Este domingo vemos el comienzo de nuestra Iglesia. Sucedió cuando Jesús ascendió a “la derecha del Padre” y envió a los primeros cristianos el don mayor. San Pablo nos dice que solamente por el Espíritu Santo se puede llamar a Jesús, “Señor.” Jesús mismo dice que el Espíritu, que procede del Padre, dará testimonio de él. ¿Qué significa eso?

Santo Tomás de Villanueva da una comparación que nos ayuda a entender el papel del Espíritu Santo. No pide imaginar un hijo del rey que visita a su pueblo sin avisarles. Les viene en ropa ordinaria y, después de unas conversaciones, les dice que es el hijo del rey. La gente les dice, "Es cierto que Vd. es algo parecido al rey, su ropa lo niega." El hijo responde: "Espera y pronto mi hermano vendrá en poder real y les dirá quien soy yo." Así es. Sin el Espíritu Santo no podemos reconocer quien es Jesús. El Espíritu Santo es de la misma sustancia divina como el Padre y el Hijo. En el Credo, decimos que el Espíritu Santo "procede del Padre y el Hijo," y con ellos "recibe la misma adoración y gloria." El da testimonio de la verdad sobre Jesús; nos hace capaces de decir, "Jesús es el Señor."

En nuestra cultura no es fácil decir, “Jesús es el Señor.” Vivimos entre personas que no saben exactamente que pensar sobre Jesús. La gente, sí, creen que hay algo especial de él, pero no están seguros que es. Y, desgraciadamente, algunos parecen listos creer cualquier cosa sobre Jesús - menos lo que él mismo dijo. Hace unos años alguien escribió una novela basada en la idea que Jesús era un hombre ordinario que tuvo una novia y que juntos tuvieron una hija de la cual descendió una linaje de reyes franceses. La idea tenía la lógica de un cuento de abducción por extraterrestres. No obstante, muchas personas la aceptaron. Una parte de la popularidad de la idea viene del hecho que vivimos en un mundo obsesionado para descubrir las vidas intimas de gente famosa.

Cuando uno lee el Nuevo Testamento, se encuentra otro retrato de Jesús. Sí, tiene una novia, pero no ella que la gente imagina. ¿Se acuerdan cuando los fariseos le preguntaron a Jesús por que sus discípulos no ayunan? Respondió que los invitados no pueden ayunar cuando el novio está con ellos? Es una afirmación fuerte. Millones de hombres han tenido una novia - y algunos dos o más. Pero Jesús dijo que su novia es el pueblo entero. Es obvio porque las autoridades se pusieron nerviosas. Además, declaró que el Dueño del Sábado, él que perdona los pecados, que se apoderó de Satanás, que existió antes de Abraham. Si Jesús era un ser humano ordinario como tu o yo, o era un lunático o un engañador. Por mi parte, no creo que Jesús era enloquecido ni mentiroso. Me queda una sola alternativa: Es el Señor. Igual que Yavé o Jevohá es Señor de toda la creación., del mismo modo Jesús es el Señor.

Pues, admito que es difícil para mí - aun después de treinta-cinco años como sacerdote - mantener ante mi mente que ese hombre Jesús es Señor del universo y que yo fui creado por ser su sujeto. El problema es que otras fuerzas buscan la soberanía en mi vida. No tengo que mencionarlas. Vds. las conocen tan bien como yo: seguridad económica, placer sensual, respetabilidad - o como el Catecismo las enumera: ira, lujuria, avaricia, gula, envidia, flojera y orgullo. Cuando esas fuerzas ganan, me siento vacío y deprimido. El dominio de Jesús, por otro lado, trae tranquilidad, un sentido de bienestar y poder. Tu y yo tenemos que aceptar a Jesús como Señor - no solamente con los labios, sino con nuestras vidas. La Fiesta de Pentecostés nos recuerda que solamente por el Espíritu Santo se puede decir, “Jesús es el Señor.” Como los primeros cristianos, no podemos hacer nada mejor que abrir el corazón al mayor de los dones.

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