Capítulo 13
La
envidia, los placeres y el honor, sacan a la persona del mundo.
Dijeron los ángeles celestiales delante de Hashem, “¡Amo de todos
los mundos! ¿1Cuál
es la importancia del hombre que tanto lo aprecias?”, “2El
hombre 3al
vapor que sale de la boca y no se mantiene se parece”, “4No
hay quién gobierne al polvo, echo para no temer”. (Es decir, no hay
nadie que se pueda asemejar al polvo de la tierra, echo para no temer
de ninguna cosa en el mundo, así como el polvo no teme)
Dijo a ellos:
“Eso que ustedes me alaban en las alturas, él me alabará entre los
de abajo” (entre los seres de la tierra).
Y
no solo eso, ¿Pueden acaso ustedes pararse y poner nombres a todas
las criaturas?.
Se
pararon y no pudieron, inmediatamente se paró Adam (el hombre) y puso
nombres a todas las criaturas, como versa: “5Y
llamó Adam nombres a todo animal, etc.”.
Cuando
vieron los ángeles celestiales, (*)dijeron,
si nosotros no venimos sobre el hombre con un consejo para que peque
delante de su Creador, no podremos con él.
Y
estaba Samae’l, el gran príncipe que había en los cielos, y los ángeles
llamados “Jaiot” y “Serafin” eran poseedores de seis alas,
mientras Samae’l tenía doce alas.
(**)Tomó
su pandilla, descendió y vio todas las criaturas que creó Hashem y
no halló astuto para el mal como la serpiente antigua, como versa “6Y la serpiente era astuta, más
que todos los animales del campo”. Y su aspecto era como el de un
camello, y subió y montó sobre él (la
serpiente era de sexo masculino, por eso dice “montó sobre él” y
no “montó sobre ella”),
y la Torá gritaba y decía, Samae’l, ahora se creó el mundo ¿es
momento de revelarse contra Hashem?. 7Cuando
llegue el momento de volar por los cielos, Amo de los mundos, te reirás
del jinete y su caballo. Le insinúa la Torá con esto que llegará el
momento en que el poder que ahora tienen será anulado, para que
desista de su actitud.
Esto
¿a qué se parece?, a un hombre que tiene un espíritu malo (y
está poseído),
y todos los actos que él realiza, ¿ de su propia voluntad él los
hace?, y todas las palabras que él habla, ¿de su propia voluntad él
las dice?. He aquí él no hace esto sino por el espíritu malo que
hay sobre él. Así la serpiente, todos los actos que hizo y todas las
palabras que habló, no habló y no hizo sino por causa de Samae’l.
Y sobre él el versículo dice: 8“En
su maldad será desplazado el malvado”.
Esto
se parece a un rey que se casó con una mujer y la coronó con todo lo
que él tenía, piedras preciosas y perlas. Dijo a ella, todo lo que
yo tengo, estará en tu mano, excepto este barril que está lleno de
escorpiones. Ingresa delante de ella cierto anciano que le pide
vinagre. Dice a ella: ¿Qué acostumbra el rey respecto a ti?. Dijo a
él: Todo lo que él posee dio y dejó en mi mano, excepto este barril,
que está lleno de escorpiones. Dijo a ella: todas las antigüedades
del rey están en ese barril, y no te dijo a ti eso, solo que pretende
casarse con otra mujer y dárselas a ella. Así, el rey, es Adam, la
mujer, es Javá, el anciano que pide vinagre es la serpiente, y sobre
ellos fue dicho: 9“En sus sitios caerán los
que hacen el mal”.
Elaboró
la serpiente un juicio sobre si mismo y dijo: si digo al hombre, se
que no me escuchará, ya que al varón es difícil sacarlo de su
pensamiento. Sino le diré a la mujer que su pensamiento es liviano y
yo se que me escuchará, ya que las mujeres escuchan a todas las
criaturas. Fue la serpiente y dijo a la mujer: ¿Es cierto que ustedes
fueron ordenados respecto de las frutas de este árbol?. Dijo a él (a
la serpiente), “si!”, como versa: “10De la fruta del árbol que se
encuentra dentro del jardín, dijo Di’s, no lo toquen ni coman de él”.
Entre
sus palabras halló la puerta para entrar, dijo a ella: No es esta
ordenanza sino por cuestión de mala visión, puesto que en el momento
en el que ustedes coman de él serán como Di’s ¿Qué El hace?,
crea mundos y destruye mundos, así ustedes, podrán crear mundos y
destruir mundos, así como El mata y da vida, así ustedes, podrán
matar y dar vida, como versa: “11Porque
sabe Di’s que el día en que coman de él serán abiertos vuestros
ojos”. Fue la serpiente y tocó el árbol. Gritó el árbol y dijo
“!Malvado, no me toques!”.
Fue
la serpiente y dijo a la mujer, he aquí toqué el árbol y no estoy
muerto, también tú, toca el árbol y no morirás. Fue la mujer y tocó
el árbol, y vio al ángel de la muerte que viene contra ella, dijo,
quizá ahora voy a morir
y Hashem hace otra mujer y se la da a Adam, entonces ahora le voy a
provocar que coma conmigo. Si hay que morir, que ambos perezcamos, y
si nos toca vivir, que ambos vivamos. Y tomó y comió de la fruta del
árbol y dio también a su marido que comió con ella, como versa “12Tomó de su fruta y comió y
dio también a su marido”. Por cuanto que comió Adam de las frutas
del árbol, se vio a si mismo desnudo y fueron abiertos sus ojos y se
desafilaron sus dientes. Dijo a ella ¿Qué es eso que me diste de
comer, que fueron abiertos mis ojos y se desafilaron mis dientes?. Por
mi sabiduría, así como se desafilaron mis dientes, así se desafilarán
los dientes de todas las generaciones.
(*)
– No hay que pensar que todos los ángeles celestiales se revelaron,
ya que estaríamos errando tremendamente nuestra interpretación.
(**)
– Versa en Bereshit 6: 2: “Fue cuando el hombre se comenzó a
multiplicar sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas; y vieron
los hijos de Di’s, a las hijas del hombre que eran buenas, y tomaron
para ellos mujeres de todo lo que eligieron”.
¿Quiénes
eran estos hijos de Di’s, aquí mencionados?
Algunos
de nuestros sabios explican que eran hijos de Shamjazae’i y Azae’l,
quienes en principio eran ángeles celestiales, y ellos acusaron
delante de Hashem que no es bueno crear al hombre, puesto que en el
futuro estará lleno de pecados. ¿Qué hizo Hashem?, los descendió
del cielo y los colocó en la tierra para que sean como hombres, para
que sepan cuanta fuerza hay en la tierra para cuidarse del pecado, ya
sea como hombres, o poco más o menos que ellos, y de esta manera se
salvarán los hijos del hombre que están sobre la tierra de la
acusación de otros ángeles.
Descendieron
a la tierra y corrumpieron sus actos más aun que los hombres –
vieron las hijas de Cain que van sin ropa y con los ojos pintados,
como mujeres indecentes, y erraron tras ellas y tomaron para si
mujeres.
Hasta
aquí la primera interpretación de los sabios para dilucidar quienes
fueron los hijos de Di’s mencionados, extraído del libro “Sefer
Haparshiot” de Eliahu ki Tob, y trae como fuente de esto entre otros
al capítulo
22 de Pirkei de Rabí Eliezer.
Este
texto que transcribimos completa al capítulo 22 de Pirkei de Rabí
Eliezer, ya que menciona el nombre de los ángeles que descendieron a
la tierra y se corrumpieron, y es muy probable que cuando en nuestro
capítulo, como leímos arriba, que el ángel de doce alas tomó su
pandilla para bajar a la tierra, se trate de estos dos.
1
– Salmos 144: 3
2
– Salmos 144: 4
3 – Así
como el vapor que sale de la boca, lo quieres agarrar y no tienes
nada, a pesar que lo viste, así es
el hombre, no se puede mantener; fue lo que argumentaron los ángeles.
4
– Iob 42: 25.
5
– Bereshit 2: 20.
6
– Bereshit 3: 1.
7
– Iob 39: 18.
8
– Mishlé (Proverbios) 14: 32.
9
– Salmos 37: 13.
10
– Bereshit 3: 3.
11
– Bereshit 3: 5
12
– Bereshit 3: 6.
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