nacimiento humano: "Tu has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno." Al principio del tercer milenio tenemos unas ventajes en apreciar aquel versículos. Todos hemos visto las fotas bellas - y aun videos - de niños no-nacidos. Y todos hemos escuchado del proyecto del genoma humano: Como equipos de cientificos trabajaron por años haciendo un mapa del paquete de información que tenemos desde el primer momento de nuestra existencia. El genoma humano, nos dicen, contiene más información que la Enciclopedia Británica. Mucho más: El genoma es como una concatenación de letras - tan larga para llenar trece juegos de la Enciclopedia Británica. Shakespeare dijo, "¡Que obra maravillosa es el hombre!" O como el Salmo dice: Nos has escogido portentosamente.

La dimensión natural de la existencia humana es maravillosa, portentosa. Pero hay algo más. Isaías dice que Dios nos ha llamado desde el nacimiento, pronunciando nuestro nombre desde el seno materno. Saber el nombre implica relación y propósito. Lo vemos en el Evangelio. En el octavo día, el día de la circuncisión, le preguntaron a Zacarías que nombre le daría a su hijo. Les sorprendió al escribir, "Juan." El nombre significa, "La Gracia de Dios." Habla de su destino: preparar el camino del Mesías por la proclamación de un bautismo de arrepentimiento.

Desde luego, no tenemos un destino tan elevado. No obstante, Dios pronunció nuestro nombre antes de nacer - y ha bosquejado un plan para cada uno. Como Juan debemos abrazar nuestro destino. Para Juan no era nada facil: el sufrió deprivación, trabajo duro, encarcelación y la muerte de un martir. Tu y yo hemos sufrido menos - y quizás hemos resistido nuestra suerte. Si eso es el caso, entonces necesitamos oir la invitación al arrepentimiento. No es tarde. Todavía podemos recibir la gracia de Dios.

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English Version

De los Archivos: La Gracia de Dios (Natividad de San Juan Bautista 2001)

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