Tema Básico: Santa Catalina Drexel enseña dos lecciones de Navidad: amar para Jesus en su humilidad y solidaridad con los pobres.

Felz Navidad! No tener miedo de decirlo. Feliz Navidad!

Para comenzar esta homilia de Navidad, quisiera contarles de una niña que querria un regalo especial – el mayor regalo que se puede pedir. Tenia nueve años y escibió una carta a su madre adoptiva. “Estoy tratando de estudiar duro,” le escribió, “para hacer mi Primera Comunion este año.” En aquel tiempo, los niños tenian que tener al menos diez u once años para comulgar. Era el año 1867. La ciudad era Filadelfia. Y el nombre de la niña era Catalina Drexel.

Su papa era un multi-millonario. Catalina podia haber tenido cualquier regalo que el dinero puede comprar, pero entendio el mayor regalo: Jesus. Una vez vino como un bebito. Ahora viene el la forma humilde de pan. Cacatlina, desde luego, recibio a Jesus en la Comunion. Obtuvo su mayor deseo navidadeño. Despues, comenzó a pasar tiempo en oracion ante el Santisimo.

Cuando tenia unos dieciocho años entró los franciscanos seglares, abrazando la pobreza voluntaria. Cuando tenia veintiun años, su mama adoptiva murió y dos años despues, su papa, dejandole una herencia de unos veinte millones de dolares. Catalina, sin embargo, continuó con su voto personal de pobreza. Con prudencia y responsabilidad, repartio toda la fortuna. Tenia una preocupacion especial para los morenos e indigenas; establecio una orden religiosa dedicada a sus necesidades espirituales y materiales.

Les cuento de Catalina Drexel por un motivo. Un motivo bastante obvio: este año muchas personas estan sufriendo a causa de la crisis economica. En medio de esta crisis, Catalina Drexel nos enseña dos lecciones de Navidad: amar para Jesus en su humilidad y solidaridad con los pobres.

Recien un hombre – que tiene este espiritu de solidaridad se me acercó. Miembro de una parroquia vecina, habia oido que damos regalos de Navidad a los pobres. Sacó de su bolsillo un puñazo de tarjeta para tiendas de alimentos (Safeway, etc.). Le agradecí y mencioné que tenemos muchas familias que han perdido su empleo. Y le pregunté sobre su situacion. Me dijo que el “fondo para la Universidad” de su familia habia desminuido unos treinta mil dolares. A su lado era su hijo. Me dijo que habian conversado sobre como otras familias estaban sufriendo – y que querrian ayudarlos.

Una cosa bella de ser sacerdote es que se ve actos de gracia escondidos como la familia que perdio miles pero querria ayudar a otros. Estos actos escondidos de gracia mantienen la unidad de nuestra sociedad. Una comparacion: Seguramente han escuchado de la materia oscura. Los cientificos no puedan detectarla directamente, pero dicen que constituye 96% del universo. Sin ella, las estrellas de las galaxias volaron al espacio. Pues, la gracia de Dios - expresada en actos pequeños de compasion - es como la materia oscura. Es lo que mantiene unida nuestra civilizacion.

El Papa Benedicto habló de la necesidad de estos pequeños actos de compasion. Expresó la esperanza que la crisis economica causara que veamos la Navidad con ojos nuevos. La crisis, dijo, puede ayudar a “descubrir el calor de sencillez, amistad y solidaridad.” Como el papa dijo, estos son los “valores caracteristicos de Navidad.”

Para concluir quisiera volver a Catalina Drexel. Ademas de la carta navidadeña que escribio cuando tenia nueve años, tambien escribio otra carta en el dia de Navidad. Esta vez escribia como madre superiora de la congregacion que ella fundo. A sus hijas espirituales escribio estas lineas: “Piensan en el niño Jesus, que pequeños sus pies. No es necesario hacer cosas grandiosas; solamente seguir sus pasos pequeños. Entonces, dejen que Dios haga lo demas y transformara esos pasos pequeños en pasos grandes que nos ayudarán a llevar la Paz, la Esperanza, el Amor y la Alegria que es Jesucristo a todos que encontramos.”

Despues de escribir esa carta, la Madre Catalina sufrio un ataque cardiaco. Vivio, sin embargo, otros veinte años. Pasó esos años mayormente en oracion ante Jesus en el Santisimo. Murio el 3 de marzo de 1995, a la edad de noventiseis años. En el año 2000 el Papa Juan Pablo la declaró una santa. Esta Navidad al ver el reto de solidaridad con los necesitados, pedimos su intercession. Santa Catalina Drexel, ruega por nosotros. Como tu, que sigamos los pasos pequeños del Niño Jesus. p>**********