En el evangelio de hoy unos hombres llamados magos visitan a Jesús. Como miraban el cielo para signos y seguían una estrella, a veces se llaman astólogos.

La idea que las estellas y planetas influyen eventos terrestres era muy común en el mundo antiguo. Aún en nuestro mundo científico, la creencia perdura. Según varias encuestas, uno de cada tres americanos "creen" en la astrología. Algunos de los creyentes están aquí en el templo de Sagrada Familia esta mañana. No les voy a hacer levantar las manos, pero quisiera dirigir una palabra a Uds.

Si crees en la astrología, no estás en la compañia peor. Filósofos antiguos como Aristóteles la tomaron en serio. El gran poeta Dante la incluyía como parte de su síntesis cristiano. Y recién, un presidente de los Estados Unidos consultaba a una astróloga, pero dice que no hizo decisiones nacionales usando el horóscopo.

Voy a hacer una confesión pública. En un momento desesperado de mi juventud, leí los horóscopos, esperando saber el futuro de una cierta muchacha. Encontré las señales alentadores que buscaba, pero habría usado mejor mi tiempo tratando de hablar directamente con ella. Sin embargo, tengo simpatía para las personas que consultan a horóscopos, síquicos, etc.

Mientras es facíl despreciar estas prácticas (San Agustín tiene una sección larga en La Ciudad de Dios burlandose de ellas) no lo voy a hacer. Quisiera ofrecerles algo mejor. Un pero agarrará a un hueso y hará un gruñido si alguien trata de quitarselo. Pero si uno le ofrece un pedazo de carne, rápido dejará el hueso. Esta mañana quiero poner algo realmente nutritivo ante Uds.

Cuando los magos encontraron a él que buscaban, lo adoraron. A sus pies pusieron los tesoros de oro, incienso y mirra. (Lc 2:11) Unos estudiosos dicen que son los elementos usados en divinaciones. Después de hallar la Plenitud, no los necesitaban. Dios los guió en una forma más directa. (v.12)

Yo sé que algunos de Uds. acaban de comprar su horóscopo por 2002. Les invito ponerlo a los pies de Jesús. No lo necesitas. El te guiará. El mismo es tu futuro.

En el pasado has tratado de abrazar a Cristo y la astrología. Jesús no te condena, pero ahora te pide hacer una decisión entre él y tu horóscopo. Los dos no pueden ir juntos. Jesús lo aclara en el Catecismo:

"Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone 'desvelan' el porvenir. La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a 'mediums' encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios." (#2116)

Si has caido en uno de estas prácticas, no te desesperes. Como los reyes magos, dar culto a Jesús - y solo a el. El mismo será la estrella para guiar tu vida.

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