El título de la Fiesta de hoy es: El Octavo de Navidad - La Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Ocho días después de nacer el niño judío recibió su nombre y, desde el tiempo de Abraham, el rito de circunción. (Lc 2:21) Por eso, la festividad también se llama La Circuncisión o el Santo Nombre de Jesús.

Esta misa tiene muchos temas evocativos, pero el Santo Padre ha anunciado algo que sobresale por su urgencia. Ha escrito un mensaje fuerte para La Jornada Mundial de la Paz: NO HAY PAZ SIN JUSTICIA NO HAY JUSTICIA SIN PERDÓN. Da un testimonio personal sobre sus días como seminarista durante la ocupación Nazi y más tarde como sacerdote y obispo en el tiempo de la opresión soviético. Más que casi cualquier persona él es testigo del mal profundo del siglo viente.

Cuando nos llama a perdonar, no lo hace como la persona superficial que habla de la "bondad fundamental de todo ser humano." El papa sabe que el mal existe, lo que señala como el mysterium iniquitatis – y que hombres malos cometen hechos malos. Refiere especificamente al "crimen de terrible gravedad" del 11 de setiembre. Sin embargo, no invita a perdonar no solamente como individuos, sino como naciones.

No es la primera vez que el Santo Padre ha hecho un llamado tan atrevido. Como un obispo joven, participó en escribir una carta pastoral bien notable. Dirigida a los obispos alemanes, ofreció perdón de católicos polacos al pueblo alemán por los crímenes de guerra. Y pidieron perdón por las ofensas que los polacos cometieron contra los alemanes. Muchos polacos estaban furiosos. ¿Como puedo perdonar a los que torturaron y mataron a mi papá, mi hermana, mi vecino? ¿Y que he hecho yo para pedir perdón a ellos? A pesar de la reacción amarga de algunos, el gesto pastoral hizo mucho para traer sanación entre los dos pueblos.

El papa hace una llamada semejante para los paises actuales. A pesar de decir "creemos en el perdón de los pecados" es difícil para nosotros realmente perdonar. Para algunos, perdonar es fingir que nada sucedió. "Está bien. No es nada." El papa indica que el primer paso es identificar el mal y hacer todo lo que podemos para resistirlo. Solo si creemos que los hombres pueden escoger libremente entre el bien y el mal, el perdón tiene significado.

Perdonar no igual a disculpar. Mientras siempre debemos entender las circunstancias (por ejemplo, la otra persona estaba cansada, distraida, fisicamente mal, etc.) el perdón verdadero sucede solamente entre seres humanos que reconocen decisiones libres y deliberadas. Perros me han mordido en tres ocasiones, pero lo mejor que puedo hacer es entenderlos, no perdonarlos porque sé que siguían a su "programación," no más. No me sentí igual en cuanto a sus dueños. A ellos tenía que perdonar. En un caso, solo lo hice cuando el el dueño me ofreció a comprar un nuevo pantalón.

Mientras el perdón comienza por reconocer que ofensas verdaderas existen, no termina allá. Algunos imaginan que han perdonado porque dicen, "Está bien." No obstante, la próxima vez que hay una discusión, la echan en la cara. Perdón no es como poner dinero en el banco para uso futuro, sino borrar las cuentas. Las palabras originales del Padre Nuestro dicen, "perdona nuestra deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores." No necesariamente significa "olvidar" (a veces es imposible humanamente) sino jamás usar la ofensa contra el otro en el futuro. Como dice el Santo Padre, para nosotros los hombres no hay paz sin justicia, pero justicia verdadera es posible solamente con el perdón.

Después de la misa esta noche rezaremos el Rosario por la Paz - las quince decadas. Comenzando a medianoche, es una forma maravillosa de empezar el Año Nuevo. Al rezar por la paz en el año 2002, pedimos que el Señor nos ayude a construir relaciones justas entre los hombres. La paz con justicia será posible solo si, como individuos y paises, podemos aprender a perdonar.

************