Como caída del Cielo
Con mi mente adaptándose a una nueva forma
de plantear mi vida, y ya que yo andaba por Brasil, y se venía a
la Argentina una chica brasileña muy especial para mí, empecé
a pensar en ella y en las piedras de su país, con lo cual tuve idea
de llevarle un sobre con información cuando viniera.
Va transcurriendo la primavera. Hace poco que puse
mi atención en ella. En anteriores años, me venía
siendo indiferente. No tengo ídolos, no se me mueve un pelo si estoy
frente a un personaje famoso, porque en estos años he aprendido
a verlos como personas iguales a mí, y a verme como igual a cualquiera,
tal como lo he leído hace tiempo: "no eres más que una planta
ni menos que nadie". Pero algo me pasa con ella; algo que no me pasa con
ningún famoso, y no sé si será por su fama, o si hay
algo que está más allá. Soy un potencial fan de ella,
cosa que deberé evitar, conforme a mis principios por los cuales
no hay que seguir a nadie, ni permitir que a uno lo sigan. Siento algo
por ella, me resulta simpática y agradable. La gente se ríe
cuando, hablando de esta chica, digo que la amo. Es que parece de esos
amores que quedan en el que ama, y no llegan a la
persona amada, y que si acaso llegaran, no la conmoverían lo más
mínimo. Por lo tanto, la gente tiene derecho a reírse de
mi "tonto enamoramiento". Más aún, considerando que de alguna
manera, todo enamoramiento es tonto.
Termina el 90, y es mes de diciembre, día
20, en Buenos Aires. Hace una semana compré Ami, el niño
de las estrellas, y ahora estoy esperando a una estrella de los niños.
Encontraré, tiempo después, la relación entre ambas
cosas. Promedia la tarde, y estoy en el Teatro Broadway. Ella está
por llegar. Será su primer show en la Argentina. Yo no sabía
que el show era hoy, y justo paso por la esquina en la hora de la función,
y veo su nombre en un cartel. Veo una cola de gente y creo que están
para comprar entrada. Pero están entrando. Las entradas eran gratis
y ya se habían repartido en Telefé, agotándose hace
días. Alguien que me ve preguntando por entradas, me
ofrece venderme una entrada, y... ya estoy adentro. Menos mal que el tipo
estaba justo al lado mío para escucharme, y no unos metros más
lejos, o me quedaba afuera.
Lo veo a Jorge Rial, el novato integrante del equipo
de Lucho Avilés. No veo otras caras conocidas; la conferencia de
prensa en el Sheraton los debe haber tenido a todos allá. Menos
mal que cuando ya iba para allá, me arrepentí, pensé
que me quedaba afuera, y me volví. Si no, no habría pasado
por acá de "casualidad", y ni me enteraba de que esto era justo
hoy y ahora. Nos mandan a todos a la sala para despejar el hall,
pero me busco un pretexto y me quedo; me compro un jugo en el quiosquito
y hago tiempo hasta que ella aparezca. Me quedo en un costado tomando el
jugo, esperando el momento. Ella está por entrar. Atraviesa una
multitud agolpada en la calle, e ingresa al teatro. Ya todos esperan en
las butacas, así que soy uno de los poquitos que esperamos en el
hall; algunos fotógrafos, gente de la casa, y un par de curiosos
como yo. La princesa pasa frente a mí, radiantes sus cabellos dorados
y celestial su blanco vestuario que, con una minifalda y sus características
botas, la asemeja a una muñeca de un metro noventa, tacos incluídos.
Mudo de admiración, y de respeto, me guardo las ganas de gritarle
mi adoración. Al cielo se le debe haber caído un pedazo a
la Tierra; un pedazo que allá debería ser un ángel,
y que al venir acá tomó un cuerpo de ángel, y hasta
se viste de manera angelical.
Entro en la sala. No hay lugar adelante de todo.
Empiezo a buscar alguna ubicación en otro sector. Termino en uno
de los palcos allá arriba y a un costado del escenario, junto a
un reflector. Para lo que hubiera querido, pésima ubicación;
para mis posibilidades como están dadas, mejor lugar, imposible.
Estoy de pie, solo, y la luz me hace visible. Ella aparece en el escenario,
mira hacia mi rincón escondido, desde tanto y tan poco como unos
diez metros de distancia, y me sonríe saludándome con la
mano en alto. La saludo con mis dos puños en alto agitándose
en señal de alegría. No me explico por qué justo a
mí. También a la nena que está al lado mío,
y a alguno que otro privilegiado. Comienza el show.
Algo mágico
Ella baila, canta, divierte, pero también
enseña: pasar "energía" con la mano arriba (Chindolelé),
la importancia de los sueños (Luna de Cristal), la magia
de los colores (Arco Iris)...¿Qué significa todo esto?
¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Adónde
conduce todo esto? Realmente estoy sorprendido, estoy shockeado con lo
que acabo de descubrir, con este mensaje espiritual que transmite esta
chica. Yo creía que esto era nada más que un divertimento
infantojuvenil; yo no había escuchado más que Ilarié
y alguna otra cosa, y ahora descubro un repertorio que me sugiere propósitos
más trascendentes. Estoy sintiendo y presintiendo la razón
de por qué me encuentro en este lugar. Estoy sintiendo una
magia que empieza a transformarme. No podía ser un simple enamoramiento
televisivo; presiento que he sido traído aquí para iniciar
algo, y ya empiezo a ver de qué se trata. Y para que eso se cumpla,
piensen lo que piensen y me digan lo que me digan los demás, acá
no estoy frente a un personaje al cual crean que yo no llegaré jamás:
estoy frente a una persona a la que puedo mirar a los ojos, que me puede
mirar a los ojos, ¡que me ha mirado a los ojos!... Que me ha sonreído,
que le he sonreído; que podría tocar, que podría escucharme...
El final está cerca. Ella dice sus palabras
de cierre. Tres días después, por Telefé, todos
verán este show que está siendo grabado. Todos la verán
decir esas palabras finales. Verán que la vista de ella, por unos
instantes, reposa en algo mientras habla. Como sucede comúnmente
ante un público, cuando entre cientos de espectadores, la vista
del que habla se queda instalada en uno solo. Nadie podrá saber
que ése al cual miraba, era yo.
Ofrenda de amor
Termina el show. No me apuro en salir. Arriba, en
los palcos, pocos quedan. Una animadora televisiva argentina, que tiene
un programa infantil y que está muy de moda, se encuentra del otro
lado del teatro, en un palco lateral a la altura del que ocupé.
No es Flavia Palmiero, sino Alejandra Gavilanes. Hacía días
nada más, que le había mandado una carta. Nos habíamos
conocido hacía años, cuando era maestra jardinera; una hermosura.
Voy directo hacia ella y...la manija de mi portafolios se sale.
Mientras acomodo el maletín en una butaca, ella y yo nos miramos
desde lejos en la penumbra; imposible que me reconociera. Tomo el inconveniente
como una señal, así que si algo está sucediendo o
por suceder, mejor que me apure y deje el arreglo de la manija para otro
momento. Ella baja por la escalera de su sector, yo por la del mío,
y abajo, de inmediato, las dos animadoras infantiles se ven rodeadas de
gente. Menos mal que no me entretuve allá arriba, o me perdía
a la que vine a ver.
No imaginé que saldría tan rápido;
ni siquiera se cambió: está con la ropa blanca con que cerró
la función. La rodea su seguridad personal, que saldrá a
los empujones, y si me trato de acercar demasiado, seré uno de los
empujados. Y si me trato de acercar sólo un poco, me empujarán
los que quieran acercarse más, y que no son precisamente niñitos.
Quiero acercarme y busco la forma más adecuada. Entonces me sumo
al cordón; con mi voz pidiendo paso y con mi portafolios bajo el
brazo (lo cual me ayuda a hacer creer que pertenezco al grupo) unos se
van abriendo a mi paso, y a los que no, los voy desplazando con el maletín
y con todo el peso del cuerpo, mas el del cordón. He quedado justo
en el centro y adelante de todo. Soy el ariete del vallado humano protector
que le abre paso empujando gente, forcejeando entre la multitud. Por fin,
sube al ómnibus que la llevará. He quedado bien ubicado junto
al transporte. Se asoma por una ventanilla, desparrama al vuelo fotos suyas,
y entrega en mano otras. Mi mano es una de esas privilegiadas. Desde ese
día, hasta más allá del día en que, siete años
después, escribiré esta historia, esa foto habrá de
permanecer a la vista en un estante junto con otros recuerdos importantes.
Entre los gritos de tantos, consigo que fije su
mirada en mí. Le grito la declaración de amor, la ofrenda
amorosa, la única y mejor que en un momento así se podría.
Halagada, ella me sonríe con simpatía. No sin sorpresa: esto
no es común todavía en la Argentina. Los apasionados seguidores
serán muchísimos en un tiempo más, pero ella está
frente a un apasionado de casi treinta años, no un chico. El mismo
que por un tiempo seguirá siendo visto como un tonto, como el único
tonto conocido que le comenta a todos que a ella la ama. Hasta que aparecerán
todos los apasionados; y se verá que muchos de los que creían
tonto un amor así, también terminarán enamorados de
ella. Pero, por ahora, soy uno de los pocos de mi edad, y en este momento
hay más cholulos que apasionados en este lugar; esa diferencia se
nota, y en mí ella la pudo notar: en la frase pronunciada, en la
expresión, en la mirada. Ha sido una bonita sonrisa la que me mostró
como comprendiendo esto. Entre cholulos, adolescentes y niños, ha
visto y oído a un treintañero diciéndole a ella
que la ama, y de un modo que no era de pasar como cosa ligera.
Lo que tanto hubiera deseado y que parecía
un sueño realizable, pero distante, estaba cumplido: que un sentimiento
así no quedara guardado, sino que la persona amada lo supiera, lo
recibiera. Aunque estas cosas no sirvan para nada. Aunque de ahí
en más no pasara nada. Aunque uno más entre millones no significara
nada. Porque no significará nada en una visión panorámica,
pero en un segmento de tiempo, de breves segundos en un mísero fragmento
de tiempo, estas pequeñeces son vivencias enormes, valiosísimas.
Decenas de manos se estiran para tocar la suya.
Ella toma una por una. Hasta que, incomprensiblemente, ya nadie busca tocarla.
Ya no hay tanta gente. Se diría que la han dejado sola por un momento.
Por lo menos, en el sentido de esa compañía que se ofrece
cuando no se quiere dejar la mano de alguien sin ser tomada. El muchacho
de la declaración amorosa se aproxima entonces. La toma de la mano
y no la suelta. En una clara intención de significar aquello. Así
permanecemos durante unos momentos que no son tan breves. Hasta me da la
sensación de que esta momentánea pausa en el asedio de la
gente, ha sido una milagrosa providencia para permitir mi privilegiado
acercamiento. Ella no me mira mientras tanto, ni nos decimos nada; no hace
falta: no hay nada que decir más importante de lo que ya me ha escuchado
decirle, y no hay nada que mirar en mis ojos que no sea lo que es de suponerse.
Mientras su mirada recorre otras miradas, su mano reposa calmamente en
la mía. No habrá registro fotográfico para perpetuar
este instante.
El segmento de tiempo casi irreal, providencial,
parece haber transcurrido: vuelven las manos a buscar a la de ella, que
va retirando delicadísimamente, suavemente su mano de la mía,
para seguir repartiendo saludos.
El vehículo que la llevará, arranca.
Se va desprendiendo lentamente de la muchedumbre. Ella sigue asomada, saluda
a los últimos que van quedando a su paso, dispersos. Las últimas
palabras que escucha son: "Volte pronto...boa viagem". Ella contesta: "Obrigado",
a aquel que, cuando todos han quedado atrás, sigue acompañándola
hasta los últimos metros. Porque es alguien de esos que entienden
que estas compañías hay que ofrecerlas hasta los últimos
metros. Así lo harán tiempo después centenas de seguidores
que entenderán lo mismo. Pero, por ahora, solamente yo he ido unos
metros más allá, que los últimos dispersos de la muchedumbre.
Y me quedo parado ahí saludándola con la mano, viéndola
mirarme al alejarse; viéndome ella mirarla mientras se aleja.
De una misión a otra
Esta nueva toma de posición, me hacía
sospechar que la razón de haber sido mandado a este planeta a ocupar
este cuerpo, no era la que me venía impulsando en sentido contrario.
En primera instancia, se me había enviado a participar de una misión
ajena al problema de la Tierra, junto con seres que cumplían aquí
objetivos cósmicamente a mayor escala. Había una verdadera
guerra universal, y no meramente galáctica, y aquí en la
Tierra había una lucha de cabezas de Fuerzas opuestas, que
vinieron a dar a este escenario, como el Graf Spee vino a dar al Río
de la Plata, en un combate fuera de contexto. Y yo fui sacado de mi
contexto de responsabilidades cósmicas para con este planeta,
para ser puesto en ese combate entre generales. Yo, un soldadito galáctico
en medio de tamaña lucha de fuerzas inconmensurables.
Luego de esas instancias iniciales, mi alejamiento
de tal misión empezó a parecerme ya previsto (y hasta inducido)
por los mismos mandos que determinaron mi envío a la Tierra a ocupar
este cuerpo. Si se me hubiera enviado para mantenerme en la misión,
¿qué estaba haciendo en sentido centrífugo? Por momentos
me sentía un traidor, y por momentos un engañado o un utilizado
que se estaba rebelando. El fondo de la cuestión era que este
mundo tenía que ser destruido por los altos mandos del Universo,
y yo no tenía ninguna obligación de ayudar a evitarlo: lo
mal hecho, debe ser deshecho; ése era el mandato. Razones había,
pero en mi rebelión, empezaba a adherir a un mandato galáctico:
lo mal hecho, debe ser reciclado. Por lo tanto, mientras la destrucción
del mundo como prevención de males mayores en expansión,
se evitara, yo me integraría a las fuerzas galácticas
de restauración de la armonía planetaria. Es decir, la Confederación.
Ésa cuyos comandantes, eran tan soldaditos como yo en comparación
con las jerarquías universales a cuyas órdenes me encontraba.
Y yo sabía bien que estaba retirándome de algo grandioso,
para abocarme a pequeñeces de un insignificante rincón de
una galaxia perdida en la noche del espacio.
Quizá éste fue mi más correcto
proceder, pues haber estado por accidente ante lo que tuve el privilegio
de estar, no suponía que yo estuviera para tan grandes asuntos.
Conflicto de ideas
Sin embargo, se nos había dicho que
el sólo hecho de haber accedido a tales revelaciones, ya nos hacía
diferentes de cualquier ser de niveles galácticos. Porque lo que
vivimos, lo que supimos por estar en medio de tal experiencia ajena a todo
lo de aquí, no llega a ser aprendido en las etapas de evolución
galáctica. La transmisión efectuada al grupo que yo integraba,
por parte de seres que no eran de esta galaxia, ni de ninguna otra, sino
de más allá de lo físico...revelaba cosas ajenas no
sólo a las galaxias, sino al Universo...pues hay otros Universos
más allá de éste. Ningún ser galáctico
podía saber sobre esos planos, por no poder alcanzarlos. Cuando
un conocimiento al que no se puede, entonces, acceder, desciende a niveles
como el nuestro, produce transformaciones allí donde se reciba.
Produce un estado de conciencia por el cual el receptor verá todo
distinto, podrá actuar distinto, por más baja que sea su
evolución galáctica, mientras que el resto seguirá
viendo y haciendo todo igual, por más alto que sea su grado galáctico
de evolución. Por eso no temo desafiar a ningún comandante
galáctico que me quiera venir a enseñar lo que cree saber
que es el Universo y cómo debe ser la vida en él. Por eso
mi adhesión al plan galáctico de ayuda al planeta, es
condicional: colaboro con que este mundo se arregle, pero no con enseñarle
a la humanidad que haya sido creado para una normal evolución, cuando
para la evolución verdadera mundos así son una aberración.
Sin embargo, mi mente se contaminaría a tal
punto de conceptos galácticos de la Confederación, que por
un tiempito yo llegaría a formular la conjetura de que todo fuera
al revés de lo que yo pensaba, y que realmente Dios había
sido quien hizo que todo esto funcionara así, y para fines evolutivos.
Fue como una película virtual que me hice, en la cual me introduje
pasando por toda la trama, hasta llegar al desenlace de que no; yo no había
pensado al revés de la realidad: la realidad que me vendían
la New Age y sus comandos interestelares, era un bonito cuento de hadas.
Pero eso sucedería entre mediados del 91
y dos años después. Luego, mi desactivada misión extragaláctica,
universal, recobraría chispazos de vida, para mucho después
encaminarme a una lucha reivindicatoria de todo aquello que yo mismo
había combatido. Por ahora, estamos en otoño de 1991, y estoy
dentro de un cuento de hadas galáctico, hechizado por un hada milagrosa
que creo venida de no sé dónde, a la Tierra.
Ideas "locas"
Por aquel entonces, alguien me comentó que
una vez la vio llegar o irse en el plato volador de su programa, haciendo
un saludo que le llamó la atención: "es el saludo de un comandante",
me decía sospechando como yo, algo sobre su procedencia espiritual
antes de esta vida. Un parapsicólogo ahora amigo, declaraba en una
revista, que Xuxa es una enviada que vino a preparar a los niños
para la Nueva Era. Y una vidente que por entonces conocí, hablando
del mal estado de las cosas en el mundo, me dijo que, ante eso, Xuxa "es
alguien que han tenido que mandar..."
Me decía una seguidora que el chofer de Xuxa,
Gerardo Roa, comentaba que esta mujer hacía cada cosa, que parecía
de otro planeta. Eso no sería una mera expresión elogiosa,
sino que daba idea de una percepción más profunda. La chica
seguidora había visto, un día, una radiación en una
de las Paquitas, y tenía un amigo que estaba en el tema de los extraterrestres,
al cual me presentó. Así las cosas, las charlas entra ella
y Gerardo habían dado lugar a ciertas consideraciones de ambos sobre
este misterio que sugería la cuestión Xuxa. Ella me lo presentó,
y desde entonces he hablado muchísimo con él, incluso sobre
mi propia experiencia con aquellos seres cósmicos, y sobre mi visión
del tema Xuxa. Porque él pertenecía a la clase de personas
con las que estos temas se podían hablar. Siguió ligado laboralmente
a Xuxa durante todos estos años, tanto que en algún momento
lo llamé "el piloto de la nave que la transporta".
Hoy por hoy, ya al filo del 2000, se habla en algunas
partes sobre su procedencia venusina...(Quien haya leído Servidores
de la Luz, de Rhea Powers, contactada con venusinos, sabrá advertir
cómo el mensaje de Xuxa está en perfecta consonancia con
en mensaje de los seres de Venus).
¿Una directora para la película?
Al mismo tiempo en que esto sucedía en Buenos
Aires, yo estaba ya en Río para la Eco 92. Había viajado
para llevar un mensaje ecológico a las Naciones Unidas, cuyas copias
entregaría también a las ONGs. Ingresé al Forum Global
con alguien muy especial para mí, y que había conocido el
25 de mayo, luego de un primer contacto postal entre ambos: la directora
de la película Super Xuxa contra Bajo Astral, y autora de
la letra de Arco Iris, canción que, hecha para esa película,
quedó imprevistamente como uno de los éxitos de Xuxa incorporados
a su repertorio.
El filme, que yo había visto casi un año
atrás, transmitía enseñanzas muy místicas,
en especial sobre los poderes del cristal de cuarzo, y sobre la lucha entre
el Bien y el Mal. Supe, al conocer a Anna Penido, que mi suposición
sobre el propósito de hacer un filme así, había sido
correcta: que esto fue hecho por gente que está en lo místico;
que buscaron a Xuxa para vehiculizarla como transmisora de enseñanzas
preparatorias para una nueva conciencia en los niños.
Tal había sido mi percepción de ese
filme cuando lo vi en julio del 91, que a partir de ese momento me vi obligado
a acelerar todo el plan que tenía trazado para que Xuxa fuera,
gradualmente, recibiendo ciertas cosas por mí intermedio. Porque
la película me acababa de mostrar que ya alguien se había
encargado de hacerle conocer a Xuxa unas cuántas cosas, y esto
ya había sucedido en 1988 con este filme. Fue entonces cuando,
basándome en cosas que ella evidentemente ya conocía, puse
en acción los cristales; aquello tan destacado en el filme. Resplandeció
así, en uno de sus programas, una piedra de cuarzo de varios quilos
que le regalé.
Y ahora, casi un año después, miércoles
10 de junio, estaba yo en el Forum Global 92 ingresando con el pase que
me prestó la cineasta, con su nombre escrito, en tanto ella llevaba
otro. En todo caso, yo era transexual, o qué sé yo. No nos
miraron los nombres. Conmovedor era ver ecologistas, místicos, religiosos,
artistas, gente de todas las razas y de muchas naciones, reunidas allí
para salvar al planeta. Con Anna fuimos a ver actuar a uno de los artistas;
un músico de California, con quien habíamos cenado momentos
antes, y que me había dicho que tenía contactos telepáticos
con extraterrestres.
Le comenté a Anna la idea de Xuxa de hacer
la película de Ami, y como ella sabía español, le
regalé el libro, en su versión ilustrada en colores, junto
con Ami Regresa y Ami y Perlita. Era mi deseo que ella
dirigiera esa película, lo cual le manifesté, así
como lo haría días después por escrito a Xuxa. Un
deseo basado en su profesionalismo y en su visión mística
de la vida. ¿Cómo definirla?, de cabello rubio muy largo,
ojos...¿verdes o celestes? (qué frecuente duda aun con gente
a la que veo a veces), rondaría los 35 años y, ante un abrazo
suyo, uno sentía como una parte del cielo abriéndose para
recibirlo. Su marido David, co-director del referido filme de Xuxa, era,
como ella, místico. Habían recibido carta mía hacía
un tiempo, y por la respuesta que Anna me envió, fui a conocerla
a la empresa fílmica Dreamvision. Cuando vi a los dos salir a recibirme,
sus miradas parecían verme desde el infinito. Tuve la impresión
de estar frente a dos ángeles. Ella dio indicaciones de no ser interrumpida,
porque estaba con "una persona muy importante" (jamás había
escuchado hablar así de mí, que yo recordara) y había
una razón para eso.
Hacía unos meses, le había mandado
una carta, con una copia de un documento municipal de aquel lugar de Minas
Gerais donde se explota cristal de cuarzo y donde yo diera mis clases en
la escuela, y donde pasara también el video de la película
de Xuxa. Dicho documento fue producto de que propuse y se aprobó
una disposición (diciembre del 91) cuyo texto es el siguiente:
"Art. 3º - Es declarado de interés municipal
el filme "Super Xuxa contra Bajo Astral", por el valioso contenido que
posee sobre la energía del cristal, en un lenguaje comprensible
para la mentalidad de los niños, y que muestra la importancia de
conocer las fuerzas ocultas que regulan la vida y la naturaleza; lo que
es esencial para el propio autoconocimiento y enriquecimiento espiritual,
siendo por su valor educativo, incorporado a la enseñanza escolar".
"Quedé feliz y emocionada" -me respondió
Anna en su carta- "Nunca imaginé que mi filme pudiera inspirar en
alguien una actitud tan concreta, al punto de volverlo ley", decía
sobre aquel artículo de esa ley municipal que, en los dos anteriores,
declaraba de interés municipal a mi actividad cultural con los cristales,
y al estudio y divulgación de sus propiedades energéticas,
sobre todo en el campo de la enseñanza escolar. Una película
como ésa, me facilitaría mucho las cosas con los chicos,
porque pensando en prepararlos mentalmente fue que Anna la concibió.
Y, al final, entre la Eco 92, Xuxa y Ami, estaba con Anna compartiendo
unos momentos para la eterna recordación.
Difusión de Ami y cierta otra gente
Mientras tanto, en Buenos Aires se acercaba la visita
de Enrique Barrios al programa de Xuxa, tal como había sido fijado
antes de mi salida para Río, para el viernes 12. La fecha se fijó
luego de un par de movimientos rápidos. El sábado 30 de mayo
llegó a mi casa una carta de Barrios para Xuxa, fechada el 25 (día
en que conocí a Anna, y en que revista Para Ti aparecía
con una nota a Xuxa, en la que ella hablaba de extraterrestres). A la llegada
de Xuxa, el 4 de junio a la noche le hice entregar la carta. Quien se la
dio, me dijo que Xuxa no podía creerlo: ¡¿Para mí?!,
dijo; ¡el autor de Ami escribiéndome!, pensaría,
con inocultable alegría.
Al día siguiente, viernes 5, a las 17, en
la grabación del programa a emitirse el martes 9, Xuxa leyó
esa carta, invitando a Enrique Barrios a su programa. A la espera de novedades,
estaba yo en inmediaciones del canal, así que alguien que había
estado en la grabación, me dio aviso de lo sucedido; de inmediato
llamé a Juan Vitali, avisándole de la invitación de
Xuxa a Barrios, que el martes podría verse en pantalla, así
que, adelantándonos a esto, Juan iría al otro día
al canal a hablar con la producción, fijándose al viernes
12 a las 17.00 para la visita de Barrios.
Juan Vitali había sido uno de los numerosos
asistentes a reuniones espirituales que eran convocadas en la Plaza Naciones
Unidas. Durante un tiempo, la convocatoria la hacía una organización
fantasma que con Pancho y dos o tres más, integraba yo, bajo la
precaución de no agruparnos para no caer en el sectarismo.
Yo había escrito mi "Decálogo de los no agrupados": 1- No
hay más líder que cada uno, 2- No hay cargos ni funciones
fijas, 3- No hay estatuto ni encuadre jurídico, 4- No hay nombre
ni sede, 5- No hay fin del mundo, 6- No hay un fin claro definido, no hay
verdad segura, no hay doctrina, 7- No hay más que fines inmediatos,
8- No hay pertenencia ni presencia fija, 9- No hay unidad total de
pensamientos, 10- Unir a los sectores divergentes. Ideas que quedaron tras
aquel viaje a Capilla del Monte, y que procedían de mi propia experiencia
de militancia sectaria, donde los líderes eran demasiado inexpertos
para no caer en los errores que yo sí, con tal experiencia, sabría
evitar.
El programa con Enrique Barrios se grabó
a las 20.00 del día prefijado; hora en que me encontraba en el Forum
Global en una reunión de la LBV (Legión de la Buena Voluntad),
curiosa religión cristiana que sostiene la existencia de la reencarnación,
y la importancia de las energías del sol, del agua y del cristal
de cuarzo; con sede central en Brasilia, donde levantó el Templo
de la Buena Voluntad, una maravilla con reminiscencias quizá atlantes,
o un "recuerdo" anticipado "del año 5000", como lo definió
un artista. Pues bien, estuvo entonces Enrique Barrios con Xuxa, y lo que
ambos vivieron en ese momento sería indescriptible con un simple
relato escrito. El video del programa, creo que puede conseguirse en la
editorial Errepar, que lo pasó en su stand de la Feria del Libro.
Allí está para quien desee saber lo que entonces sucedió,
al margen de una buena propaganda para Ami, que era lo más importante
en cuanto a la finalidad de que se difundieran sus enseñanzas. (Por
mi parte, hice bastante mientras estuve en esto; además de lo ya
expuesto, y sin contar a la gente desconocida a la que le prestaba, regalaba
o recomendaba los libros, cassettes de Juan Vitali y todo eso, podría
mencionar, ya que estamos, a Claudia Schiffer, a quien le llevé
cuando vino, Ami en inglés, dentro de esa estrategia que consistía
en tocar ciertas cabezas instaladas en niveles o ámbitos influyentes
para que las cosas se divulguen. No así a otras visitantes destacadas,
como Sharon Stone, y Madonna, a quien mi regalo, simétrico a su
mensaje, es innombrable para páginas de este lenguaje).
La enviada
Lo que sí voy a mencionar, es que en un momento
del diálogo, Enrique Barrios dijo haber visto luces en el cielo
y naves, preguntándole a Xuxa si ella no ha visto. Ella le respondió:
"No, pero cuando yo vea, yo creo que me voy con ellos". No sonó
a que fuera a dar un paseo cósmico, sino a cosa definitiva. Llama
la atención que una persona que cree estar cumpliendo una misión
como la que ella estaba convencida de que cumplía, pudiera llegar
a abandonarla por la tentación de un paraíso cósmico.
Quizá eso daba la medida de su voluntad frente a su deseo; de su
servicio frente al vicio en su ser. Porque en este enviciamiento de soñar
con salvavidas interplanetarios, mucha gente, y parece que entre ella Xuxa,
no ha adquirido la noción de que nosotros somos esos salvavidas,
no arrojados a este mundo para salir, sino para flotar aquí mismo.
¿Y si Xuxa fuera la extraterrestre? ¿Qué sentido tendría
irse con ellos, si se es de ellos y ha venido a estar aquí?
El diálogo continuó con Enrique Barrios
diciéndole a Xuxa: "Tú bajas de una nave todos los días
acá", a lo que ella contestó: "Sí, eso es para llamar
uno, para que pueda quedarse más contento acá con nosotros".
En su ingenuidad, quizá ella dijo una verdad que ni siquiera haya
pensado: que, fuera de la tridimensión, en el programa no haya uno,
sino muchos de "ellos" observando, no sólo no sería raro,
sino que sería raro que eso no ocurriera. Y en cuanto a "quedarse
más contento" allí con Xuxa y toda la gente, habría
que ver cómo es la alegría para seres que participan pasiva
o activamente desde otro plano, en medio de emociones humanas en un programa
televisivo. Pero no imagino que pueda haber insensibilidad ante una transmisión
de afectos y ante las energías desprendidas por la gente en estados
de alegría como los vividos allí. Si eso no pudiera hacer
que un extraterrestre se quede más contento, ser un e.t. sería
un poco aburrido.
El autor de Ami le dijo luego a Xuxa: "Sabes, yo
creo que hay personas que nacieron acá, pero vienen de otros
mundos, mejores que éste, y que vienen con la misión de ayudar
a que este mundo cambie, que sea mejor. Yo creo que tú eres una
de ellas". La grave expresión de Xuxa no acompañó
a la exclamación de la tribuna ante tal revelación; la "terrenal"
animadora televisiva seguía resistiéndose a que su ficción
tuviera un fondo de verdad; su ficción de llegar e irse en un plato
volador de utilería.
El día en que fue emitido este programa (martes
23 de junio) estaba yo listo para verlo en mi casa y ya había avisado
a todos los que había podido, y que, a su vez, avisarían
a otros. Cuando Xuxa escuchó, de la boca del escritor, lo que yo
le venía diciendo desde mi primera carta...imagine cada uno. A mí
me causó risa y exclamé: "¡sonaste, Xuxa!". Lo que
yo siempre le había dicho en privado, acababa de hacerse público.
Era como si, Barrios mediante, estuviera yo hablándole otra vez,
una vez más golpeando su vallado mental. Porque, quizá, las
cartas que a él le había enviado tocando este punto, habían
sido influyentes en su pensamiento.
Yo venía trabajando en un proyecto de libro
sobre Xuxa, en el cual revelaría tal procedencia cósmica
para los que nunca lo hubieran imaginado. Mi duda de publicar tal pensamiento,
terminó ante las palabras que Barrios pronunció sobre el
origen de ella. Esa misma tarde decidí que mi libro se publicara
lo antes posible: parecía que la naturaleza cósmica de
Xuxa estaba siendo puesta al descubierto. Y era mi momento de echar
toda la leña al fuego.
Sin embargo, la elaboración de este libro,
cuya idea era de octubre del 91, se extendería por tantos años
que, ya en octubre del 97, está indefinida en cuanto a tiempos posibles,
ante la abundancia de contenidos actualmente en compaginación. No
podía ser un libro para el presente, sino para que, en un futuro,
se haga luz sobre lo que, para entonces, habrá de ser un pasado
en el que quedarán puntos oscuros que esclarecer. Y que proyectarán
luz sobre cosas que sucederán.
Carta de advertencia
En previsión de las posibles derivaciones
de la cuestión SPES, aquella misma noche de junio, le escribí
una carta a Xuxa para ponerla al tanto. Extensísima, sirvió
también para manifestarle cosas que aclararían o no, dudas
que sobre mi comportamiento ella haya tenido. Reproduciré unas pocas
partes.
(...)Hay hechos dolorosos que desearía
que no supieras. Quién sabe, mayor dolor causarían si te
enteraras sin estar prevenida. El propósito de esta carta, es precisamente
ése: prevenirte de cosas que sucederán. Sabrás cómo
reaccionar y manejarlas cuando algo pueda suceder.
Directo al tema: la presencia de Enrique Barrios
en tu programa y lo de Ami, tuvo reacciones desfavorables. (Le hablé
de todos los que no creen en los extraterrestres, incluyendo a los católicos
opositores de Ami, a los Testigos de Jehová y a los millones de
evangélicos que a ella la creen diabólica). (...) En la
medida en que continúes divulgando esto, verás crecer una
corriente de negatividad desde esos focos que sentirán la fuerza
de tu misión y sufrirán una progresiva disminución
de sus ejércitos infantiles. Los niños hijos de la gente
de esas religiones, recibirán de ti algo que contradice las creencias
de sus padres. Se producirá un conflicto; serás factor de
discordia en las familias. Y muchos niños elegirán lo tuyo.
Como ya debes saber, y desde hace bastante, hay
padres que les prohiben a sus hijos ver tu programa. ¿Habrá
de ser prohibido por ellos también Ami?
Creo en cosas de muchas religiones, pero no integro
ninguna. Tengo buenas relaciones con varios grupos e instituciones filosóficas,
místicas, ovniológicas y de contactos con extraterrestres,
pero no pertenezco a ninguna. Me invitaron a integrarme a varios de tus
grupos de seguidores, pero no entré en ninguno. Porque mi función
es conectar grupos y personas, no concentrar mi energía en sectores
en particular; estoy para cosas que promuevan la integración de
esas fuerzas que pueden agruparse y que están desconectadas.
(...)Y el tuyo es un programa religioso:
hablas de Dios, de energía, del poder del pensamiento positivo,
de la magia de los colores, del milagro de la vida, del amor.
Por eso te encontré: porque estabas, como
yo con mis cristales y extraterrestres, haciendo parte de la misma religión
que yo. Ami y tú llegaron a mí con diferencia de sólo
una semana, cuando lo descubrí y cuando por primera vez te saludé,
en aquel diciembre de 1990. Todo un símbolo, una señal de
lo que iría a suceder.
Cuando desde mayo del 91 te empecé a bombardear
incesantemente de libros, cartas y cosas muy cósmicas, queriendo
prepararte para una misión que cada vez está ahora más
a la vista, pero que, en su momento, nadie, ni tú misma, excepto
yo, imaginaba, era mi riesgo que tomaras lo mío como un adoctrinamiento
contrario a tu voluntad, a tu conciencia y a tu paciencia. Pero no lo veía,
el riesgo estaba, pero yo no lo distinguía: para mí, tú
comprendías mis intenciones y compartías mucho de lo que
yo pensaba.
(...) Con el tiempo, me di cuenta de que yo estaba
mucho más convencido que tú de tu papel cósmico en
la Tierra. Declaraciones tuyas negando que seas "un ángel", y que
lo tuyo "no es algo místico", y eso de tus miedos cuando te veías
esa aura luminosa, me dieron los justos parámetros para darme cuenta
de que mis cartas a ti habían sido demasiado místicas para
tu modo de pensar. Me sentí como un fanático religioso queriendo
adoctrinarte.
Sabía yo que una "Xuxa cósmica"
sería mejor que una Xuxa que no transmitiera cosas trascendentes,
pero sabía también que se levantaría el enemigo en
tu contra, que serías atacada por las fuerzas de mal en esta guerra
cósmica en la que el Bien nunca puede hacerse sin provocar oposición.
Y preparar tu conciencia, era prepararte para la guerra, cuando podría
haberte dejado tranquila y fuera de peligro.
(...) Puedes evitar problemas, guardándote
tus ideas y convicciones al respecto. El fenómeno Xuxa como negocio,
vende más si no entra en oposición o contradicción
con el gusto del público, y ese gusto implica que Xuxa no tenga
ideas religiosas, políticas y hasta deportivas que no coincidan
con las del público. Y el negocio peligra cuando se transmiten valores
con los cuales hay gente que no se identifica. Una Xuxa mística,
terminaría por ser mal negocio, porque sólo un sector del
público la aceptaría como tal. A menos que otros digan: "pobre
chica, debe estar volviéndose loca; pero da gusto verla cómo
baila, cómo canta, cómo juega, cómo quiere a los niños".
Y que, al final, tus creencias y convicciones no sean para tanto problema.
Y como estoy seguro de que "el negocio" y que "lo que vende y lo que no
vende", no te importa nada en lo que a decir lo que sientas se refiere,
creo que tu corazón sabrá decirte cual es la medida justa
de lo que guardarás y lo que entregarás.
(...) como Enrique y otros escritores; como yo
y otros "extraterrestres" como tú, estamos todos en un compromiso
de alta responsabilidad frente al futuro. Y que esta carta diagnosticando
una enfermedad en gestación, sea por si una epidemia intentare debilitar
esta fuerza positiva que estamos generando en el planeta; una carta capaz
de ganarle posiciones al adversario: porque mientras él prepara
su estrategia, tú previenes sus movimientos con una actitud inmune
a toda crítica que pueda aparecer.
(...)Después de todo lo que vienes pasando,
y de todo lo que no sólo de mí escuchaste, porque otras voces
te lo están diciendo, creo que estás en buenas condiciones
de autodescubrirte. Y no creo que juzgues mis proféticas palabras
como locuras. Porque estás yendo bien, muy bien. Así lo percibo.
¡Continúa así!...
Estaba fechada al inicio, a la medianoche del 26 al 27 de junio.
Iba acompañada de otra fechada a las 15.15 del miércoles
24, en la que, en un trecho, le decía:
Aunque no sé cuánto tiempo me resta
en el planeta, y atravesé mil riesgos sin que la hora me llegara,
como si se me diera a entender que no sirve querer irme, y que seguiré
siendo inmortal hasta que la misión termine (...).
HE VENIDO A TRAERTE LAS COSAS Y PERSONAS QUE,
COMO HUMANA Y COMO MISIONERA EN LA TIERRA, NECESITAS. Sólo luego
de eso volveré allá de donde vengo. No sé si serán
años o décadas. Me da lo mismo, y si fueran meses o semanas,
también: mi muerte no será otra cosa que el final de mi papel
aquí (...). Habrá champagne y baile en mi velorio,
porque mi cuerpo quedará con la expresión de una misión
cumplida, que dejaré en su rostro al irme.
Esas doce páginas que le insumirían una buena hora de lectura nocturna, estaban al fondo de una caja que, para colmo, tenía una pila de libros y otros regalos que le preparé. Eran las 21 del jueves 2 de julio cuando, llegada al Aeroparque de Buenos Aires, recibió la caja y la abrió en el acto. Por vía televisiva al día siguiente y, al otro día, por una seguidora amiga suya y mía, me envió su agradecimiento y un beso, luego de tantos meses de silencio. Le dijo a la chica, que me transmitiera que había leído "todo, todo, todo", que "eran un montón de papeles que no se terminaban nunca". Felizmente para mí, mi transmisión más importante desde que todo empezó, había quedado efectuada.
La hora de las sectas
La denuncia al SPES no iba a prosperar. Pero algo
ajeno al asunto sucedió, y repercutió por ese lado y por
muchos otros. El miércoles 15 (seguimos en julio) llegan noticias
de Brasil: un niño asesinado, otro desaparecido, una secta sospechada,
y argentinos en ella. Luego se comprobará que el jefe de la policía
del estado de Paraná, había desviado hacia ellos la investigación,
y que los culpables eran otros, que al final cayeron. Pero el avispero
ya había sido agitado, las investigaciones, denuncias y coberturas
periodísticas habían agitado a la Argentina, Brasil, Uruguay...Y
como yo manejaba cierta información sobre ciertas cosas, fui uno
de los tres agitadores principales. Alfredo Silletta y Alejandro Agostinelli
fueron los restantes. Cada uno en su papel: yo como denunciante, los otros
como sectólogo uno, refutador de pseudociencia y especialista en
cultos ovni el otro. La "caza de brujas" iba de los cultos platillistas
a los cultos afro-brasileños, del incipiente Mauro Viale anfitrión
de denunciantes y delincuentes, a la legendaria Mirtha Legrand, pasando
por Susana y Grondona, por Gente y ¡Esto!, por Veja
y TV Globo, por el Herald y por las agencias noticiosas del
mundo.
Las muertes en la Argentina por intoxicación con
propóleo -sabotaje a un laboratorio- hicieron bajar hasta las ventas
de miel y de dietéticos en general. Tal el temor por la inconciencia
de lo que estaba sucediendo; todo al mismo tiempo en que se perseguía
a grupos espirituales "por si acaso", "ya que estamos..."
Aunque el caso policial de la secta argentino-brasileña
no hubiera trascendido, la paranoia persecutoria de cultos no católicos
tenía que saltar por un lado o por otro. Sobre todo con la New Age,
que venía pisando fuerte y arrastrando gente que ya no era captable
por las iglesias. Y esta inquisición de fin de segundo milenio,
conseguiría debilitar a muchos líderes y seguidores de grupos
místicos, desarticulados unos, disueltos otros, sobreviviendo a
duras penas los más sólidos. Corría el rumor de que
el Vaticano había impartido orden de generar una sistemática
persecusión de otros cultos en nuestras tierras, pero habría
que ver hasta qué punto eso era real; la cosa parecía más
anárquica que teledirigida.
Surgió en medio de todo, el famoso video
del chileno Carlos Warter diciendo ser un extraterrestre, y que Menem también
es un agente extraterrestre puesto por "ellos". Un desprestigio para la
gente de la farándula que estaba con él o que había
estado (con Warter, claro; con el otro Carlos, el desprestigio de ser visto
no necesitaba motivos extraterrestres).
En una charla de bar, hablando con Silletta, en
medio de todo este asunto, le pregunté qué pensaba hacer
con Xuxa, ya que ella estaba en la Nueva Era (cosa que él no había
percibido en su mensaje) y me dijo que no, que a ella siempre la defendía
cuando hablaban de las grabaciones satánicas y todo eso. Le comenté
del proyecto Xuxa-Ami cinematográfico, del que no estaba al tanto.
Él lo comentó luego en una conferencia en Mar del Plata,
y de unas pocas líneas que La Capital publicó al respecto,
Crónica levantó la información para ponerla en primera
plana: "DENUNCIAN QUE UN ESCRITOR DE SECTAS FILMARÁ CON XUXA".
La información se trasladó a Telefé;
Susana había invitado a Xuxa y le preguntó por el asunto,
y ella aclaró; Juan Vitali, en el programa de Xuxa, ya había
estado días antes con sus chicos del Grupo Ami, aclarando él
y Xuxa cosas que se estaban diciendo sobre todo eso de la supuesta "secta
Ami".
Todo este escándalo culminó con que
la Iglesia retiró a Ami de las librerías católicas
(al parecer hubo quemas...¡como en los viejos tiempos!), Enrique
Barrios anunció su retiro de toda actividad pública, a cambio
de que lo dejen en paz (un deseo de paz que yo no entendía cómo
podía tenerlo quien debe estar preparado para una guerra como la
que supone escribir ciertas cosas). Anunció también que la
película con Xuxa ya no se haría (antes, Anna Penido había
intentado comunicación con él, sin resultado, según
ella me dijo). Era 29 de setiembre cuando supe todo eso, al recibir de
él un boletín informativo, que a veces me mandaba y que en
este caso era el último que iría a publicar: se acababa hasta
el contacto postal con los que estábamos en el tema.
En razón de todos estos sucesos, alejado
yo precautoriamente de Xuxa y de sus seguidores, que sabían de mi
relación con todo el asunto, y cuyo contacto conmigo evitarían
algunos, por temor a no sé qué, pero por las dudas... reaparecí
recién a los cinco meses, para el show que ella hizo en el estadio
de Vélez, el 19 de diciembre. Nuestras miradas se encontraron a
la salida, pero no hubo saludo. Así quedó la cosa. Así
cerró el 92 en ese aspecto.
Y en cuanto a mi posición con respecto a
qué pensar de Dios, del Universo y del mundo, tras todas esas influencias
acuarianas, al cierre de ese año, tenía ya recuperada mi
cosmovisión anterior. En una carta cercana al final del año,
a una persona que sabía bastante de mí, le decía:
"No puedo aún revelarle a Xuxa un secreto sobre la verdad
de este mundo, de la vida, de quién creó todo esto realmente
y de quiénes son Dios y el Diablo en realidad, y no lo que se piensa.
Lo que pasa es que soy más extraterrestre
de lo que puedas imaginar, y hay cosas que sé que también
serían increíbles. Por eso Xuxa no las sabe aún. Pero
es posible que en breve decida mostrarle todo eso".
En cuanto a mi trayectoria y vinculación
en lo que se refiere a sectas, grupos y pensamientos, y apariciones mías
en los medios que me habían traído complicaciones por estar
en estos asuntos, mi balance podrá sorprender a muchos. Siendo que
yo era persona de ideas inconvenientes para ciertas estructuras de poder,
y siendo que los organismos investigadores de sectas y pseudociencia sabían
tanto de mí como para, el día de mañana, desacreditarme,
no habrían de hacerlo, al menos hasta la redacción de este
informe cinco años después. Porque se sabía que mi
experiencia sectaria me había dado tal aprendizaje, que yo no estaría
en riesgo de integrarme a ninguna secta peligrosa o idearla y dirigirla.
Se sabía también que yo había hecho un aporte muy
útil al enfrentarme públicamente (medios) a una secta a la
que le desnudé muchos de sus puntos débiles, y se sabía
que a mí la gente sectaria no me gustaba.
Las tres personas de máxima palabra en la
Argentina en este asunto, capaces de hundirme cuando quisieran (Silletta,
Agostinelli y Baamonde, temidos y odiados por místicos, esotéricos
y platillistas pseudorreligiosos de todo el país) ya habían
hablado cordialísimamente conmigo varias veces, y no guardaban ninguna
animosidad hacia mí, ni les di motivos: yo grupos raros y peligrosos,
ni dirigía, ni integraba. Aun así, de no haberme conocido
personalmente, la historia podría haber sido muy otra: cualquiera
de mis "delirios" de los que se enteraran, les habría dado interesante
material para investigarme con otra actitud y llevarme a la prensa con
otra intención. Estas buenas relaciones mías con ellos, eran
un tanto curiosas desde la perspectiva de muchos que estaban en lo mismo
que yo, y que no entendían cómo podía relacionarme
con "inquisidores" como estos. En verdad, me daba satisfacción relacionarme
con perseguidores, con perseguidos, con santos, con diablos, con culpables,
con inocentes, con honestos y con mentirosos. Yo, en mi neutralidad, ajeno
a todo grupo, tenía libre acceso a todas partes. Esto no lo tenían
quienes estaban en un lado o estaban en otro, porque pertenecer, no siempre
tiene sus ventajas.
En otro orden, el cierre del año y la apertura
del siguiente me encontraría trabajando en un proyecto literario
conducente a combatir la violencia en el fútbol, con tratados entre
hinchadas. Una utopía que me marcaría, como termómetro,
mi grado de optimismo que mantendría a pesar de todo.
La hora de volver a empezar
1993 fue abriendo con una recomposición
de las líneas que la persecusión había debilitado
en los grupos espirituales de Nueva Era. Conocí mucha gente de ésta.
Estuve en encuentros, conferencias, reuniones; publiqué cosas, todo
lejos de revelar públicamente mis secretos cósmicos de mi
llegada aquí, salvo a unos pocos, como siempre. Y con los problemas
que siempre supone decirle estas cosas a alguien inadecuado para escucharlas.
Esto me pasó promediando el año. Me puso en duda de si yo
debía seguir diciendo estas cosas, o si lo mejor era guardármelas,
no transmitir nada, y que la gente me acepte y me quiera como a una persona
común y corriente. Mi amigo Pancho, al saber esto, me dio su parecer:
que pase lo que pase, y por más que tenga que sufrir por quienes
no me comprendan, yo tengo que decir las cosas; que es mi misión.
Hacia noviembre, conocí el último
trabajo discográfico de Xuxa, que incluía el tema "Corrente
de amor", en el que ella cantaba:
En el siguiente diálogo, que antecede al arriba transcripto, se deja una importante reflexión:
- En tu nueva película eres de otro planeta -dijo el
periodista- En el fondo, detrás de todo esto, ¿qué
puede haber de cierto? ¿Crees, como muchos, que eres de otro mundo?
- Los seres de otros mundos que llegan en misiones
de ayuda, existen. Que yo sea o no sea de otro mundo es una circunstancia
que no puedo afirmar ni negar, porque no soy como esos niños que
están naciendo y que recuerdan de dónde vienen y a qué
vienen. Lo único que puedo decir es que por alguna razón
yo no me acuerdo de nada, y lo mismo me da si vine de otro planeta o si
siempre estuve aquí. Lo importante no es de dónde una viene,
sino que una está aquí y que, vengamos todos de donde vengamos,
todos debemos hacer lo mismo: hacer el bien.
Llevado a Río para su cumpleaños,
y entregados otros ejemplares para productores, Paquitas, etc., nunca nadie
lo mencionó ni me respondió. Quizá el contenido era
inconveniente a cierta forma de pensamiento. No por saber eso, iba a esperar
que no se me diera ni las gracias, pero tal omisión encajaba en
mi percepción de lo que estaba sucediendo. Por lo tanto, no había
en ese silencio algo que pudiera sorprenderme, sino que me habría
sorprendido cualquier respuesta de alguien.
Otro cuento, o... ¿aquella misma realidad?
La sorpresa fue grande y grata cuando, meses después, en octubre,
día 3, llegó a mis manos la única copia por entonces
existente de un libro escrito a máquina, titulado Xuxa, la magia
de un ángel. Claudia Igoa, su autora, recibió de mí
con una emoción que por carta intentó describirme, mi libro
tan parecido al suyo. Nos habíamos encontrado dos seres que pensábamos
y sentíamos con claridad e intensidad lo mismo. Y, entre otras coincidencias,
vivíamos en la misma ciudad, y hasta simpatizábamos por el
mismo club de fútbol. Pero para que nos encontráramos, tuvo
que aparecer en mi camino alguien que venía de más de mil
kilómetros al sur, en la patagonia; era una contactada con extraterrestres
y había leído aquella única copia del libro, que estaba
en Buenos Aires, en casa de una fan de Xuxa a la que había visitado,
y a la cual fui a ver la misma noche en que supe esto.
La historia de Claudia y su libro merecen una historia
aparte, que tal vez publique algún día. Para dar alguna idea,
todo sucedió cuando la chica se curó de una parálisis,
a partir de la fuerza que encontró en el mensaje de Xuxa. Pero algo
anterior fue clave: una vez había soñado con una mujer luminosa
que llegaba, que le hablaba, que le decía que podía sanarse,
que debía luchar, vivir. Su rostro no era visible, o por lo menos
no recordaba haber podido verlo. Cuando Xuxa llegó a la Argentina,
Claudia sintió, percibió en ella a quien la había
visitado en el sueño. El personaje onírico se le había
presentado con un arco iris y un cristal; dos de los símbolos
que más definían a Xuxa y su mensaje. Pero había algo
más; acaso el detalle más contradictorio y enigmático
de este paralelismo: la mujer del sueño, oh, detalle: ¡no
era de este mundo!
En consecuencia, su libro muestra una Xuxa que se
mueve entre dos realidades: la terrena y la cósmica. Esa Xuxa es
una guía espiritual, que la lleva a la autora a recorrer mundos,
a enseñarle los secretos de la existencia, el valor de los sentimientos,
las posibilidades de una conciencia que despierte a la humanidad. Es la
Xuxa opuesta a ésa real que yo describo (que no está en papel
de guía, sino de guiada; pero guiada precisamente hacia su autodescubrimiento
de su guardada condición de guía, ya que por ahora se mantiene
confundida). Sin embargo, esta admiración superlativa de Claudia
hacia Xuxa, sólo parece exagerada en el plano físico, donde
la mente de Xuxa está a años luz de esta historia literaria,
de esta aparente fantasía. Porque hay una realidad que para la chica
hubo en su "experiencia mística", y esa realidad es que el sueño
no parecía sueño, y la curación producida entre cassettes
de Xuxa y sus programas, es una experiencia que, no por ser física,
vaya a ser más real que la otra. Si hasta la confirma. Quien sepa
sobre bilocaciones, sobre la actuación que una parte de alguien
puede estar haciendo en otro plano mientras está mental y físicamente
en éste, comprenderá. Esa Xuxa cósmica de la que Claudia
habla en su libro, no es la que todos conocemos, sino la que ella conoció
en otra dimensión: la que no era un ser de este mundo.
Citaré algo del cierre del libro:
"A tres años de ese fantástico viaje, debo confesarles
que no la he visto nunca en el plano corporal, sino que la he visto únicamente
a través de una pantalla de T.V.
Pero le estoy agradecida porque demuestra a cada paso, que en esta
tierra hay lugar para todas las almas y que podemos convivir perfectamente".
"No sé realmente si fueron muchas las personas que realizaron
un viaje similar al que yo he realizado; pero tengo la certeza de que muchos
le agradecen su maravilloso mensaje, como así también son
miles quienes la respetan y aman sobremanera".
"Y a los jóvenes y adolescentes nos deja una gran misión,
la continuidad de su mensaje, el compromiso con la vida".
"Hoy vi su último programa en mi país. Vi y sentí
todo el amor, la pasión, y los más puros sentimientos que
pudo cosechar. Y observé cómo desafiaba al dolor y al pronóstico
reservado de su lesión.
Se emocionó y agradeció tanto cariño; y cuando
sus incondicionales seguidores, entre canciones y lágrimas, se transformaron
en un manojo de manos que querían alcanzarla, ella rió y
lloró con la misma fuerza.
Yo, desde el otro lado de la pantalla, también lloré.
Hoy, como muchos, pido a Dios que la bendiga y que la ayude a concretar
sus sueños más fervientes.
Y hoy, más que nunca estoy segura de que Dios permite
que algunos ángeles vivan en la tierra".
Poco después de haber leído mi cuento, agregó una página final aludiendo a su enfermedad, a su curación, y al sueño que había tenido:
"No fue para nada difícil, a los 15 años, tener que
elegir entre dos mundos. Entre el mundo de la mentira, la oscuridad y la
desilusión, y el mundo de sueños, de colores, de arco iris
y de lunas de cristales, me quedé con este último.
Un temprano dolor físico me ayudó a descubrir que
el cambio era posible.
Y el milagro se produjo con los colores del iris y la imagen de
un cristal.
Algunos años más tarde, este ángel rubio e
iluminado abrió las puertas de mi corazón sin pedir permiso;
me ayudó a realizar un fantástico viaje, y, a partir de su
presencia me demostró que mi mundo interior podía ser posible
también fuera de mí.
Relaté mi viaje cuando transcurría el año 1991,
y permaneció guardado en un cajón hasta el 31 de diciembre
de 1993, en que agregué la última página.
Para algunos seré una idealista sin remedio, pero sé
que para otros soy un medio de expresión de sus más importantes
sentimientos.
Este ángel es como vos y como yo, que por el sólo
hecho de habitar este mundo tiene su parte imperfecta...
...pero como muy bien lo ha expresado, el esbozo de otro ángel:
"LA OTRA PARTE, SU CORAZON, NO NECESITA PRUEBAS".
Hice entregar en mano una copia del libro para Xuxa. Claudia nunca tuvo respuesta: se lo merecía, por "haberse atrevido" a expresar lo que su admirada parecía seguir resistiéndose a que se diga o se escriba sobre su otra realidad.
La opinión de un entendido
Mi amigo Mauricio Elías es conocido en el
ambiente de las modelos por su actividad como fotógrafo en castings
y desfiles, sus filmaciones y producciones televisivas, pero pocos saben
que pese a esas frivolidades entre las que se mueve, tiene un profundo
interés en lo espiritual, y altos conocimientos al respecto. En
una de mis charlas con él sobre el tema Xuxa (11 - 9 - 94) me decía:
"Cuando uno encara un trabajo, un programa de televisión,
donde uno tiene que estar, como en todos los programas de televisión,
en comunicación con el público, uno tiene que tender siempre
a seguir la línea que sigue la sociedad, en cuanto a todo tipo de
temas. En ese momento, en los primeros programas de Xuxa, estaba de moda
todo lo que se refiere a sectas pararreligiosas; el mensaje era el mismo
que el de la religión: era un advenimiento, era una espera de supuestos
seres que nos iban a venir a llevar, a los buenos, y los malos se iban
a quedar acá, o caer en los fuegos del infierno. Eso es lo que dicen
los libros religiosos. Y ellos dicen lo mismo, sólo que en vez de
decirles ángeles, dicen extraterrestres.
Después de esto es como que la gente ya no
le da mucha bolilla con el correr del tiempo, y ya la gente pasa a afirmarse
más sobre la tierra y a darse cuenta de que eso no es tan importante,
sino que más importante es un desarrollo psico-espiritual, sin importarle
a uno en qué momento va a llegar la muerte de uno; si va a llegar
por un fin total de la humanidad, o si va a llegar por un fin natural de
uno. Entonces, la persona comienza a darle más importancia a un
trabajo psicológico e intelectual, que eso hace a un enriquecimiento
espiritual. Por eso, en estos momentos, los programas de ella están
más encarados hacia esos temas; todo lo que se refiere a energía,
al mundo espiritual, en contacto con la naturaleza, en contacto con...
bueno, con los temas de las piedras, la composición energética
de las piedras, que hace una armonía entre el ser humano y todo
lo que lo rodea.
El tema del plato volador representó un momento,
una moda; una moda que estaba buscando la gente, una esperanza. El hecho
de tener fe en algo, sin saber en que volcar esa fe, es una necesidad espiritual
de la gente. Pero como toda etapa, son etapas que van pasando".
¿Y el hecho de mostrarla a ella como una
extraterrestre? Porque obviamente, un plato volador no es de acá,
es de otro lado...
Sí, todo individuo necesita siempre tomar
un modelo. El individuo tiende a endiosar ese modelo, porque necesita apoyarse
en ese modelo, para salir adelante, para crecer. Con el tiempo, el ser
se da cuenta de que ese modelo sólo es un vehículo para que
él mismo pueda progresar y evolucionar. Y eso es un poco lo que
está pasando: sí, la ven a ella como una mensajera de todo
este tipo de cuestiones de índole espiritual; en ese caso era ella
un extraterrestre, que daba mensajes, muy lindos mensajes para los chicos,
para un mundo mejor.
¿Y el hecho de que ahora no salga de un
plato volador, sino con una escenografía de cristales?
Y, es un poco que la han humanizado más a
ella. Primero era una semi-diosa, una extraterrestre, una persona que es
más que un ser humano, porque es una extraterrestre, con otras cualidades,
otras virtudes. Y ahora, ella es más terrestre, más humana;
es como que está más cerca de la gente que antes. No tan
idealizada, como un advenimiento de una era de seres extraterrestres que
nos rescatan y que nos dan un conocimiento, sino que más humana
y más cerca de la realidad, más cerca de todo eso que habíamos
hablado: de las piedras, de la energía, de la composición
química de las piedras, de la composición química
de la materia... o sea, más humana, más cerca de la realidad.
El ser humano se ha establecido más cerca de la realidad y se ha
alejado un poco de la mística, que es lo que lo saca al ser humano
de contexto, lo que no lo hace razonar, digamos, con la realidad.
Sin embargo, ¿Podría verse al cristal
como místico en parte?
El cristal, sí, se lo toma también
como místico porque la espiritualidad del ser es mística
también; el ser, todo lo que no puede tocar y no puede ver con los
sentidos, lo tiende a ver como algo irreal y fuera de toda realidad, como
una ilusión.
Sería como que el plato volador está
más fuera de los sentidos que el cristal, porque (éste) es
más del mundo físico...
El plato volador, sí, sí, pero sigue
siendo una ilusión, porque es como un deseo el plato volador. Una
piedra es más palpable, se puede tocar. Y si uno comprende como
está formado todo el universo, está formado por electrones,
que son algo que no se puede agarrar, no se puede tocar, sino que también
forma parte de una escencia que forma parte de una tridimensión
en que se densifica en forma de materia. Yo lo que puedo apreciar es que
en la actualidad ella (Xuxa) está más cerca de la realidad,
y que, considero yo, que es lo que busca la humanidad. A la humanidad uno
no le puede hablar en estos momentos, de que nos van a venir a buscar,
que nos van a venir a rescatar, que hay que hacer el bien; yo creo que
la humanidad, aparte de eso, requiere otra cosa: requiere un proceso de
conciencia, requiere un conocimiento, una educación; una educación
intelectual que le dé un desarrollo espiritual. Eso es lo que está
buscando ahora la humanidad, y es lo que ella le está queriendo
dar a la humanidad también.
Es como que la nave representaría la búsqueda
de algo en el más allá, mientras que el cristal estaría
en el más acá...
Exactamente. Si, la realidad es esa.
Y desde la perspectiva del escenógrafo,
¿esto habría surgido inconcientemente o marcaría un
propósito conocido por él, de lograr ese efecto? Es decir,
¿esto se hace a nivel intuitivo, las cosas salen así porque
hay alguna fuerza interna que hace que a alguien se le ocurra poner un
plato volador o un cristal de cuarzo, o acá hay alguna elaboración
mental?
No, acá hay una elaboración mental.
Para poder crear una escenografía primero hay que tener un conocimiento
al respecto del tema que se está tratando. Acá hay un conocimiento
grande sobre el tema, y obviamente, yo considero que está manejado
por un grupo de gente. Ese conocimiento no es innato, sino que es adquirido,
porque vos fijate cómo se ha manejado la cuestión: ella primero
empieza como una mensajera, da mensajes, aparece como que baja de una nave
extraterrestre, y ahora el tema se ha profundizado un poco más;
se ha profundizado porque es como que esa extraterrestre se hizo humana,
está en la tierra. Y está en contacto con todos los materiales
que conforman la Tierra, con los minerales por ejemplos, con las piedras.
Y para poder hablar de eso hay que tener un conocimiento; ese conocimiento
no es innato, es adquirido; adquirido o por otra persona o por esa misma
persona. No es nada innato, es una cosa elaborada. Como cuando uno hace
un estudio, también, de marketing, no hay nada innato en eso.
Es decir que han querido mostrar una imagen de
una nueva Xuxa...
Sí, sí, exactamente, más acorde
con los tiempos que se están viviendo actualmente. Yo creo y considero
que el hecho de que baje un extraterrestre a la Tierra, en estos momentos,
no creo que le interese a mucha gente, no creo que a toda la gente le interese.
Lo que si a la gente le interesa es el proceso interno que pueda desarrollar
un individuo y que lo haga crecer, no el hecho de que digan: bajó
un extraterrestre y dio lindos mensajes, y si hubo un extraterrestre e
hizo un milagro o no lo hizo, a una persona no le puede servir, no le sirve.
Yo creo que lo que le sirve a una persona es que ese mensaje para él
sea práctico y lo pueda aplicar en él, que pueda aplicar
un conocimiento en él, que pueda valorar todo lo que tiene la naturaleza,
que toda la composición química y en cuanto a composición
espiritual, energética de todos los objetos, forma parte de él
también, porque él está dentro de la tridimensión;
que aprenda a vivir en armonía con todos los elementos y pueda llevarlo
a la práctica. Que sepa que una piedra a él le sirve, porque
está compuesta también por materia y está compuesta
por energía; que el agua no solamente es un líquido sino
que también tiene energía. Que sepa lo que justamente el
hombre no sabe en estos momentos, el hombre ha separado la espiritualidad
por un lado y la materia por el otro, y se ha quedado con lo que puede
conocer y lo que puede ver, que es la materia, que es lo que nos enseñan
desde que vamos a un colegio primario, secundario, a una universidad, y
cuando vamos a hacer un trabajo solamente hablamos de cosas materiales.
Pero el ser ha dejado de lado todo lo que Oriente, por ejemplo, lo tomó
como algo primordial, que es la escencia del ser, que es la energía,
el impulso-vida. Y lo que ahora Occidente quiere hacer es vivir una fusión
materia-espíritu, que esa densidad del individuo sea un poco más
espiritual. Eso es lo que yo veo en los programas, por ejemplo en el caso
de Xuxa. Que lo que pasó en programas anteriores de ella, ese vuelco
hacia que ella bajaba de una nave, eso es común; es común
porque la persona que no está enriquecida espiritualmente tiende
a volcarse de golpe a la mística, porque ve a la mística
como algo... lo sobredimensiona, digamos. Ese sobredimensionamiento da
lugar a la adoración de ídolos, ese sobredimensionamiento
da lugar a que el hombre tienda, justamente, a endiosar a las personas.
Necesita el hombre eso, porque está carente, afectivamente, espiritualmente,
está carente de esa fuerza del espíritu, porque él
es débil. Una persona que está intelectualmente educada,
que espiritualmente ha realizado procesos de consciencia que lo han enriquecido
y lo hayan elevado espiritualmente, no necesita eso. No necesita que le
digan que tenés que portarte bien y hacer lo que te van a decir,
porque si no, los extraterrestres que van a venir mañana no te van
a llevar. Entonces eso ha sido, es una cosa lógica y común:
cuando el individuo está en pasión, necesita que baje una
nave y baje un mensajero de esa nave. Pero llega un momento en el que el
individuo deja esa pasión de lado y comienza a educarse espiritualmente
e intelectualmente y comienza a desarrollar su personalidad de una forma
más firme, más fuerte, y no necesita de todas estas cosas.
Por eso este vuelco; ahora, eso es un cambio bastante
grande, el hecho de que ella haya tomado conciencia y que hable de... que
tenga una escenografía, el ambiente que la rodea a ella, que sea
más terrícola digamos, o humana, con piedras y con cuarzo.
Cuestiones acuarianas
Yo viajaría a Río en octubre, y trataría
de ver al escenógrafo para que me diera su explicación de
todo esto. El jueves 13 le dejé una carta en la producción
del programa, y el viernes 21 pude localizarlo allí mismo. Salió,
acompañado por Marlene Mattos, y fui con ellos hasta el Teatro Fénix,
de la TV Globo. Entramos como a las 15.00, en que Xuxa haría una
grabación a puertas cerradas. Éramos unos poquitos allí,
entre ellos unos cinco o seis argentinos, a los que yo conocía.
Mientras esperaba que el escenógrafo se desocupara para que conversáramos
(lo cual sucedió recién a las 21.30), conocí a dos
músicos autores de varios de los temas del recién editado
último disco de Xuxa. Uno era Cláudio Matta, a quien le contaba
mi visión de un universo en conflicto, donde no podía caber
la idea de un Dios feliz de ver mundos como éste en la enfermedad
en que están. Cláudio parecía no coincidir, y su compañero,
Álvaro Socci, citó una frase de una de sus canciones ya editadas
en una placa anterior de Xuxa, donde decía "Deus não deve
estar nada contente, uma parte de sim está doente". El tema se llamaba
"Terra e coracão", y yo lo conocía del año anterior.
Hablándoles de la relación de la cuestión Xuxa con
la Era de Acuario, Álvaro me habló de uno de sus temas, que
estuvo a poco de ser incluído en el último disco de Xuxa
(Sexto Sentido); el tema se llamaba Aquarius (!).
La conversación con el escenógrafo transcurrió en una oficina, mientras Xuxa continuaba con su grabación. Esto fue lo sucedido:
Entrevista a João Cardoso, en oficinas
de TV Globo, Río, 21 de octubre de 1994
¿Cómo es esta idea de hacer así,
una escenografía que presente ese tipo de imágenes?
Cuando nosotros pensamos sobre este decorado, había
necesidad de hacer como si fuera una caverna, una gruta mágica.
Entonces teníamos que utilizar todos los elementos que...no es que
uno no supiera, uno comenzó a escoger los elementos que dieran esa
idea de magia, que pudiera darnos idea de elementos que entrasen en contacto
con planos más elevados, con planos etéreos. Entonces fue
ahí que uno empezó a trabajar con los cristales.
Nacía de una caverna, dijiste.
Dentro de una caverna. Yo tenía que crear,
como si fuera así: el ambiente donde Papá Noel vivía,
una de las residencias de Papá Noel, sería dentro de esa
caverna. Es como si fuera...ella escondería como una fuente de informaciones,
tanto del pasado, del presente, como del futuro. Entonces quiere decir,
¿cómo es que uno iría a mostrar eso de forma mágica?
El nombre era "caverna mágica", "gruta mágica". Entonces,
tenía que crear toda esa atmósfera de sueño, de todo...Entonces,
quiere decir: una de las cosas que imaginé, de donde Papá
Noel, en el plano físico, pudiese captar energía para poder
pasar para todas las personas, poder saber del futuro de las personas,
es decir, para poder hasta aconsejar a las personas, sería a través
de un cristal, que sería el receptor de esa luz divina, ¿entendió?
Entonces a partir de ahí fue que uno comenzó a usar.
¿Tenía relación con Jesús
también? La caverna del Niño Jesús...Jesús
cuando nace; ¿tiene que ver la caverna?
No necesariamente; fue una cosa muy intuitiva.
Porque hay personas que aseguran que no fue en
un pesebre, que fue en una gruta que él...
Que él nació, ah, sí. Yo no
sé; sólo sé que...sólo puedo decir que fue
muy intuitivo.
Inclusive, hay alguien en Río de Janeiro que se llama Francisco
Bostrom, que escribió un libro sobre cristales (El mago de los cristales).
Él dice que la palabra "cristal" viene de Cristo.
Ah, puede ser, puede ser...
Ahí tú puedes haber captado intuitivamente.
Puede ser...Lo que yo sé, que aprendí
durante un tiempo, es que "Cristo" es un estado elevadísimo de la
espiritualidad.
El estado crístico.
Exactamente. Entonces, quiere decir, un día
todos nosotros seremos cristos. Pero eso, con experiencias y experiencias
para nuestra alma. Pero...es posible, ¿no? que tenga que ver, ¿no
es? El cristal, como todo el mundo habla, es uno de los elementos más
puros que la propia Naturaleza puede crear. Irradia salud, irradia buenos
fluidos, de acuerdo con la manipulación que uno tenga con él.
¿Hace cuánto tiempo tienes todos
esos conocimientos de cristales?
¿Yo? hace poco tiempo (ríe). Después
de que yo fui a hacer ese trabajo, esa cuestión del cristal fue
una cosa tipo así...
Artística, decorativa.
Sí, y también fue muy intuitiva.
Simbólica.
Simbólica, exactamente.
Transparencia, pureza, luz.
Exactamente, exactamente.
Y de ahí halló la parte mística,
alguien te comentó que tenía otras...
Exactamente.
¿Y quién fue?
Bien, comenzó, la verdad, con mi mamá.
¡Ahá!
Ella manipula mucho, a ella le gustan mucho las
piedras. Ella manipula, el cristal le gusta. Entonces yo creía antes
que era un hobby de ella, pero después comencé a percibir
que tiene realmente una fuerza mayor. Inclusive, en casa yo ahora tengo
varios cristales: cuarzo, cuarzo rosa, amatista, todo. Yo gusto. Y por
ese trabajo también es que yo fui...
¿Tú fuiste el creador de la escenografía
que después fue hecha para este Xuxa Park?
Fui.
¿De ahí mismo?
Fui. Quiere decir: cuando uno utilizó los
cristales en el escenario de Navidad, Xuxa se entusiasmó tanto,
que en el año siguiente ella quería hacer un trabajo con
cristales.
Ah, ella tuvo la propuesta entonces.
Sí. Lo de este Xuxa Park fue un pedido de
ella.
Ahí ella pensó una cosa más
grande todavía.
Mayor todavía. Ella gustó tanto, quedó
tan encantada con el trabajo que uno hizo dentro de esa gruta, que ella..."Ah,
yo quiero tener un escenario que tenga muchos cristales". Y a partir de
ahí es que fue creciendo. Y ella comenzó a hasta convivir
más con eso, comenzó a despertar, a descubrir hasta la potencialidad...
Trascendente.
Trascendental que ella posee. Unos usan mediumnidad,
otros magnetismo, otros...qué se yo...Xuxa tiene eso.
Cuando tú dices que ella comenzó
á interesarse más...
Sí, porque ella siempre tuvo...sólo
que ella nunca paró para analizar. Ella ya viene de otros años.
Yo siento eso, que ella viene de otros años...
Ella ha hablado en el programa, de eso.
No, no ha hablado. Ella habla más de shows.
Tú percibes: ella tiene, Xuxa tiene unas cosas así medio...
Nilton (Gouveia, de la producción), me dijo que está
muy mística este año.
Yo hallo que, la verdad, Xuxa siempre tuvo un poder
enorme, un magnetismo enorme. Yo hallo que es una dádiva, ¿no?;
ella ya nació con ese don. Sólo que ahora ella paró
más para percibir ese poder que ella posee.
Yo hallo que ustedes, los que están en
torno de ella, son los que tienen que crear las condiciones para que ella
pueda aflorar ese potencial. Sin ustedes ella no podría haber conseguido.
Por eso la síntesis es hecha aquí.
Ah, puede ser (ríe), puede ser. Dicen que
no existe casualidad en el mundo...
Eso que está en el librito que te mandé:
que escenógrafo, director de cine, músicos, todos veían
en ella el personaje estratégico para que, a través de él,
se realizaran los ideales de cada uno. Tú como escenógrafo
puedes tener un ideal que, a través de ella, consigues realizar.
Puede ser, puede ser; realmente ella me estimula
para eso. Ella...mucho, es verdad. Es gracioso que...realmente una cosa
casi a nivel inconsciente, como tú ves. No es sólo trabajo,
¿entiendes?, se desenvuelve...qué se yo, acontece una necesidad;
tu conciencia interior pide para que tú eches mano en esas informaciones
que están en lo inconsciente de cada uno.
Otra cosa: el cambio del plato volador de tantos
años; desde el inicio estuvo el plato volador, ¿no? ¿los
primeros programas del año 86, por ahí?
Ahá.
¿Por qué cambia? Ustedes colocan
ahora algo que es como si fuese de cristal también, que ella sale...
Es una iris. Es porque, en verdad, la propuesta
de escenario este año, quiere decir...uno siempre hacía que
Xuxa llegase a determinados lugares, con la nave. Es eso que, la verdad,
las cosas hablan más en forma intuitiva. Pero la forma de uno explicar
eso en el plano racional, es así: Xuxa siempre llegaba a determinados
lugares y transformaba, ¿no es así? Y esa vez, uno comenzó
a imaginar...a ir a de donde ella vino. Es decir, el escenario ahí
sería tipo así: los portales, las cercanías, los sitios
más próximos de donde ella realmente, ella podría
vivir.
En todos los otros trabajos, nosotros siempre hicimos
así: Xuxa viene con su plato volador.
Como que viene de fuera de la Tierra.
Sí, viene de fuera, y llega a determinado
sitio, y transforma aquel sitio, ¿eh?
Las personas, todo.
Las personas, los colores, todo.
Y ahora ella sale...
Ahora nosotros estamos YENDO A BUSCARLA DONDE ELLA,
DE DÓNDE ELLA PODRÍA VENIR. (las mayúsculas destacan
el tono de voz).
"Foi até o infinito no meu disco voador..."
¡Siií!...(riendo).
"...lá acima eu descobrí de ónde
eu vim, pra ónde eu vou".
Sí...es por ahí.
Entonces ella es como que sale del cristal (...)
¿y ahí ella?
Llega...sería el patio de entrada de su residencia,
en su casa. Y aquella...como está el decorado, sería los
portones de entrada de su castillo, que podría estar muy después;
todavía no hicimos.
Ese castillo estaría en otro mundo.
Sí, puede ser, de otra dimensión,
otra esfera.
Y la diferencia del mensaje entonces sería
que, todos estos años, era como que ella llegaba aquí a dar
un mensaje.
Sí.
Y ahora es como que ella está volviendo
a su origen.
Sí, puede ser, puede ser.
Tú hallas que la misión está
terminando, entonces.
(ríe)
Intuitivamente...
No sé, no sé; puede ser que, en mi
cabeza, sería una nueva etapa. Es que, en verdad, para nosotros,
la misión de Xuxa no...todavía falta mucho. Está pasando
por una nueva fase, no sé si me comprendes.
¿Será que ella está más
asentada en la realidad ahora?
Mm...me parece que sí...
Porque ella puede ser más mística
en el pensamiento, pero tiene cosas que parecen más concretas ahora.
Sí, sí, va quedándose...para
nosotros, más madura ¿no? Ahora me parece que está
empezando a poner las cosas en su equilibrio.
¿Será que el cristal, como elemento
que es de la Tierra, a diferencia del plato volador, que no es de la Tierra,
tenga algo que ver con eso de estar más en este sitio, que aquel
mensaje de que ella llegaba de otro sitio, o no sería?
No sé, no sé...puede ser...Lo más
importante de todo es que el cristal es pureza, para nosotros significa
pureza...
Elevación.
Elevación, pureza, todo. Entonces...no sé
si es exactamente eso. No sé si es eso. Me parece más que...eso
mismo: pureza, una forma de contacto celestial, esas cosas.
Ahora, todo lo que tú hablaste, tu pensamiento
particular de que ella viene para cumplir una misión, ¿todo
eso ya desde el año 86 fue pensado escenográficamente, como
una propuesta, o fue un descubrimiento posterior?
No, no: una después de la otra. No. Jamás.
Cuando nosotros estamos haciendo un trabajo, jamás pensamos que...No
tiene nada programado por nosotros. Es una cosa...
Espontánea, es hecha espontáneamente.
Espontánea. Incluso nosotros hablamos mucho.
En los últimos trabajos Xuxa habló mucho sobre...¿sabes?,
hubo una interrelación muy fuerte entre nosotros y Marlene, Xuxa
principalmente. Muy fuerte.
Porque tú hablaste convencido de que ella
viene de fuera para cumplir una misión.
Bueno...(ríe) no sé, bueno, es el
trabajo que nosotros hacemos; no sé si eso pasa así.
Si es así o no es así, ahá.
Pero los trabajos que hacemos, es así, en
ese ritmo; para mí en ese ritmo. De esta forma, ¿comprendes?
Ahora, que me estás hablando, estás poniendo en mi cabeza
algunas cosas pero que...puede ser que sí: yo pienso que Xuxa tiene
una misión, realmente. Ella descubrió una cosa que tenía
que hacer y está, puede ser que ahora más clarito en su cabeza
que...alguna cosa tiene que hacer en este mundo.
Parecería que algunos de los músicos
que hacen las canciones para ella, pensasen que ella viene de afuera, que
ella tiene una misión respecto de la Nueva Era, el Nuevo Planeta,
como que para los músicos esos mensajes ellos pasan a través
de Xuxa, el mensaje para los niños, como que Xuxa es preparatoria
para eso.
Puede ser, puede ser.
Parecería ser que estos músicos,
Paulo Massadas, por ejemplo, Michael Sullivan...
Michael Sullivan, puede ser; me parece (ahora como
yo soy una persona espiritualista), todos nosotros tenemos una importancia
en el Universo, si no, no existiríamos. Ahora, algunas personas
tienen más peso.
Más determinación.
Y más peso; puede ser que sean más
antiguas. Entonces, me parece que Xuxa sería una de esas personas.
No solamente ella, pero que ella es una de esas personas. Me parece. Yo
me siento dentro de ese universo.
Yo también (lo veo así), por eso...estoy
hablando con un escenógrafo, porque para mí un escenógrafo
es importante. Inclusive un escenógrafo, un músico, para
mí son tan importantes, que el mensaje que Xuxa transmite, no sería
el mismo, si no fuera por las imágenes y por las músicas.
Ah, sí.
Porque personas que juegan con niños,
puede haber muchas, pero lo que diferenciaría a Xuxa de otras animadoras,
es la variedad y cantidad de canciones que ha hecho. Yo pienso que la parte
musical es muy importante.
Es verdad, es verdad; muy importante. La imagen
y el sonido, es verdad.
Por eso pienso que los músicos, y todos...personas
así de producción de aquí son todos (río) iluminados.
¡Mm...por Dios! (ríe) ¡Dios mío!...
(...)
Pero yo hallo que...ahora tú realmente tocas
una cosa seria. Realmente yo hallo que acontece esto a uno: uno es llegado
a eso, es impresionante. Es como si fuese así: el movimiento...es
decir, si uno no hiciera eso, parece que alguna cosa está en desequilibrio,
qué se yo. Uno es llevado a hacer, a actuar de esa manera, a crear
de esa manera, ¿entendiste? Qué se yo; es impresionante eso.
Hace tres años que yo no pisaba aquí
la Globo para ver a Xuxa. Inclusive, si tú no me hubieses invitado
a pasar aquí, yo no podría haberla visto. Es como que siempre
hay una fuerza que me conecta con ella, para hacer estas cosas, hacer el
libro...
Ahá; hay mucha gente que tiene esa...
Siempre llega alguien, llega información...
Sí, es impresionante. Es gracioso (...) pero
uno es llevado a producir de esa manera. Yo estoy hasta acordándome
de algunas creaciones que acontecen, a veces durante sueños; ya
aconteció ver escenarios para Xuxa, que ya hasta hice en sueños.
Ellos surgen en sueños. Algunas cosas así.
Y después tú hiciste.
Y yo ya miré cosas en sueños que todavía
no hice. Hay cosas así, impresionantes.
¿El año que viene tiene idea de
cambiar la escenografía, o no se sabe si va a ser hecho el programa
en el Brasil?
No sé, no sé. Cada año uno
tiene que (...) puede ser.
Está muy linda, una lástima sería
que cambiase.
Ah, sí (ríe).
Por primera vez, la escenografía no fue
modificada al año siguiente, y se la mantuvo también en años
posteriores, definiendo una imagen y un mensaje.
Cambios y definiciones escenográficas
El programa Xuxa Park, en el 97, combinó
una pequeña innovación con una reaparición: por un
lado, Xuxa saliendo de una pirámide y no ya de aquella esfera iridiscente
cristalina. Por otro lado, la animación computarizada, con el plato
volador como en los viejos tiempos. La pirámide, con un interior
metalizado iridiscente, como los CD. Por fuera, plateada y con triángulos
equiláteros formando una trama. Inconfundible símbolo de
fuerzas energéticas, vinculado con inteligencias cósmicas
que operan en la tierra desde la antigüedad. Rodeada de cristales,
mantiene el mensaje de la escenografía anterior, que no cambió
en esa parte. Parece ser que la perdurabilidad de esos cristales durante
los tres ciclos desde el 94, habla de una definición en el mensaje.
Si cada año la escenografía era renovada, pero la nave era
mantenida, y eso ahora ocurre con los cristales, así como antes
el mensaje era la procedencia cósmica de Xuxa, ahora se pasa a lo
espiritual, lo energético de su naturaleza y su propósito.
Vuelve la nave y, con los cristales, se sintetizan ambos mensajes: lo cósmico
y lo sublime.
"El libro que va en el paquete, dice algunas cosas
que nunca quise transmitirle a esa Xuxa ilusionada de una vida que iría
a convertirse en un paraíso en la Tierra. Nunca quise decir cosas
que...bueno, las sé; las supe siempre, pero no a muchos se las dije.
Muy seleccionado a quién decirle y a quién no. ¿Por
qué iría a decirle a una chica con una esperanza tal, que
las cosas no son exactamente como ella cree? Preferí que Xuxa siguiera
ilusionándose e ilusionando gente. Hasta hubo un tiempo
en el cual yo también tuve mi propio autoilusionamiento.
Uno está en este planeta, uno puede saber que viene de otro lado,
uno puede saber a qué vino, y uno puede saber qué es lo que
va a pasar. Pero uno puede hacerse una "autohipnosis", uno puede convencerse
de aquello que ni siquiera cree. Y eso me pasó.
¿Por qué lo hice?, quizá porque fue un juego, dentro
del laberinto: entrar por una puerta, olvidarme de aquello que dejaba atrás,
aquellas convicciones, aquellos conocimientos; meterme en el juego, el
juego de Xuxa, Enrique Barrios, etcétera. ¿Y qué había
allí?, había todo lo que en el fondo deseamos todos. Era
lindo; más valía eso, que la verdad dolorosa. Verdadera,
pero dolorosa. Aunque ahora digo: dolorosa, pero verdadera.
Me costó un poco, o bastante, desengancharme
de este ilusionamiento. Pero, finalmente, volví a lo que verdaderamente
soy y sé; a mi verdadera convicción. El otro día estuvo
una estudiante de Astronomía en mi casa. Y cuando me dijo: "los
extraterrestres no existen, porque la Teoría de la Relatividad dice
que a velocidad de desplazamiento de 300.000 kilómetros por segundo
un objeto no puede penetrar...blá, blá, blá", todo
eso de siempre, de los astrónomos que pretenden justificar a través
de esas limitaciones científicas, algo que desconocen. Y dijo: "por
lo tanto, los extraterrestres, no existen" (risa mía en la grabación).
Y entonces, le respondí: "Yo soy extraterrestre". ¿Me estás
tomando el pelo?, dijo. "No, soy extraterrestre". ¡Demostrámelo!
"No, demostralo vos. Andá afuera y decí: (mi nombre) es un
extraterrestre. Y yo diré: nunca dije eso. Entonces vos dirás:
¡Sí, me lo dijiste! Y yo diré: nunca dije eso. Entonces
vos, te quedarás con la incógnita". Porque yo no soy un extraterrestre
que viene a traer pruebas de que es extraterrestre. Soy un extraterrestre
que no quiere que se sepa que es extraterrestre. Si no, nada me costaría
aparecer en televisión, radio y prensa gráfica, porque los
contactos los tengo, y podría aparecer donde yo quisiera, diciendo:
"Soy extraterrestre". Y si no lo hago, es porque mi finalidad no es la
de darme a conocer como tal, al menos POR AHORA (las mayúsculas
destacan mi tono en la grabación).
Entonces, esas pruebas que ellos exigen
para demostrar que una cosa es cierta...muy bien, ¿por qué
no las demuestran ellos? ¿Por qué? La ciencia, los astrónomos,
los físicos, no tienen una forma científica de demostrar
que los extraterrestres existen. No existe forma, porque lo que no es del
plano físico, no puede ser investigado con las herramientas del
plano físico que utiliza la ciencia. Entonces aquí se plantea
un doble problema: que para los que creen en los extraterrestres ha sido
siempre tomado como una desventaja, y en realidad, es una ventaja, si lo
vemos del otro lado: el problema de la ciencia es que no puede, no solamente
demostrar que existan los extraterrestres, sino que tampoco puede demostrar
que no existen. Es indemostrable científicamente;
la limitación está dada tanto si se quiere decir que existen,
como si se quiere decir que no existen. ¿Por qué? Porque
no es cuestión científica. Lo mismo que si hablamos de espíritus,
o de reencarnación, o de energías. Son cosas que van más
allá de la ciencia, y que la ciencia no tiene cómo negar
ni afirmar. La ciencia no está hecha para afirmar o negar cosas
que no pertenecen al plano de las tres dimensiones.
Por lo tanto, señores de la Astronomía,
y señores escépticos: yo, para mí mismo (y no me importa
lo que piensen los demás), yo soy extraterrestre. ¿Por qué?
¡muy sencillo!: porque me acuerdo de cuando bajé a tomar este
cuerpo. Era 1986, abril 20, antes de medianoche. Recuerdo cuando salió
quien estaba, y yo ingresé a este cuerpo. ¿Mm? ¿Clarito
Xuxa? Bueno. Ése soy yo. Pero no podía decirle a la Xuxa
del 91, ni a la del 92, ni a la del 93, lo que soy, cuál es el propósito
para que me mandaron aquí, qué era lo que yo tenía
que hacer, y qué era lo que debía transmitir. No es tampoco
el propósito de esta grabación detallar todo eso; ya me encargaré
a través de un libro, cuando el momento llegue, de dar a conocer
a todos una serie de cosas que tienen que ver con los que estamos cumpliendo
un Plan. Porque los extraterrestres no vienen todos del mismo lado.
Los del comando galáctico están
preparando la evacuación del planeta (...) y se están
ocupando de preparar y seleccionar a la gente que será transportada
en la nave cuando lleguen los momentos en los que este planeta no podrá
soportar condiciones de inestabilidad climática, ambiental en todo
sentido, y deban ser retirados de aquí aquéllos que pertenezcan
a esta selección. Luego serán traídos de nuevo, cuando
(...) esto se reestabilice. Además serán traídas
las personas con un determinado grado de vibración, y otras serán
llevadas a otros lugares. Ése es un plan.
Pero hay otros seres (...) los del planeta
Venus están tratando de evitar que el planeta éste se destruya.
Están preparando a la gente con mensajes (que tienen mucho que ver
con Ami o con lo que usted está transmitiendo) que son mensajes
por los cuales se propone la posibilidad de que el mundo no sea destruído
y se salve. Eso sí: ellos no afirman que esto se vaya a salvar.
Ellos creen que es posible salvarlo, pero no dan ninguna certeza, a diferencia
de Enrique Barrios que, para él, esto no se termina: esto se salva,
fácilmente, y así, punto. ¿No? Antojadizamente para
él porque se le ocurrió, bueno; es el único tipo entre
miles y miles de contactados o de gente que tiene que ver con extraterrestres,
que dice eso. Bueno, él dice eso, se le ocurrió eso. Tengo
todo un estudio sobre Enrique Barrios, y bueno, eso también será
publicado en su momento. ¡A mí no se me escapa uno! A mí
no se me escapa uno, porque me ocupo de esto, y no soy tan fácil
de convencer. Sí hasta cierto punto; después, que no me defrauden,
porque ahí sí que la cosa cambia. El supuesto Ami
que había transmitido el mensaje aquel, de la "inspiración",
bueno, hay cosas que parece que...no son tanto de Ami, porque el fenómeno
de los contactados con seres de otros campos, siempre parece ser el siguiente:
hay un tanto por ciento de mensaje emitido por el transmisor que trasciende
esta dimensión, en un lenguaje de determinadas características,
a un receptor aquí en la Tierra que, de ese lenguaje y de esa transmisión,
obtiene una X cantidad o porcentaje de información que, a su vez,
queda interferida por conceptos de la propia personalidad. Es decir: A
dice a B lo que, a su vez, retransmitirá a C...que es como el juego
del teléfono descompuesto.
Entonces, no hay un mensaje textual que pueda
llegar desde el cosmos sin distorsionarse y, lamentablemente, Enrique Barrios
ha incurrido, como casi todos los contactados, en una distorsión
de los conceptos originales que le fueron transmitidos. Yo lo tengo investigado,
y ya le llegará su hora a Enrique, así como a otros habrá
de llegarle. También me llegará a mí la hora, así
que yo rendiré cuentas de mis cosas. No tengo un ciento por ciento
de acierto en mis conceptos, pero me he ocupado con mucha responsabilidad,
la misma que me exige trabajar en estos temas, hacer una recopilación
durante años y años, de todo este tipo de información,
de conocimiento, de autores, de contactados, etcétera.
El problema de los contactados es que ellos transmiten
su propio mensaje, cada uno dice lo suyo; lo que tienen para decir,
bueno, eso dicen. Mi función es diferente: recopilo todos los mensajes,
y de todo, expongo todo. Es como el supermercado:
para que no haya monopolios, ahí están todos los productos.
De eso me encargué; lo que quieren los contactados es el monopolio:
cada uno decir la suya, y no le importa lo que digan los demás.
¿Mm? Entonces, ahí no hay unidad, ahí no hay intercambio,
ahí no hay nada. Y eso no es a lo que yo apunto. Hace años
que estoy apuntando a otra cosa, y siempre he sido respetado y no he sido
calificado como "elemento peligroso" por los investigadores de sectas de
la Argentina, justamente por la forma en que me desenvuelvo. Ganarse respeto
por parte de esta gente acá en la Argentina, es una cosa muy difícil.
Si ellos lo han hecho para conmigo, entonces por algo debe ser.
Ahora bien, ese librito contiene ese mensaje.
Esta grabación no sé si es una bienvenida a un nuevo tiempo,
o una despedida de un tiempo que se va. No sé si habrán nuevas
grabaciones. No sé si habrán nuevos mensajes o nuevas cartas;
no sé, no sé nada.(...) Estoy solamente en el campo
del presente, que me muestra claramente, que hay en Río de Janeiro
una persona con la cual no he establecido comunicación durante cuatro
años, de la manera que hubiera sido deseable, por lo menos para
mí (...) Pero el tiempo pasó... y se está yendo...
nuevamente, un año en el cual mi ausencia ha definido la forma en
que aquello que Xuxa representa para mí, ha quedado más guardado
que evidenciado. (...) Creo que si le vamos a dar importancia a
la no proximidad física, estamos olvidando que hay cosas más
importantes que eso (...) He hablado a veces con los fans, que hay
una cosa más importante que seguir a alguien, y es amar a alguien.
¿Y qué diferencia hay entre amar y seguir? Se puede seguir
sin amar, y se puede amar sin seguir. También se puede seguir y
amar. Amar...¿Y qué es amar? ¿Poseer? Creo que no...
"Amar", esa palabra viene de (a mors = no muerte) (...) Si no es
muerte, es vida. ¿Y qué es vida? ¡He...!, la vida es
una expresión de libertad, una expresión de expansión,
de alegría, de creación. Pero, ¿hay vida sin libertad?
¿hay "amar" en el "querer" que posee? ¿Qué es "muerte"?
Olvidemos la muerte física, porque ella no existe, es nada más
que un paso a otro estado. Pero "muerte" es odio, muerte es dolor, muerte
es egoísmo; eso es la verdadera muerte. ¿Y dónde está
el dolor, y dónde está el odio, y dónde está
el egoísmo, sino en esas relaciones por las cuales una persona ata
a la otra, la limita, la posee, la persigue, la oprime? En un casamiento,
en una pareja, ¿acaso está ausente todo esto? ¿Qué
clase de amor es aquél que limita tanto? Eso es querer,
querer poseer; poseer es poner límites. Y, a veces, cuando
hay un sentimiento de pasión (porque una cosa es amor y otra pasión),
la pasión puede expresarse en sentido positivo o negativo, siendo
el sentimiento de alegría, un sentimiento de felicidad, o un sentimiento
de bienestar, lo contrario al sentimiento de malestar o de odio (el odio
también es un sentimiento, una pasión, ¿mm?). Entonces,
una pasión se desdobla en odio y... "cariño", podríamos
decir, como el opuesto. Pero el amor, no es el opuesto del odio: es el
opuesto de la pasión, que se desdobla en odio y cariño. El
amor, al ser opuesto de la pasión, es algo muy elevado. Amar, liberar,
"permitir vida", sería. Si "amor" viene de "no muerte", y no muerte
es vida, aquello que libera, aquello permite vida.
Y yo, creo que permitir vida, muchas veces es estar lejos, dejar que la
persona distante sea. Y no querer imponer la presencia. Quizá
quise imponer presencia en algún momento (al principio, cara a cara).
Recurrí a las cartas: ya era una presencia más distante,
que permitía un mayor espacio. Y después, ni cartas siquiera:
permití un mayor espacio aún. Entonces parecería ser
que he amado más a Xuxa cuanto más lejos he estado. Porque
menos la he molestado.
Y los fans (...) Tengo amigos allí,
pero se lo he dicho a algunos: esto que ustedes están haciéndole
a Xuxa, no es amor. Si la amaran verdaderamente, se tratarían ustedes,
entre ustedes, de otra manera. Porque si lo que ella transmite es amor,
y si lo que ustedes rescatan de lo que ella transmite, es eso, ustedes
deben incorporar eso y expresar eso. Y, en muchos actos que cometen, no
lo están haciendo. ¿Qué es lo que rescatan de Xuxa
entonces, su otra parte, que todos la tenemos? ¿La parte pasional?
ésa que puede incurrir en odios, envidias, roces entre unos y otros,
y problemas, bueno, ¿eso es lo que rescatan de ella, y no lo otro?
Parece que sí. Quizá por eso, y por otras cosas, no he tratado
de integrarme a grupos de fans, salvo comunicarme, o hablar o charlar con
algunos, o tener amistad (...).
Ahora debo irme. ¿Qué dejo en esta
cinta? quizá más incógnitas que esclarecimiento. Quizá
no mucho de nuevo, salvo mi voz que aparece, de esta manera por primera
vez. Una voz que yo mismo me doy cuenta de que es algo dura, poco afectiva
(...) La frialdad de un lenguaje de esas características, pues,
está dada por la necesidad de mantener este trato más formal
(...) no es que estoy poniendo distancias; es que las distancias siempre
existieron. Lo que pasa es que uno creyó que no existían
(...) Entonces vamos a recuperar las debidas distancias.
Bueno, no quiero excederme (...) no quiero cubrir
dos lados de un cassette, para hacer perder una hora, que ya es bastante
haber perdido 35 minutos; es mucho. Desde ya que conmigo el tiempo no se
pierde del todo, porque, como le dije a mucha gente: no te hagas problema
por el tiempo que pierdas conmigo. Alguna vez, si no lo aprovechás
ahora, alguna vez te darás cuenta del provecho que tiene. Pues todo
es aprovechable, no todo es valorable en el momento en que se produce.
(...) Me voy. Chau. Nos vemos. ¿Nos vemos? Bueno, quizá
alguna vez; quizá no, pero eso no importa. No importa. (cantando:)
"Me voy alejando despacitooo...me voy yendooo...tomo mi nave imaginariaaa...y
emprendo vuelooo...mmm...Allá arriba descubrí...de dónde
vine y dónde voy..." ¿Cómo era? ¿algo así?
¿mm...cómo? ¿usted viene de allá arriba? ¿cómo
es? ¿"Fui hasta el infinito en mi disco volador / allá arriba
descubrí de dónde vine, adónde voy"? ¿Ah, entonces
yo no estaba loco cuando decía que Xuxa era extraterrestre, ella
misma lo cantaba? ¡Mmm hmm...! ¡Qué cosa, ¿eh?,
cómo cambian los tiempos! Bueh. Bueno, estamos todos locos entonces,
ahora me quedo más tranquilito. Bueno (...)"
Entre el capullo y las alas
En unas páginas que encontré, escritas por
aquellos tiempos, explicaba mis comportamientos en cuanto a no decir ciertas
cosas a Xuxa:
"Sabiéndome poseedor de un gran poder
de influencia sobre las personas, estaba seguro de que Xuxa podía
ser privilegiada por mis ideas positivas, o ser víctima de mis errores
de pensamiento. Mi problema era cómo hacer para transmitirle sólo
las cosas que no alteraran el curso de su misión. Había cosas
que yo sabía y no debía revelarle. Y el problema era que
algunas de esas cosas afloraran entre todo lo que debía transmitirle.
Habían en mi mente dos realidades, dos
cosmovisiones antagónicas: la que el mundo aceptaría fácilmente
y la que fácilmente el mundo rechazaría.
Mis influencias sobre ella pretendían
no ser optimistas al extremo, en cuanto al futuro de la humanidad. Si logré
mi propósito de reforzar sus esperanzas, cumplí con mi objetivo.
No sé si así sucedió; al menos no lo sé a ciencia
cierta. Pero puedo suponer que en algún rincón de su interior
quedó pulsando toda esa carga de pensamientos y sensaciones que
le transmití. Yo creía que era para su bien que cumplí
ese propósito. Pero tres años deberían pasar para
que cesara de ilusionarla con esperanzas que por fin descubrí que
eran irrealizables. El mundo cumpliría irreversiblemente un ciclo
más sin final feliz. Luego vendría un paraíso, sí,
pero tras los dolores del parto.
Xuxa no debía recibir ni transmitir cosa
alguna que tuviera que ver con las finales desgracias de esta era de la
humanidad. Era necesario mantenerla envuelta en el capullo de seda del
final feliz de Ami: era una mariposa demasiado frágil para que saliera
del capullo protector a volar a la realidad dolorosa del futuro planetario.
Pero claro, tarde o temprano ella, como todos,
iría a descubrir la verdadera tendencia de las cosas de la vida,
el verdadero destino de esas tendencias irreversibles. Y la mariposa angelical
vería deshacerse sus alas frente al decepcionante cuadro de la realidad.
Por eso yo no debía seguir pintándole
un cuadro promisorio de felicidad apocalíptica: debía prepararla
para lo contrario de lo que durante tres años contribuí a
prepararla.
Mi mundo ilusorio de Xuxa y Ami (el mismo mundo
por ella soñado y por Ami pregonado) quedaba cada vez más
deshecho por la realidad misilística, económica, plurirreligiosa
y polucionada. Que Enrique Barrios continuara con su universo personal
de sus esperanzas ilusas; yo debía buscar esperanzas más
concretas. Debía ser fiel a mi sentido de buscar la verdad, sea
cual fuere, y decirla, pese a quien le pese.
Si yo le contaba a Xuxa lo que, finalmente, decidí
creer y hacer que la gente sepa, iría a destruir aquella fantasía
bonita que le pinté. Quizá iría a influir en la posible
destrucción de las fantasías bonitas que ella misma se pintó
gracias a sí misma, a Ami, a mí y a otras influencias. Ella
iría a contar con mi ayuda para descubrir que las cosas de la vida
no son como parecen. Sólo conmigo podría contar para eso.
¿Por qué? Porque había dos planificaciones a cumplirse:
la del mundo acuariano, y la de los que vinimos a decir cosas que trascienden
esa realidad planetaria microcósmica.
Tuve que bajar al nivel del jardín de
infantes de la New Age y sus hadas madrinas. Allí estaba Xuxa y
su mensaje. Pero el Universo y lo que hay más allá de él...tienen
niveles superiores a ese jardincito de ilusiones planetarias. Y yo no podía
hablar de cosas universitarias a una niñita. Tuve que ponerme el
guardapolvos cuadriculado y el pantaloncito corto. Entonces la niñita
y yo jugamos amistosamente como compañeritos de misión en
la Tierra, entre cartitas de amor y besitos mandados con cariño
de chiquilina. Demasiadas flores para pincharla con las espinas de mi saber
oculto. Pero debía hacerlo alguna vez. Debía mostrarle cuál
era la finalidad real de su misión. Mostrarle qué era lo
que se podía y lo que no se podía hacer. Bajarla de aquel
rol de salvadora donde la puse por error en los inicios, en el 91, y situarla
en el papel que ella tenía en el planeta. Un papel por el cual no
habría salvación ni solución agradable para la humanidad;
un papel tan sólo destinado a cambiar la conciencia de muchos frente
a lo que existe y lo que vendrá, pero no para evitar lo que vendrá,
ni para cambiar lo que existe".
Mi cierre de transmisión
Habrán pasado dos años desde esa despedida,
cuando ella recibirá el último sobre de aquel muchacho encariñado
que le mostró y que le entregó lo que muchísimos otros;
aquel humano y extraterrestre que le mostró y que le entregó
lo que ningún otro. Será diciembre de 1995 y, en ese sobre,
ella encontrará una grabación. Entre mucho más, podrá
escucharme decirle que si bien ella se define como católica, no
es tal cosa si cree en la Nueva Era. Al día siguiente, cuando Mirtha
Legrand le pregunte si es católica, responderá que sí,
dudará, y se rectificará manifestando: "no voy a decir
más que soy católica, porque si no van a pensar que voy
a la iglesia".
También encontrará en el sobre la
Guía Vivencial de Redfield, Servidores de la Luz,
de Rhea Powers (el mensaje venusino), y el mensaje de las Pléyades
publicado por Bárbara Marciniak, que contendrá la primera
aproximación a mi "verdadera verdad" que en cinco años recién
entonces le habré revelado a Xuxa; porque ese mensaje dice lo que
en realidad pasó con este mundo, y no el cuento de hadas de todo
lo que hasta ese momento ella habrá leído por mi intermedio,
dada mi autohipnosis acuariana primero, y mi precautoria reserva
después.
Quedará en ella si deseará enfrentarse
a la realidad de un mundo preconcebido para la manipulación de las
almas puestas en él, o si seguirá con el bello y tranquilizador
cuentito del mundo hecho para la evolución dolorosa de las almas,
bajo el supuesto cuidado de un Dios supuestamente providente que evitará
los acontecimientos trágicos de la Apocalíptica profecía
bíblica.
Pero ya no será cosa mía lo que haga
de este último material; y ya no habrá cartas cariñosas
y tampoco libros reveladores. Todo estará hecho. Será el
final de un proceso de media década de preparación de su
mente. Su misión estará cumplida. Su mente cargará
la información transmitida. Su corazón guardará las
vibraciones de mi sentir. Y mi corazón, guardará las vibraciones
de su sentir. De misión a misión, habrá quedado efectuada
la mutua "trans-misión". Cuando este extraño transmisor de
sentimientos y conocimientos cierre contacto, sin que ambos sepamos que
eso estará ocurriendo, mi desaparición no anunciada quedará
como un enigma. Terminará su tiempo de verme como un pro-acuariano
más. Mi ausencia será indicio de que algo en mí
estará cambiando; algo se estará preparando en mi mente
y espíritu, y no consistirá precisamente en volver alguna
vez como aquel soldadito planetario a las órdenes de un proyecto
galáctico de comandantes confederados. Si alguna vez algo de mí
supiera, será lo que ahora sí podrá encontrar en mi
discurso. De ese derecho la habré estado privando hasta entonces,
pues ella no tenía la obligación de vivir en un cuento de
hadas, y quizá subestimé su sensibilidad e inteligencia para
percibir y saber comprender este otro mensaje que le ocultaba. Pero, como
todo ser humano tiene el derecho de saberlo, ella tendrá la posibilidad
cuando le llegue el momento.