Un Poema de Navidad

(Homilía para Navidad)

Quizás Uds. han leído del grupo de pastores en Boise, Idaho, que dieron un regalo insólito. Colectaron diez mil dólares y lo usaron para pagar multas de estacionamiento. Antes de Navidad, pusieron una mesa fuera del municipio de Boise y dijeron a la gente que trajeron sus multas. Como pueden imaginar era un alumno de la universidad que tenía el mayor numero de multas no pagadas – ¡ochenta y cuatro! Una señora trajo catorce citaciones y con un poco de temor, les pidieron si pudieron pagar la mitad. El pastor respondió, “No, vamos a pagar todas – porque la gracia de Dios es asombrosa.”

No les cuento esto para me trajeran sus multas. No obstante, es una linda parábola de la gracia de Dios – como su amor no está merecido y que es nuestro solamente por pedirlo. Pensé en esto cuando escuchaba las confesiones antes de Navidad: ¡Que bello es amor y perdón que Dios nos da! Y, realmente, es lo que celebramos en Navidad. Dios se hizo hombre para revelar las profundidades de su amor.

Quisiera contarles de un hombre que recibió un hermoso regalo de Dios - y que lo compartió con el mundo entero. Sus circunstancias iniciales no eran prometedoras. Su papá lo abandonó, antes de su nacimiento, y su mamá tuvo que ganar la vida tejiendo suéteres, guantes, medias y otra ropa. Con estas ganancias le envió a su hijo Joseph a la escuela.

Sintiendo una vocación sacerdotal, entró en el seminario y fue ordenado como sacerdote de la diócesis de Salzburgo en Austria. Fue asignado a una parroquia en las montanas donde escribió un poema sobre el nacimiento de Jesús. Lo guardó por dos años. Poco antes de Navidad, lo mostró a su amigo Franz Guber. Franz compuso una melodía. Uds. ciertamente han oído el poema. Sus primeras palabras son: Stille Nacht! Heilige Nacht! Noche de Paz, noche de amor.

Durante la Misa de Gallo de 1818, la pequeña parroquia del Padre Mohr escuchó el himno por primera vez. La congregación lo quiso mismo y cada navidad lo cantó con mucho ánimo. Pasaron unos quince años y unos visitantes oyeron el himno que el párroco había escrito. Lo presentaron en un concierto en Leipzig. En 1839 fue cantado por primera vez en América. Dentro de pocos años fue traducido en inglés, castellano y muchos otros idiomas. El poema del Padre Joseph Mohr llegó a ser el más popular himno de Navidad:

Noche de paz, noche de amor
Todo duerme en derrenndor...

Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor
Fieles velando allí en Belén
Los pastores, la madre también.
Y la estrella de paz
Y la estrella de paz

El padre Mohr vivió otros treinta años después de escribir su poema. A pesar de la popularidad del himno, su escritor murió sin un centavo. Fue sepultado cerca de la Iglesia de Wagrain donde había servido como párroco por diez años. Había gastado sus ganancias como sacerdote en cuidar a ancianos. Para su poema no ganó ni dinero ni fama. Solamente después de su muerte, el mundo reconoció el autor. Joseph Mohr recibió su poema como regalo – lo llegó durante unos momentos de inspiración tranquila. Lo que recibió como don, dio como don – primero a sus feligreses, luego a los niños y adultos de todo el mundo.

La historia del himno “Noche de Paz” es muy apropiada para Navidad. La verdadera grandeza de Jesús no fue entendida desde el comienzo. Jesús no vino como puro regalo – y con la modestia de un don realmente grande.

Antes de poder apreciar el don del Niño Dios, tenemos que preguntarnos sobre lo que cualquier don significa. Es una gran alegría recibir un presente y una alegría aun mayor poder darlo. Requiere un sentido de maravilla para captar el mensaje. Un hombre que tenía ese sentido era Gilberto Chesterton. Dijo:

Los niños son agradecidos cuando Papa Noel deja en sus “medias” dones de juguetes o caramelos. ¿No podía yo ser agradecido a Papa Noel para poner en mis medias el don de dos piernas milagrosas? Agradecemos a la gente por regalos de cumpleaños como camisas o chocolates. ¿No hay nadie que yo puedo agradecer por el regalo del nacimiento mismo?

El nacimiento, la vida es un gran don. Nadie puede crearse a si mismo o fabricar su propia existencia. Todo lo que gocemos depende del don inicial de la vida.

Sin embargo, hay un don aun mayor. Es lo que celebramos esta noche. Experimentamos en nuestras vidas una combinación de anhelos y limitaciones. Cada una de nosotros tiene un ser escondido que deseamos revelar a alguien que puede comprendernos y abrazarnos. Aquel “alguien” ya existe. Celebramos su cumpleaños hoy.

Un hombre joven, que nunca conoció a su propio papá experimento aquel abrazo. En unos momentos de soledad, escribió un bello poema sobre aquella experiencia. Quisiera concluir con una estrofa de su poema:

Noche de paz, Noche de amor
Llena el cielo un resplandor
En la altura resuena un cantar
Os anuncia una dicha sin par
Que en la tierra ha nacido Dios
Hoy en Belén de Judá.

************

English Version

De los Archivos:

Navidad 2008: Pequeños Pasos de Jesus
2007: Ya No Temer Ni Esconderse
2006: Esa Broma Sagrada
2005: Un Cuerno de Marfil
2004: Un Poema de Navidad
2003: La Debilidad de Dios
2002: La Palabra
2001: La Abundancia de Dios
2000: Soy Como Ustedes
1998: Como Recibir un Regalo
1996: El Don Que Deseamos

Otras Homilias

Boletín

Home