No se apresuren a dictaminar el veredicto, sino que
deberán investigar profundamente el caso
antes de emitir la
sentencia final.
Existe
un versículo que versa: “27Casa
de David, así habló Hashem: elaboren por la mañana el juicio
y salven al despojado de
manos del ladrón”. Podemos pensar que nos viene a enseñar
que los juicios se realizan solo en las primeras horas del día
(por la mañana), sin embargo, nuestros sabios explicaron
que el texto viene para darnos a entender que una vez que
tenemos todo claro en nuestras mentes como la mañana, recién
entonces emitamos la resolución, de lo contrario, abstengámonos
de hablar – esto es elaboren el juicio por la mañana28.
También
hallamos que versa: “29Di
a la sabiduría: ¡eres mi hermana!. Es decir, si el
caso está en tu mente claro tan como tu hermana (ya que bien
sabes que está prohibido casarte con ella, y eso lo tienes bien
claro), entonces habla, de lo contrario, calla30.
Esto
nos demuestra que debemos ser pacientes antes de emitir opinión
alguna, para en el momento de hacerlo, estar bien seguros que
hablamos lo correcto.
Si
apreciamos lo que dijo el rey David, interpretaremos esta última
conjetura de manera apropiada. “31Si
me tomare un plazo, entonces juzgaré rectamente”. Es decir,
32un
tiempo fijo para poder indagar, analizar y sacar conclusiones
correctas.
Debemos
comprender de aquí dos cosas: una, que este mensaje de ser
circunspectos en el juicio está orientado hacia los hombres que
ejercen el poder judicial en cada lugar y situación particular.
De todos modos, es nuestro deber aplicarlo también a nuestras
vidas, aunque no seamos integrantes del tribunal; y eso se
consigue así:
Cada
uno de nosotros reiteradas veces al día elabora juicios y
pronuncia su sentencia. Citemos algún ejemplo:
Reubén
relata a Shimón haber visto a Abraham tomar un paquete de
galletitas del almacén, luego se retiró sin pagar y sin ser
visto por el cajero.
Reubén
sentenció que Abraham robó e hizo partícipe del hecho a Shimón,
quién ahora tendrá a Abraham como sospechoso de apropiarse de
cosas ajenas. Y ya fue dicho: quién habla lenguaje perverso
“lashón hará”, mata a tres personas: al individuo del que
se está hablando, el mismo que lo está diciendo, se mata a si
mismo, y al que escucha. Y sobre este último se dijo que es
peor que todos, ya que no reprendió al infractor por blasfemar
contra su prójimo, pues así sea verdad lo que hizo, está
prohibido difamar a un hermano judío.
Podemos
apreciar que escuchar blasfemias es más grave que quién las
dice de la historia de Iob (Job), quién como es sabido, era una
persona recta y aparentemente no merecedora de castigos, sin
embargo observamos en el libro del Tanaj que relata su historia,
como este hombre recibe tremendos azotes: 33fallece prácticamente
toda su familia de manera
repentina, pierde la gran fortuna que poseía, y su cuerpo se
plaga de enfermedades, lo que incita a los grandes sabios a
buscar una explicación, ya que nada es casual en este
mundo, y la hallan, claro que si.
Encuentran
que cuando el Faraón, rey de Egipto decreta sobre los niños
judíos que sean arrojados al río Nilo, Job mantuvo silencio,
no respondió estar de acuerdo ni en contra.
Pasa
el tiempo y trasciende la noticia que los dos hijos más
destacados de Aharón el Cohen pierden la vida por haber
acercado fuego extraño delante de Hashem34.
Pero ¿Cuál fue el motivo esencial del trágico desenlace?.
Cuando
el pueblo marchaba hacia la tierra prometida por el desierto, lo
hacían en este orden: a la cabeza, Moshé y Aharón; tras ellos,
Nadav y Abihu, hijos de Aharón; y más lejos, toda la población.
Nadav
dijo a Abihu: ¿Cuándo se van a morir estos dos ancianos, así
nosotros conducimos la generación?.
Al
escuchar Job que Abihu también fue castigado por escuchar lo
que su hermano blasfemaba, sin reprenderlo, entendió que él
también es propicio para recibir su merecido tras haber
mantenido silencio frente al Faraón 35.
Así
se entiende que el
que escucha es cómplice y además culpable
por no llamar la atención a su hermano, ya que somos
todos garantes uno por el otro. Cada uno de nosotros es un
miembro del mismo cuerpo provenientes de Adam el primer hombre,
y bien es sabido, que si a alguien le duele una muela, sufre la
cabeza, la pierna, y todas las secciones de su integridad física,
pues son partes de un entero. Y es este el motivo por el cual
fue establecido el texto de las confesiones en el libro de
oraciones (“Sidur”), en género plural. Pues si uno mira lo que está escrito allí,
comprobará que versa: hemos robado, hemos transgredido, hemos
difamado, hemos pecado premeditademente, hemos dado mal consejo,
etc. Esto se debe a que lo que nuestros hermanos pecaron nos
afecta directamente por el motivo que mencionamos, que si a uno
le duele la muela, también afecta a los otros órganos, es por
ello que debemos reprender a los infractores y enseñarles a
transitar por la buena senda, pero debemos tener cuidad en la
manera en que nos dirigimos a ellos, pues debemos tener éxito y
no fracasar, motivo por el cual debemos hablarle en tono dulce y
suave 36.
Debemos
también saber, que no solo con la boca dictaminamos los juicios
que a cada instante las circunstancias de la vida nos ponen por
delante, inclusive lo hacemos con el pensamiento o una acción.
Existía
un hombre quién poseía un fiel perro guardián. Cierto día,
ese señor debe salir por unas horas y deja a su pequeño hijo
de dos años de edad solo con el animal. A su regreso, a altas
horas de la noche, halla la cama del niño
vacía y llena de sangre, corre al sitio donde se hallaba
su can y éste permanece totalmente sofocado con su boca bañada
en sangre.
El
dueño de casa comprende inmediatamente la situación y golpea brutalmente con una piedra sobre la cabeza del
animal, por lo que este pierde su vida.
Más
tarde, ¡Oh sorpresa!, halla a su hijo llorando a unos metros de
la casa, el hombre levanta la cabeza, y un poco más allá, un
peligroso lobo yace muy mal herido detrás de la casa, en el
patio.
Ahora
si, la auténtica verdad llega a la mente de este individuo, el
lobo pretendió atacar a la criatura que seguramente dormía plácidamente,
el fiel can heroicamente hace frente a la fiera con la que se
trenza en feroz lucha, lo que permite al niño aterrorizado huir
hacia fuera.
Comprendemos
ahora por que debemos ser circunspectos en el juicio que viene a
nuestras manos a cada instante, pues si nos apresuramos y
dictaminamos la resolución antes de haber procesado y digerido
la causa como es debido, entonces ¿Quién puede devolver la
vida al perro?.
25 – Introducción del Rab
Pinjas Kahati a la Mishná 1.
26 – Rashi en su comentario a la Mishná
27 – Iermía 21: 12
28 – Guemará Sanhedrín 7b
29 – Proverbios 7: 4
30 – Guemará Sanhedrín 7b
31 – Salmos 75: 3
32 – Comentario de Metzudat David a Salmos 75: 3
33 – Job 1: 1
34 – Vaikrá 16: 1
35 – Extraído del libro “Maianá shel Torá”, perashat “Ajarei
mot”.
36 – Basado en el libro “Taamei Haminhaguim”, sección Iom Kipur.